20. Él tiene un demonio. Emplean el reproche más ofensivo que pueden idear, calumniando a Cristo, para que todos se estremezcan ante la idea de escucharlo. Para los hombres malvados, para que no se vean obligados a rendirse a Dios, de una manera furiosa y con los ojos cerrados, estallar en orgulloso desprecio de él y excitar a otros a la misma rabia, para que ni una sola palabra de Cristo sea escuchado en silencio. Pero la doctrina de Cristo tiene suficiente poder en sí misma para defenderla contra las calumnias. Y esto es lo que los creyentes quieren decir con su respuesta:

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