24. Si no hubiera hecho entre ellos las obras Bajo la palabra obras incluye, en mi opinión, todas las pruebas que dio de su gloria Divina; porque por milagros, y por el poder del Espíritu Santo, y por otras demostraciones, demostró claramente que era el Hijo de Dios, de modo que en él se veía claramente la majestad del Hijo Unigénito, como hemos visto bajo Juan 1:14 (91) Se objeta comúnmente que no realizó más milagros o milagros mayores que Moisés y los Profetas. La respuesta es bien conocida, que Cristo es más eminente en milagros a este respecto, que no fue simplemente un ministro, como el resto, sino que fue estrictamente el Autor de ellos; porque empleó su propio nombre, su propia autoridad y su propio poder para realizar milagros. Pero, como he dicho, él incluye en general todos los testimonios del poder celestial y espiritual por los cuales se mostró su Divinidad.

Han visto y odiado. Concluye que sus enemigos no pueden escapar por ningún cambio al que puedan recurrir, ya que despreciaron su poder, que evidentemente era completamente Divino; porque Dios había manifestado abiertamente su Divinidad en el Hijo; y por lo tanto no les serviría de nada decir que solo tenían que ver con un hombre mortal. Este pasaje nos recuerda que debemos considerar con atención las obras de Dios, en las cuales, al mostrar su poder, desea que rindamos el honor que se le debe. De ahí se deduce que todos los que oscurecen los dones de Dios, o que los desprecian, son ingratos con Dios y maliciosos.

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