15. Todas las cosas que el Padre tiene son mías. Como podría pensarse que Cristo le quitó al Padre lo que él reclamó para sí mismo, reconoce que ha recibido del Padre todo lo que nos comunica por el Espíritu. Cuando dice que todas las cosas que tiene el Padre son suyas, habla en la persona del Mediador, ya que debemos extraer de su plenitud, (Juan 1:16.) Él siempre nos vigila, como hemos dicho Vemos, por otro lado, cómo la mayoría de los hombres se engañan a sí mismos; porque pasan por Cristo y se desviven para buscar a Dios por caminos tortuosos.

Otros comentaristas explican que estas palabras significan que todo lo que el Padre tiene pertenece igualmente al Hijo, porque él es el mismo Dios. Pero aquí no habla de su poder oculto e intrínseco, como se le llama, sino de ese cargo que ha sido designado para ejercer hacia nosotros. En resumen, habla de sus riquezas, para invitarnos a disfrutarlas, y considera al Espíritu entre los dones que recibimos de la mano.

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