15. Tú juzgas según la carne. Esto puede explicarse de dos maneras; ya sea que juzguen de acuerdo con los puntos de vista malvados de la carne, o que juzguen de acuerdo con la apariencia de la persona. Porque la carne a veces denota la apariencia externa de un hombre; y ambos significados concuerdan bien con este pasaje, ya que donde prevalecen los sentimientos de la carne o el respeto a la persona regula el juicio, ni la verdad ni la justicia habitan. Pero creo que el significado será más seguro, si comparas la carne con el Espíritu, entendiendo que su significado es, que no son jueces legítimos y competentes, porque no tienen al Espíritu como guía.

No juzgo a ningún hombre. Aquí, también, los comentaristas difieren. Algunos lo distinguen así, que él no juzga como hombre. Otros lo refieren al tiempo, que mientras estuvo en la tierra, no asumió el cargo de Judege Agustín da ambas exposiciones, pero no decide entre ellas. Pero la distinción anterior no puede aplicarse en absoluto. Porque esta oración contiene dos cláusulas, que Cristo no juzga, y que si juzga, su juicio es sólido y justo, porque es divino. En cuanto a la cláusula anterior, por lo tanto, en la que dice que no juzga, lo limito a lo que pertenece peculiarmente a este pasaje. Porque para condenar más plenamente a sus enemigos del orgullo, él emplea esta comparación, que ellos asumen injustamente la libertad de juzgar, y sin embargo no pueden condenarlo, mientras que él simplemente enseña y se abstiene de ejercer el cargo de juez.

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