30. El que no está conmigo. Hay dos formas de explicar este pasaje. Algunos suponen que es un argumento extraído de los contrarios, y que el significado de Cristo es: "No puedo reinar hasta que el diablo sea derrocado; porque el objetivo de todos sus intentos es dispersar todo lo que yo recoja. Y ciertamente vemos abundante evidencia de la seriedad con la que ese enemigo trabaja para destruir el reino de Cristo. Pero más bien estoy de acuerdo en opinión con aquellos que lo explican para denotar, que los escribas se declaran, en dos aspectos, opuestos al reino de Dios, porque intencionalmente obstaculizan su progreso. “Era tu deber ayudarme y darme tu mano para establecer el reino de Dios; porque quien no ayuda es, en cierta medida, opuesto a mí, o, al menos, merece ser considerado entre los enemigos. ¿Qué se dirá de ti, cuya furia furiosa te lleva a una oposición declarada? (126)

Y el que no recoge conmigo, desparrama. La verdad de esto se manifiesta abundantemente a partir de lo que ya se ha dicho; porque nuestra propensión al mal es tan fuerte, que la justicia de Dios no puede tener lugar sino en aquellos que se aplican a ella de buena gana. Esta doctrina tiene un alcance aún más extenso, e implica que no son dignos de ser considerados como pertenecientes al rebaño de Cristo, que no le aplican todos los medios que están en su poder; porque su indolencia tiende a retrasar y arruinar el reino de Dios, que todos estamos llamados a avanzar.

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