39. Porque te lo digo. Él confirma lo que había dicho acerca de la venganza de Dios que se aproxima, diciendo que el único método para evitar la destrucción se les quitará. Porque ese era el tiempo aceptado, el día de salvación, (Isaías 49:8; 2 Corintios 6:2), siempre y cuando esa misma persona que había llegado a ser su Redentor, atestiguara y proclamara el redención que había traído. Pero a su partida, como a la puesta del sol, la luz de la vida se desvaneció; y, por lo tanto, esta terrible calamidad, que él amenaza, debe caer necesariamente sobre ellos.

Hasta que tu digas. Venimos ahora a preguntar qué período se denota con esta frase. Algunos lo restringen al último día de juicio. Otros piensan que es una predicción, que se cumplió poco después, cuando algunos de los judíos adoraron humildemente a Cristo. Pero no apruebo ninguna de estas interpretaciones. Y ciertamente estoy asombrado de que los hombres eruditos hayan tropezado con un obstáculo tan pequeño, haciendo grandes esfuerzos para preguntar cómo los incrédulos pueden decir acerca de Cristo: Bendito sea el que viene en el nombre del Señor; porque él no declara lo que serán, sino lo que él mismo hará. E incluso el adverbio hasta no se extiende más allá del tiempo anterior. José no conocía a su esposa hasta que ella dio a luz a Cristo, (Mateo 1:25.) Con estas palabras las Escrituras no significan que después de que Cristo nació, vivieron juntos como esposo y esposa, sino que solo muestran que María , antes del nacimiento de su hijo, era una virgen que no conocía al hombre.

Entonces, el verdadero significado del presente pasaje, en ninguna opinión, es el siguiente: “Hasta ahora he vivido entre ustedes con humildad y amabilidad, y he desempeñado el cargo de maestro; y no habiendo terminado el curso de mi llamamiento, me iré, y ya no será posible que disfrutes de mi presencia, sino a aquel a quien ahora desprecias como Redentor y ministro de salvación, encontrarás que es tu Juez." De esta manera, el pasaje concuerda con las palabras de Zacarías: Mirarán al que traspasaron (Zacarías 12:10; Juan 19:37.) Pero Cristo también parece hacer una alusión indirecta a su vana hipocresía, porque, como si anhelaran ardientemente la salvación prometida, cantaban diariamente las palabras del salmo,

Bendito el que viene en el nombre del Señor, ( Salmo 118:26;)

mientras trataban con desprecio al Redentor que se les ofreció. En resumen, declara que no vendrá a ellos hasta que, temblando al ver su terrible majestad, exclamarán, cuando sea demasiado tarde, que realmente él es el Hijo de Dios. Y esta amenaza está dirigida a todos los que desprecian el Evangelio, más especialmente a aquellos que profesan falsamente su nombre, mientras rechazan su doctrina; porque un día reconocerán que no pueden escapar de las manos de aquel a quien ahora se burlan por sus pretensiones hipócritas. Pues la misma canción ahora es cantada por los papistas, quienes, después de todo, no se preocupan por Cristo, hasta que, armado de venganza, asciende a su tribunal. También se nos recuerda que, mientras Cristo se muestre a nosotros en el nombre del Padre como el heraldo de la salvación y el Mediador, no solo debemos honrarlo con nuestros labios, sino sinceramente desear que nos haga a nosotros y al Todo el mundo está sujeto a sí mismo.

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