1. Y el Señor le habló a Moisés. Sin importar cuán tercos puedan
ser los israelitas, aunque su dureza de corazón esté ahora sometida
y su orgullo destruido, deberían haber reconocido la autoridad del
sacerdocio y haberla sostenido perpetuamente en piadosa reverencia.
Pero queda claro por la confirm... [ Seguir leyendo ]
2. Habla a los hijos de Israel. Se equivocan al suponer que a las
doce varas se agregó otra para la tribu de Leví; (103) porque, dado
que no había dudas aquí sobre la posesión de la tierra, no había
ninguna ocasión para la división de la tribu de José en dos partes.
También sabemos que estaba dotad... [ Seguir leyendo ]
4. Y los pondrás en el tabernáculo. El lugar en sí no tenía poco
que ver con la decisión efectiva del asunto; porque se manifestó
claramente que Dios era el autor del milagro y, en consecuencia, que
el sacerdocio procedía de Él. Porque en otro lugar hemos dicho que
todo el gobierno de la Iglesia de... [ Seguir leyendo ]
5. Y sucederá que la vara del hombre. Aaron, de hecho, había sido
elegido previamente; pero la expresión aquí se refiere a su
manifestación; (105) porque se dice nuevamente que Dios elige a
aquellos a quienes ha elegido por su consejo secreto, cuando los
presenta a la vista de los hombres con su pe... [ Seguir leyendo ]
8. Y sucedió que al día siguiente. No es sin causa que, se notifica
el tiempo, ya que sin habilidad podría lograrse que una vara florezca
en el lapso de una sola noche. Una vez más, toda sospecha de fraude
fue eliminada por el hecho de que Moisés se fue cuando había
colocado las barras en el santua... [ Seguir leyendo ]
10. Y el Señor dijo a Moisés. Lo que Dios había prescrito con
respecto a los incensarios, ahora ordena en cuanto a la vara, es
decir, que debe ser preservada como un monumento para las edades
futuras; porque los hombres son olvidadizos y lentos para considerar
sus obras, y no solo así, sino porque... [ Seguir leyendo ]
12. Y los hijos de Israel hablaron a Moisés. De hecho, era algo
mejor alarmarse por la admiración del poder de Dios que como si lo
hubieran despreciado en una estupidez brutal; pero hay un medio entre
el sopor o la obstinación y la consternación. Es cierto que los
creyentes tiemblan ante los juicio... [ Seguir leyendo ]