130. La entrada de tu palabra es ligera. La cantidad es que la luz de la verdad revelada en la palabra de Dios es tan distinta que la primera vista ilumina la mente. La palabra פתח pethach, significa correctamente una apertura, (10) pero metafóricamente se toma como una puerta. En consecuencia, el antiguo traductor lo ha hecho comenzar, lo que no es incorrecto, siempre que se entiendan los rudimentos o primeros elementos de la ley divina. Es como si el Profeta tuviera: “No solo aquellos que han alcanzado un conocimiento exacto de toda la ley, y que han hecho del estudio de la misma el negocio de sus vidas, perciben allí una luz clara, sino también aquellos que han estudiado incluso de manera muy imperfecta, y quienes, por así decirlo, solo han entrado al porche. Ahora debemos razonar de lo menor a lo mayor. Si los tyroes y los novatos comienzan a iluminarse en su primera entrada, ¿cuál será el caso cuando un hombre sea admitido con un conocimiento pleno y perfecto?

En la segunda cláusula, el Profeta desarrolla su significado más completamente. Por los pequeños, denota que ni se destacan en ingenio ni están dotados de sabiduría, sino que no tienen habilidades en las letras y la educación no los refina. De tales afirma que, tan pronto como hayan aprendido los primeros principios de la ley de Dios, estarán dotados de comprensión. Debería tener una influencia muy poderosa para despertar en nosotros un deseo sincero de familiarizarnos con la ley de Dios, cuando se nos dice que incluso aquellos que, en la estimación del mundo, son tontos y tontos despreciables, siempre que apliquen sus mentes para este tema, adquieren de él la sabiduría suficiente para llevarlos a la salvación eterna. Aunque no se les da a todos los hombres alcanzar el más alto grado en esta sabiduría, es común que todos los piadosos se beneficien con tal de conocer la regla cierta e infalible por la cual regular su vida. Así, ningún hombre que se entregue a la enseñanza de Dios perderá su trabajo en su escuela, ya que desde su primera entrada cosechará un fruto inestimable. Mientras tanto, se nos advierte que todos los que siguen su propio entendimiento, deambulan en la oscuridad. Al afirmar que los pequeños están iluminados, David insinúa que es solo cuando los hombres, despojados de toda confianza en sí mismos, se someten con mentes humildes y dóciles a Dios, que están en un estado apropiado para convertirse en eruditos competentes en el estudio de La ley divina. Dejemos que los papistas se burlen, como están acostumbrados a hacer, porque todos los hombres tendrían que leer las Escrituras sin excepción; sin embargo, no es mentira lo que Dios pronuncia por boca de David, cuando afirma que la luz de su verdad se exhibe a los necios. Por lo tanto, Dios no decepcionará el deseo de quienes reconocen su propia ignorancia y se someten humildemente a su enseñanza.

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