Comentario Biblico de Juan Calvino
Salmo 119:176
176. He vagado como una oveja perdida. No debe entenderse que aquí confiesa sus pecados, una opinión erróneamente sostenida por muchos, como si hubiera sido arrastrado por los senderos de Satanás; porque esto es inconsistente con la segunda cláusula, en la cual él niega haber olvidado la ley de Dios. Es una solución pobre de esta dificultad decir que: antes del momento de su llamado, era una oveja errante, pero que desde el momento de su llamado se dedicó a la piedad, o que al desviarse fue retenido por un poco de afecto piadoso por abandonar por completo el temor de Dios; al mismo tiempo, sin duda, se menciona en ambas cláusulas. Una vez más, es fácil deducir que las dos cláusulas de este versículo deberían estar conectadas entre sí, aunque, o no, u otra partícula, como los latinos llaman adversativa, (39) como si el Profeta hubiera dicho: Aunque he vagado como una oveja perdida, aún no he olvidado la ley de Dios. Creo que su significado es que vagó, porque, perseguido por la fuerza y la violencia de sus enemigos, se transportó de un lugar a otro con gran miedo, en busca de retiros en los que pudiera esconderse. Sabemos con certeza que David fue tan cazado que en su exilio no pudo encontrar un lugar seguro en ninguna parte. Esta similitud, por lo tanto, se aplicaría muy bien a él, porque, aunque fue perseguido y perseguido por sus perseguidores, nunca se apartó de la ley de Dios. Además, mientras los lobos lo persiguen a todas partes, reza a Dios para que lo traiga de vuelta y le dé un lugar de seguridad y tranquilidad, para que por fin pueda dejar de deambular de un lado a otro y ser un vagabundo. (40) Tenía una muy buena base para creer que sería escuchado en el hecho de que, aunque provocado por múltiples errores, nunca se desvió del miedo a Dios: una declaración que, sin embargo, debería referirse más al curso general de su vida que a actos particulares. Aunque cuando cayó en el adulterio continuó por un tiempo en un estado de insensibilidad, no se puede negar que en sus adversidades fue retenido por una paciencia santa, para perseverar en el seguimiento de la justicia. (41)