Comentario Biblico de Juan Calvino
Salmo 119:78
78. Deja que los orgullosos se avergüencen. A menudo hemos tenido ocasión de comentar que, en el idioma hebreo, el tiempo futuro se usa con frecuencia en el sentido del estado de ánimo optativo, como aquí: se los avergonzará, pues, que se avergüencen. Aún así, no sería inadecuado explicar el significado de esta manera: "Como los orgullosos me han tratado con picardía y abusado de mí sin motivo, el Señor les dará su recompensa". Pero como casi todos los intérpretes están de acuerdo en que se trata de una oración, en la traducción del versículo no estoy dispuesto a apartarme de la explicación generalmente recibida, especialmente porque el lenguaje está expresamente dirigido a Dios mismo. Es importante atender a la razón por la cual el salmista espera que Dios sea un enemigo de sus enemigos; a saber, porque lo asaltaron malvada y maliciosamente. La palabra שקר, sheker, que he traducido falsamente, es traducida por algunos, sin causa; pero parecen dar con la mitad del significado del profeta; porque esta palabra, en mi opinión, debe referirse a las estratagemas y artificios por los cuales los malvados intentaron destruir a David. De donde nos reunimos, que cada vez que somos perseguidos injustamente por hombres malvados, somos invitados a recurrir directamente a Dios para protección. Al mismo tiempo, se nos enseña que no tenemos motivos para sentirnos avergonzados por su insolencia; porque, cualquiera que sea el poder que puedan arrogarse a sí mismos, Él derribará su nobleza, y lo humillará, para su vergüenza; para que, confundidos, sirvan de ejemplo, para enseñar a otros que nada es más ridículo que cantar la canción del triunfo antes de obtener la victoria. El verbo אשיח, asiach, en la segunda cláusula del verso, puede ser traducido, hablaré, y meditaré; implicando que, cuando hubiera obtenido la victoria, proclamaría la bondad de Dios, que había experimentado. Hablar de los estatutos de Dios es equivalente a declarar fuera de la ley, cuán fielmente protege a sus santos, cuán seguro los entrega y cuán justamente venga sus errores.