93. Nunca olvidaré tus estatutos. Este verso contiene una acción de gracias. Como la ley del Señor lo había preservado, se compromete a que nunca lo olvidará. Sin embargo, él, al mismo tiempo, se amonesta a sí mismo y a los demás por la necesidad de apreciar en el corazón el recuerdo de la Ley Divina; porque aunque hemos encontrado por experiencia su poder vivificante, permitimos que pase fácilmente de nuestros recuerdos, y por eso Dios luego nos castiga justamente, dejándonos por mucho tiempo languideciendo en nuestra tristeza.

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