1. Cuánto tiempo, oh Jehová. Es muy cierto que la generalidad de la
gente odiaba tanto a David, a causa de las calumnias y los informes
falsos que habían circulado contra él, que casi todos los hombres
juzgaban que Dios no era menos hostil que Saúl (270) y sus otros
enemigos fueron. Pero aquí no ha... [ Seguir leyendo ]
2. ¿Cuánto tiempo tendré consejo en mi alma? Sabemos que los
hombres en la adversidad dan paso al descontento y miran a su
alrededor, primero a una cuarta parte y luego a otra, en busca de
remedios. Especialmente, al ver que carecen de todos los recursos, se
atormentan enormemente y se distraen con... [ Seguir leyendo ]
3. Mírame, respóndeme. Como cuando Dios no brinda asistencia a sus
siervos con prontitud, parece lógico que no contemple sus
necesidades, David, por esta razón, le pide a Dios, en primer lugar,
que lo mire y, en primer lugar, segundo lugar, para socorrerlo.
Ninguna de estas cosas, es cierto, es ant... [ Seguir leyendo ]
4. No sea mi enemigo. David nuevamente repite lo que había dicho un
poco antes sobre el orgullo de sus enemigos, a saber, cómo sería una
cosa que no se convertiría en el carácter de Dios si abandonara a su
siervo a la burla de los impíos. Los enemigos de David yacían, por
así decirlo, en una embosc... [ Seguir leyendo ]
El salmista todavía no siente cuánto se ha beneficiado al orar; pero
dependiendo de la esperanza de liberación, que la fiel promesa de
Dios le permitió entretener, utiliza esta esperanza como un escudo
para repeler esas tentaciones con el terror del cual podría estar muy
angustiado. Aunque, por lo t... [ Seguir leyendo ]