Comentario Biblico de Juan Calvino
Salmo 18:46
46. Deje que Jehová viva. Si se considera apropiado adoptar esta lectura, que está en el estado de ánimo optativo que expresa un deseo de que Dios pueda vivir, la forma de expresión puede parecer algo extraña; pero se puede alegar en defensa de ello, que es una metáfora tomada de la costumbre de los hombres, que no solo usan esta forma de hablar cuando desean a alguien, sino que también la pronuncian con aclamaciones fuertes y aplaudientes, cuando pretenden recibir a sus príncipes con el debido honor. Según este punto de vista, sería una expresión en la que se atribuye alabanza a Dios, y adecuada para una canción triunfal. (441) Sin embargo, puede considerarse muy propiamente como una simple afirmación, en la que David declara que Dios vive, en otras palabras, que está dotado de poder soberano. Además, la vida que David atribuye a Dios no debe limitarse al ser o la esencia de Dios, sino que debe entenderse por la evidencia de que es deducible de sus obras, que nos manifiestan que él vive. Cada vez que retira el funcionamiento de su poder ante nuestros ojos, el sentido y el conocimiento de la verdad, "Dios vive", también desaparece de nuestras mentes. Por lo tanto, se dice que vive, en la medida en que muestra, con pruebas evidentes de su poder, que es él quien preserva y sostiene el mundo. Y como David había conocido, por experiencia, esta vida de Dios, la celebra con alabanzas y acción de gracias. Si leemos la primera cláusula en tiempo presente, El Señor vive, la cópula y, a continuación, tiene la fuerza de una inferencia; y, en consecuencia, las palabras deben resolverse así: - Jehová vive, y, por lo tanto, bendita sea mi fuerza. El epíteto, mi fuerza y el otro que ocurre en el versículo 48, Mi libertador, confirman lo que ya he dicho, que Dios no solo vive en sí mismo y en su lugar secreto, sino que muestra su energía vital en el gobierno de todo el mundo. La palabra hebrea, צורי, tsuri, que hemos traducido mi fuerza, debe entenderse aquí en un sentido transitivo para Aquel que otorga la fuerza.