1. Bienaventurados aquellos cuya iniquidad es perdonada. Esta
exclamación surge del afecto ferviente del corazón del salmista,
así como de una seria consideración. Dado que casi todo el mundo
aparta sus pensamientos del juicio de Dios, trae consigo un olvido
fatal y se embriaga con placeres engaños... [ Seguir leyendo ]
2. En cuyo espíritu no hay engaño. En esta cláusula, el salmista
distingue a los creyentes tanto de los hipócritas como de los
despreciados sin sentido de Dios, ninguno de los cuales se preocupa
por esta felicidad, ni pueden lograr el disfrute de ella. Los malvados
son, de hecho, conscientes de su... [ Seguir leyendo ]
3. Cuando guardé silencio, mis huesos se consumieron. Aquí David
confirma, por su propia experiencia, la doctrina que había
establecido; a saber, que cuando se humilló bajo la mano de Dios,
sintió que nada era tan miserable como para ser privado de su favor:
por lo que insinúa, que esta verdad no p... [ Seguir leyendo ]
4. Durante el día y la noche tu mano fue pesada sobre mí. En este
verso explica más completamente de dónde surgió ese dolor tan
pesado; a saber, porque sintió que la mano de Dios le dolía contra
él. La mayor de todas las aflicciones es estar tan fuertemente
presionado con la mano de Dios, que el pe... [ Seguir leyendo ]
5. Te he reconocido mi pecado. El profeta ahora describe el tema de
su miseria, para mostrar a todos la manera fácil de obtener la
felicidad de la que hace mención. Cuando su sentimiento de ira divina
lo irritaba y lo atormentaba, su único alivio era condenarse sin
temor ante Dios y huir humildemen... [ Seguir leyendo ]
6. Por lo tanto, todo el que sea manso te rezará. Aquí el salmista
declara expresamente que todo lo que ha expuesto hasta ahora en su
propia persona pertenece a todos los hijos de Dios. Y esto debe
observarse cuidadosamente, porque, debido a nuestra incredulidad
nativa, la mayor parte de nosotros s... [ Seguir leyendo ]
Finalmente, el salmista se entrega a la acción de gracias, y aunque
usa pocas palabras para celebrar el favor divino, no obstante, hay
mucha fuerza en su brevedad. En primer lugar, niega que haya otro
refugio de seguridad que no sea Dios mismo. En segundo lugar, se
asegura a sí mismo de que Dios ser... [ Seguir leyendo ]
8. Te instruiré y te enseñaré. Para que su exhortación tenga
mayor fuerza, el orador divino dirige su discurso a cada hombre
individualmente; porque la doctrina que se habla penetra la mente más
fácilmente, cuando cada hombre la aplica particularmente a sí mismo.
Cuando el camino de salvación se mu... [ Seguir leyendo ]
9. No seas como el caballo o la mula. David ahora explica brevemente
la cantidad del consejo que anteriormente dijo que daría. Exhorta a
todos a aprender con tranquilidad, a dejar a un lado la terquedad y
ponerse el espíritu de mansedumbre. También hay mucha sabiduría en
el consejo que le da a los... [ Seguir leyendo ]
10. Muchas penas serán para los impíos. Sin una figura, aquí
declara cuál será la condición del rebelde y el cuello rígido.
(669) Mencionó antes que Dios no quería bridas y pedazos con los que
frenar su perversidad; y ahora agrega, que no habría fin ni medida de
sus miserias hasta que se consumiera... [ Seguir leyendo ]
11. Alégrate en Jehová. Después de enseñar cuán preparada y
accesible es la verdadera felicidad para todos los piadosos, David,
con mucha razón, los exhorta a la alegría. Él les ordena que se
regocijen en el Señor, como si hubiera dicho: No hay nada que les
impida asegurarse del favor de Dios, al v... [ Seguir leyendo ]