1 Dios se sienta en la asamblea de Dios. (424) Sin duda, es algo muy
impropio para aquellos a quienes Dios se ha complacido en invertir con
el gobierno de la humanidad para el bien común, no para reconocer el
fin por los cuales han sido exaltados por encima de los demás, pero
aún por cuya bendición... [ Seguir leyendo ]
2 ¿Cuánto tiempo juzgarán injustamente? Muchos suponen que Dios se
presenta aquí hablando, y que estas son las palabras que pronuncia
desde su trono de juicio. Pero preferiría considerar al profeta mismo
como el orador, quien, para preparar el camino para administrar una
reprensión, había hablado d... [ Seguir leyendo ]
3 Determine la causa de los pobres y los huérfanos. Aquí se nos
enseña brevemente que un gobierno justo y bien regulado se
distinguirá por mantener los derechos de los pobres y afligidos. Por
la figura synecdoche, una parte de la administración equitativa se
pone para el todo; porque no se puede du... [ Seguir leyendo ]
5 No saben, ni entienden. (425) Después de haber recordado a los
príncipes su deber, el salmista se queja de que su advertencia de su
enamoramiento es ineficaz, y que se niegan a recibir instrucción
saludable; sí, que a pesar de que todo el mundo está conmocionado
hasta sus cimientos, ellos, a pesa... [ Seguir leyendo ]
6 He dicho que sois dioses. Dios ha investido a los jueces con un
carácter y título sagrado. Esto lo reconoce el profeta; pero él, al
mismo tiempo, muestra que esto no brindará apoyo y protección a los
jueces malvados. Él no los presenta como hablando de la dignidad de
su cargo; pero anticipando el... [ Seguir leyendo ]
8 ¡Levántate, oh Dios! juzga la tierra. La razón por la cual este
salmo concluye con una oración ya se mencionó al comienzo. El
profeta, al descubrir que sus amonestaciones y protestas eran
ineficaces, y que los príncipes, inflados con orgullo, tratados con
desprecio toda instrucción sobre los prin... [ Seguir leyendo ]