En el mismo sentido está el siguiente verso, en el cual se afirma, que Dios es muy terrible en la asamblea de los santos. En estas palabras se censura esa superstición diabólica, a la que casi todos los hombres son propensos, de exaltar a los ángeles sin medida, y sin razón. Pero si los ángeles mismos tiemblan y tienen miedo ante la Divina Majestad, ¿por qué no deberían ser considerados súbditos y mantenidos en su propio rango, para que solo Dios pueda tener la soberanía para él solo? Además, cuando están representados en torno a Dios, el significado es que rodean su trono real como guardaespaldas, y siempre están listos para ejecutar sus órdenes. En el verso subsiguiente se repite lo mismo una vez más: ¿Quién es un Dios fuerte como tú? y esto se hace, para que al menos el temor a la Divina Majestad nos enseñe a tener cuidado de robarle el honor que le pertenece. Sin embargo, para que no se nos impida acercarnos demasiado a él, una parte de dulzura se mezcla con esta descripción, cuando se declara, que su verdad debe verse a su alrededor por todos lados; por lo cual debemos entender que Dios siempre es firme en sus promesas y que, independientemente de los cambios que puedan ocurrir, él continúa invariablemente verdadero, tanto antes como detrás, a la derecha y a la izquierda. (528)

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