9. Porque todos nuestros días pasaron en tu indignación. Esto podría verse como una confirmación general de la oración anterior: Que todo el curso de la vida del hombre se acaba repentinamente, tan pronto como Dios se muestra disgustado. Pero en mi opinión, Moisés amplifica más bien lo que ha dicho anteriormente sobre el rigor de la ira de Dios y su estricto examen de cada caso en el que castiga el pecado. Él afirma que este terror que Dios trajo sobre su pueblo no fue solo por un corto tiempo, sino que se extendió sin interrupción incluso hasta la muerte. Se queja de que los judíos casi se habían consumido por continuas miserias; porque Dios no remitió ni mitigó su ira. Por lo tanto, no es sorprendente encontrarlo declarando que sus años pasaron como un cuento, cuando la ira de Dios se apoderó de ellos sin descanso.

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