4 A Tito, mi propio hijo, según la fe común. Por lo tanto, es evidente en qué sentido se dice que un ministro de la palabra engendra espiritualmente a aquellos a quienes lleva a la obediencia a Cristo, es decir, para que él también sea engendrado. Pablo se declara a sí mismo como el padre de Tito, con respecto a su fe; pero agrega de inmediato, que esta fe es común para ambos, de modo que ambos tienen el mismo Padre en el cielo. En consecuencia, Dios no disminuye su propia prerrogativa, cuando los declara padres espirituales junto con él mismo, por cuyo ministerio regenera a quien elige; por sí mismos no hacen nada, sino solo por la eficacia del Espíritu. En cuanto al resto del verso, la exposición del mismo se encontrará en los Comentarios sobre las antiguas Epístolas, y especialmente en la Primera Epístola a Timoteo. (213)

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