1 Cor. 15:28. "Y cuando todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos". Cristo como Mediador tiene ahora el reino y el gobierno del mundo tan encomendado a él, que él está para todos los intentos y propósitos en la habitación de su Padre. Debe ser respetado como Dios mismo, como Gobernante supremo, absoluto y soberano.

Dios ha dejado el gobierno totalmente en sus manos, ahora desde su exaltación, para que él mismo tenga la realización y consumación de aquellas grandes cosas por las que murió. Él es hecho cabeza sobre todas las cosas de la iglesia hasta la consumación; y ahora es rey de la iglesia y del mundo, en su actual estado de exaltación. No es propiamente un gobernante subordinado, porque Dios le ha dejado enteramente el gobierno a él, a su sabiduría y a su poder.

Pero después de que Cristo haya obtenido todos los fines de sus trabajos y muerte, no habrá más ocasión para que el gobierno esté de esa manera en sus manos. Habrá obtenido por su gobierno, todos los fines que deseaba; y así entonces Dios Padre retomará el gobierno, y Cristo y su iglesia pasarán la eternidad en el goce mutuo, y en el goce conjunto de Dios; no es sino que Cristo seguirá siendo el rey y cabeza de su iglesia, será tanto su cabeza de influencia y fuente de bien y felicidad como siempre. Pero con respecto al gobierno, Dios será respetado como supremo ordenante, y Cristo con su iglesia unida a él y dependiente de él, recibirán juntos el beneficio de su gobierno.

1 Cor. 15:29

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