La Obligación de nuestra Dignidad como Hijos de Dios. “Todo el que hace pecado, también hace iniquidad; y el pecado es ilegalidad. Y sabéis que Él se manifestó para quitar los pecados; y pecado en El no hay. Todo aquel que permanece en El, no sigue pecando; todo el que sigue pecando no le ha visto ni le ha llegado a conocer. Hijitos, nadie os engañe: el que hace justicia es justo, como él es justo; el que practica el pecado es del diablo, porque desde el principio el diablo sigue pecando.

Con este fin se manifestó el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que ha sido engendrado por Dios no peca, porque Su simiente permanece en él; y no puede seguir pecando, porque de Dios ha sido engendrado. En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo el que no hace justicia no es de Dios, y el que no ama a su hermano.

Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros. No como Caín fue del Maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, pero las de su hermano justas.”

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento