He hablado de mi soledad presente. Sin embargo, no tengo justificación para la depresión; porque desde que llegué a Roma he tenido experiencia, en mi prueba preliminar, que Dios es un protector leal cuando los amigos terrenales fallan. Y así tengo buena esperanza de que Él me llevará a salvo a través de cada peligro a Su reino celestial.

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Antiguo Testamento