Los poetas árabes comparan las langostas en la cabeza con el caballo, en el pecho con el león, en los pies con el camello, en el cuerpo con la serpiente, en las antenas con el cabello largo y ondulado de una niña. La semejanza de la cabeza en langostas y en caballos se ha notado a menudo ( Cavalleta, italiano ), y sus escamas duras se asemejan a placas de armadura equina. El resto de la descripción es en parte fantasiosa (“coronas relucientes como el oro”, rostros humanos; sin embargo, cf.

pl. HN vi. 28, Arabes mitrati degunt, aut intonsa crine), en parte ( Apocalipsis 9:8-9 ) fiel a la naturaleza (cabello de mujer [ es decir , abundante y suelto, un rasgo bien conocido de los partos y persas], y dientes de león , placas escamosas en el tórax y crujidos o zumbidos), en parte ( Apocalipsis 9:10 ) recapitulatoria (= Apocalipsis 9:5 ; nota ὁμοίας σκορπίοις, una comparación abreviada como la de Homero κόμαι Χαρίτεσσιν) , en parte (1 Apocalipsis 9:11 ) imaginativo ( cf.

Proverbios 30:27 ). El líder de estos demonios es el ángel del infierno del que proceden. Su nombre es Abadón ( cf. Exp. Times , xx. 234 f.), un heb. equivalente a שׁאול personificado como la muerte y el Hades. Se toma la sílaba final del nombre para representar, como en griego, una terminación personal.

Por lo tanto, la traducción de la LXX ἀπώλεια probablemente sugirió el sinónimo Ἀπολλύων, que contenía una burla (¿sarcástica?) a Apolo con quien se asociaba la langosta (“uelut proprium nomen Caesaribus”, Sebo, 29 de octubre ); cf. escuela en Aesch. Agam. 1085 y Crátilo de Platón , 404, 405. Tanto Calígula como Nerón imitaron a la deidad de Apolo, entre sus otras locuras de este tipo, como ya había hecho Antíoco Epífanes.

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