El gran gozo de Su vida se había encontrado en la conciencia del amor del Padre y en la observancia de Sus mandamientos: este gozo Él desea que ellos lo hereden, ταῦτα λελάληκα ὑμῖν ἵνα ἡ χαρὰ ἡ ἐμὴ ἐν ὑμῖνν μο, “mi gozo”, “mi gozo”, es decir , el gozo que he disfrutado, el gozo que siento habitualmente al cumplir la voluntad del Padre. Esta alegría no es un monopolio incomunicable.

καὶ ἡ χαρὰ ὑμῶν πληρωθῇ, “y vuestro gozo sea completo”, lo cual no podría ser hasta que ellos, como Él, tuvieran el manantial del pleno gozo en la conciencia de Su amor, y perfecta obediencia a Él; estando en la misma relación con Él como Él con el Padre.

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