También hay dos tipos diferentes de maestros: el uno ἀφʼ ἑαυτοῦ λαλῶν, dice lo que piensa, enseña sus propias ideas, no representa a Dios y revela Su mente; porque él τὴν δόξαν τὴν ἰδίαν ζητεῖ, “busca su propia gloria”, la cual, por supuesto, no puede alcanzar representándose a sí mismo como mero heraldo de la gloria de otro. El otro estilo de maestro se describe con las palabras ὁ δὲ ζητῶν… ἔστιν.

Claramente Aquel que busca la gloria de Aquel cuyo embajador es Él, no tiene interés en falsificar asuntos para promover Sus propios intereses. Si Su objetivo es hacer avanzar la gloria de Aquel que lo ha enviado, entregará Su mensaje con la verdad; ἀληθής ἐστι, καὶ ἀδικία … y la injusticia, la deshonestidad, no está en Él. La aplicación de este principio general a Jesús era obvia.

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