Parábola de los dos maestros . Οὐδεὶς: En la esfera natural es imposible que un esclavo sirva a dos amos, porque cada uno lo reclama como propiedad suya, y el esclavo debe responder a uno u otro de los reclamos con entera devoción, ya sea por amor o por interés. ἢ γὰρ … μισήσει … ἀγαπήσει : Podemos considerar que esta cláusula se refiere al caso de preferencia honesta. Un esclavo tiene sus gustos y disgustos como los demás hombres.

Y no hará las cosas a medias. Su preferencia tomará la forma de amor, y su aversión la de odio. ἢ ἑνὸς ἀνθέξεται, etc.: esta cláusula puede entenderse referida al caso de interés. Es posible que el esclavo no se preocupe en su corazón por ninguno de los amos rivales. Pero debe parecer que le importa, y el relativo poder o temperamento de uno en comparación con el otro, puede ser la base de su decisión.

Y habiendo decidido, se une, ἀνθέξεται, a uno, y desprecia ostentosamente al otro. En circunstancias ordinarias no habría lugar para tal competencia de maestros. Pero podría ocurrir un caso en tiempo de guerra cuando los conquistados fueran vendidos como esclavos. οὐ δύνασθε, etc. Aplicación de la parábola a Dios y las posesiones terrenales. μαμωνᾷ, riqueza personificada = Plutus, una palabra caldea, siríaca y púnica (“lucrum punice mammon dicitur”, agosto de 2010).

de SD) derivado de טָמַן = ocultar o אָמֵן confiar ( vide Buxtorf, Lex. Talm. , p. 1217). El significado no es “no podéis servir a Dios y tener riquezas”, sino “no podéis ser fieles a Dios y hacer un ídolo de las riquezas”. “Non dixit, qui habet divitias, sed qui servit divitiis”, Jerónimo.

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