El objeto de esta exposición es manifiesto. Los corintios estaban dispuestos a exagerar el valor de ciertos dones que, por su carácter extraordinario, eran aptos para herir los sentidos, en particular el don de hablar en lenguas. De este prejuicio se siguieron dos males: por un lado, los que no poseían tales dones se mantuvieron descontentos y desalentados, y la Iglesia fue privada de sus servicios, que podrían haber sido muy necesarios; por el otro, los que poseían los dones, se complacían en exhibirlos en las asambleas, para evitar que los dones menos brillantes ocuparan el lugar que les debía estar reservado.

A estos dos defectos aplica sucesivamente el apóstol la figura del papel de los miembros en el cuerpo humano; al primero, en el pasaje 15-17; a este último, en el pasaje 18-26. Aunque la aplicación de todas las figuras a los dones espirituales es transparente, no obstante es cierto que todo lo que dice el apóstol tiene ya una verdad literal en relación con los miembros del cuerpo humano.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento

Nuevo Testamento