2 Tesalonicenses 2:4-6

Características del Hombre de Pecado

Pablo dijo que el hombre de pecado se opone continuamente a que cualquier otro que no sea él mismo sea exaltado a los ojos del hombre o adorado. Tan celoso es él de cualquier persona o cosa que sea adorada por encima de él que en realidad se hace sentar en el asiento que pertenece a Dios en el templo. Pablo pensó en la iglesia como el templo bajo el nuevo pacto ( Efesios 2:21 ; 1 Corintios 3:16-17 ). El hombre de pecado usurpa el lugar de Dios en la iglesia y se erige como Dios.

McGarvey dice: "La palabra griega para 'adoración' es sebasma ; de ahí proviene Selastus o Augustus (es decir, el Venerable), que era el título de los emperadores romanos". Continuó diciendo: "Un hombre de esa época difícilmente podría ver esta palabra en tal conexión sin pensar que Pablo pretendía transmitir la idea de que el anticristo se arrogaría toda la reverencia reclamada entonces por los grandes señores civiles de la tierra, tales como emperadores, reyes, etc.” Por lo tanto, vemos a un hombre, grupo de hombres o tipo de hombre, que se colocaría a la cabeza de la iglesia como alguien digno de adoración, y así conduciría a la apostasía a todos los que lo siguieran.

Las advertencias de una apostasía se encuentran repetidamente en el Nuevo Testamento ( Hechos 20:29-31 ; 1 Timoteo 4:1-5 ; 2 Timoteo 3:1-8 ; 2 Timoteo 4:3-5 ; 2 Pedro 2:1-3 ; 2 Pedro 3:1-7 ).

Pablo advirtió a los tesalonicenses en persona, así como en esta carta, acerca de los peligros de tal apostasía. Dijo que Dios estaba restringiendo al hombre de pecado hasta un tiempo que se ajustara a Su horario. Él pudo haberlo hecho a través de las repetidas advertencias de los apóstoles y ancianos fuertes que constantemente acudían a la Palabra por su autoridad. Ciertamente, cuando los hombres dejan de buscar dentro de la palabra de Dios las soluciones a los problemas espirituales, están maduros para la recepción de una autoridad externa ( 2 Tesalonicenses 2:4-6 ).