CAPÍTULO 3 VER. 1. _Mirad qué gran amor nos ha dado el Padre_
(indignos, enemigos y pecadores como somos), _para que seamos llamados
y seamos hijos de Dios. _Ama, activamente, Su maravilloso amor por
nosotros, y pasivamente, tal como se comunica e infunde en nosotros.
"Cuánto nos amó", dice Vatablus... [ Seguir leyendo ]
_Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que
hemos de ser, pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos
semejantes a él. _No en la naturaleza sino en la calidad, en la
felicidad, en la gloria eterna. El mundo que no nos conoce ahora,
porque no contempla nuestra belleza... [ Seguir leyendo ]
_Y todo aquel que tiene esta esperanza en El, se purifica a sí mismo
como El es puro. _El Apóstol nos muestra a continuación el camino
para alcanzar esta semejanza con Cristo. Debemos poner toda nuestra
confianza en Él. Para ser como Él en la gloria, debemos esforzarnos
por ser como Él en la santida... [ Seguir leyendo ]
_Y sabéis que él se manifestó para quitar nuestros pecados. _Ese es
Cristo. "Y Él quita nuestros pecados", dice Beda, "perdonando los
pecados que se han cometido, impidiendo que los hagamos y guiándonos
a esa vida en la que no se pueden cometer". La palabra _αίζνιν_
y el siríaco _nasa_ , ambos signi... [ Seguir leyendo ]
_Y no puede pecar, porque es nacido de Dios. _Por lo tanto, Joviniano,
Lutero y Calvino enseñaron que un hombre no podía apostatar, sino
que estaba seguro de su salvación. Pero S. Juan dice: " _Hijitos
míos, estas cosas os escribo para que no pequéis_ ". En
consecuencia, _podían_ pecar, aunque fuera... [ Seguir leyendo ]
_En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo.
_Las dos pruebas son, el hacer justicia, y amar a su hermano. La
justicia y la caridad son de Dios, la injusticia y el odio son del
diablo. La justicia se toma aquí en su sentido más amplio, que
incluye todas las virtudes. Pero San J... [ Seguir leyendo ]
_No como Caín. _Porque se amaba a sí mismo solamente, y odiaba a su
hermano porque veía que su ofrenda era aceptable a Dios. Como Dios le
dice a Caín (según LXX), "¿No has pecado si lo justo ofreces y no
lo repartes correctamente?" "Porque Caín hizo esto", dice S. Agustín
( _de Civ._ xv. 7), "dando... [ Seguir leyendo ]
_No os maravilléis, hermanos míos, si el mundo os aplaude. _Esta es
una inferencia de la antítesis anterior de los hijos de Dios y los
hijos del diablo. Nuestro Señor alude al odio de los malvados contra
Cristo en S. Juan xv. 18. Todo se opone y odia a su contrario, como se
opone el negro al blanco,... [ Seguir leyendo ]
_Sabemos que hemos pasado de muerte a vida. _No porque nos creamos
predestinados, sino como certeza moral, por el testimonio de una buena
conciencia, por la inocencia de nuestra vida, y el consuelo del
Espíritu Santo. San Juan dice esto para su consuelo y para que no
teman el odio del mundo. Consuél... [ Seguir leyendo ]
_En esto conocemos el amor de Dios, en que Él dio Su vida por
nosotros: y nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos_ . S.
Juan vuelve aquí a la ley y modelo vivo de la caridad perfecta, es
decir, a Cristo, que al dar su vida por nosotros, nos enseñó de la
misma manera a dar la nuestra por l... [ Seguir leyendo ]
_Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano tener
necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de
Dios en él? _Deduce esto como consecuencia del versículo anterior.
Es un argumento de menor a mayor. Si el amor de Cristo nos obliga a
dar la vida por los hermanos (que es... [ Seguir leyendo ]
_Hijitos míos, no amemos1 de palabra y de lengua, sino de hecho y en
verdad_ . Condena aquí toda falsa caridad, que se manifiesta sólo en
palabras, como lo hace también Santiago (Stg 2,15). San Gregorio (
_Moral._ xxi. 14) dice que nuestra caridad debe manifestarse siempre
en palabras reverentes, et... [ Seguir leyendo ]
_En esto sabemos que somos de la verdad_ , que tenemos verdadero amor,
que somos hijos de la verdad, de la verdadera y genuina caridad.
En segundo lugar, somos de Dios, que es la verdad principal y suprema,
y la verdadera caridad. Véase Juan XIV. 6, xviii. 37. Y así
San Agustín concluye con razón... [ Seguir leyendo ]
_Porque si nuestro corazón nos reprende, mayor es Dios que nuestro
corazón, y sabe todas las cosas. _Si no podemos ocultar nuestra
hipocresía de nuestros propios corazones, mucho menos podemos
ocultarla de Dios, que es más grande y más profundo incluso que
nuestro propio corazón, que está más íntima... [ Seguir leyendo ]
_Si _ _nuestro corazón no nos condena, entonces tengamos confianza en
Dios_ , es decir, que obtendremos de Él todo lo que le pidamos.
Véase Salmo 119:6 . Lo contrario es el caso de los malvados. Véase
Proverbios 28:9 , como dice S. Gregorio ( _Mor._
X. 15, o 17), "El que se acuerda de que todavía s... [ Seguir leyendo ]
_Y todo lo que pidamos, lo recibimos de Él._... [ Seguir leyendo ]