Porque todos sois hijos de Dios. Tanto los judíos, que estaban bajo la ley, como los gentiles, que no lo estaban, se han convertido, por la fe en Cristo, en hijos de Dios. La conjunción para es causal e indica la razón por la cual no estamos bajo la ley como un pedagogo, a saber, porque somos hijos de Dios. Los niños son como esclavos, dice S. Pablo, en el cap. IV. 1, no, como los animales inferiores, en la necesidad de un pedagogo que les permita resistir los movimientos de los sentidos.

Pero los que por la fe en Cristo han dejado este estado de niñez y se han convertido en hijos de Dios, han llegado a la condición de hombre. Sería, pues, absurdo que se les sometiera a la ley como su pedagogo, como si fueran todavía niños. Sería tan absurdo, dice Teofilacto, como que un hombre, al amanecer, prefiriera una lámpara al sol. Esta es una reprensión a los judaizantes, que puede resumirse así: Cristo es para nosotros como un padre para sus hijos adultos. ¿Por qué entonces vuelves a la pedagogía de la ley? ¿Por qué volver a tender la mano como los muchachos a la férula?

Por fe. No sólo por la fe, sino por la fe manifestada en el bautismo y otros actos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento