Sus caras estaban hacia adentro - literalmente, como en el margen. En lugar de mirar uno hacia el otro, con las cabezas inclinadas hacia abajo sobre el propiciatorio, como los querubines de Moisés Éxodo 37:9, estos de Salomón miraron desde el santuario hacia la gran cámara ("la casa"). Los querubines se erguían así a ambos lados del arca, como dos centinelas que lo custodiaban.

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