Y tenía en su mano derecha siete estrellas - Emblemático de los ángeles de las siete iglesias. No se dice cómo los sostuvo. Puede ser que parecieran descansar sobre su palma abierta; o puede ser que él parecía sostenerlos como si estuvieran dispuestos en un cierto orden, y con algún tipo de apego, para que pudieran ser agarrados. No es improbable que, como en el caso de los siete portadores de la lámpara (véanse las notas en Apocalipsis 1:13), estén dispuestos de manera tal que representen la posición relativa de las siete iglesias.

Y salió de su boca una espada afilada de dos filos - En la forma de la antigua espada de dos filos, vea las notas en Efesios 6:17. Los dos bordes fueron diseñados para cortar en ambos sentidos; y tal espada es un emblema llamativo del poder penetrante de la verdad, o de las palabras que salen de la boca; y esto está diseñado indudablemente para ser la representación aquí: que había algún símbolo que mostraba que sus palabras, o su verdad, tenían el poder de cortar profundamente o penetrar el alma. Entonces en Isaías 49:2, se dice del mismo personaje, "Y él ha hecho mi boca como una espada afilada". Ver las notas en ese verso. Entonces, en Hebreos 4:12, "La Palabra de Dios es rápida y poderosa, más afilada que cualquier espada de dos filos", etc. Entonces Aristófanes dice de Pericles:

“Su poderoso discurso.

Traspasó el alma del oyente y se fue.

En lo profundo de su seno está su punto agudo debajo.

Una figura similar ocurre a menudo en la poesía árabe. "Como flechas, sus palabras entran en el corazón". Ver Gesenius, Comentario zu, Isaías 49:2. La única dificultad aquí es con respecto a la representación aparentemente incongruente de una espada que parece proceder de la boca; pero quizás no sea necesario suponer que John quiere decir que vio esa imagen. Lo escuchó hablar; sintió el poder penetrante de sus palabras; y eran como si una espada afilada saliera de su boca. Penetraron profundamente en el alma, y ​​mientras lo miraba parecía que le salía una espada de la boca. Tal vez no sea necesario suponer que incluso hubo una representación visible de esto, ya sea de una espada o del aliento que sale de su boca que parece tomar esta forma, como supone el profesor Stuart. Puede ser una representación totalmente figurativa, como suponen Heinrichs y Ewald. Aunque había símbolos visibles e impresionantes de su majestad y gloria presentados a los ojos, no es necesario suponer que había símbolos visibles de sus palabras.

Y su semblante - Su rostro. Había habido antes descripciones particulares de algunas partes de su rostro, como de sus ojos, pero esta es una representación de todo su aspecto; del esplendor general y brillo de su semblante.

Era como el sol brillaba en su fuerza - En todo su esplendor cuando estaba libre de nubes; donde sus rayos no son interceptados de ninguna manera. Compare Jueces 5:31; “Pero que los que lo aman (al Señor) sean como el sol cuando él salga en su poder”; 2 Samuel 23:4, "Y él será como la luz de la mañana, cuando salga el sol, incluso una mañana sin nubes"; Salmo 19:5, "Que (el sol) es como un novio que sale de su habitación, y se regocija como un hombre fuerte para correr una carrera". No podría haber una descripción más sorprendente de la majestad y gloria del semblante que compararlo con el esplendor abrumador del sol. Esto cierra la descripción del personaje que se le apareció a John. El diseño era evidentemente para impresionarlo con un sentido de su majestad y gloria, y para preparar el camino para la naturaleza autoritaria de las comunicaciones que debía hacer. Es obvio que esta apariencia debe haber sido asumida.

La representación no es la del Redentor cuando se levantó de entre los muertos: un hombre de mediana edad; ni está claro que era lo mismo que en el monte de la transfiguración, donde, por cualquier cosa que aparezca, retuvo su aspecto y forma habituales aunque temporalmente investidos de extraordinaria brillantez; ni es la forma en que podemos suponer que ascendió al cielo porque no hay evidencia de que se haya transformado así cuando ascendió; ni tampoco es la de un sacerdote, ya que en esta descripción faltan todos los poderes especiales de un sacerdote judío. La apariencia asumida es, evidentemente, de acuerdo con varias representaciones de Dios cuando se le apareció a Ezequiel, a Isaías y a Daniel, lo que era una manifestación adecuada de un ser divino, de uno vestido con la majestad y el poder de Dios. No debemos inferir de esto, que esta es de hecho la aparición del Redentor ahora en el cielo, o que esta es la forma en que aparecerá cuando venga a juzgar al mundo. De su aparición en el cielo no tenemos conocimiento; del aspecto que asumirá cuando llegue a juzgar a las personas no tenemos cierta información. Somos necesariamente tan ignorantes de esto como lo somos de lo que será nuestra propia forma y apariencia después de la resurrección de los muertos.

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