Ni tampoco que se ofrezca a menudo - El sumo sacerdote judío entraba al lugar santísimo con sangre una vez al año. A este respecto, la ofrenda hecha por Cristo y el trabajo que realizó diferían de los del sumo sacerdote judío. No era necesario que él entrara al lugar sagrado sino una vez. Habiendo entrado allí, permanece permanentemente allí.

Con la sangre de otros - Es decir, con la sangre de terneros y cabras. Este es un segundo punto en el que la obra de Cristo difiere de la del sumo sacerdote judío. Cristo entró allí con su propia sangre; notas sobre Hebreos 9:12.

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