Cabe señalar que Aarón no ofrece ninguna ofrenda de paz por sí mismo. Le bastaba que participara en las ofrendas de paz de la consagración , y en las dos ofrendas de paz que iban a ser sacrificadas por el pueblo.

Su ofrenda por el pecado probablemente se consideró no tanto como un sacrificio por sus propios pecados reales como un reconocimiento típico de su naturaleza pecaminosa y de su futuro deber de ofrecer por sus propios pecados y los del Pueblo. Ver referencias marginales. “La ley hace sumos sacerdotes a los hombres enfermos; pero la palabra del juramento, que era después de la ley, hace al Hijo, que es consagrado (en el margen perfeccionado, ver nota) para siempre, .

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad