Y cuando entró en la casa - Es decir, ya sea en la casa que solía ocupar en Capernaum o en la casa de algún amigo. Lo habían seguido, pero hasta ahora no parecía haber escuchado sus gritos, y entró en la casa como si no tuviera la intención de mirarlos, probablemente para el juicio de su fe.

Los ciegos vinieron a él - Es decir, lo siguieron a la casa. Mostraron una determinación de perseverar hasta que obtuvieron lo que pidieron.

¿Crees que soy capaz de hacer esto? - Para hacer un milagro. Aunque lo siguieron y lloraron tras él, les exigió una profesión abierta de su fe con respecto a su poder.

Ellos le dijeron: Sí, Señor - No tenemos dudas de esto. Vinimos con esa seguridad: te hemos seguido con esa creencia. Fue en esta simple profesión de su fe que se realizó el milagro, como es en la simple profesión de nuestra fe que nuestras almas serán salvadas.

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