Y dije: El amor de Dios por nosotros es la gran incitación, limitante, vivificador del amor de Su criatura. Micah acababa de hablar del amor de Dios hacia Israel; cómo los reuniría en un pliegue bajo un solo pastor, los protegería, los guiaría, eliminaría todas las dificultades ante ellos, sería su cabeza y les permitiría seguirlo. Luego se vuelve hacia ellos. Estas son las obras de Dios; esto, Dios tiene reservado para ti más adelante. Aun cuando la misericordia misma requiera castigo, Él no se desvanece para siempre. La desolación no es más que la precursora de la misericordia futura. ¿Qué haces, pues? El profeta les atrae, clase por clase. Hubo una corrupción general de cada orden de hombres, a través de los cuales Judá podía ser preservado, príncipes Miqueas 3:1, profetas Miqueas 3:5, sacerdotes Miqueas 3:11. La sal había perdido su sabor; ¿con qué podría ser sazonado? ¿por qué podría evitarse que la masa en descomposición de la gente se corrompa por completo?

Escucha, te ruego, oh jefes de Jacob, y vosotros, príncipes de la casa de Israel - Los pone bajo el mismo nombre, bajo el cual había prometido por primera vez misericordia. Primero había prometido misericordia a todo Jacob y al remanente de Israel. Entonces ahora él levanta las "cabezas de Jacob y los príncipes de la casa de Israel", para que no se engañen a sí mismos. Al mismo tiempo, los recuerda a los hechos de su padre. Judá había sucedido a la primogenitura, perdida por Rubén, Simeón y Leví; y en Judá se cumplieron todas las promesas del Mesías. Pero él no era como los tres grandes patriarcas, el padre de los fieles (Abraham), o el manso Isaac, o el muy probado Jacob. El nombre entonces no tenía las reminiscencias, ni la fuerza de apelación, contenidas en los títulos, simiente de Abraham, Isaac o Israel.

¿No te corresponde conocer el juicio? - Es un gran aumento de la culpa, cuando las personas descuidan o pervierten lo que es su deber especial y su cargo vigilar; como cuando los maestros corrompen la doctrina, o los predicadores ceden ante un bajo nivel de moral, o los jueces pervierten el juicio. Los "príncipes" aquí hablados o son llamados así por juzgar, "decidir" las causas. Son los mismos "gobernantes", a quienes Isaías al mismo tiempo critica, como siendo, por sus pecados, gobernantes de Sodoma, cuyas manos estaban llenas de sangre Isaías 1:15. Los que no lo hacen, con el tiempo dejan de saberlo en gran medida. Cuando Dios retira su gracia, la mente se oscurece y ya no puede verla. Entonces se dice de los hijos de Eli, ellos eran hijos de Belial, no conocían al Señor 1 Samuel 2:12; y, en un alma maliciosa, la Sabiduría no entrará, ni morará en un cuerpo sujeto al pecado (Sab. 1: 4). Tal, "no conozcas los juicios de Dios que son una gran profundidad: y en la profundidad de su justicia la mente maligna no encuentra". Pero si los hombres no “conocerán el juicio” al hacerlo, lo harán al sufrirlo.

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