No hay voz ni lenguaje donde no se escuche su voz - Margen, sin ellos se escucha su voz. En hebreo, "sin que se escuche su voz". La idea al margen, que es adoptada por el Prof. Alexander, es que cuando los cielos expresan la majestad y la gloria de Dios, no es por palabras, por el uso del lenguaje que se emplea entre los hombres. Es decir, hay un testimonio silencioso pero real del poder y la gloria de su gran Autor. La misma idea es adoptada sustancialmente por DeWette. Así que Rosenmuller lo expresa: "No hay palabras para ellos, ni palabras, ni se escucha su voz". Por muy altas que sean estas autoridades, sin embargo, me parece que la idea transmitida por nuestra versión común es probablemente la correcta. Esta es la idea en la Septuaginta y la Vulgata Latina. Según esta interpretación, el significado es: “No hay nación, no hay hombres, cualquiera que sea su idioma, a quienes los cielos no hablan, declarando la grandeza y la gloria de Dios. El idioma que hablan es universal; y por varios idiomas que hablan los hombres, por imposible que sea para ellos entenderse, todos pueden entender el lenguaje de los cielos, proclamando las perfecciones del Gran Creador. Ese es un lenguaje universal que no necesita expresarse en forma de lenguaje humano, pero que transmite grandes verdades por igual a toda la humanidad ".

Que el pasaje no puede significar que no hay discurso, que no hay palabras, o que no hay lenguaje en las lecciones transmitidas por los cielos, me parece claro por el hecho de que igual en el verso anterior Salmo 19:2, y en el siguiente verso Salmo 19:4, el salmista dice que sí usan el habla o el lenguaje, "Día a día pronuncia el habla;" "Sus palabras hasta el fin del mundo". La frase "su voz" se refiere a los cielos Salmo 19:1. Pronuncian una voz clara y distinta a la humanidad; es decir, transmiten a las personas nociones verdaderas y justas de la grandeza del Creador. El significado, entonces, me parece a mí, es que las mismas grandes lecciones sobre Dios son transmitidas por los cielos, en su gloria y sus revoluciones, a todas las naciones; que estas lecciones se les transmiten día a día y noche a noche; que, por muy grandes que sean las diversidades del habla entre los hombres, estas transmiten lecciones en un lenguaje universal entendido por toda la humanidad; y que así Dios se está haciendo conocer constantemente a todos los habitantes de la tierra. Todas las personas pueden entender el idioma de los cielos, aunque es posible que no puedan entender el idioma de los demás. De la verdad de esto nadie puede dudar; y su belleza es igual a su verdad.

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