Y ahora, Señor, ¿qué espero? - Desde la consideración de un mundo vano, de los esfuerzos infructuosos del hombre, de lo que lo dejó perplejo, avergonzado y turbado, el salmista ahora se vuelve hacia Dios y lo mira como la fuente de consuelo. Dirigiéndose a Él, obtiene visiones más alegres de la vida. La expresión "¿Qué espero?" significa, ¿qué espero o espero ahora? en qué se basa mi esperanza; ¿Dónde encuentro opiniones alegres y reconfortantes con respecto a la vida? No había encontrado nada en la contemplación del mundo mismo, en el hombre y sus actividades; en el curso de cosas tan sombrías y tan misteriosas; y ahora dice que se vuelve a Dios para encontrar consuelo en sus perplejidades.

Mi esperanza está en ti - Solo en ti. Mi confianza está en ti; Mi expectativa es de ti. No es de lo que veo en el mundo; no está en mi poder resolver los misterios que me rodean; no es que pueda ver la razón por la cual estas sombras persiguen sombras tan ansiosamente a mi alrededor; Es en el Dios que hizo todo, el Gobernador sobre todo, que puede controlar todo, y que puede lograr Sus propios grandes propósitos en relación incluso con estas sombras en movimiento, y que puede conferir al hombre, por lo tanto, vano en sí mismo y en sus actividades que lo cual será valioso y permanente. La idea es que la contemplación de un mundo tan vano, tan sombrío, tan misterioso, nos aleje de toda expectativa de encontrar en ese mundo lo que necesitamos, o encontrar una solución a las preguntas que tanto nos dejan perplejos, hasta el gran Dios que es infinitamente sabio y que puede satisfacer todas las necesidades de nuestra naturaleza inmortal; y quién, en su propio tiempo, puede resolver todos estos misterios.

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