Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza [Corinto estaba formada por griegos, romanos y judíos, y todos estos tres elementos de su población se encontraban en la iglesia a la que Pablo escribió. El judío y el romano adoraban con la cabeza cubierta, y el griego con la cabeza descubierta. Naturalmente, surgiría una disputa sobre qué costumbre era la correcta. Además, como las mujeres conocían sin duda alguna el principio de que no hay varón ni mujer en el ámbito espiritual (Gálatas 3:28), parece que se sumaron a la confusión tomando partido en la controversia, de modo que algunos de ellos ellos afirmaron el derecho a adorar con la cabeza descubierta a la manera de los griegos.

Ahora, en Oriente en los días de Pablo, todas las mujeres iban a las asambleas públicas con la cabeza cubierta, y este peplum, o velo, era considerado como una insignia de subordinación, una señal de que la mujer estaba bajo el poder del hombre. Así Chardin, el viajero, dice que las mujeres de Persia usan un velo en señal de que están "en sujeción", un hecho que Pablo también afirma en este capítulo. Ahora, el significado simbólico del tocado de una mujer se convirtió en el factor determinante de esta disputa.

Para un hombre adorar con la cabeza cubierta era un acto de afeminamiento, una vergüenza para su cabeza, y para una mujer adorar con la cabeza descubierta era igualmente vergonzoso, porque de inmediato se consideraría como una afirmación audaz de independencia injustificada. una señal de que había dejado a un lado su modestia y se había alejado de su esfera. De este pasaje queda claro que no se pretendía que el cristianismo variara innecesariamente de las costumbres nacionales de la época.

Para los cristianos, introducir innovaciones innecesarias sería aumentar los conceptos erróneos que ya los sometieron a persecución. El que sigue a Cristo se encontrará notoriamente diferente del mundo, sin practicar ningún truco de singularidad]; o es una y la misma cosa que si estuviera rapada .

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