¿Quién te hace diferir? ¿Y qué tienes que no hayas recibido? pero si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido? [Dios los había hecho diferentes tanto en dones naturales como espirituales ( Romanos 12:3-8 ). Si, pues, uno tenía facultades de raciocinio más sutiles que otro, ¿qué motivo tenía para jactarse, ya que su superioridad se debía a la gracia de Dios al conferirla, y no a sí mismo al adquirirla?]

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