Porque si os entristezco, ¿quién es el que me alegra sino el que se entristece conmigo? [Pero yo llamo a Dios, que todo lo sabe, y al que escudriña los corazones, para que mire los propósitos secretos de mi alma, y ​​confirme la verdad si la digo, y testifique contra mí y me castigue si miento ( Malaquías 3:5 ), que me demoré en venir a Corinto para que tuvieras tiempo de arrepentirte, y mostrar tu arrepentimiento por la obediencia; porque si hubiera venido a la hora que os dije por primera vez, me habría visto obligado a disciplinaros, y por tanto os arrepentiría ( 1 Corintios 4:21 ).

No que yo me enseñoreé de vuestra fe, porque en este ámbito no soy más que coayudante de vuestro gozo al confirmaros en vuestra fe ( Romanos 15:13 ; Filipenses 1:25 ); porque por vuestra fe sois hijos de Dios, libres e independientes, mayores de edad ( Gálatas 3:23-26 ; Gálatas 4:1-7 ; Gálatas 4:31 ; Gálatas 5:1 ).

Pero cuando por falta de fe caigas en prácticas pecaminosas, debo disciplinarte. Pero determiné que por mi propia alegría no vendría tan pronto como para causarles tristeza como lo hice en mi última visita. Porque si te hago sentir arrepentimiento, ¿quién me hará feliz? ¿No habré hecho sentir pena a esa misma gente a la que yo mismo busco alegría?]

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