de modo que nosotros mismos nos gloriamos en vosotros en las iglesias de Dios por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y en las aflicciones que soportáis [La fe y el amor de los tesalonicenses eran tales que, espontáneamente, por su propia voluntad, Pablo y su compañeros se deleitaron en contarlo a las iglesias de Corinto, Cencreas y en otras partes de Acaya. Aunque las persecuciones que surgieron mientras Pablo estaba en Tesalónica aún continuaban, ni agotaron la paciencia de los cristianos como para llevarlos a abandonar a Dios, ni su fe como para llevarlos a desconfiar de Dios. Debemos observar que las iglesias son comúnmente llamadas, por Pablo, como aquí, iglesias de Dios, aunque a veces iglesias de Cristo];

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Antiguo Testamento