Pero hablar no ayuda. "Ya sea que hablara o no, su dolor persistía" (Bible Knowledge Comm. p. 738). Job no solo no fue ayudado por sus tres consoladores, sino que ni siquiera pudo ayudarse a sí mismo. Nada de lo que podía decir o pensar parecía ayudarlo a aceptar su sufrimiento.

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Antiguo Testamento