Que no le digan a nadie

(ινα μηδεν ειπωσιν). ¿Por qué? Por la misma razón que él mismo había evitado esta afirmación en público. Él era el Mesías (ο Χριστος), pero la gente inevitablemente lo tomaría en un sentido político. Jesús estaba profundamente conmovido por la gran confesión de Pedro en favor de los discípulos. Se mostró agradecido y confiado en el resultado final. Pero él previó el peligro para todos. Pedro lo había confesado como el Mesías y sobre esta roca de fe así confesada edificaría su iglesia o reino. Todos ellos tendrán y usarán las llaves de este más grande de todos los edificios, pero por el momento deben guardar silencio.

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Antiguo Testamento