Lucas 2:20 . Regresados , es decir, a su rebaño, a su deber. Las revelaciones angélicas no los convirtieron en pastores infieles. Pero su deber ordinario se alegró por lo que habían oído y visto. No sabemos más de ellos. Van Oosterzee: 'Probablemente se quedaron dormidos, antes del comienzo del ministerio público de nuestro Señor, con el recuerdo de esta noche en sus corazones, y un estado de ánimo como el del anciano Simeón.

Sus nombres, desconocidos en la tierra, están escritos en el cielo, y su experiencia es el mejor ejemplo de la primera bienaventuranza. Mateo 5:3 .'

Lecciones de la Natividad: Dios tiene en cada nacimiento Su obra admirable. Pero Dios ser niño, ese es el milagro de los milagros. El gran Dios para ser un pequeño bebé ; el Anciano de Días para convertirse en un infante; el Rey de la eternidad a ser de dos o tres meses de edad, el Todopoderoso Jehová a ser un hombre débil; Dios inmensamente grande, a quien el cielo y la tierra no pueden contener, para ser un niño de un palmo de largo; El que gobierna las estrellas para chupar el pezón de una mujer; el fundador de los cielos mecido en una cuna; el que domina el mundo envuelto en manadas de niños: es una cosa de lo más increíble, el bendito 'misterio' de la piedad.

La tierra se maravilló, en la Natividad de Cristo, al ver una nueva estrella en el cielo; pero el cielo podría más bien asombrarse de ver un nuevo Sol en la tierra. Gloria y vergüenza, los cielos altísimos y el pesebre humilde, ángeles y pastores, ¡cuánto en consonancia con el nacimiento del Dios-hombre, Dios despojándose de Sí mismo para hacerse hombre! Si fuera poesía y no historia, entonces el poeta sería más grande que el héroe (Rousseau). Este hecho exigió los acordes más altos de los ángeles, y desde entonces ha estado estimulando a los 'hombres de la buena voluntad de Dios' a expresar su acción de gracias por la 'paz en la tierra', de una manera no discordante con ese canto del futuro, en el que los ángeles y los hombres redimidos se unirán para alabar al Niño de Belén, para cantar el eterno Gloria in Excelsis.

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