Salmo 119:1-176

1 Bienaventurados los íntegros de camino, los que andan según la ley del SEÑOR.

2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios y con todo el corazón le buscan.

3 Pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos.

4 Tú mandaste que tus ordenanzas fuesen muy guardadas.

5 ¡Ojalá fuesen estables mis caminos para guardar tus leyes!

6 Entonces yo no sería avergonzado al observar todos tus mandamientos.

7 Te alabaré con rectitud de corazón cuando aprenda tus justos juicios.

8 Tus leyes guardaré; no me abandones por completo.

9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra

10 Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos.

11 En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti.

12 ¡Bendito seas tú, oh SEÑOR! Enséñame tus leyes.

13 Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca.

14 Me he gozado en el camino de tus testimonios más que sobre toda riqueza.

15 En tus ordenanzas meditaré; consideraré tus caminos.

16 Me deleitaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras.

17 Haz bien a tu siervo para que viva y guarde tu palabra.

18 Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.

19 Peregrino soy yo en la tierra; no encubras de mí tus mandamientos.

20 Se consume mi alma por anhelar tus preceptos en todo tiempo.

21 Increpaste a los arrogantes; malditos los que se desvían de tus mandamientos.

22 Aparta de mí el oprobio y el desprecio porque he guardado tus testimonios.

23 Aunque los gobernantes se sienten y hablen contra mí, tu siervo meditará en tus leyes.

24 Tus testimonios son mi delicia y también mis consejeros.

25 Mi alma está pegada al polvo; vivifícame según tu palabra.

26 Mis caminos te declaré, y me respondiste; enséñame tus leyes.

27 Hazme entender el camino de tus ordenanzas, y meditaré en tus maravillas.

28 Mi alma llora de ansiedad; sostenme conforme a tu palabra.

29 Aparta de mí el camino de engaño, y enséñame tu ley.

30 He escogido el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí.

31 Me he apegado a tus testimonios; oh SEÑOR, no me avergüences.

32 Por el camino de tus mandamientos correré porque das amplitud a mi corazón.

33 Enséñame, oh SEÑOR, el camino de tus leyes, y lo guardaré hasta el fin.

34 Dame entendimiento, y guardaré tu ley; la observaré con todo el corazón.

35 Guíame por la senda de tus mandamientos porque en ella me deleito.

36 Inclina mi corazón a tus testimonios y no a las ganancias deshonestas.

37 Aparta mis ojos para que no vean la vanidad; vivifícame en tu camino.

38 Cumple tu promesa a tu siervo que te teme.

39 Aparta de mí el oprobio que me aterra porque buenos son tus juicios.

40 Mira cómo anhelo tus ordenanzas; vivifícame en tu justicia.

41 Venga a mí tu misericordia, oh SEÑOR; y tu salvación, conforme a tu promesa.

42 Entonces daré respuesta al que me afrenta, porque en tu palabra he confiado.

43 En ningún momento quites de mi boca la palabra de verdad, porque en tu juicio tengo puesta mi esperanza.

44 Tu ley guardaré siempre, para siempre jamás.

45 Andaré en libertad, porque he buscado tus mandamientos.

46 Hablaré de tus testimonios delante de los reyes y no quedaré avergonzado.

47 Me deleitaré en tus mandamientos, los cuales he amado.

48 Alzaré mis manos a tus mandamientos, los cuales he amado, y meditaré en tus leyes.

49 Acuérdate de la promesa dada a tu siervo en la cual me has hecho esperar.

50 Esto es mi consuelo en mi aflicción: que tu palabra me ha vivificado.

51 Mucho se han burlado de mí los arrogantes pero yo no me he apartado de tu ley.

52 Oh SEÑOR, me he acordado de tus juicios realizados desde tiempos antiguos y he hallado consuelo.

53 La indignación se apoderó de mí, a causa de los impíos que abandonan tu ley.

54 Tus leyes han sido cánticos para mí en el ámbito de mis peregrinaciones.

55 Oh SEÑOR, en la noche me he acordado de tu nombre y he guardado tu ley.

56 Esto me ha acontecido porque guardé tus mandamientos.

57 Tú eres mi porción, oh SEÑOR; me he propuesto guardar tus palabras.

58 He implorado tu favor de todo corazón; ten misericordia de mí según tu palabra.

59 Consideré mis caminos y volví mis pies a tus testimonios.

60 Me apresuré, y no me retardé, a guardar tus mandamientos.

61 Las cuerdas de los impíos me rodearon pero no me olvidé de tu ley.

62 A medianoche me levanto para darte gracias por tus justos juicios.

63 Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus ordenanzas.

64 De tu misericordia está llena la tierra. Oh SEÑOR, enséñame tus leyes.

65 Has hecho bien a tu siervo, oh SEÑOR, conforme a tu palabra.

66 Enséñame buen sentido y sabiduría porque tus mandamientos he creído.

67 Antes que fuera humillado, yo erraba; pero ahora guardo tu palabra.

68 Tú eres bueno y bienhechor; enséñame tus leyes.

69 Los soberbios forjaron engaño contra mí pero yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.

70 El corazón de ellos se ha vuelto insensible como sebo; pero yo me he deleitado en tu ley.

71 Bueno me es haber sido afligido para que aprenda tus leyes.

72 Mejor me es la ley que procede de tu boca que miles de piezas de oro y plata.

73 Tus manos me hicieron y me formaron; hazme entender para que yo aprenda tus mandamientos.

74 Los que te temen me verán y se alegrarán, porque en tu palabra he puesto mi esperanza.

75 Conozco, oh SEÑOR, que tus juicios son justos y que conforme a tu fidelidad me has afligido.

76 Que tu bondad me consuele conforme a lo que has prometido a tu siervo.

77 Llegue a mí tu misericordia para que yo viva, porque tu ley es mi delicia.

78 Sean avergonzados los arrogantes porque con engaño me han agraviado. Pero yo meditaré en tus preceptos.

79 Vuélvanse a mí los que te temen y conocen tus testimonios.

80 Sea mi corazón íntegro en tus leyes para que no sea yo avergonzado.

81 Desfallece mi alma en espera de tu salvación; en tu palabra he puesto mi esperanza.

82 Desfallecen mis ojos en espera de tu palabra diciendo: “¿Cuándo me consolarás?”.

83 Aunque he sido como un odre en medio del humo, no me he olvidado de tus leyes.

84 ¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?

85 Los arrogantes me han cavado fosas, lo que no está de acuerdo con tu ley.

86 Todos tus mandamientos son fieles. Con engaño me persiguen; ayúdame.

87 Casi me han eliminado de la tierra pero yo no he abandonado tus ordenanzas.

88 Vivifícame conforme a tu misericordia y guardaré los testimonios de tu boca.

89 Para siempre, oh SEÑOR, permanece tu palabra en los cielos.

90 Por generación y generación es tu fidelidad; estableciste la tierra, y se mantiene firme.

91 Por tu mandato permanecen hasta hoy porque todos ellos son tus siervos.

92 Si tu ley no hubiera sido mi delicia ya habría perecido yo en mi aflicción.

93 Nunca jamás me olvidaré de tus ordenanzas porque con ellas me has vivificado.

94 Tuyo soy; sálvame porque he buscado tus ordenanzas.

95 Los impíos me han esperado para destruirme pero yo estoy atento a tus testimonios.

96 A todo lo perfecto le veo límite pero tu mandamiento es sobremanera amplio.

97 ¡Cuánto amo tu ley! Todo el día ella es mi meditación.

98 Por tus mandamientos me has hecho más sabio que mis enemigos, porque para siempre son míos.

99 He comprendido más que todos mis instructores porque tus testimonios son mi meditación.

100 He entendido más que los ancianos porque he guardado tus ordenanzas.

101 De todo mal camino contuve mis pies para guardar tu palabra.

102 No me aparté de tus juicios porque tú me has enseñado.

103 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras, más que la miel en mi boca!

104 De tus ordenanzas adquiero inteligencia; por eso aborrezco todo camino de mentira.

105 Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.

106 He jurado guardar tus justos juicios, y lo he de cumplir.

107 Oh SEÑOR, afligido estoy en gran manera; vivifícame conforme a tu palabra.

108 Sean agradables a ti, oh SEÑOR, las ofrendas de mi boca; y enséñame tus juicios.

109 De continuo está mi vida en peligro pero no me olvido de tu ley.

110 Los impíos me pusieron trampa pero no me desvié de tus ordenanzas.

111 Tus testimonios son mi heredad para siempre porque ellos son el gozo de mi corazón.

112 He inclinado mi corazón para poner por obra tus leyes de continuo y hasta el fin.

113 Aborrezco a los de doble ánimo pero amo tu ley.

114 Mi refugio y mi escudo eres tú; en tu palabra he puesto mi esperanza.

115 Apartaos de mí, malhechores, pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.

116 Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; no me avergüences con respecto a mi esperanza.

117 Sostenme, y seré salvo; siempre me deleitaré en tus leyes.

118 Desprecias a todos los que se desvían de tus leyes pues su astucia es un engaño.

119 Hiciste que todos los impíos de la tierra fueran consumidos como escoria; por tanto, he amado tus testimonios.

120 Mi cuerpo se estremece por temor a ti y tengo reverencia por tus juicios.

121 El derecho y la justicia he practicado; no me abandones ante mis opresores.

122 Sé fiador de tu siervo para bien; no me hagan violencia los orgullosos.

123 Mis ojos desfallecen por tu salvación y por tu justa promesa.

124 Haz con tu siervo según tu misericordia y enséñame tus leyes.

125 Yo soy tu siervo; dame entendimiento para que conozca tus testimonios.

126 Ya es hora de actuar, oh SEÑOR, porque han violado tu ley.

127 Por eso amo tus mandamientos más que el oro, más que el oro puro.

128 Por eso he guardado todas tus ordenanzas; aborrezco todo camino de mentira.

129 Maravillosos son tus testimonios; por eso los guarda mi alma.

130 La exposición de tu palabra alumbra; hace entender a los ingenuos.

131 Mi boca abrí y suspiré porque anhelaba tus mandamientos.

132 Vuélvete a mí y ten misericordia de mí como acostumbras con los que aman tu nombre.

133 Afirma mis pasos con tu palabra; que ninguna iniquidad se enseñoree de mí.

134 Rescátame de la violencia de los hombres y guardaré tus mandamientos.

135 Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo y enséñame tus leyes.

136 Ríos de agua corren de mis ojos porque ellos no guardan tu ley.

137 Justo eres tú, oh SEÑOR, y rectos son tus juicios.

138 Has ordenado tus testimonios en justicia y en completa fidelidad.

139 Mi celo me ha consumido porque mis enemigos olvidan tus palabras.

140 Sumamente pura es tu palabra; tu siervo la ama.

141 Aunque soy pequeño y despreciado, no me he olvidado de tus ordenanzas.

142 Tu justicia es justicia eterna, y tu ley es la verdad.

143 Aflicción y angustia me han alcanzado pero tus mandamientos han sido mi delicia.

144 Justicia eterna son tus testimonios; dame entendimiento para que viva.

145 Clamo con todo mi corazón: Respóndeme, oh SEÑOR, y guardaré tus leyes.

146 A ti clamo; sálvame y guardaré tus testimonios.

147 Me anticipo al alba e imploro; tu palabra es lo que espero.

148 Mis ojos se adelantaron a las vigilias de la noche para meditar en tus palabras.

149 Oye mi voz conforme a tu misericordia; oh SEÑOR, vivifícame conforme a tu justicia.

150 Se acercan con maldad los que me persiguen; están lejos de tu ley.

151 Cercano estás tú, oh SEÑOR; todos tus mandamientos son verdad.

152 Hace mucho que he conocido tus testimonios, los cuales estableciste para siempre.

153 Mira mi aflicción y líbrame porque no me he olvidado de tu ley.

154 Aboga mi causa y redímeme; vivifícame conforme a tu palabra.

155 Lejos está de los impíos la salvación porque no buscan tus leyes.

156 Grande es tu misericordia, oh SEÑOR; vivifícame conforme a tu justicia.

157 Muchos son mis perseguidores y mis enemigos pero de tus testimonios no me he apartado.

158 Veía a los traidores y me disgustaba porque no guardaban tu palabra.

159 Mira, oh SEÑOR, cómo amo tus ordenanzas; vivifícame conforme a tu misericordia.

160 La suma de tu palabra es verdad; eternos son todos tus justos juicios.

161 Príncipes me han perseguido sin causa pero mi corazón tuvo temor de tus palabras.

162 Yo me gozo en tu palabra como el que halla abundante botín.

163 La mentira aborrezco y abomino pero amo tu ley.

164 Siete veces al día te alabo por tus justos decretos.

165 Mucha paz tienen los que aman tu ley,y no hay para ellos tropiezo.

166 Tu salvación he esperado, oh SEÑOR, y tus mandamientos he puesto por obra.

167 Mi alma ha guardado tus testimonios y los he amado en gran manera.

168 He guardado tus ordenanzas y tus testimonios; todos mis caminos están delante de ti.

169 Llegue mi clamor delante de ti, oh SEÑOR; dame entendimiento conforme a tu palabra.

170 Llegue mi súplica delante de ti; líbrame conforme a tu dicho.

171 Mis labios rebosarán de alabanza cuando me enseñes tus estatutos.

172 Cante mi lengua tu palabra porque todos tus mandamientos son justicia.

173 Venga tu mano a socorrerme porque tus ordenanzas he escogido.

174 Anhelo tu salvación, oh SEÑOR, y tu ley es mi delicia.

175 ¡Que viva mi alma y te alabe, y que tus juicios me ayuden!

176 He andado errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos.

EXPOSICIÓN

Este es un "salmo alfabético" de un carácter más estricto que cualquier otro. Consiste en veintidós estrofas, cada uno de ocho versos, cada verso en cada estrofa comienza con su propia letra propia: las de la estrofa 1 con aleph, la primera letra del alfabeto hebreo; los de la estrofa 2 con ambos, la segunda letra; y así. El escritor, habiéndose encadenado así, se mueve con cierta dificultad, pero todavía ha producido lo que justamente se ha llamado "una meditación dulcemente monótona" (Cheyne). Toma la Ley como su único tema, y, además, parece haberse obligado, casi absolutamente, a introducir la palabra "Ley", o algo que él considera como sinónimo de "Ley", en cada verso. Los sinónimos son nueve en número

1. TORAH, "la Ley" misma; pero no simplemente la Ley dada en el Monte Sinaí; más bien, la ley de Dios en el sentido más amplio, todo por lo cual él ha insinuado su voluntad al hombre.

2. 'EDVOTH, o' EDOTH, "testimonios". Los mandamientos de Dios, considerados como testigos de su carácter, y como testimonio de su voluntad.

3. MISHPATIM, "juicios". Pronunciamientos judiciales por acto o palabra contra líneas particulares de conducta.

4. KHUQQIM, "estatutos": una vez traducidas las "ordenanzas" (Salmo 119:91). Las promulgaciones de Dios como legislador, pero no se limitan a la ley escrita.

5. DABAR o DEBARIM, "Palabra de Dios" o "Palabras". Sus declaraciones reales habladas o escritas.

6. PIQQUDIM, "preceptos". Instrucciones dadas a los hombres para dirigir su conducta.

7. MITSROTH, "mandamientos". Solo ligeramente diferente de piqqudim, bastante más ancho.

8. IMRAH, propiamente "promete", pero se usa más bien como una variante, en lugar de dabar, y se extiende a todas las declaraciones de Dios.

9. DAREK o DEEAKIM, "camino" o "caminos". Líneas de conducta prescritas (muy raramente utilizadas).

Los sinónimos del 1 al 8 aparecen, cada uno de ellos veinte veces, o más a menudo, en el salmo. Darek (derakim) ocurre solo cuatro veces. Emunah, que ha sido llamado sinónimo (Kay), apenas merece ser considerado. Solo se quiere como sinónimo una vez (Salmo 119:90). La excelencia de "la Ley" se considera en casi todos los aspectos posibles.

א ALEPH.

Salmo 119:1

Bienaventurados los sin mancha en el camino; más bien, el perfecto, o los que son por pie (versión revisada). El "camino" previsto es, sin duda, "el camino de la justicia" (Salmo 1: 7; Salmo 23:3, etc.). Quienes caminan en la Ley del Señor. Compare el párrafo introductorio para el significado de "Ley" en este salmo. Esta cláusula es exegética de la anterior.

Salmo 119:2

Bienaventurados los que guardan sus testimonios. Una expresión variante para guardar la Ley, en lugar de la especificación de una parte particular de la misma. Y que lo busque con todo el corazón. Esta es la parte enfática del verso. Una obediencia "desde el corazón" solo es aceptable para Dios (ver Salmo 36:10; Salmo 64:10; Salmo 119:34, Salmo 119:58, Salmo 119:69, Salmo 119:145).

Salmo 119:3

Tampoco hacen iniquidad: caminan en sus caminos. La justicia positiva incluye lo negativo. Aquellos que caminan siempre en la Ley de Dios (Salmo 119:1), a fortiori, se mantendrán alejados de toda iniquidad.

Salmo 119:4

Nos has mandado guardar tus preceptos diligentemente; más bien, has ordenado tus preceptos para la observancia diligente, o para que los hombres los observen diligentemente. Los hombres a veces dan preceptos que no les importa haber obedecido; pero los preceptos de Dios están destinados a una observancia cuidadosa, diligente y continua. El "tú" al principio (attah) es enfático.

Salmo 119:5

¡Oh, si mis caminos estuvieran dirigidos a guardar tus estatutos! Los primeros cuatro versos de la estrofa se refieren a la Ley en sí misma; Los últimos cuatro tratados de la relación del escritor con él. Comienza expresando el deseo de que, en cualquier caso, siempre pueda observarlo.

Salmo 119:6

Entonces no me avergonzaré, cuando tenga respeto a todos tus mandamientos. En ese caso no me avergonzaré, ni ante Dios ni ante el hombre. La vergüenza sigue a la transgresión: escaparé de la vergüenza si mi obediencia es perfecta.

Salmo 119:7

Te alabaré con rectitud de corazón, cuando haya aprendido tus justos juicios. Pero, antes de que la Ley pueda ser observada, debe ser conocida y entendida. Esto, entonces, es lo primero. Entonces la obediencia y la alabanza aceptable seguirán.

Salmo 119:8

Guardaré tus estatutos. Esta es mi voluntad y deseo (ver Salmo 119:5); pero, para que pueda llevarlo a cabo, oh, no me dejes por completo. Sin ti no tengo fuerzas para hacer lo correcto.

ב BETH.

Salmo 119:9

¿Con qué limpiará el joven su camino? De esta investigación no se deduce que el escritor es un "joven", sino todo lo contrario. Está ansioso por dar consejos a los hombres jóvenes, que naturalmente es parte de alguien algo avanzado en la vida. Prestando atención a esto, según tu Palabra. Esta es la respuesta a la pregunta planteada en la cláusula 1. Al mirar la Palabra de Dios y guiarse de ese modo, el joven puede "limpiar su camino", de lo contrario.

Salmo 119:10

Con todo mi corazón te he buscado (comp. Salmo 119:2). Oh, no me dejes desviarme de tus mandamientos; es decir, "no me dejes accidentalmente y por ignorancia me desvíe del camino correcto".

Salmo 119:11

Tu palabra he escondido en mi corazón, para no pecar contra ti; más bien, tu promesa (imrah). Tener la palabra de promesa de Dios puesta en el corazón es la única seguridad contra ser sorprendido por el pecado.

Salmo 119:12

Bendito eres, oh Señor; enséñame tus estatutos. Los estatutos de Dios son realmente conocidos por aquellos a quienes Dios les enseña. Por naturaleza, solo tenemos un tenue destello de su significado. Dios debe enseñarnos por su Espíritu antes de que podamos aprehenderlos correctamente.

Salmo 119:13

Con mis labios he declarado todos los juicios de tu boca. "De la abundancia del corazón habla la boca". La "palabra" escondida en el corazón del salmista (Salmo 119:11) no podía sino levantarse a sus labios en una ocasión adecuada, y presentarse ante la gente para su edificación, más especialmente porque había un comando expreso vinculante sobre todos los israelitas para enseñar la Ley a sus hijos y dependientes (ver particularmente Deuteronomio 6:7).

Salmo 119:14

Me he regocijado en el camino de tus testimonios, tanto como en todas las riquezas (comp. Salmo 119:72). La Palabra de Dios es un tesoro, más allá de la expresión preciosa, calculado para alegrar el corazón de todos los que lo poseen.

Salmo 119:15

Meditaré en tus preceptos. La fuerza completa de los preceptos divinos no debe ser captada excepto por una meditación prolongada sobre ellos. Los mandamientos de Dios son "muy amplios" (Salmo 119:96). Y respeta tus caminos; o "considérelos", "reflexione sobre ellos".

Salmo 119:16

Me deleitaré con tus estatutos (comp. Salmo 119:24, Salmo 119:40, Salmo 119:47, Salmo 119:70, Salmo 119:77, etc .; y ver también Salmo 1:2). No olvidaré tu Palabra. Lo que está "guardado en el corazón" (Salmo 119:11) nunca se puede olvidar.

ג GIMEL.

Salmo 119:17

Trata generosamente con tu siervo, para que yo pueda vivir y cumpla tu Palabra; más bien, concédele a tu siervo que yo pueda vivir. Dame la bendición de una larga vida, para que mi custodia de tu Palabra sea larga. El salmista parece estar rezando especialmente por sí mismo; pero el argumento de su oración se extenderá a todos los "siervos del Señor".

Salmo 119:18

Abre mis ojos. Desde la caída, los ojos de los hombres están naturalmente cegados o, en cualquier caso, tienen un velo sobre ellos, que Dios debe quitar antes de que puedan ver con claridad (compare el comentario en Salmo 119:15). Para que pueda contemplar cosas maravillosas de tu ley. Maravillosas verdades espirituales que yacen ocultas, incluso bajo los preceptos más simples de la Ley de Dios (comp. Mateo 5:21).

Salmo 119:19

Soy un extraño en la tierra; o "un extranjero" (Cheyne, Kay, versión revisada); comp. Salmo 39:12; Hebreos 11:13. La tierra no es nuestro verdadero hogar. Todos "buscamos un país". No me ocultes tus mandamientos. Dios "esconde" cosas de los sabios y prudentes que revela a los "bebés". El salmista reza para que el verdadero significado de la Palabra de Dios no se le oculte.

Salmo 119:20

Mi alma se rompe por el anhelo que tiene a tus juicios en todo momento. Esto se da como una razón para la oración de Salmo 119:19.

Salmo 119:21

Has reprendido a los orgullosos. Es difícil conectar esto con lo anterior. Pero tal vez el vínculo se puede encontrar en el doble sentido de mishpatim, "juicios", que incluye oraciones verbales contra los pecadores entregados en la Ley, y también oraciones reales sobre ellos en hechos y hechos. Estos últimos están en la mente del escritor en el presente verso: juicios tales como los de Faraón (Éxodo 14:23-2), Zerah (2 Crónicas 14:9) y Senaquerib (2 Reyes 19:32-12). Eso está maldito. Esta cláusula es cuestionada, ya que es métricamente redundante. Pero la metrología hebrea apenas es una ciencia exacta. Y la cláusula encuentra su justificación en Deuteronomio 27:26. Que erran de tus mandamientos. Tal error pone bajo maldición a quienes lo cometen. Si es una bendición caminar en la Ley de Dios (Deuteronomio 27:1), debe ser una cosa maldita transgredirla.

Salmo 119:22

Retira de mí el reproche y el desprecio. Los siervos de Dios casi necesariamente incurren en el reproche y el desprecio de los mundanos, a quienes su conducta les parece locura o locura. Cristo mismo fue "despreciado"; (Isaías 53:3) y reprochado (Mateo 11:19). Porque he guardado tus testimonios (comp. Salmo 119:31, Salmo 119:51, Salmo 119:87, etc.).

Salmo 119:23

Los príncipes también se sentaron y hablaron en mi contra. Los grandes de la tierra a menudo toman parte contra los justos y se unen para perseguirlos y calumniarlos (comp. Salmo 119:161). Pero tu siervo meditaba en tus estatutos; es decir, no presté atención a sus calumnias, no me molestaron. Me entregué a la meditación sobre tus mandamientos.

Salmo 119:24

Tus testimonios también son mi deleite (comp. Salmo 119:16, Salmo 119:47, Salmo 119:70, Salmo 119:77, etc., y mis consejeros: es decir, mis mejores asesores. Aprendo de ellos, mejor que de cualquier otra manera, cómo debo actuar (comp. Salmo 119:105).

ד DALETH.

Salmo 119:25

Mi alma se adhiere al polvo. Mi alma está muy deprimida: mentiras, por así decirlo, en el polvo de la muerte (comp. Salmo 44:25). Avísame según tu Palabra. Elevarme a la vida, la salud y el vigor.

Salmo 119:26

He declarado tus caminos, y me oyes; es decir, "Te he abierto mis penas, oh Dios, y he derramado mi corazón delante de ti. Estoy seguro de que me escuchaste". Enséñame tus estatutos. Para que pueda mostrar mi gratitud manteniéndolos (comp. Salmo 119:33).

Salmo 119:27

Hazme entender el camino de tus preceptos. Exegetical de la última cláusula de Salmo 119:26. Lo que el salmista anhela es tener un conocimiento perfecto de la Ley de Dios en toda su amplitud (Salmo 119:96) y profundidad (Salmo 92:5) y plenitud. Así hablaré de tus maravillas; más bien, reflexionaré sobre tus maravillas (así que Kay, Cheyne y la versión revisada). Las "maravillas" mencionadas son "las maravillas de la Ley de Dios" (Salmo 119:18).

Salmo 119:28

Mi alma se derrite por la pesadez (comp. Salmo mal. 26; y, para el sentimiento, ver Salmo 119:25). Fortaléceme conforme a tu Palabra; es decir, de acuerdo a su promesa de ayudar a sus fieles (comp. Salmo 119:25, Salmo 119:41, Salmo 119:49, Salmo 119:58, Salmo 119:76, etc.).

Salmo 119:29

Quita de mí la manera de mentir; es decir, el camino de la apostasía, o la irreligión, de apartarse de Dios. Y concédeme tu Ley con gracia. Hazme saber por una iluminación divina.

Salmo 119:30

He elegido el camino de la verdad. Lo contrario de "la forma de mentir" (Salmo 119:29), el camino de la verdadera religión, de la fidelidad y la firmeza a Dios. Tus juicios he puesto delante de mí. Tus mandamientos los he puesto ante mis ojos como reglas para ser observados constantemente.

Salmo 119:31

Me he aferrado a tus testimonios; o "escindido" (Salmo 119:25); es decir, se mantuvieron firmes y firmes con ellos. El escritor no significa afirmar la impecabilidad, sino solo la sinceridad de intención y un esfuerzo general por hacer lo correcto. Oh Señor, no me avergüences. Permíteme que no me caiga de ti de tal manera que me avergüence abiertamente.

Salmo 119:32

Seguiré el camino de tus mandamientos, cuando ensanches mi corazón. La frase utilizada en la segunda cláusula es ambigua. Puede significar: "Porque has ensanchado mi corazón".

ה ÉL.

Salmo 119:33

Enséñame, oh Señor, el camino de tus estatutos. Esta es la oración principal del salmo: una oración por la iluminación espiritual. Ocurre ocho veces (Salmo 119:12, Salmo 119:26, Salmo 119:33, Salmo 119:64, Salmo 119:68, Salmo 119:108, Salmo 119:124 y Salmo 119:135). Y lo guardaré hasta el final. Ya sea "hasta el final de mi vida" o (como piensa el Dr. Kay) "hasta el final".

Salmo 119:34

Dame entendimiento, y guardaré tu ley; es decir, hazme entender completamente tu Ley, y luego la guardaré con seguridad. Si fallo ahora, es por falta de sabiduría, no de voluntad. Sí, lo observaré con todo mi corazón (comp. Salmo 119:69).

Salmo 119:35

Hazme ir por el camino de tus mandamientos. Guárdame, es decir; de desviarse del camino correcto, por ignorancia o negligencia. Por eso me deleito (comp. Salmo 119:16, Salmo 119:24, Salmo 119:47, Salmo 119:70, Salmo 119:77, Salmo 119:111, Salmo 119:174).

Salmo 119:36

Inclina mi corazón a tus testimonios. El escritor reconoce que la inclinación correcta del corazón, que dice tener (Salmo 119:7, Salmo 119:10, Salmo 119:32, Salmo 119:34, etc.), es en sí el don de Dios. Y no a la avaricia; o "ganar" (comp. Salmo 119:72).

Salmo 119:37

Aparta mis ojos de contemplar la vanidad. No me dejes distraer de tu servicio por las "vanidades" del mundo: riqueza, honor, poder, gloria y cosas por el estilo; más bien, avívame en tu camino. Dame más vida, fuerza y ​​vigor para caminar continuamente en el camino de tus mandamientos.

Salmo 119:38

Establece tu Palabra a tu siervo; o, "cumple tu promesa a tu siervo", promesa de ayuda y apoyo en todo momento de tentación y dificultad. ¿Quién está dedicado a tu miedo? más bien, que pertenece a tu temor. El antecedente del pariente es "palabra" o "promesa" y no "sirviente"; y la oración es que Dios cumplirá con su siervo esa promesa, que se encuentra en la raíz de toda reverencia y temor piadoso.

Salmo 119:39

Aparta mi reproche, que temo; es decir, "apártate de mí, el único reproche del que tengo miedo: el reproche de transgredir tu Ley" (comp. Salmo 119:31). Porque tus juicios son buenos. Justo en sí mismos y propicio para la felicidad del hombre.

Salmo 119:40

He aquí, he anhelado tus preceptos (comp. Salmo 119:20 y Salmo 119:131). Hay aquellos, pocos, puede ser, pero verdaderamente bendecidos, que "tienen hambre y sed de justicia" (Mateo 5:6). Avívame en tu justicia (comp. Salmo 119:37). Ayuda mis esfuerzos para caminar en tus caminos rectos.

ו VAU.

Salmo 119:41

Que tus misericordias vengan también a mí, Señor; más bien, y que tus misericordias vengan a mí. Cada verso de esta estrofa comienza con el conjuntivo vav. Incluso tu salvación, según tu Palabra; o "tu promesa" (imrah). La Palabra de Dios se comprometió a otorgar misericordia y salvación a todos sus fieles servidores (Deuteronomio 28:1).

Salmo 119:42

Entonces tendré con qué contestarle al que me reprocha (comp. Salmo 119:22). Si el favor de Dios se le mostrara manifiestamente, sus enemigos serían suficientemente respondidos. Porque confío en tu Palabra. Esto es lo que busca, ya que tiene plena confianza en las promesas de Dios a sus siervos.

Salmo 119:43

Y no quites la palabra de verdad de mi boca. "La palabra de verdad" aquí es la "respuesta bien fundamentada" que el salmista intenta dar a quienes lo reprochan (Hengstenberg). (Vea el versículo anterior.) Si Dios no le otorga "misericordia y salvación" (Salmo 119:41), esta respuesta será "sacada de su boca". Porque he esperado en tus juicios. He confiado en tu vindicación de mi carácter, y en tus juicios sobre mis enemigos.

Salmo 119:44

Así guardaré tu ley continuamente por los siglos de los siglos. La misericordia de Dios atraerá la gratitud del salmista y hará que su obediencia sea perfecta y perpetua.

Salmo 119:45

Y caminaré en libertad. Rekhabah es literalmente "el cuadrado abierto de una ciudad", por lo tanto, "un espacio amplio, abierto y libre". Al obedecer los mandamientos de Dios, el salmista no se sentirá obligado, sino un agente totalmente libre. Porque busco tus preceptos. La inclinación, no la restricción, lo hace obedecer los preceptos de Dios: los "busca", "los ama" (Salmo 119:47), "se deleita en" ellos (Salmo 119:16, Salmo 119:24, Salmo 119:47).

Salmo 119:46

Hablaré de tus testimonios también ante reyes. Si la ocasión lo ofrece, daré testimonio de la excelencia de su Ley, incluso antes de los reyes. Y no se avergonzará; es decir, no permitirá que la vergüenza me detenga la boca. Evidentemente, el escritor no es un rey, probablemente no entre los grandes de la tierra (ver Salmo 119:51, Salmo 119:69, Salmo 119:78, Salmo 119:85, etc.).

Salmo 119:47

Y me deleitaré con tus mandamientos (comp. Salmo 119:14, Salmo 119:16, Salmo 119:24, Salmo 119:35, Salmo 119:77, etc.). Lo que me ha encantado (ver más abajo, Salmo 119:48, Salmo 119:97, Salmo 119:113, Salmo 119:119, Salmo 119:127, Salmo 119:159, Salmo 119:163, Salmo 119:167).

Salmo 119:48

Alzaré también mis manos a tus mandamientos, que he amado. En una especie de adoración calificada (comp. Génesis 14:22; Salmo 28:2; Salmo 134:2; Salmo 141:2; Lamentaciones 3:41). Y meditaré en tus estatutos. Casi una repetición de Salmo 119:15.

ז ZAIN.

Salmo 119:49

Recuerda la palabra a tu siervo; es decir, "la palabra hablada a tu siervo". Alguna comunicación divina especial hecha al escritor tal vez significa. Sobre lo cual (más bien, porque) me has hecho esperar (comp. Salmo 119:74, Salmo 119:81, Salmo 119:147).

Salmo 119:50

Este es mi consuelo en mi aflicción. Nekhamah, "consuelo" ocurre solo aquí y en Job 6:10; pero el significado está bien comprobado. Porque tu Palabra me ha vivificado; o "tu promesa". La "palabra", sea lo que sea, se menciona en el versículo 49. Esto le había dado nueva vida al salmista.

Salmo 119:51

Los orgullosos me han tenido en gran burla; más bien, hombres orgullosos. No hay articulo (Para la "burla" a la que los justos siempre están expuestos, vea Job 30:1, Job 30:9; Salmo 35:16; Salmo 44:13 , Salmo 44:14; Lamentaciones 3:14; Jeremias 20:7, etc.) Sin embargo, no he rechazado (o desviado) su Ley (vea el comentario en Salmo 119:31).

Salmo 119:52

Me acordé de tus juicios de antaño, oh Señor. No solo tus oraciones sobre hombres malvados, sino todo el curso de tu gobierno providencial del mundo, incluidas las liberaciones de tus siervos. Y me he consolado. Han encontrado consuelo, es decir; al llamarlos a la mente y pensar en ellos.

Salmo 119:53

El horror se apoderó de mí a causa de los malvados que abandonaron tu Ley. La versión revisada tiene "indignación ardiente" en lugar de "horror"; y así Rosenmüller, Hengstenberg, Cheyne, el profesor Alexander y otros; pero el Dr. Kay defiende bien la versión autorizada. El sentimiento deseado probablemente se parecía al descrito por Ezra (Esdras 9:6). El ἀθυμία de la LXX. no lo expresa mal.

Salmo 119:54

Tus estatutos han sido mis canciones en la casa de mi peregrinación; literalmente, las canciones han sido tus estatutos para mí en la casa de mis estancias. He hecho de tus estatutos el tema de mis canciones, como lo son de este presente. "La casa de mis viajes" es este mundo actual, donde todos los hombres son "extraños y peregrinos" (Hebreos 11:13), o tal vez alguna tierra extranjera en la que el escritor había estado viviendo.

Salmo 119:55

He recordado tu nombre, oh Señor, en la noche (comp. Salmo 63:6; Salmo 149:5; y Job 35:10). Y has guardado tu ley. La noche es el momento en que los hombres malvados hacen sus obras más malvadas (Job 24:14). Cumplo tu ley tanto de día como de noche.

Salmo 119:56

Esto lo tuve, porque mantuve tus preceptos; más bien, esto tengo, que guardo tus preceptos; es decir, esto es lo que tengo, y es mi mejor y más querida posesión, que guarde tus mandamientos.

ח CHETH.

Salmo 119:57

Tú eres mi porción, oh Señor (ver Salmo 73:26; Salmo 142:5; y comp. Números 18:20; Josué 13:33). He dicho que mantendría tus palabras; o "He resuelto" (Cheyne).

Salmo 119:58

Supliqué tu favor con todo mi corazón; literalmente, he suplicado tu cara (comp. Salmo 45:12). Sé misericordioso conmigo, según tu Palabra. Una repetición de la oración de Salmo 119:41.

Salmo 119:59

Pensé en mis caminos; es decir, examiné mi conducta en el pasado, la consideré y emití un juicio sobre ella. Y volví mis pies a tus testimonios. Cuando descubrí que mi conducta estaba mal, la modifiqué, convirtiendo mis pies en el camino de tus mandamientos.

Salmo 119:60

Me apresuré. Los hombres tienden a posponer su arrepentimiento, a retrasarlo a una "temporada más conveniente" (Hechos 24:25). El salmista no era tan tonto: "se apresuró", dice; y tardó en no guardar los mandamientos de Dios. Esto fue sabio, porque "ahora es el tiempo aceptado" (2 Corintios 6:2).

Salmo 119:61

Las bandas de los malvados me han robado; más bien, las trampas de los hombres malvados me enredaron (comp. Salmo 119:23, Salmo 119:157, Salmo 119:161). Pero no he olvidado (o no he olvidado) tu Ley.

Salmo 119:62

A medianoche me levantaré para darte gracias (comp. Salmo 119:55). Debido a tus juicios justos (mira el comentario en Salmo 119:7).

Salmo 119:63

Soy compañera de todos los que te temen; es decir, no me asocio con los impíos o los descuidados, sino solo con aquellos que te aman y reverencian. Es bueno vivir "separado de los pecadores" (comp. Salmo 1:1). Y de los que guardan tus preceptos. La obediencia sigue necesariamente a la reverencia y al temor divino.

Salmo 119:64

La tierra, oh Señor, está llena de tu misericordia (comp. Salmo 33:5). La misericordia de Dios está "sobre todas sus obras" (Salmo 145:9). Todo el mundo está lleno de eso. Las opiniones pesimistas se oponen a todo el tenor de la Escritura. Enséñame tus estatutos (comp. Salmo 119:12, Salmo 119:26, Salmo 119:33, Salmo 119:68, Salmo 119:108, Salmo 119:124, Salmo 119:135).

ט DIENTES.

Salmo 119:65

Has tratado bien a tu siervo, oh Señor. A pesar de todo lo que ha sufrido por la "persecución" de los príncipes (Salmo 119:161) y el "desprecio" (Salmo 119:22) y la "burla" de los malvados en general (Salmo 119:51), el salmista siente que los tratos de Dios con él, en general, han sido buenos y amables. De acuerdo a tu palabra. Como prometiste en tu Palabra tratar con tus siervos (comp. Salmo 119:41, Salmo 119:58, Salmo 119:170).

Salmo 119:66

Enséñame buen juicio y conocimiento; es decir, dame buen juicio y sabiduría, para discernir lo correcto de lo incorrecto. Porque he creído tus mandamientos. Los miré y confié en ellos como mis guías en el camino de la justicia (comp. Salmo 119:105).

Salmo 119:67

Antes de que me afligiera me desvió. "Dulces son los usos de la adversidad". El salmista siente que al final confiesa que las aflicciones que ha sufrido (ver comentario en Salmo 119:65) han sido buenas para él. Lo han hecho menos apto para "extraviarse" de lo que era (comp. Salmo 119:71). Pero ahora he guardado tu Palabra (comp. Salmo 119:51, Salmo 119:56, Salmo 119:87, etc.).

Salmo 119:68

Eres bueno y haces el bien. Incluso la disciplina es una prueba de tu bondad. Por eso "haces el bien" a tus siervos (ver Hebreos 12:10, Hebreos 12:11). Enséñame tus estatutos. Impresiona tu Ley sobre mí, aunque sea por castigo.

Salmo 119:69

Los orgullosos han forjado una mentira contra mí; literalmente, parcheó una mentira contra mí (comp. Salmo 119:22, Salmo 119:23, Salmo 119:42, Salmo 119:78, etc.) . Pero mantendré tus preceptos con todo mi corazón (comp. Salmo 119:2, Salmo 119:10, Salmo 119:34, etc.). "La conexión de las cláusulas es que todo el arte y la malicia de sus enemigos solo deberían llevarlo a obedecer a Dios con un corazón más indiviso que nunca" (Profesor Alexander).

Salmo 119:70

Su corazón es tan gordo como la grasa; es decir, aburrido, grosero, insensible a las cosas espirituales (ver Salmo 17:10; Isaías 6:10). Pero me deleito en tu ley. Mi corazón es diferente al de ellos. Tu Ley es una "delicia" para ella (comp. Antaño. 16, 24, 35, etc.).

Salmo 119:71

Es bueno para mí haber sido afectado (ver el comentario en Salmo 119:67). Para que aprenda tus estatutos. La nación entera "aprendió los estatutos de Dios" por la aflicción del cautiverio babilónico. Los individuos los "aprendieron" igualmente por sus castigos especiales.

Salmo 119:72

La ley de tu boca es mejor para mí que miles de oro y plata; es decir, lo valoro más que cualquier cantidad de riquezas terrenales.

י YOD.

Salmo 119:73

Tus manos me han hecho y me han formado (comp. Salmo 100:3; Salmo 138:8; Salmo 139:14). El "pasaje fundamental" es Deuteronomio 32:6; pero el salmista actual parece seguir Job 10:8. Dame entendimiento para que aprenda tus mandamientos. Si has hecho tanto por mí, ¿no harás más? Sin "comprender" este cuerpo que me has dado no vale nada (comp. Versículo 34).

Salmo 119:74

Los que te temen se alegrarán cuando me vean; literalmente, me verá y se alegrará. Seré una nueva prueba para ellos de que Dios no abandona a sus siervos. Porque he esperado en tu Palabra. No he caído en desgracia, he seguido confiando en tus promesas.

Salmo 119:75

Sé, oh Señor, que tus juicios son correctos; literalmente, son justicia: no tengan en ellos nada que no sea justo y bueno. Y que con fidelidad me has afligido. La versión del libro de oraciones resalta el sentido completo de las palabras, "Y que con mucha fidelidad me has causado problemas" (comp. Salmo 119:67, Salmo 119:68, Salmo 119:71, con el comentario proporcionado por Hebreos 12:5).

Salmo 119:76

Permíteme que tu bondad misericordiosa sea para mi comodidad (comp. Salmo 119:41 y Salmo 90:15). Después de la aflicción, el hombre siente la necesidad de "consuelo" y anhela alguna manifestación de la "bondad" Divina. Según tu Palabra a tu siervo. Según el tenor general de tus promesas.

Salmo 119:77

Deja que tus tiernas misericordias vengan a mí para que yo pueda vivir. Las aflicciones del salmista lo han acercado a las puertas de la muerte. Dios debe visitarlo con sus "tiernas misericordias" para que él "viva" una vez más. Porque tu ley es mi deleite. Su vida renovada será un ejercicio de sí mismo en la Ley de Dios, ya que esa Ley es su "deleite" (comp. Salmo 119:16, Salmo 119:24, Salmo 119:47 , Salmo 119:111, Salmo 119:174).

Salmo 119:78

Que los orgullosos se avergüencen; es decir, avergonzarlos (comp. Salmo 35:4, Salmo 35:26; Salmo 40:14; Salmo 70:2; Salmo 83:17, etc.). Porque me trataron perversamente sin causa; más bien, porque con mentiras me subvierten (comp. Salmo 119:69). Pero meditaré en tus preceptos. Repetido desde Salmo 119:15.

Salmo 119:79

Que los que te temen se vuelvan a mí; o "vuelve a mí"; es decir, recuperar su confianza en mí, cuando ven que no estoy abandonada de ti (ver Salmo 119:76, Salmo 119:77), pero soy el destinatario de tus "tiernas misericordias". Y los que han conocido tus testimonios; o, según otra lectura, "y hágales saber tus testimonios"; es decir, "déjelos aprender de mi experiencia para conocer mejor sus preceptos".

Salmo 119:80

Que mi corazón suene en tus estatutos; o "perfecto en tus estatutos", en el conocimiento y en la práctica de ellos. Que no me avergüence (ver Salmo 119:31)

כ CAPH.

Salmo 119:81

Mi alma quiere tu salvación (comp. Salmo 84:2). La frase utilizada expresa el deseo más intenso posible. Pero espero en tu Palabra. (Así también Salmo 119:74.) Aunque casi se desmaya, el salmista se sostiene por su esperanza y confianza en las promesas de Dios.

Salmo 119:82

Mis ojos fallan por tu Palabra. Sin embargo, incluso aquí sus "ojos fallan": ha buscado tanto tiempo la ayuda prometida, y no ha llegado. Diciendo: ¿Cuándo me consolarás? "Señor, ¿cuánto tiempo?" Es el llanto constante de los siervos de Dios bajo aflicción o persecución. ¿Cuándo vendrá el alivio y la tiranía será superada?

Salmo 119:83

Porque me he vuelto como una botella en el humo. La paráfrasis de Keble resalta el verdadero sentido:

"Como piel de vino en el humo, mi corazón está seco y seco".

Las pieles de vino se fumaron para endurecerlas y endurecerlas. Sin embargo, no me olvido de tus estatutos. La severidad de la disciplina no me aleja de ti ni me aleja de tu Ley (comp. Salmo 119:23, Salmo 119:51, Salmo 119:161) .

Salmo 119:84

¿Cuántos son los días de tu siervo? es decir, ¡qué poco de mi vida queda! Si te demoras mucho más, todos mis días se habrán ido. ¿Cuándo escribes un juicio sobre los que me persiguen? (vea el comentario en Salmo 119:82).

Salmo 119:85

Los orgullosos han cavado hoyos para mí; es decir, "he establecido trampas para atraparme" (comp. Salmo 7:15; Salmo 9:15). Que no son según tu ley. La Ley de Dios se opone a todos los tratos encubiertos y traicioneros, por lo tanto, a todas las trampas y trampas.

Salmo 119:86

Todos tus mandamientos son fieles; literalmente, son fidelidad. Esto se dice con respecto a las promesas adjuntas a ellos. Ellos (es decir, mis enemigos) me persiguen injustamente; o "con mentiras" (comp. Salmo 119:69, Salmo 119:78). Ayudame es decir, ayúdame contra ellos, para que sus "mentiras" no me hagan daño.

Salmo 119:87

Casi me habían consumido en la tierra; o "acabó conmigo", "me destruyó". Pero no abandoné tus preceptos (comp. Salmo 119:69, Salmo 119:78, Salmo 119:83). La persecución hizo que el salmista se aferrase más a la Ley de Dios.

Salmo 119:88

Avívame después de tu bondad amorosa (comp. Salmo 119:25, Salmo 119:37, Salmo 119:44, Salmo 119:107, Salmo 119:149, Salmo 119:156, Salmo 119:159). De modo que guardaré el testimonio de tu boca (compara "la ley de tu boca" en Salmo 119:72). Es la "aceleración" de Dios, es decir. su gracia vivificante, que solo permite a sus siervos observar y guardar sus mandamientos.

ל LAMED.

Salmo 119:89

Por siempre, oh Señor, tu Palabra está establecida en el cielo. La Palabra o Ley de Dios es eterna e inmutable, fija y establecida para siempre en el cielo de los cielos (comp. Salmo 89:2; Santiago 1:17).

Salmo 119:90

Tu fidelidad es para todas las generaciones. Dios "cumple su promesa para siempre" (Salmo 146:6, Versión del libro de oración). Si su "Palabra" generalmente no cambia, entonces sus promesas deben ser especialmente especiales. Tú has establecido la tierra, y esta permanece. Incluso las leyes físicas de Dios tienen un carácter perpetuo sobre ellas. "La constancia de Dios en sus obras es un argumento para la fidelidad de Dios en su Palabra" (Chalmers).

Salmo 119:91

Continúan este día de acuerdo con tus ordenanzas. El cielo y la tierra continúan observando las ordenanzas que Dios les dio al principio (comp. Jeremias 31:35, Jeremias 31:36; Jeremias 33:25). Porque todos son tus siervos; más bien, todas las cosas o todas las criaturas.

Salmo 119:92

A menos que tu ley haya sido mi deleite, debería haber perecido en mi aflicción (comp. Salmo 119:16, Salmo 119:24, Salmo 119:35, Salmo 119:47, Salmo 119:70, Salmo 119:77). Solo un verdadero amor a los mandamientos de Dios puede sostener a los hombres bajo una severa aflicción.

Salmo 119:93

Nunca olvidaré tus preceptos (comp. Salmo 119:16, Salmo 119:61, Salmo 119:83). Porque con ellos me has acelerado (comp. Salmo 119:50, "Tu palabra me ha acelerado").

Salmo 119:94

Soy tuyo, sálvame. "Sálvame", es decir, como tuyo, tu verdadero servidor y seguidor. Porque he buscado tus preceptos. Y así se muestra mi fidelidad.

Salmo 119:95

Los malvados han esperado que me destruya; o "puesto en espera de mí" (comp. Salmo 56:6, donde se usa el mismo verbo). Pero consideraré tus testimonios, miraré tu palabra de promesa, y así sostendré sus ataques contra mí.

Salmo 119:96

He visto un final de toda perfección; es decir, a toda otra perfección que he visto, y veo, un límite; pero no hay límite para la perfección de tu ley. Tu mandamiento es muy amplio. Ilimitado: sin medida en su rango. Inculca en el hombre una perfección absoluta.

Salmo 119:97

¡Oh, cuánto amo tu ley! (comp. Salmo 119:47, Salmo 119:48, Salmo 119:113, Salmo 119:119, Salmo 119:127, etc. ) A medida que el salmista continúa con su meditación, se valora cada vez más con un profundo amor a la Ley de Dios, que no es para él una restricción o una carga, sino un consuelo y un "deleite". Es mi meditación todo el día (ver Salmo 119:15, Salmo 119:23, Salmo 119:48, Salmo 119:78, etc.).

Salmo 119:98

Atravesaste tus órdenes de comando pero me hiciste más sabio que mis enemigos (comp. Deuteronomio 4:6, Deuteronomio 4:8). El conocimiento de la Ley de Dios da una sabiduría y una comprensión infinitamente superiores a la astucia y el oficio de los hombres mundanos. Si al conocimiento se agrega una obediencia fiel y habitual, se obtiene una sabiduría que no se puede alcanzar de ninguna otra manera (ver Salmo 119:100). Porque siempre están conmigo. Siempre presente a mis pensamientos, como mi regla de vida.

Salmo 119:99

Tengo más comprensión que todos mis maestros: porque tus testimonios son mi meditación. Los maestros de conocimiento secular son intencionados, sabios en sus ramas especiales de aprendizaje, pero no "sabios para la salvación". Tales "maestros" a menudo no tienen conocimiento espiritual ni discernimiento.

Salmo 119:100

Entiendo más que los antiguos; o "los ancianos". La edad avanzada no necesariamente da sabiduría (ver Job 32:7). "La antigüedad no ayuda contra la estupidez" (Lutero). Porque guardo tus preceptos.

Salmo 119:101

He abstenido mis pies de todo mal camino. Esta había sido la intención y el esfuerzo del salmista, pero no siempre había logrado llevarlo a cabo (ver Salmo 119:67, Salmo 119:176). Para que pueda guardar tu Palabra. La Palabra de Dios no es guardada por aquellos que se permiten de ninguna manera malvada.

Salmo 119:102

No me he apartado de tus juicios (comp. Salmo 119:30, Salmo 119:31, Salmo 119:51, Salmo 119:157, Salmo 119:168, etc.). Porque me has enseñado. Tu enseñanza, tu guía, tu ayuda, me han mantenido en línea recta.

Salmo 119:103

¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! (comp. Salmo 119:14, Salmo 119:16, Salmo 119:40, Salmo 119:47, etc.). La metáfora es nueva, pero el sentimiento que impregna el salmo. Sí, más dulce que la miel para mi boca. Entonces, David, en el salmo decimonoveno, hablando de los juicios de Dios, dice que son "más dulces que la miel y el panal".

Salmo 119:104

A través de tus preceptos entiendo (ver el comentario en Salmo 119:98 y Salmo 119:100). Por lo tanto, odio cada falso camino. Una "forma falsa" es aquella que conduce al error y al pecado (comp. Salmo 119:29 y Salmo 119:128).

ן NUN.

Salmo 119:105

Tu palabra es una lámpara para mis pies, y una luz para mi camino. Me muestra el camino por el que debo ir, tanto de noche como de día (comp. Proverbios 6:23).

Salmo 119:106

He jurado y lo cumpliré; más bien, he jurado y estoy firmemente decidido (ver la versión del libro de oración). Que guardaré tus justos juicios; literalmente, los juicios de tu justicia; es decir, los juicios que tu justicia te ha hecho exponer.

Salmo 119:107

Estoy muy afectado (comp. Salmo 119:23, Salmo 119:28, Salmo 119:50, Salmo 119:51, Salmo 119:61, Salmo 119:71, Salmo 119:78, etc.). Expuesto por los príncipes, reprochado por los orgullosos, perseguido sin causa, el salmista sintió que su "aflicción" era grave, casi intolerable. Al estar cerca de la muerte, reza por un "pequeño revivir". Avívame, Señor, según tu Palabra (comp. Salmo 119:25, Salmo 119:37, Salmo 119:40, Salmo 119:88, etc. .).

Salmo 119:108

Acepta, te suplico, las ofrendas voluntarias de mi boca, oh Señor; Es decir, mis oraciones y alabanzas. Levantar las manos hacia Dios es una especie de sacrificio (Salmo 141:2). Y enséñame tus juicios. Y, a cambio, hazme entender tus estatutos (comp. Salmo 119:12, Salmo 119:26, Salmo 119:33, etc.).

Salmo 119:109

Mi alma está continuamente en mi mano; es decir, mi vida está en peligro constante (comp. Jueces 12:3; 1 Samuel 19:5; 1 Samuel 28:21). Sin embargo, no olvido tu Ley (comp. Salmo 119:16, Salmo 119:83, Salmo 119:93, etc.).

Salmo 119:110

Los malvados me han tendido una trampa (comp. Salmo 119:85, Salmo 119:95). Sin embargo, no erré en tus preceptos. No he permitido que sus maquinaciones interfieran con mi obediencia.

Salmo 119:111

Tus testimonios los he tomado como herencia para siempre. Considero su Ley como mi mejor y más valiosa herencia, una de la cual estoy resuelto a nunca separarme. Porque son el regocijo de mi corazón. Mi principal alegría y deleite (comp. Salmo 119:16, Salmo 119:24, Salmo 119:35, Salmo 119:47, etc.).

Salmo 119:112

He inclinado mi corazón a realizar tus estatutos siempre (comp. Salmo 119:34, Salmo 119:44, etc.). Hasta el final. El final de la vida probablemente se entiende, como en Salmo 119:33.

ס SAMECH

Salmo 119:113

Odio los pensamientos vanos; más bien, hombres inestables o de doble ánimo (Kay, Cheyne, versión revisada); es decir, "los indecisos en religión" (Cheyne). Pero tu ley amo (comp. Salmo 119:97, Salmo 119:119, Salmo 119:127, Salmo 119:159, Salmo 119:163). No hay nada "inestable" o "de doble ánimo" en tu Ley. Es claro directo, inconfundible.

Salmo 119:114

Tú eres mi escondite (comp. Salmo 27:5; Salmo 32:7; Salmo 91:1). Y mi escudo; es decir, mi protección (ver Salmo 3:3; Salmo 18:2, Salmo 18:30, etc.). Espero en tu palabra. Las promesas contenidas en tu Palabra son mi única esperanza segura (ver Salmo 119:43).

Salmo 119:115

Apártate de mí, malhechores. No hay comunión entre la luz y la oscuridad, entre la justicia y la injusticia (2 Corintios 10:16). Los hombres buenos deben separarse de aquellos que manifiestamente son trabajadores de la iniquidad (comp. Salmo 6:8). Porque guardaré los mandamientos de mi Dios (ver Salmo 119:106). La asociación con los impíos impide que los hombres guarden la Ley de Dios. No solo existe el peligro de corrupción (1 Corintios 15:3;); pero, en el mejor de los casos, la atención se distrae y las energías se debilitan.

Salmo 119:116

Mantenme conforme a tu Palabra, para que yo viva; o "según tu promesa". La gracia sustentadora de Dios, siempre necesaria para "defender" a los justos, se les "promete" con gracia. Su "vida" depende de la fidelidad de Dios a su promesa. Y no me avergüences de mi esperanza. Como sería, si la promesa de Dios no se cumpliera.

Salmo 119:117

Sostenme, y estaré a salvo; es decir, de caerse. Y respetaré tus mandamientos continuamente (comp. Salmo 119:112).

Salmo 119:118

Has pisoteado a todos los que se desvían de tus estatutos; más bien, desprecias a todos los que se desvían de tus estatutos. Tú haces luz de ellos. La LXX tener, ἐξουδένωσαςPor su engaño es la mentira. "Su política sutil no es más que una mentira" (Kay). Se basa en mentiras y termina en desilusión.

Salmo 119:119

Alejaste a todos los impíos de la tierra como escoria. Los malvados se separan en última instancia de los justos y se arrojan "como escoria", ya que no pueden servir para ningún buen fin (comp. Mateo 13:30, Mateo 13:49, Mateo 13:50). Por eso amo tus testimonios. No porque los malvados sufran, sino porque se les impide dañar a los justos.

Salmo 119:120

Mi carne tiembla por temor a ti (comp. Isaías 6:5; Jeremias 23:9; Habacuc 3:16), y tengo miedo de tus juicios. Tus "juicios" sobre los impíos me hacen estremecer de miedo.

ע AIN.

Salmo 119:121

He hecho juicio y justicia (comp. Salmo 119:30, Salmo 119:31, Salmo 119:55, Salmo 119:56, etc.). No me dejes a mis opresores; más bien, no me dejarás a mis opresores. El nexo del pensamiento parece ser: "Como no he oprimido a ninguno, así no permitirás que me oprima la opresión".

Salmo 119:122

Asegúrate de que tu servidor sea bueno (comp. Job 17:3; Isaías 38:14). "Para bien" significa "para que le vaya bien". Que los orgullosos no me opriman (comp. Salmo 119:51, Salmo 119:69, Salmo 119:78, Salmo 119:85, etc.).

Salmo 119:123

Mis ojos fallan por tu salvación; es decir, buscándolo y vanamente esperándolo (comp. Salmo 119:81, Salmo 119:82). Y por la palabra de tu justicia; es decir, y buscando el cumplimiento de tus justas promesas.

Salmo 119:124

Trata con tu siervo según tu misericordia (comp. Salmo 119:41, Salmo 119:77). Y enséñame tus estatutos. Esta frase ocurre con tanta frecuencia que se convierte en una especie de estribillo (comp. Salmo 119:11, Salmo 119:26, Salmo 119:33, Salmo 119:64 , Salmo 119:68, Salmo 119:108, Salmo 119:135).

Salmo 119:125

Yo soy tu sirviente; dame entendimiento para que conozca tus testimonios. Como su servidor (vea Salmo 119:17, Salmo 119:23, Salmo 119:38, Salmo 119:49, Salmo 119:65, etc.), tengo un reclamo sobre ti por tu ayuda. Lo que pido es discernimiento: comprender el significado completo de tu Ley.

.

Salmo 119:128

Por lo tanto, aprecio que todos tus preceptos sobre todas las cosas sean correctos. No escojo y elijo entre tus mandamientos los que descuidaré y los que obedeceré, sino que los considero perfectos y los obedezco a todos. "Se rechaza el eclecticismo de todo tipo en referencia a la Palabra de Dios" (Hengstenberg). Y odio todas las formas falsas (comp. Salmo 119:104, Salmo 119:163). Todos los caminos son "falsos" excepto el camino de los mandamientos de Dios

EDUCACIÓN FÍSICA.

Salmo 119:129

Tus testimonios son maravillosos; literalmente, maravillas; es decir, prodigios de excelencia moral. Por eso las guarda mi alma. Obedezco tu Ley, no solo porque es tu Ley, sino aún más porque es intrínsecamente "santa, justa y buena" (Romanos 7:12).

Salmo 119:130

La entrada de tus palabras alumbra; más bien, la apertura (o apertura) de tus palabras. Su exposición e interpretación completas (comp. Salmo 119:98-19, Salmo 119:104, Salmo 119:105, etc.). Da comprensión a lo simple (comp. Salmo 19:7; Proverbios 1:4).

Salmo 119:131

Abrí la boca y jadeé (comp. Salmo 38:10). La idea que se pretende expresar es la del deseo sincero y ansioso. Porque añoraba tus mandamientos (ver Salmo 119:20, Salmo 119:40).

Salmo 119:132

Mírame; más bien, vuélvete hacia mí, pero en el sentido de "date la vuelta y mírame". Y sé misericordioso conmigo (comp. Salmo 119:41, Salmo 119:58, Salmo 119:76, Salmo 119:77, etc.). Como has de hacer con los que aman tu Nombre; literalmente, como tu regla es con aquellos que aman tu Nombre.

Salmo 119:133

Ordena mis pasos en tu Palabra; quizás más bien, establezca mis pasos por su Palabra (comp. Salmo 40:2). Y que ninguna iniquidad (es decir, ninguna persona malvada) tenga dominio sobre mí. La oración no es por la liberación de la corrupción interna, sino por la opresión externa de los enemigos (ver el siguiente verso).

Salmo 119:134

Líbrame de la opresión del hombre: así guardaré tus preceptos. Por gratitud por tu interposición.

Salmo 119:135

Haz que tu rostro brille sobre tu sirviente (comp. Salmo 4:6; Salmo 44:3, etc.). Y enséñame tus estatutos (mira el comentario en Salmo 119:124).

Salmo 119:136

Ríos de agua corren por mis ojos; literalmente, mis ojos corren [con] ríos de agua (comp. Lamentaciones 3:48; y vea también Jeremias 9:1; Jeremias 14:17). Porque no guardan tu Ley (comp. Salmo 119:53).

צ TZADDI

Salmo 119:137

Justo eres tú, Señor (comp. Salmo 7:9; Salmo 11:7; Salmo 25:8; Salmo 116:5; Salmo 145:17). Y rectos son tus juicios (ver Salmo 119:106, Salmo 119:160, Salmo 119:164).

Salmo 119:138

Tus testimonios que has mandado son justos y muy fieles; literalmente, justicia y mucha fidelidad (ver la versión revisada). "Por duros y severos que parezcan tus testimonios, todos son completamente para el mayor bien del hombre" (Kay).

Salmo 119:139

Mi celo me ha consumido (comp. Salmo 69:9). Porque mis enemigos han olvidado tus palabras (ver arriba, Salmo 119:53, Salmo 119:136). El salmista se sintió entristecido y enojado por la desobediencia del hombre a los mandamientos de Dios (comp. Salmo 139:21).

Salmo 119:140

Tu palabra es muy pura; o "se purga, analiza, prueba en el fuego". Las "promesas" de Dios tienen un significado especial, que el curso de los eventos prueba. Por lo tanto, tu siervo lo ama (comp. Salmo 119:97, Salmo 119:113, Salmo 119:119, Salmo 119:127, Salmo 119:159, Salmo 119:163).

Salmo 119:141

Soy pequeño y despreciado (comp. Salmo 119:22, Salmo 119:51). Algunos traducen: "Soy joven". Pero el escritor apenas puede haber sido realmente un hombre joven. Sus pensamientos son los pensamientos de alguien que ha tenido mucha experiencia de la vida. Sin embargo, no olvides tus preceptos. Al igual que los que me persiguen (ver Salmo 119:139).

Salmo 119:142

Tu justicia es una justicia eterna. Con Dios no hay "ninguna variabilidad, ni sombra de giro" (Santiago 1:27). Su justicia (צדקה) es puro derecho abstracto (צדק), uno y el mismo siempre, no cambiante, como las ideas humanas de justicia. Y tu ley es la verdad. Una encarnación de esa moralidad inmutable que descansa sobre una base de verdad eterna absoluta.

Salmo 119:143

Los problemas y la angustia se han apoderado de mí (comp. Salmo 119:22, Salmo 119:23, Salmo 119:28, Salmo 119:50, Salmo 119:51, Salmo 119:61, Salmo 119:67, Salmo 119:69, etc.). Sin embargo, tus mandamientos son mi deleite. Estoy feliz en medio de mis problemas, por la alegría que tengo en tu Palabra (ver Salmo 119:16, Salmo 119:35, Salmo 119:47, Salmo 119:77, Salmo 119:174).

Salmo 119:144

La justicia de tus testimonios es eterna (comp. Salmo 119:138, Salmo 119:142, Salmo 119:152). Dame entendimiento, y viviré; es decir, "dame una comprensión completa de tus mandamientos, de su profundidad, amplitud y excelencia". Entonces, ¿realmente voy a "vivir"? Mi espíritu se sacudirá de su letargo, y será acelerado a una "vida" que merecerá el nombre.

ק KOPH

Salmo 119:145

Lloré con todo mi corazón; escúchame, Señor. "La oración sincera y paciente por la gracia" (Kay) parece ser una intención, no una simple oración por la liberación. Guardaré tus estatutos. Si oyes y respondes mi oración, tendré tanto la voluntad como el poder para guardar tus mandamientos.

Salmo 119:146

Te clamé; sálvame y guardaré tus testimonios. La idea de Salmo 119:145 se repite en otras palabras.

Salmo 119:147

Evité el amanecer de la mañana y lloré (comp. Salmo 119:62). Tarde, mañana y mediodía fueron los tres momentos habituales de oración (Salmo 55:17). El escritor no podía esperar a la mañana. O se despertaba para rezar a medianoche o, en cualquier caso, anticipaba el amanecer y comenzaba su oración de la mañana mientras aún estaba oscuro. Esperaba en tu Palabra. La esperanza era tan fuerte en él que no le permitía descansar.

Salmo 119:148

Mis ojos impiden las vigilias nocturnas. Como Salmo 119:146 es una repetición de Salmo 119:145, este versículo es casi una repetición de Salmo 119:147. El único cambio de idea está en la segunda cláusula: que pueda meditar en tu Palabra; o "por tu promesa", que hace de la meditación en lugar de la oración el objeto del salmista en su temprano levantamiento.

Salmo 119:149

Escucha mi voz según tu bondad amorosa; es decir, "escúchame y, según tu misericordia, concede mi oración". Oh Señor, avívame según tu juicio; o "según las reglas que te establezcas" (comp. Salmo 119:132).

Salmo 119:150

Se acercan; es decir, acércate a mí para amenazarme. Eso sigue después de la travesura; o "después de la maldad". Están lejos de tu Ley (comp. Salmo 119:21, Salmo 119:53, Salmo 119:118, Salmo 119:126, Salmo 119:136, etc.).

Salmo 119:151

Estás cerca, oh Señor. Si "se acercan", aún más cerca estás, listo para socorrer, defender y guardar (comp. Salmo 145:18). Y todos tus mandamientos son verdad (comp. Salmo 119:142, "Tu ley es la verdad" y mira el comentario en ese pasaje).

Salmo 119:152

En cuanto a tus testimonios, he sabido desde el principio que los has fundado para siempre; más bien, de tus testimonios. El estudio de los mandamientos de Dios hace tiempo convenció al salmista de que no son promulgaciones pasajeras o temporales, sino leyes eternas, decretadas y establecidas para siempre. Los "testimonios" mencionados son, por supuesto, los preceptos morales de la Ley, no sus promulgaciones económicas o políticas.

ר RESH.

Salmo 119:153

Considere la aflicción mía (vea arriba, Salmo 119:50, Salmo 119:67, Salmo 119:71, Salmo 119:75, Salmo 119:92, etc.). Y libérame. La "aflicción" que se pretende es la que sufre el salmista a manos de sus enemigos, quienes "le reprochan" (Salmo 119:22), "lo ridiculizan" (Salmo 119:51) y de lo contrario "perseguirlo" (Salmo 119:161). Porque no olvido tu Ley (comp. Salmo 119:16, Salmo 119:83, Salmo 119:93, Salmo 119:109, Salmo 119:141, Salmo 119:176).

Salmo 119:154

Defienda mi causa (comp. Salmo 35:1; Salmo 43:1; Miqueas 7:9). Dios "defiende la causa" de sus siervos cuando él retoma su disputa y los venga de sus enemigos. Y libérame; o "rescátame" (Cheyne). Avíseme de acuerdo a su Palabra (comp. Salmo 119:25).

Salmo 119:155

La salvación está lejos de los impíos, porque no buscan tus estatutos. La "salvación" solo puede ser lograda por el hombre a través de la obediencia a los mandamientos de Dios. Si los hombres ni siquiera "buscan" conocer y hacer sus mandamientos, les ponen "salvación".

Salmo 119:156

Grandes son tus tiernas misericordias, oh Señor; más bien, muchos (comp. Salmo 25:6, y tenga en cuenta la antítesis entre este versículo y el siguiente, "Muchos son tus misericordias:" "Muchos son mis perseguidores"). Avívame de acuerdo a tus juicios (comp. Salmo 119:149).

Salmo 119:157

Muchos son mis perseguidores y mis enemigos. Hasta ahora esto había sido implícito (Salmo 119:22, Salmo 119:23, Salmo 119:51, Salmo 119:61, etc.) en lugar de expresarse. Ahora la idea de Salmo 25:18 se le ocurre al escritor: "Considera a mis enemigos, porque son muchos". Sin embargo, no me niego de tus testimonios. Repetido del versículo 51.

Salmo 119:158

Contemplé a los transgresores y me entristecí; literalmente, los traicioneros traficantes, aquellos que traicionaron traidoramente contra el pacto divino. Porque no guardaron tu Palabra (comp. Salmo 119:136).

Salmo 119:159

Considere cómo amo sus preceptos (comp. Salmo 119:97, Salmo 119:113, Salmo 119:119, Salmo 119:127, Salmo 119:163). Avívame, oh Señor, según tu bondad amorosa. Ligeramente variado de Salmo 119:149.

Salmo 119:160

Tu Palabra es verdadera desde el principio; más bien, la suma de tu Palabra es verdad. (Entonces, Hengstenberg, Kay, Cheyne y la versión revisada.) "Después de examinar la Palabra Divina y estimar el valor de sus varias partes, el salmista descubrió que la suma final era 'verdad', verdad pura y absoluta" (Kay) . Y cada uno de tus juicios justos perdura para siempre. Una repetición enfática de la declaración hecha en Salmo 119:144.

ש SHIIN.

Salmo 119:161

Los príncipes me han perseguido sin causa. Los "príncipes" pueden ser extranjeros o nativos; pero desde Salmo 119:23 parecería que los príncipes nativos están destinados. Pero mi corazón está asombrado de tu Palabra. Sin embargo, no les temo ni hago caso de lo que dicen. De nada me asombro, excepto "tu Palabra".

Salmo 119:162

Me regocijo en tu Palabra, como quien encuentra un gran botín. No debemos limitar esto a las promesas contenidas en la Ley de Dios. El salmista ve los preceptos de la Ley como un verdadero tesoro (Salmo 119:14, Salmo 119:72, Salmo 119:127), ya que lo hacen sabio para la salvación.

Salmo 119:163

Odio y aborrezco la mentira; o "falsedad". Los falsos sistemas de religión están en los pensamientos del salmista; o, en cualquier caso, falsa enseñanza moral, mentir no es hablar del hábito de mentir. Pero tu Ley amo (mira el comentario en Salmo 119:159).

Salmo 119:164

Te alabo siete veces al día; es decir, repetidamente, un número indefinido de veces (comp. Salmo 12:6; Salmo 79:11; Proverbios 24:16). Debido a tus juicios justos (comp. Salmo 119:137, Salmo 119:160).

Salmo 119:165

Gran paz tienen los que aman tu Ley (comp. Proverbios 3:1, Proverbios 3:2; Isaías 32:17; Santiago 3:18). Siempre hay inquietud donde hay pecado. Una sensación de perfecta paz y descanso pertenece a aquellos que aman y guardan la Ley de Dios. Y nada los ofende; más bien, y no tendrán escollos. Nada los hará tropezar, mucho menos caerse de la gracia.

Salmo 119:166

Señor, he esperado tu salvación (comp. Salmo 119:81, Salmo 119:123). Te he esperado, esperando continuamente que vengas en mi ayuda y me salves de mis enemigos. Y cumpliste tus mandamientos; los mantuvo, es decir; hasta donde la fragilidad humana lo permitiera.

Salmo 119:167

Mi alma ha guardado tus testimonios. En voluntad e intención siempre te he sido fiel; Me he esforzado por guardar todos tus mandamientos. Y los amo excesivamente (comp. Salmo 119:97, Salmo 119:127, Salmo 119:159, etc.).

Salmo 119:168

He guardado tus preceptos y tus testimonios (comp. Salmo 119:166, Salmo 119:167). La afirmación se hace más ampliamente de lo que lo haría un cristiano. Pero no hay intención de reclamar la perfección absoluta (ver Salmo 119:67, Salmo 119:71, Salmo 119:116, Salmo 119:117, Salmo 119:133, Salmo 119:176, etc.). Porque todos mis caminos están delante de ti. Sabiendo que nada de lo que hago, digo o pienso está oculto para ti, me he esforzado por mantener tu Ley en pensamiento, palabra y obra.

ת TAU.

Salmo 119:169

Deja que mi clamor se acerque a ti, oh Señor. El "grito" es probablemente por la liberación de sus enemigos (ver Salmo 119:166); pero esto, él siente, depende de su propia fidelidad. De ahí la oración en la segunda cláusula, Dame entendimiento según tu Palabra (comp. Salmo 119:144).

Salmo 119:170

Deja que mi súplica venga ante ti. Una repetición del "grito" en el verso anterior, que la siguiente cláusula muestra claramente que es un grito de liberación: Líbrame de acuerdo con tu Palabra; o "según tu promesa" (imrathka). Dios había "prometido" liberar a todos aquellos que en el día de problemas deberían llamarlo (Salmo 50:15; Salmo 91:15).

Salmo 119:171

Mis labios alabarán cuando me hayas enseñado tus estatutos; más bien, que mis labios derramen alabanzas, porque me enseñas tus estatutos. El salmista siente que su oración por la iluminación (Salmo 119:169) es respondida, o que está a punto de ser respondida, y que, por lo tanto, le incumbe alabarla como una fuente (comp. Salmo 119:7).

Salmo 119:172

Mi lengua hablará de tu Palabra; o "deja que mi lengua responda a tu promesa": devuelve el elogio, es decir; por el cumplimiento de tu promesa. Porque todos tus mandamientos son justicia. Y por lo tanto son dignos objetos de alabanza.

Salmo 119:173

Deja que tu mano me ayude; literalmente, sé para ayudarme; es decir, estar siempre listo para ayudarme. Porque he elegido tus preceptos. He dejado de lado a todos los demás ayudantes y he puesto mi fe en ti y en tu Palabra.

Salmo 119:174

He deseado tu salvación, oh Señor (comp. Salmo 119:81, Salmo 119:166). Y tu ley es mi deleite (ver Salmo 119:16, Salmo 119:35, Salmo 119:47, Salmo 119:70, Salmo 119:77, Salmo 119:111).

Salmo 119:175

Vive mi alma, y ​​te alabará; es decir, "avívame; dame la verdadera vida en mi alma y espíritu, mi verdadero ser, y entonces mi alabanza siempre será de ti". Y que tus juicios me ayuden. Que el curso de tu providencia sea tal que me ayude a alabarte.

Salmo 119:176

Me he extraviado como una oveja perdida (comp. Salmo 119:67). Algunos ven en este versículo nada más que una referencia a las circunstancias externas de la vida del salmista. Pero esta no es la idea generalmente unida en las Escrituras a la imagen de la "oveja perdida" (ver Isaías 53:6; Jeremias 1:6; Lucas 15:4; 1 Pedro 2:25). La exposición de Dean Johnson probablemente sea correcta: "Me he alejado mucho de ti y de casa, como una oveja perdida y lista para perecer en el desierto". Busca a tu siervo. "Búscalo, para que no pueda buscarte a ti mismo, y tráelo de nuevo a tu redil". Porque no me olvido de tus mandamientos. En mis peores andanzas no me he alejado completamente de ti. Tu ley ha estado siempre en mis pensamientos. No lo he "olvidado", pero medité en él y lo anhelé (Salmo 119:15, Salmo 119:20, Salmo 119:40).

HOMILÉTICA

La dificultad de tratar este "salmo alfabético" por cualquier arreglo de su tema debe ser evidente. Se ha intentado reunir sus lecciones en torno a la doctrina más prominente en sus secciones sucesivas, y dar un tratamiento separado de aquellos temas que no pueden incluirse tan bien de esta manera.

Salmo 119:1

La bendición de la obediencia.

Los primeros dos versículos del salmo no dejan ningún error en cuanto a la naturaleza de la verdadera obediencia; incluye:

1. Integridad del corazón. Sinceridad, "sin mancha", buscando el favor y entrando al servicio de Dios "con todo el corazón" (Salmo 119:10), con un espíritu en el que "no hay engaño".

2. Consistencia de la conducta. "Andar en la ley", "guardar sus mandamientos"; es "el que hace justicia es justo" (Juan).

3. Continuidad del paciente en el bienestar. Hacer un esfuerzo serio y sostenido para hacer la voluntad de Dios (Salmo 119:4). Tal obediencia genuina es atendida con gran bendición.

I. IMPLICA PUREZA DE CORAZÓN Y VIDA. "No hacen iniquidad: caminan en sus caminos" (Salmo 119:3). La obediencia es su propia recompensa, aparte de cualquier recompensa que pueda obtener. Ser de corazón puro, ser verdadero y fiel, ser desinteresado y servicial, ser como nuestro Señor en espíritu y en carácter, vivir una vida que sea digna y honorable a la vista de Dios. más verdadera y la mayor bendición?

II TRAE SALVACIÓN DEL MAL.

1. Del pecado mismo, ya sea en el corazón o en la vida (Salmo 119:11).

2. De la vergüenza a la que el pecado conduce constantemente (Salmo 119:6).

3. De la condenación divina (Salmo 119:21).

4. De la reprensión que viene de los labios del Señor mismo.

III. ES EL SERVICIO DE LA SAGRADA ALEGRÍA. (Salmo 119:14, Salmo 119:16, Salmo 119:24; vea también Salmo 119:35, Salmo 119:47, Salmo 119:54, Salmo 119:103, Salmo 119:111, Salmo 119:127, Salmo 119:162.) Más dulce que la miel al gusto , más preciosa que el oro en la estima del corazón, es la Palabra de Dios, "la mente de Cristo". La dulce sustancia pronto se echará a perder, el botín pronto se gastará, la muy preciada riqueza puede convertirse en una trampa; pero el estudio de la voluntad de Dios, la meditación sobre la verdad y la gracia de Jesucristo, la bienvenida dada por el corazón a las esperanzas celestiales y los consuelos divinos con los que están tachonadas las páginas de la Sagrada Escritura, sentado a los pies del gran Maestro y aprendiendo de él, esta es la fuente de la alegría pura, inagotable y cada vez más profunda. La adquisición de cualquier tipo de conocimiento es agradable para la mente, pero el enriquecimiento del alma por la recepción de la sabiduría Divina significa "deleite" profundo, una satisfacción intensa para el espíritu. Si tal es la bendición de la obediencia, aprendemos:

1. La excelencia de la firmeza (Salmo 119:5). Cuán necesario es tener nuestros pies "firmemente fijados" en el estilo de vida; para ser salvado de "vagar" primero en caminos y luego en carreteras del mal! Por lo tanto:

2. La sabiduría de mantener una mente abierta (Salmo 119:7), de darse cuenta de que hay algo más que aprender. Por lo tanto también:

3. La necesidad de un esfuerzo serio y extenuante (Salmo 119:4, Salmo 119:16), de ser "diligentes" en el deber y de mantener la voluntad de nuestro Señor siempre delante de nuestra mente, de refrescando continuamente nuestra memoria de su Palabra. Por lo tanto también:

4. La necesidad de orar (Salmo 119:10).

5. El deber de enseñar y de aprender (Salmo 119:13). Con la verdadera y pura bendición que nosotros mismos hemos obtenido, debemos tratar de transmitirla a otras almas.

Salmo 119:25-19

Ampliación espiritual.

A lo largo de toda nuestra vida, como hombres piadosos, debemos reconocer:

I. UNA TENDENCIA HACIA ABAJO. "Mi alma se une al polvo" (Salmo 119:25). Nuestros ojos están inclinados a "contemplar la vanidad" (Salmo 119:37). Hay algo dentro de nosotros y lo que nos rodea que constituye la tentación de poner nuestra confianza en el hombre en lugar de en Dios, para buscar nuestra porción en la ventaja mundana en lugar del servicio y la amistad de Cristo, para permitirnos declinar de una moderación sabia. a una indulgencia imprudente e incluso culpable, poner nuestros corazones en las cosas que están debajo y ser muy poco afectados por la herencia más allá.

II El poder divino para acelerar. "Avísame" (Salmo 119:25-19). Dios puede "agrandar nuestro corazón" (Salmo 119:32). Con la entrada y la morada de su Espíritu Santo, él puede elevar los pensamientos y las esperanzas que comienzan a decaer o a asentarse; él puede "agrandar" nuestras simpatías y afectos de tal manera que amamos lo mejor y nos deleitamos profundamente en lo más alto; él puede revivirnos tanto que nuestra languidez espiritual y nuestro desánimo pasan a la plena aquiescencia y la alegre esperanza (Salmo 119:28), y nos hacemos fuertes para esperar y actuar; Él puede afectarnos de manera tan continua, y así establecernos, que debemos permanecer en servicio reverente todos nuestros días (Salmo 119:38). Mediante estas santas influencias inculcadas en nuestra alma, actuando de manera silenciosa pero efectiva sobre los manantiales ocultos de nuestra naturaleza, Dios "nos concede su Ley con gracia" (Salmo 119:29). Dejados a nosotros mismos, nos hundimos y sufrimos; sostenidos, acelerados por el poder renovador de Dios, caminamos en sabiduría y en piedad, más aún, nos elevamos hacia Cristo, hacia el cielo. Esto es-

III. LA AMPLIACIÓN ESPIRITUAL QUE EXPONE. Se encuentra en muchas formas; Es activo en muchas esferas. Incluye:

1. Salvación de los peores males. "Salvación" generalmente (Salmo 119:41) de la declinación espiritual, que es un adversario insidioso y peligroso; también de cualquier caída repentina en pecado y vergüenza; y más particularmente de la "codicia" (Salmo 119:36), ese espíritu maligno de egoísmo que anhela lo que Dios no ha dado, y surge en los esfuerzos de una ambición perjudicial o en el motín de un corazón descontento.

2. De todo corazón en obediencia (Salmo 119:34). Todos los poderes e instintos de nuestra naturaleza se unieron en una santa alianza de obediencia a Dios.

3. Rapidez y alegría de la obediencia. No solo debemos caminar, sino correr en el camino de los mandamientos de Dios (Salmo 119:32, Salmo 119:60). La disposición y la rapidez para obedecer, en el niño pequeño, es lo aceptable para el padre humano: ¿no es igual para el Divino?

4. Firmeza en el servicio sagrado (Salmo 119:31, Salmo 119:33, Salmo 119:34).

5. Libertad (Salmo 119:45). El pecado en su peor momento significa esclavitud absoluta; la piedad en su máxima expresión significa libertad perfecta. Cuando amamos tanto la Ley de Dios, cuando estamos tan llenos del deseo de hacer la voluntad de Cristo y agradarle, que encontramos que su Palabra no es una restricción para nosotros, que nos movemos felizmente en esas líneas en las que somos libres. ir tan lejos y tan rápido como queramos, entonces estamos "en libertad". La libertad solo se encuentra en su perfección cuando, como en Dios, la inclinación es perfectamente paralela al deber. Los estatutos de Dios no son nuestros lazos; son nuestras canciones (Salmo 119:54).

6. Expresión (Salmo 119:27, Salmo 119:43, Salmo 119:46). Cuando el corazón se agranda, se abre la boca y sale un discurso libre y sin miedo. Al principio, de hecho, puede haber dudas sobre la inexperiencia y la desconfianza en uno mismo; pero cuando esta etapa inicial es pasada, hay plenitud e intrepidez de expresión. Declaramos, con labios alegres, la gracia y la verdad que nos han iluminado y emancipado. Pero no debemos pasar por alto el hecho de que, si bien las promesas de Dios son grandes, hay—

IV. LA CONDICIÓN A CUMPLIR: ORACIÓN. El salmista con frecuencia nos recuerda nuestro deber y privilegio a este respecto. En la confesión o la súplica, llama nuestra atención en Salmo 119:23, Salmo 119:25, Salmo 119:26, Salmo 119:37. Es posible que no esperemos la ampliación espiritual que proviene de la visita de Dios a menos que estemos diariamente, con fervor y expectación, pidiéndole a Dios que venga a nosotros y viva en nosotros, en todo su poder victorioso y lleno de gracia.

Salmo 119:49-19

Comodidad en la aflicción.

Aquellos que construyen una filosofía de la vida humana, o que critican cualquier credo religioso que reclame su atención, están obligados a reconocer:

I. El hecho grave de la aflicción. Porque es un elemento muy grande en nuestra vida y afecta poderosamente nuestro carácter. No hay uno que no tenga ocasión una y otra vez para decir "en mi aflicción" (Salmo 119:50). La mayoría de nosotros, a veces, debemos ir mucho más allá de esto, y hablar de estar "muy afectados" (Salmo 119:107), o incluso estamos obligados a decir: "Los problemas y la angustia se han apoderado de mí". "(Salmo 119:43).

1. A veces, a menudo de hecho, se debe a la injusticia, la crueldad o la desconsideración de los hombres (Salmo 119:51, Salmo 119:61, Salmo 119:69 , Salmo 119:78). El peor sufrimiento es la consecuencia de la traición y la hostilidad de aquellos en quienes confiamos y amamos (Salmo 41:9).

2. La aflicción puede surgir de nuestra seriedad religiosa (Salmo 119:53, Salmo 119:136). La incredulidad, la indiferencia, la impiedad, la inmoralidad y la violencia que vemos o leemos constituyen una pesada carga para nuestra alma.

3. La aparente demora de Dios es otra fuente de prueba (Salmo 119:82). "¿Cuánto tiempo, Señor, cuánto tiempo?" Ha sido el grito doloroso de todas las generaciones de los hijos de Dios perseguidos y con problemas. Además de estas, están las aflicciones cotidianas comunes de enfermedad, pérdida, rigidez, desilusión, aflicción. Entonces viene

II EL LLAMAMIENTO A DIOS. (Salmo 119:58, Salmo 119:107.) Mientras abunda la prosperidad, podemos olvidar a Dios, pero tan pronto como llega la adversidad lo recordamos. Y aquellos que caminan con Dios en salud y alegría al instante y naturalmente lo miran cuando entran en las sombras oscuras. "¡Acuérdate de mí, Dios mío, para siempre!" "¡Líbrame!", Estos son los gritos instintivos del corazón agobiado. Podemos, como lo hace el salmista aquí, alegar nuestra relación espiritual cercana con él como motivo de apelación (Salmo 119:153).

III. NUESTRO REFUGIO EN TIEMPO DE PROBLEMA.

1. Descansamos en la promesa de Dios: la "palabra en la que nos ha hecho esperar" (Salmo 119:49; ver Salmo 41:1; Salmo 46:1; Salmo 90:15; Isaías 43:2; Juan 14:18; Hebreos 13:5, Hebreos 13:6, Hebreos 13:8).

2. Encontramos, en la bondad de Dios para con nosotros en el pasado, una garantía de su piedad en el presente, y su bendición en el futuro (Salmo 119:65; Salmo 23:1.) .

3. Encontramos un gran consuelo en el conocimiento que tenemos del carácter de Dios, asegurados de que Uno tan amable (Salmo 119:68) y tan fiel (Salmo 119:75) debe guiarnos por la derecha y sabio, por extraño que nos parezca el camino.

4. Cualquier cosa que se nos quite, siempre nos ha dejado a nuestro Dios, nuestro Salvador mismo; y él es nuestra porción (Salmo 119:57); él mismo es "nuestra gran recompensa". Sin pérdida, sin desconcierto, sin traición, puede quitarnos el inestimable tesoro del favor y la amistad de Jesucristo.

IV. SU PROBLEMA (Salmo 119:67, Salmo 119:71.) Hay algunas lecciones que no podemos aprender en la luz, pero podemos aprender en la oscuridad. Cuando todos los demás medios no nos afectan, la fuerte vara de la aflicción nos despierta y nos despierta a la verdad olvidada. Entonces vemos aquello a lo que habíamos sido extrañamente ciego; luego nos alejamos del mal camino y del precipicio fatal, y entramos una vez más en el camino de la sabiduría, el camino de la vida. En lugar de una indulgencia peligrosa es una sabia moderación; en lugar de una mundanalidad creciente es una alegría cada vez más profunda en la devoción; en lugar de compañías cuestionables es la sociedad de lo sagrado; en lugar de flojedad en el servicio está la llama constante del celo; en lugar de la falta de entusiasmo es la falta de entusiasmo en nuestra vida cristiana.

Salmo 119:73-19

Necesidad humana y la suficiencia divina.

Estos versículos resaltan:

I. LA GRANDEZA DE NUESTRA NECESIDAD HUMANA. El salmista se demora:

1. Los males que sufrimos por la persecución. El orgulloso "trato perverso con nosotros" (Salmo 119:78); "casi me habían consumido" (Salmo 119:87); "me persiguen erróneamente" (Salmo 119:86). Las expresiones abarcan todo tipo de crueldad e injusticia, así como lo que entendemos por "perseguidor", haciéndonos sufrir por nuestras convicciones religiosas. El hombre es el principal enemigo del hombre, en todas partes y siempre.

2. Indica el extremo al que podemos ser reducidos; su alma "se desmaya por la salvación de Dios" (Salmo 119:81); se pregunta por el largo retraso (Salmo 119:82); su propia vida está en peligro (Salmo 119:77); él está listo para perecer (Salmo 119:92).

3. Le preocupa que no sea avergonzado, que caiga en el pecado o en la desesperación, y haga que el enemigo triunfe (Salmo 119:80).

4. Él encuentra que incluso los mejores demuestran ser indignos en algunos aspectos (Salmo 119:96). Nuestra necesidad es grande, pero recurrimos a:

II LA SUFICIENCIA QUE ESTA EN DIOS.

1. Su perfecto conocimiento de nosotros y su poder sobre nosotros. El que nos hizo debe conocer nuestra naturaleza y sus necesidades, debe poder ministrarnos (Salmo 119:73; ver Salmo 94:9, Salmo 94:10). Él "sabe lo que hay en el hombre".

2. Su ayuda prometida (Salmo 119:76, Salmo 119:81; ver homilía anterior).

3. Su ayuda otorgada a través de su gente (Salmo 119:79). Deje que los problemáticos siervos de Dios se vuelvan hacia uno y otro que se sabe que lo honran, y no buscarán la simpatía de un hermano en vano. Si el hombre es nuestro enemigo, el hombre también es nuestro amigo. "Un hombre será un encubierto" (Isaías 32:2).

(1) Su fidelidad (Salmo 119:75, Salmo 119:86). Dios no se olvida de nosotros; él no es indiferente a nuestra angustia; no le importa nuestro servicio (Salmo 119:94); él no pasa por alto el hecho de que somos sus propios hijos, estrechamente relacionados con él en su Hijo (Salmo 119:94); pero él está buscando nuestro mayor bien; él está cuidando nuestro avance espiritual; nos está purificando de toda escoria; nos está preparando para un servicio superior en una esfera más noble. Está redimiendo su Palabra en el mismo momento en que, y por el mismo trato en el que, parece estar rompiéndola (Salmo 119:128, Salmo 119:138).

4. La inmutabilidad de su Palabra (Salmo 119:89-19). Podemos citar para nuestro propio apoyo y el de cualquier otra palabra de aliento que Dios haya dicho en cualquier momento; porque "el consejo del Señor permanece para siempre, los pensamientos de su corazón para todas las generaciones" (Salmo 33:11). Lo que fue para nuestros padres en días distantes, y lo ha sido para todos los que vinieron antes que nosotros, él será para nosotros (ver Salmo 90:1; Hebreos 13:8; Santiago 1:17).

5. La amplitud de su Ley (Salmo 119:96). Si bien el hecho de que su Ley cubra toda la gama del pensamiento y la acción humana nos lleva a la condena, por otro lado, la plenitud y amplitud de sus promesas cubre todos nuestros posibles errores y malas acciones, y deja la puerta de entrada al reino abierto de par en par a todos los que lo abordan en el espíritu de penitencia y fe.

Salmo 119:97-19

Conocimiento y acción.

De la Ley de Dios, estos versículos tratan, llamando nuestra atención a:

I. ESTUDIO QUE LLEVA AL AMOR. (Salmo 119:97-19.) Una visión superficial de la Palabra de Dios puede no tener resultado; pero un estudio serio de ello, una meditación continua y en oración sobre él, terminará en un fuerte apego a él. Se convertirá en la fuente del disfrute perenne; se valorará por encima de todo precio (ver Salmo 119:1). De hecho, tan cerca se aferrará el corazón que incluso el mayor peligro solo sugerirá sus verdades (Salmo 119:109). La enfermedad lo acercará; la muerte se volverá hacia ella. A medida que disminuye el valor de otros tesoros, su valor aumentará.

II CONOCIMIENTO. (Salmo 119:98, Salmo 119:99, Salmo 119:105.) El estudio de la Palabra de Dios, de la voluntad de Cristo, hará que el discípulo comprenda

(1) de qué ignoran sus enemigos;

(2) qué es de mayor valor intrínseco que cualquier ciencia, arte o lenguaje;

(3) lo que trasciende toda la tradición, por muy venerable que sea (Salmo 119:98-19). Pero de más importancia que esta superioridad mental es:

III. SABIDURÍA PRÁCTICA.

1. Esto comienza en el odio al mal (Salmo 119:104), teniendo una sincera aversión a las diversas formas de iniquidad.

2. Se procede a la percepción de lo que es correcto y bueno (Salmo 119:105), entendiendo el verdadero carácter de la vida humana y sabiendo cuál es la forma de caminar.

3. Continúa evitando deliberadamente el mal (Salmo 119:101).

4. Luego determinó la lealtad a la verdad y la voluntad de Dios bajo todas las provocaciones para errar (Salmo 119:102, Salmo 119:110-19). Por fuerte que sea la presión o la intriga inteligente, el hombre que ama la Ley de Dios es constante en obediencia y se niega a abandonar la carretera del Rey; él va directo a la meta.

5. Esto termina en inmunidad contra las penas tristes del pecado que los culpables tienen que pagar, tarde o temprano (Salmo 119:118-19).

6. Y su problema es un cumplimiento bendecido de la esperanza del hombre bueno (Salmo 119:116). Esta sabiduría práctica descansa sobre:

IV. UN PROPÓSITO REVERENTE DEL CORAZÓN. (Salmo 119:106-19.) Iluminado por la enseñanza Divina, entendiendo qué es el sabio y cuál es el curso tonto, percibiendo quiénes son sus amigos y quiénes son sus enemigos, el discípulo del gran Maestro.

(1) resuelve solemnemente que se entregará, con corazón y vida, a la búsqueda y práctica de la justicia;

(2) desestima, sin reservas, cualquier compañero malvado que haya admitido a su amistad;

(3) hace un voto formal y solemne, ante Dios y el hombre, de que caminará en el camino de la vida. Entonces ven-

V. ORACIÓN Y ALABANZA.

1. Súplica diaria por la mano de Dios, sin la cual fallan las resoluciones más justas y fuertes (Salmo 119:116, Salmo 119:117).

2. Acción de gracias diaria: el sacrificio de un discurso agradecido y una canción sagrada (Salmo 119:108).

Salmo 119:121-19

Mirando a Dios

Una gran parte de nuestra vida cristiana se encuentra en la elevación de nuestro corazón a Dios en oración silenciosa o vocal. Buscamos

I. SU RESPETO MERCIFUL. (Salmo 119:124, Salmo 119:132, Salmo 119:135.) Le pedimos a Dios que nos considere como aquellos que se han humillado ante él, que confían en su misericordia, quienes son sus hijos en Jesucristo; y sabemos que no apelaremos en vano. A todos les ha prometido su consideración misericordiosa, la luz de su semblante, su favor permanente, su amistad divina.

II DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL. Es la nota continuamente recurrente: "Enséñame tus estatutos". En las palabras del apóstol despierto, "Señor, ¿qué quieres que haga?" En nuestra propia ignorancia, y en la confusión causada por tantas voces contendientes, cada una de las cuales pretende ser la verdad, bien podemos gritar: "Dame entendimiento", etc. (Salmo 119:125). Queremos saber con quién, en la Iglesia y en el mundo, deberíamos estar asociados; cuál es el verdadero significado y cuál es el verdadero mensaje que nuestro Maestro entregó por sus propios labios o por medio de los escritos de sus apóstoles; cómo podemos servirle mejor en el campo del trabajo activo, etc. Queremos poder distinguir entre lo plausible y lo verdadero, entre lo atractivo y lo sabio, en todos los consejos que se pronuncian en su Nombre. No hay nada que necesitemos más que el discernimiento espiritual, cuando brillan tantas luces de las cuales podemos estar seguros de que algunas no se encienden en el altar de la sabiduría celestial.

III. SU PROTECCION. (Salmo 119:121, Salmo 119:134.) La opresión no es tan desenfrenada ahora como lo ha sido, pero todavía existe en muchos lugares y en muchas formas. De modo que todavía hay necesidad de la oración del salmista; y puede ser que muchos corazones, en soledad y sufrimiento, encuentren alivio en este llamado a Dios: "No me dejes a mis opresores". El salmista va más allá; él pide-

IV. LA GARANTÍA O SU PROTECCIÓN. (Salmo 119:122.) Como Dios le dio a Moisés cuando lo envió a Faraón, y a David y Salomón cuando les dio sus tronos; como Cristo le dio a Pablo cuando estaba en Corinto y se encogía de espíritu antes de su estupenda tarea (Hechos 18:9, Hechos 18:10). Nuestro Señor nos da la seguridad de que no nos sucederá ningún daño que no permita, que no controlará y anulará definitivamente (Mateo 5:11, Mateo 5:12; Mateo 10:29).

V. LA CONSERVACIÓN DE NUESTRA INTEGRIDAD ESPIRITUAL. (Salmo 119:133.) Nuestra primera y principal obligación es continuar en ese camino de servicio sagrado en el cual la gracia de Dios nos ha colocado, y mantener nuestra libertad de todo lo que nos degrada y esclaviza. Pero esto es una gran cosa que hacer; muchos han emprendido su curso cristiano confiando en el éxito, y han sido derrotados. Se han alejado del camino de la sabiduría; Se han convertido en víctimas de algún hábito degradante. No miraban a Dios a diario y con seriedad, o habrían sido defendidos. Si hay alguna señal, aunque sea leve, de enredo moral, "nuestros ojos estén siempre hacia el Señor, y él arrancará nuestros pies de la red" (Salmo 25:15).

VI. SU INTERVENCION. (Salmo 119:126, Salmo 119:136.) Afligido de corazón, perplejo en espíritu, abrumado por las fuerzas del mal y el triunfo temporal de la iniquidad, ¿qué podemos hacer? Puede que no dejemos de dar nuestro testimonio de la verdad, pero podemos llevar nuestra carga al Señor; Podemos alegar que la causa de la justicia no es nuestra, sino suya, y orar, con esperanza e incluso con confianza, por la manifestación de su poder. "Es hora de que tú, Señor, trabajes".

Salmo 119:137-19

Seriedad

Mucho se dice en este salmo acerca de buscar y servir "con todo el corazón". Este es, de hecho, el secreto del verdadero éxito, de la victoria final. Muchos fracasarán en alcanzar la meta y en usar el premio porque partieron con un espíritu lánguido y poco entusiasta, o porque comenzaron con nada más que entusiasmo religioso. Lo que se necesita es sincero sincero del alma. Esta-

I. INCLUYE UN PROFUNDO RESPETO POR LA VOLUNTAD Y LA PALABRA DE DIOS. A esto el salmista da una expresión aquí (Salmo 119:137, Salmo 119:138, Salmo 119:140, Salmo 119:142, Salmo 119:144, Salmo 119:151, Salmo 119:152, Salmo 119:159, Salmo 119:160).

1. Es la verdad misma.

2. Hace demandas perfectamente justas y justas.

3. Ofrece solo lo que seguramente se otorgará, y requiere solo lo que es realmente necesario; es "muy fiel".

4. Está libre de todo lo que pueda herir la sensibilidad o dañar la conciencia, y constituye una bondad y virtud absolutas; Es muy puro.

5. Bendice y sostiene a través de todos los cambios de una vida humana, y sobrevive a los cambios de los siglos. Ahora es tan necesario como siempre, y será la permanencia y la fortaleza de las almas humanas para siempre; es "eterno".

6. Es digno de nuestro profundo y verdadero afecto; es algo que "amamos".

II TRIUNFA SOBRE NUESTRO SENTIDO DE INSIGNIFICACIÓN PERSONAL. (Salmo 119:141.) La seriedad religiosa no se detiene y no es detenida por una sensación de oscuridad personal. Toda alma humana es grandiosa, porque está íntimamente relacionada con Dios, y porque está vinculada al deber y es capaz de un servicio sagrado. El alma individual más despreciada puede tener en mente los pensamientos e ilustrar en su vida la verdad y los principios de Dios mismo (ver Salmo 40:17).

III. TRIUNFOS SOBRE LA DEPRESIÓN DE GRANDES DOLORAS. (Salmo 119:143.) Los problemas pueden acumularse, las cargas pesadas pueden pesar sobre el alma, las pérdidas más tristes pueden oscurecer el camino, pero el espíritu ferviente que confía en Dios y busca su ayuda no se verá abrumado.

IV. IMPLICA DEDOTACIÓN A LA CAUSA DE DIOS Y LA VERDAD. (Salmo 119:136, Salmo 119:139, Salmo 119:158.) El estudio reverente de la Palabra de Dios nos hará cada vez más conformes a la semejanza y profundamente interesados ​​en la causa de Dios. Por lo tanto, crecerá en nuestros corazones una profunda pena al presenciar los pecados y las consecuentes penas y miserias de la humanidad. Esto descansará en nuestro corazón y entristecerá nuestra vida, tal como sucedió con nuestro Señor. El infortunio del mundo será nuestro problema; y la causa de Cristo, tan a menudo derrotada y detenida durante tanto tiempo, será la fuente de una gran solicitud de por vida. De nosotros mismos, a partir de nuestro Maestro, será relativamente cierto que "nuestro celo nos ha consumido", nos ha agotado (Salmo 69:9; Juan 2:17).

V. SE MUESTRA EN UN SENTIDO FUERTE DE LA PRESENCIA CERCA DE DIOS Y DE SU GRAN BIEN. (Salmo 119:151, Salmo 119:156.)

VI. SE MUESTRA EN DELICIO CONTINUAL EN LA VERDAD DIVINA. (Salmo 119:148.) Ya sea que se tome de forma hiperbólica o literal, el texto indica un profundo placer ininterrumpido al meditar en la verdad revelada de Dios; incluso el cansancio y el sueño dan paso al entusiasmo e interés que se toma en estos temas tan importantes, en estas preciosas promesas,

VII. Se muestra en oración ferviente. (Salmo 119:145-19, Salmo 119:149, Salmo 119:154, Salmo 119:156, Salmo 119:159.) El salmista dice nosotros cuánto y cuán fervientemente lloró y rogó a Dios; él continuamente rompe el ritmo de su canción con la oración, "¡Avísame!" Si estamos en serio en el servicio

1. No el disgusto o la oposición del hombre; aunque esto se puede incurrir sin causa, y podemos sentir que la sospecha, o el sentimiento de malestar, o el ataque son totalmente desenfrenados y no provocados.

2. Pero el disgusto de Dios. Sin ser molestados por la mala voluntad o intriga humana, "nos asombramos" de la desaprobación divina; evitamos pensar el pensamiento, apreciamos el sentimiento, tomamos el curso que Cristo condenaría; Tenemos miedo de dejar sin hacer o sin ataduras aquello a lo que nos está llamando con su voz soberana.

II EL VERDADERO TESORO (Salmo 119:162.)

1. No el "botín" de riqueza, rango, poder, aprendizaje o una ronda de emociones placenteras; pronto pierden el gusto y con demasiada frecuencia dejan un sabor amargo.

2. Pero la revelación de la gracia de Dios, de su mente, de su propósito y promesa, como se da a conocer en su Palabra.

III. LA VERDADERA PALABRA (Salmo 119:163.) La falsedad es completamente ofensiva para Dios, y es muy dolorosa para nosotros mismos; le depara la ruina espiritual que se entrega a ella; Es una mala hierba que crece con tristeza rápida. La veracidad en la expresión es una parte grande y esencial de todo valor espiritual.

IV. EL ESPÍRITU VERDADERO. La de agradecimiento. (Salmo 119:164.) No es, por supuesto, el número de veces que ofrecemos elogios lo que es aceptable; porque la simple acción de gracias mecánica no tiene valor, aunque se preste cien veces al día. Es el espíritu de gratitud lo que lo es todo: el reconocimiento por parte de la mente de que es por la gracia de Dios que somos lo que somos, y el sentimiento de agradecimiento que habita en el alma; Es el sentido interno de la bondad de Dios, llevado con nosotros a todas partes, expresándose de manera simple y sin afectación.

V. LA VERDADERA SEGURIDAD. (Salmo 119:165.) En el orden de nuestra vida, queremos estas dos cosas entre otras: paz e integridad. El amor y la práctica de la verdad divina producirán ambos.

1. Nos salvará de tropezar (nada nos "ofenderá"); no caeremos en los vicios o fallas que conducen a la vergüenza y el auto reproche; No daremos paso a la controversia que termina en disputas y separaciones.

2. Por lo tanto, tendremos paz: la aprobación de nuestra propia conciencia, la buena voluntad de los hombres, el "bien hecho" de Dios.

VI. LA VERDADERA ESPERANZA (Salmo 119:166.) La "salvación" final que esperamos (ver Romanos 13:11) es la verdadera esperanza para el hombre. La "paz de la tumba" no es una paz verdadera, sino falsa. La mera inconsciencia ininterrumpida no es algo que deseemos. Pero la esperanza de la vida eterna, basada en las firmes promesas de Dios, y asegurada por "hacer sus mandamientos", por fidelidad hasta el fin (ver Heb 4: 1; 2 Pedro 1:10, 2 Pedro 1:11; Apocalipsis 3:11), siendo" fiel hasta la muerte ".

VII. LA VERDADERA FUENTE DE SANTIDAD (Salmo 119:168.) Si mantenemos nuestra obediencia en todas partes y siempre, debemos darnos cuenta de la verdad de que "todos nuestros caminos están delante de Dios". Debemos "estar ante Dios", debemos "caminar con Dios", como lo hicieron los santos de antaño. Debemos llevar con nosotros a todas partes la verdad de que pensamos nuestros pensamientos, pronunciamos nuestras palabras, vivimos nuestra vida, en la presencia cercana y bajo la mirada de aprobación o desaprobación de nuestro propio Señor.

Salmo 119:169-19

La salvación de Dios

Estos versículos pueden traernos ante nosotros las sucesivas etapas de la salvación.

I. BUSCANDO DESPUÉS DE DIOS. (Salmo 119:169, Salmo 119:170, Salmo 119:174.) El corazón "anhela la salvación"; "clama por liberación"; mira a Dios bajo una profunda y fuerte sensación de peligro y necesidad. Entonces viene

II NUESTRA ELECCION. (Salmo 119:173.) La hora decisiva llega cuando tenemos que, finalmente y de manera fija, determinar si aceptaremos o no a Jesucristo como nuestro Divino Señor y Salvador; si vamos a pasar nuestros días y nuestros poderes a su servicio. La crisis de nuestra causa ha pasado cuando podemos decir: "He elegido tus preceptos"; He elegido hacer "la voluntad de Dios en Cristo Jesús".

III. UNA VIDA DE DEVOCIÓN SOSTENIDA. A medida que la oración del salmista entremezcla sus otras expresiones, la devoción debe combinarse con nuestra vida exterior, santificándola y ennobleciéndola. Especialmente si buscamos constantemente ayuda Divina (Salmo 119:173), para que podamos cumplir con nuestro deber fielmente, soportar nuestra carga con mansedumbre, resistir la tentación de manera masculina y exitosa, usar nuestra oportunidad sabiamente y con devoción.

IV. NUESTRA CONFESIÓN DE FALLA PARCIAL. (Salmo 119:176.) Este vagabundeo (del texto) no es la primera salida del alma de Dios, la partida al "país lejano" de distanciamiento o rebelión; es más bien la desviación del buen hombre de la línea recta del servicio sagrado, que exige reconocimiento y retorno al favor de Dios. "Si nosotros (discípulos cristianos) decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros". Si, cuando así nos equivocamos, cuando "nos extraviamos", "confesamos nuestro pecado, él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda injusticia". "Porque todo el que sea piadoso te rezará" (Salmo 32:6). Es un punto muy importante en la vida cristiana comprender y reconocer nuestro error, nuestro fracaso parcial, nuestra necesidad de la mano Divina para llevarnos de regreso al camino de la justicia y la sabiduría.

V. NUESTRO ESTUDIO DE LA VOLUNTAD DE DIOS REVELADO EN SU PALABRA. (Salmo 119:174, Salmo 119:175.)

VI. NUESTRO SERVICIO DE DISCURSO Y CANCIÓN. (Salmo 119:171, Salmo 119:172, Salmo 119:175.)

1. Reconociendo la excelencia suprema de la verdad divina, su valor intrínseco y su poder para salvar y sanar, "nuestra lengua hablará la Palabra de Dios". Desde el discurso sostenido y preparado hasta el diálogo humilde y la palabra de despedida de advertencia o aliento, se puede prestar un verdadero servicio a nuestro Señor.

2. Enseñó la voluntad de Dios tanto por su Espíritu como por su Palabra, nuestra alma y nuestro cuerpo con vida porque vivificados por el poder divino, nuestro corazón y nuestra boca se llenarán de alabanza. La oración y la alabanza serán los dos acompañamientos que nunca fallarán, a lo largo de todo el camino de la vida, hasta que el testigo sea llevado, y el trabajo esté hecho, y la recompensa esté lista.

SUPLEMENTARIO

Salmo 119:15, Salmo 119:23, Salmo 119:30, Salmo 119:48, Salmo 119:59, Salmo 119:78, Salmo 119:97

Meditación: su lugar en la cultura cristiana.

En estos días y en este país podemos hablar de la meditación como un arte perdido, si no, de hecho, como una facultad perdida. Nos hemos vuelto incapaces de pensamiento sostenido, de consideración prolongada de la verdad Divina. Incluso con la ayuda de un discurso bien estudiado y bien hablado, y la presencia de compañeros de escucha comprensivos, resulta difícil mantener la atención continua durante más de media hora una o dos veces por semana. El salmista recurre una y otra vez a este deber sagrado; habla de ello como un privilegio muy apreciado. Los mejores hombres de los tiempos del Antiguo y Nuevo Testamento eran hombres de meditación y de acción: Enoc, Abraham, Moisés, Samuel, David, Elías, Nehemías, Juan Bautista, San Pablo, Juan el apóstol, todo esto ilustra la verdad. . Nuestro Señor mismo buscó la montaña para la soledad y la comunión con su propio corazón y con su Padre. Los mejores hombres que han vivido y trabajado durante esta era cristiana han sido hombres que encontraron tiempo para la contemplación y para la devoción en la que eso alcanza su punto más alto. En un tiempo y una tierra donde la acción se siente como todo; donde hay multitud de distracciones; donde cada hora puede ser fácilmente ocupada con alguna actividad legal o incluso loable; donde se debe hacer un esfuerzo positivo para asegurar una hora tranquila; existe un grave peligro de que nuestro carácter cristiano sufra la falta de una meditación sincera y devota.

I. LAS DOS COSAS EN LAS QUE HABITAR. Estas son la Palabra de Dios y nuestros propios "caminos". Debemos meditar en los estatutos o preceptos de Dios; deberíamos "pensar en nuestros caminos". Qué campo de pensamiento está aquí] La naturaleza, el carácter y la obra de Dios revelados en la historia sagrada y en Jesucristo; la verdad que nos habló nuestro Señor, y escrita para nuestro aprendizaje por hombres inspirados; las formas en que la verdad divina ha sido ilustrada y aplicada en la historia humana; el camino por el cual Dios nos ha guiado; el testigo que hemos dado y el trabajo que hemos realizado; el fracaso para llegar a ser y efectuar lo que podríamos haber sido y haber hecho; la distancia cada vez menor ante nosotros a este lado de la tumba; la vida inmortal más allá, etc.

II EL ESTADO O ACTO EN QUE CULMINA. En oración. La meditación es la mejor amiga de la devoción; Es su fuente y salvaguarda. Hay mucho que pasa por la oración que, en ausencia de meditación, es solo una repetición mecánica; no hay meditación real que no pase a una oración genuina, aceptable y fructífera.

III. SU PROBLEMA PRÁCTICO "Giré mis pies", etc. (versículo 59). No ser nada más que un pensador, o incluso un estudiante, es un triste error. Debemos salir de la cámara de comunión al campo del conflicto. Pero ahora hay poco peligro de demasiada reclusión. Mucha consideración seria, pasar a la oración, es la mejor preparación para el "amplio campo de batalla del mundo", para los peligros que se deben enfrentar y los deberes que se deben cumplir.

Salmo 119:2, Salmo 119:4, Salmo 119:10, Salmo 119:34, Salmo 119:58

De todo corazón.

El éxito en cada esfera de acción se logra mediante la minuciosidad, concentrando nuestras fuerzas y trabajando "con todo nuestro corazón". Muchos hombres han permitido que su vida sea un fracaso porque ha disipado su fuerza. Él "ha hecho muchísimas cosas mal". Pero en ninguna esfera de pensamiento o acción se exige tanta minuciosidad como en la religión. Seguramente deberíamos ofrecer lo mejor, todo nuestro ser, a nuestro Creador, a nuestro Salvador. Esto aplica a-

I. NUESTRO ENFOQUE A ÉL Y LA BÚSQUEDA DE SU FAVOR. (Salmo 119:2, Salmo 119:10, Salmo 119:58.) Para participar en la adoración a Dios, o para leer su Palabra, o para buscar su amistad y perdón el amor, de manera formal y ceremoniosa, con poca seriedad y sin seriedad de espíritu, es cometer un triste error; es perder la batalla. Nuestra relación con Dios es inmensamente más alta que cualquier otra relación; sus reclamos son absolutamente supremos; nuestro interés en su misericordioso respeto es increíblemente grande; y no puede haber ningún compromiso del alma que exija tanta agresión, tal concentración de poderes, tal fijación y plenitud del alma, como la oración, la devoción, como la búsqueda de Dios.

II NUESTRO SERVICIO DE VIDA. (Salmo 119:4, Salmo 119:34.) Los esfuerzos lánguidos e indiferentes que hacen algunos hombres "religiosos" al servicio de Dios deben ser totalmente inaceptables, ya que son totalmente impropios. "Digno es el Cordero para recibir riquezas", las riquezas de nuestro recuerdo, nuestra obediencia, nuestra sumisión, nuestro servicio. Para hacer algunos esfuerzos débiles para dominar nuestro temperamento, para sofocar nuestro reproche, para preservar una tranquilidad sostenida o alegría de espíritu, para mostrar amistad con los hermanos cristianos, o para pronunciar palabras de orientación o advertencia, pero renunciar al intento porque nosotros no tenga éxito inmediatamente, esto no es guardar los preceptos de Dios "diligentemente", observar su voluntad "con todo nuestro corazón". Es relegar la religión al segundo o tercer lugar en nuestra estima. Cristo reclama lo primero. Nos dice que si amamos a alguien o algo más que a él, no somos dignos de él. Nos promete que si subordinamos todas las demás cosas a él y a su servicio, recibiremos una gran recompensa en sus manos.

Salmo 119:6, Salmo 119:22, Salmo 119:31, Salmo 119:42, Salmo 119:80, Salmo 119:110

La Palabra de Dios y la vergüenza.

Existen-

I. LOS TRES TIPOS DE VERGÜENZA.

1. La vergüenza de la cual no debemos avergonzarnos; de los cuales podemos estar orgullosos: los "reproches de Cristo"; ser ignorado e incluso despreciado porque somos leales a nuestro Señor y fieles a las convicciones que hemos aprendido de él; el reproche que la pureza a veces sufre a manos de la laxitud, y la integridad de los labios de la deshonestidad, y la devoción de los fanáticos de la impiedad. Esto es todo para nuestro crédito, y nos honra. Pero luego está:

2. Auto-reproche, la acusación de nuestra propia conciencia. También hay:

3. La condena del bien; esa fuerte y a veces severa reprobación con la que una sociedad instruida visita el crimen, el vicio, la crueldad, el egoísmo, el mal proceder ante su tribunal y pide su veredicto.

II NUESTRO APOYO VERDADERO CON VERGÜENZA HONORABLE. Esto se encuentra en lo que la Palabra de Dios nos dice:

1. La estima de Nuestro Señor agrega una fuerte aprobación (Mateo 5:10).

2. Su propio ejemplo. "Sufrió la contradicción de los pecadores contra sí mismo", y se inclinó ante la más mínima vergüenza, "incluso hasta la muerte de la cruz".

3. Nuestra esperanza. "A los rectos surge la luz en la oscuridad".

III. El verdadero conservador de la vergüenza que debemos temer. Esta también la Palabra de Dios nos proporciona, ya que suministra:

1. La constante, los principios eternos que salvan del pecado y el mal: verdad, probidad, pureza, templanza, fidelidad, etc.

2. Los incentivos más fuertes a la integridad: ese temor a Dios y el amor a Jesucristo que nos hará retroceder sensiblemente de todo lo que entristece a su Espíritu, y que nos llevará a seguir ese camino que termina en su gran recompensa.

Salmo 119:9, Salmo 119:63, Salmo 119:74, Salmo 119:113, Salmo 119:115

El estilo de vida: los jóvenes.

Nuestra atención está llamada a:

I. EL CAMINO DE LA VIDA; especialmente porque se presenta a los jóvenes. Es interesante esperar un largo viaje; para anticipar las escenas que se presenciarán, las compañías que se formarán, los recuerdos que se acumularán en los años venideros, etc. Pero, ¿cuánto más interesante es esperar el viaje de la vida aún en perspectiva? para anticipar sus alegrías, sus éxitos, sus triunfos; esperar sus amistades y logros; para protegerse de sus peligros y sus errores! Las incertidumbres del futuro en el caso de los jóvenes, las posibilidades de fracaso o de victoria, hacen que los primeros años de vida estén llenos de un interés profundo.

II EL SECRETO DEL ÉXITO Esto es doble.

1. Se encuentra en la consideración varonil. ¿Cómo hará un joven para que su curso sea dulce, limpio y puro? "Al prestar atención a ello", al negarse a tratar su vida con ligereza, dejar que las cosas sigan su propio curso, hacer que su "camino" no sea más que un "capítulo de accidentes", al determinar que será una cuestión de inteligencia, elección deliberada; dedicando a ese tema más serio su consideración más sincera, y haciendo un puente para ejercer sobre él todas las facultades de su naturaleza.

2. Se encuentra en la guía Divina: "según tu Palabra". Y esta "Palabra"

(1) aconseja la aplicación de principios sagrados: los de veracidad, pureza, templanza, honestidad, generosidad, etc .;

(2) pone gran énfasis en la correcta compañía. Aquí está:

(a) Rechazo de algunos: la negativa decidida a admitir en nuestra confianza a quienes no lo merecen. Odio los "pensamientos vanos" o los "escépticos, escépticos, hombres de doble ánimo" (Salmo 119:113); el despido perentorio de la amistad de quienes no tienen principios (Salmo 119:115).

(b) Admisión de otros. (Salmo 119:63, Salmo 119:74.) Muy pocas cosas llegan a decidir el estilo de vida como la elección de compañeros. Asociarse con los frívolos o los escépticos, y el camino de la vida conduce hacia la locura, la incredulidad, la ruina; camina con los sabios, los sinceros, los piadosos, y ese camino conduce a la sabiduría, la virtud, la utilidad, el cielo.

Salmo 119:29, Salmo 119:30, Salmo 119:128, Salmo 119:163

El camino falso y la palabra falsa.

El amor a la verdad divina no puede coexistir con la tolerancia de ningún tipo de falsedad; Son mutuamente excluyentes. Tenemos-

I. EL CAMINO FALSO Y LA PALABRA FALSA.

1. El camino falso. Este puede ser el camino de

(1) error religioso, que involucra las miserables falsedades y las oscuras inmoralidades del paganismo;

(2) afectación religiosa, simulación de convicción que no se tiene y de sentimientos que no se sienten;

(3) vicio, que hace trampa prometiendo placer continuo y produciendo insatisfacción, dolor, vergüenza y muerte;

(4) vanidad, que tampoco cumple su promesa, al principio mantiene grandes esperanzas, pero termina en desencanto, tristeza y asco;

(5) la dilación, que seduce y traiciona.

2. La palabra falsa. Esto puede ser

(1) la falsedad misma: la mentira abierta y sin rubor; o

(2) sugerencia falsa: mantener la verdad en palabras, pero transmitir una idea esencialmente falsa; o

(3) exageración, que es una parte de verdad y una parte de falsedad, siendo la primera lo suficiente para flotar a la segunda sin excusar o incluso atenuar el error.

II Los santos y sabios odiados por el mal. "Odio;" "Odio y aborrezco". Estas palabras fuertes no son demasiado fuertes. Debemos "aborrecer lo que es malo"; volverse hacia él un espíritu de extrema aversión. Esto es:

1. santo; porque es como Dios "Los labios mentirosos son una abominación" para él. Es como el de Cristo. Sabemos lo que pensó de la pretensión de un pietismo irreal y mundano (ver Mateo 23:1).

2. Es sabio; porque la falsedad del pensamiento y el habla socava el carácter, se disocia de lo verdadero y lo bueno, conduce a la muerte espiritual y eterna.

III. EL AFECTO CORRECTO. Es bueno, de hecho, para aquellos que pueden decir: "Ahora amo tu ley"; es todo para deleitarse en la verdad amorosa, limpiadora y defensora de Dios; y, más especialmente, amar y, por lo tanto, seguir al que es la Verdad y la Sabiduría de Dios (Juan 14:6; 1 Corintios 1:24).

HOMILIAS POR S. CONWAY

Salmo 119:1

Introductorio a todo el salmo.

I. ¿POR QUÉ FUE ESCRITO?

1. Algunos afirman que es obra de David. Profesan poder encontrar pruebas de su estilo y forma, y ​​no hay límite para las alabanzas que transmiten en este salmo; pero la retórica extravagante no prueba nada.

2. Pero todos los expositores principales y más confiables se niegan a admitir la autoría davídica. El estilo es muy posterior al de David. En las Lamentaciones de Jeremías hay una composición alfabética similar. Es en conjunto una composición artificial y didáctica, muy diferente de la que tenemos más razones para asignar a la edad y la pluma de David. Además, hasta donde sabemos, esa lectura general de la Ley, que este salmo presupone, no podría haber sido sin la amplia circulación de copias de la Ley. Pero de tal circulación no tenemos evidencia hasta la época de Ezra. Por otra parte, la vida de David, tal como está retratada en las Escrituras, parece estar fuera de tono con el tono, el espíritu y las alusiones de este salmo.

3. No es posible nombrar a ninguna persona individual como autor. Pero del salmo deducimos que fue escrito por un devoto siervo de Dios, quienquiera que haya sido; que probablemente era un hombre joven, uno de los cuales San Juan diría: "Os he escrito a ustedes, jóvenes, porque ustedes son fuertes y han vencido al inicuo". Los versículos 9, 99, 100 garantizan la suposición de que era joven. Pero, sin embargo, enseñó profundamente a Dios a amar la Palabra de Dios y a alimentarse continuamente de ella. Muy humilde y humilde ante Dios. Vea el tono general del salmo, y especialmente los últimos ocho versículos. Parece haber sido muy probado (versículos 21, 23, 36, 37). Su único temor es que no sea indigno y se avergüence (versículos 6, 7, 22, 31). Si buscamos a alguien en quien se encuentren las diversas condiciones de autoría, deberíamos recurrir al Libro de Daniel; bien él mismo, o uno de esos tres nobles jóvenes hebreos de los que habla su libro, bien podría haber sido el escritor de este salmo.

II POR LO TANTO FUE ESCRITO.

1. Quizás como una memoria de la propia experiencia del escritor, y por su propia ayuda.

2. Pero aún más probablemente para la instrucción de otros. De ahí el estilo alfabético, acróstico, que fue adoptado como una ayuda para la memoria; así como los predicadores ahora dividen sus sermones en varias cabezas.

3. Y para la gloria de Dios, para que su gracia sea alabada.

4. Por la recomendación de la Palabra de Dios. El salmista daría su enfático testimonio de la preciosidad de esa Palabra.

5. Y para la conmoción de aquellos que deberían leer el salmo para buscar diligentemente los tesoros de esa Palabra. El testimonio personal como el que se da en este salmo tiene un gran poder sobre las mentes de los demás.

III. SUS CARACTERÍSTICAS GENERALES.

1. Es de un creyente a los creyentes. El infiel y el burlón no están contemplados en el diseño del salmo.

2. Es para la edificación y crecimiento en la santidad del pueblo de Dios.

3. Es intensamente espiritual. Ritos y ceremonias y apelaciones a la mera razón están ausentes; Le habla al alma.

4. Es de carácter universal. Limitado a ningún período, a ninguna tierra, a ninguna nación, sino a todos.

5. Su fuerza espiritual y su poder son testigos del temor de Dios de todas las edades.

Salmo 119:1

Características de la Palabra de Dios según lo declarado por los diversos nombres que se le dan en este salmo.

Hay ocho de esos nombres.

I. SE LLAMA LA "LEY". (Salmo 119:1, Salmo 119:18, Salmo 119:34, etc.) La palabra implica que las reglas guían, dirigen, por lo tanto, una regla de conducta. Y este era evidentemente el significado del salmista, la Palabra de Dios no era algo de lo que simplemente se debía hablar, alabar o discutir, sino que era para ordenar la vida de un hombre y ser su guía constante.

II "TESTIMONIOS". La palabra significa aquello de lo que da testimonio. Y la Palabra de Dios es esta.

1. Nos da testimonio de Dios y de su voluntad acerca de nosotros; y:

2. Da testimonio a nuestros corazones de lo aceptable o incorrecto de nuestras vidas y conducta ante los ojos de Dios. Siempre dará un testimonio verdadero, que es nuestro riesgo si lo descuidamos. Por ella se determinará la sentencia de Dios sobre nosotros.

III. "PRECEPTOS". Esta expresión proviene de una palabra que significa "lo que se nos ha confiado". Y así, la Palabra de Dios es el depósito de la fe, que debemos guardar y proteger. San Pablo declaró, al final de su carrera, "he mantenido la fe"; y exhortó a Timoteo a "guardar lo que le fue encomendado". Al final se nos preguntará qué hemos hecho con este precioso encargo. Las palabras de Dios para nosotros son los talentos que, mientras él está ausente de nuestra vista, debemos "ocupar", es decir, comerciar, hasta que venga el Señor.

IV. "ESTATUTOS". El término se deriva de una palabra que habla de lo que está grabado, definitivamente y claramente dibujado, como una tabla, un mapa, y así prescribe el camino que se debe tomar. ¿Y no es esto cierto de la Palabra de Dios? ¿No nos está diciendo alguna vez: "Este es el camino, andad por él"? ¡Qué claro y sencillo es el curso que nos marca! Y, tal vez, el salmista pensó también en la profundidad y claridad con que esta palabra está escrita en el corazón humano, y especialmente en el corazón creyente. Allí Dios ha grabado profunda y definitivamente su voluntad para con nosotros. Cristo, la Palabra, es la luz que ilumina a todo hombre que viene al mundo.

V. "MANDAMIENTOS". Lo que está ordenado, como el comandante de un ejército ordena lo que se debe hacer. El pueblo de Dios es el ejército del Dios viviente, y en esta guerra santa el éxito solo se logra mediante la estricta y diligente obediencia a sus mandamientos.

VI. "JUICIOS". Esta expresión se usa para el veredicto en un tribunal de justicia, lo que tiene sanción legal y lo que rige la sentencia del juez. Y así, la Palabra de Dios es la oración Divina, y está de acuerdo con la ley de la naturaleza, de la razón y de la justicia. ¿Quiénes somos nosotros para establecer nuestras débiles ideas contra los precedentes, principios y juicios del Juez justo?

VII. "PALABRA." (Salmo 119:9, Salmo 119:11, Salmo 119:17, etc.) Esto responde al nombre sagrado de Cristo, que es la Palabra de Dios. Cuenta, no de una carta escrita, una serie de documentos redactados por hombres; pero es esa palabra interna de Dios la que el espíritu del hombre escucha: puede ser a través de la Palabra escrita o hablada, pero también puede ser independiente de cualquiera de las dos. Es esa Palabra que, si no se escucha, ninguna predicación o enseñanza del hombre es de ninguna utilidad. Esta es la Palabra que necesitamos escuchar.

VIII "CAMINO." El camino, el curso, el camino, a lo largo del cual Dios mismo camina, y aquello en lo que nos haría caminar. Y que la Palabra de Dios es. Es el camino de la santidad, la carretera del Rey, y bienaventurados los que caminan por ella.

Salmo 119:1

Servicio sincero de Dios.

I. LA DESCRIPCIÓN DADA DE TAL COMO RENDERLO.

1. No están contaminados en el camino. No solo están en el camino, sino que se mantienen intactos. ¡Qué difícil es esto!

2. Caminan en la Ley del Señor. Es el hábito de sus vidas y su placer.

3. Guardan sus testimonios. Manténgalos en su memoria, su afecto y su conducta.

4. Lo buscan con todo el corazón. Esto tristemente raro. La masa de los cristianos tiene un corazón dividido; pero un servicio sincero, ¡qué raro es esto!

5. No hacen iniquidad. Es posible no pecar, y mantener una conciencia libre de ofensas tanto hacia Dios como hacia el hombre.

II SE DECLARA QUE SE "BENDIGA". Y que lo sean, que toda la experiencia lo cuente. Ciertamente, el servicio a medias no puede reclamar tal bendición. Estos tienen la religión suficiente para malcriarlos para el mundo, pero no lo suficientemente cerca como para darles la bendición de la que aquí se habla. La suya es una ronda miserable de pecar y arrepentirse, caer y resucitar, una vida bajo la reprensión perpetua de la conciencia y el sentido del disgusto de Dios. Pero la vida que se cuenta aquí en este salmo se vive bajo el sol del amor de Dios y en la posesión de esa bondad amorosa que es mejor que la vida.

III. DICHO SERVICIO ES EL ÚNICO QUE RESPONDE AL MANDAMIENTO DE DIOS. (Salmo 119:4.) Es lo que él ha ordenado especialmente. Cualquier cosa menos sería deshonroso para él y desastroso para nosotros, mientras que esto lo glorifica y es para nosotros muy bendecido.

IV. EL CREYENTE LO SABE Y LO ESPERA. (Salmo 119:5.) Se le ha mostrado la visión de la verdadera vida, y la desea con un gran deseo. Él sería santo como Dios es santo. Y tiene buenas razones; para:

1. Esto solo le dará confianza ante los hombres y, lo que es más importante, ante Dios. Si no lo tiene, debe "estar avergonzado".

2. Le permitirá ofrecer una alabanza digna: alabanza con rectitud de corazón (Salmo 119:7). La falta de sinceridad, la falta de entusiasmo, vicia y destruye todas las alabanzas que Dios puede aceptar. Él se aparta de eso.

V. POR LO TANTO EN HUMILDAD PROFUNDA SE CONSAGRA A DIOS MISMO.

1. "Guardaré tus estatutos". Es un voto sagrado. Sabía que solo en el camino de la obediencia podía esperar darse cuenta de lo que tanto anhelaba.

2. Pero él dice esto con profunda humildad. "¡Oh, no me dejes por completo!" Él sabe que Dios podría hacer esto con justicia, pero tiembla por temor a que lo haga.

Salmo 119:5

Anhelo de santidad.

I. LA ORACIÓN DE NUESTRO TEXTO SE LEVANTA DE MUCHOS CORAZONES.

1. Incluso de los descuidados y los mundanos. Ellos, rara vez, tienen que comer del fruto de sus propios caminos, y es nauseabundo para su gusto. A menudo se dan cuenta de lo equivocados que están, y luego surge de sus corazones una oración como esta. Sólo, ¡ay! Estos deseos se desvanecen tan pronto.

2. Desde el principiante en la Vida Divina: el recién regenerado. Este es el apetito sagrado y saludable de tal alma. No solo el deseo de ser salvado del infierno o admitido en el cielo, sino ser hecho como Dios, y así, agradarle.

3. El reincidente. No hay alma más miserable que pueda vivir en la tierra que el reincidente. Una y otra vez se hace consciente de su miserable locura al dejar los caminos de Dios, y llora y anhela la mejor manera. Es Dios quien no los dejará ir a la ligera: es su llamado; que escuchen y obedezcan, y eso a la vez. Entonces este buen deseo puede ser como el hilo delgado que estira el cordón hacia el prisionero en la mazmorra, y que la cuerda de confianza por la cual se logra escapar. Entonces, este deseo, si se usa bien, puede atraer otros dones de la gracia de Dios, y aún más, y así, la bendita liberación será tuya.

4. El creyente sincero. Porque ve defectos en sí mismo donde otros no lo hacen, y es consciente del fracaso donde otros solo alaban su bondad. Pero él tiene un ideal, una visión de Dios, después de lo cual siempre está jugando y, por lo tanto, esta oración, "¡Oh, si mis caminos fueran dirigidos", etc.!

II La razón de esto.

1. Es la forma en que Cristo caminó. Cada lugar donde ha estado está investido de encanto y deleite para quienes lo aman.

"Esos campos sagrados, sobre cuyos acres caminaron esos benditos pies".

¡Cuántos aman caminar allí también! Pero no son muchos los que pueden hacer esto literalmente; sin embargo, en los santos caminos del amor a Dios, y la obediencia y la fe, en las cuales él caminó, podemos caminar si queremos.

2. Es la forma en que fuimos diseñados. Nada funciona bien en aquello para lo que no estaba destinado. Los delicados instrumentos del matemático no servirán para el trabajo grosero del artesano. Y así con la naturaleza del hombre: está hecho para Dios, y en su obediencia encuentra su verdadero bienestar.

3. Es el camino de la paz.

4. Y de la vida eterna.

III. PERO PARA ESTO NECESITAMOS LA DIRECCIÓN DE DIOS. — S.C.

Salmo 119:6

Cómo evitar la vergüenza.

I. TODOS NOS RETIRAMOS DE LA VERGÜENZA. Ya sea:

1. Ante nuestra propia conciencia. Un sonrojo interno, aunque invisible para cualquier prójimo, es para muchos, y para todos los que son capaces de ello, una fuente de dolor y para algunos de dolor muy real. Avergonzarse de uno mismo es lo contrario de lo agradable.

2. Aún más, ante nuestros semejantes. Eso a menudo ha llevado a los hombres a la autodestrucción, tan intolerable ha sido. O:

3. Ante Dios. (Ver Salmo 40:12.) ¿Y quién no ha sabido, en razón de la ingratitud y el pecado, qué es esta vergüenza? Y está la última vergüenza horrible: que

4. Ante el Señor en su venida. (1 Juan 2:28.) ¡Que nos evite eso!

II LA FORMA SEGURA DE EVITARLO. Al tener "respeto a todos tus mandamientos".

1. ¿Pero puede alguien respetar todos los mandamientos de Dios? No para merecer la salvación de ese modo; porque "por las obras de la Ley", etc. E incluso si pudiéramos para el futuro, ¿qué pasa con el pasado? La gente a menudo habla de entregar una nueva hoja, pero ¿qué pasa con las viejas? La nueva hoja no borrará las viejas. Si un hombre ha violado la ley de su país en el pasado, la súplica de que nunca volverá a hacer lo mismo no servirá para su perdón.

2. Pero en referencia a los mandamientos de Dios es posible (Salmo 119:3) "no hacer iniquidad". Cristo mantendrá el alma que diariamente, cada hora, confía en él. Como el guijarro que yace en el lecho del arroyo siempre se mantiene brillante y limpio por el agua que fluye constantemente sobre él, entonces el que "caminará en la luz", es decir, se esforzará honestamente por vivir de esa manera. toda su conducta llevará la luz de Dios, y quién, por así decirlo, se mantendrá en contacto con Cristo, buscándole continuamente la gracia, descubrirá que la sangre de Cristo, como un hecho de experiencia, lo limpia, lo sigue limpiando. , de todo pecado. Hay miles que pueden dar fe de esto. Y:

3. Esto es lo que debemos desear. No por temor a la ira, sino por amor a Dios (Salmo 63:1), ha llegado a ser nuestro profundo anhelo.

4. Tal deseo conducirá a una conducta muy diferente a la de la mayoría. Porque la mayoría de los hombres no respetan todos los mandamientos de Dios. Pueden ser deberes públicos, pero no privados. Entonces, los comandos de la primera tabla, pero no los de la segunda, o pueden ser viceversa. O en grandes asuntos, pero no en los pequeños de la vida diaria. Los deberes agradables, pero no los desagradables.

III. PERO EL QUE TENDRÁ RESPETO A TODOS LOS MANDAMIENTOS DE DIOS, NO SOLO EVITARÁ LA VERGÜENZA, SINO SERÁ LLENO DEL AMOR DE DIOS.

Salmo 119:9

Santificado por la verdad.

Tenemos aqui-

I. UNA PREGUNTA DIFÍCIL. "¿Con qué debe un joven", etc.? (Salmo 119:9).

1. La misma palabra "con qué" implica esto. Parece sugerir que se han intentado todos los medios, pero que se han encontrado inadecuados.

2. También se da a entender que el camino ya está contaminado. Y esto lo más cierto, lo más triste. El joven comienza con un sesgo malvado, y lo ha hecho más fuerte que antes al cumplirlo con frecuencia. De modo que no es una forma limpia que debe mantenerse limpia, eso es bastante difícil, sino una forma contaminada que debe limpiarse.

3. Y la juventud está muy abierta a la tentación. Las pasiones y apetitos del cuerpo clamaban como un conjunto de arpías inmundas para la indulgencia. La mente, impaciente por el control, prestando atención a todo tipo de incredulidad, duda y negación de la verdad; el corazón inexperto y sin instrucción, listo para ser atrapado con los variados engaños del mundo, la carne y el demonio. Aquí está el combustible listo y el fuego, y se unen en la juventud. ¿Qué puede prevenir la conflagración?

II PERO NO ES UNA PREGUNTA QUE NO SE PUEDE RESPONDER. Ha sido una y otra vez. Ver la historia de José; de Daniel y los nobles jóvenes hebreos en el exilio con él; vea a los jóvenes a quienes San Juan escribe (1 Juan 2:13, 1 Juan 2:14). ¡Y hay muchos de estos hoy, la gloria sea para Dios!

III. AQUÍ NOS DICEN CÓMO SE RESPONDE LA PREGUNTA. "Prestando atención a eso", etc. (versículo 9).

1. Debe haber atención al camino: pensamiento y cuidado. No vendrá por casualidad, o cuando estemos dormidos, pero necesitará grandes esfuerzos.

2. Y esto debe estar de acuerdo con la Palabra de Dios. Porque esa Palabra provee el patrón y modelo de tal manera limpia; especialmente en Cristo, "que no pecó", que fue "santo, inofensivo y sin mancha". Y proporciona los motivos que todo lo limitan: el amor de Dios, la cruz de Cristo, la belleza de la santidad, la recompensa eterna. Y da el consejo más sabio en cuanto a toda vida santa; Allí, el camino correcto está marcado para nosotros. La Palabra de Dios es una guía segura. Y apunta a la única fuente de ayuda: el Espíritu Santo de Dios, por quien Dios nos hace querer y hacer de acuerdo a su buena voluntad.

3. Y todo esto lo había hecho. Vea los siguientes versículos en esta sección. Cuenta cómo había buscado a Dios con todo el corazón, había escondido la Palabra de Dios en su corazón, etc. de modo que se había regocijado allí; y esto, sin duda, debido a su ayuda.

Salmo 119:17

El anhelo del alma por la Palabra de Dios.

Tal parece ser el tema de esta tercera sección de este salmo. Este anhelo se muestra:

I. EN SU DESEO POR LAS PRINCIPALES MERCANCÍAS DE DIOS SOLO PARA QUE PUEDA GUARDAR LA PALABRA DE DIOS. Si se llamara a la mayoría de nosotros para completar esto Salmo 119:17 después de la palabra "y", ¿qué deberíamos insertar? La mayoría desea vivir y tener la generosidad de Dios, para que puedan enriquecerse y prosperar o lograr algún otro bien terrenal. Pero el salmista desea la generosidad y la vida de Dios solo eso, etc. ¡Qué estimación de esa Palabra muestra tal oración!

II EN SU ORACIÓN POR UNA VISIÓN ABIERTA. (Salmo 119:18.) Lo desea porque está seguro de que hay cosas maravillosas en la Palabra de Dios que todavía no ha visto y que nunca verá hasta que la tela de Dios abra los ojos. Y esto es cierto para todos nosotros. ¡Para cuántos la Biblia es oscura y aburrida, incomprensible en muchas partes y sin interés en otras! Es porque las películas de pecado y prejuicio han vuelto su vista oscura y aburrida. Que se les abran los ojos, pero no verán, como ahora lo hacen, meras palabras, sino maravillas de la Ley de Dios.

III. EN SU PÉLITE PITEO QUE LA PALABRA DE DIOS NO PUEDE OCULTARSE DE ÉL. "Soy un extraño en la tierra". Por lo tanto, sin hogar, sin amigos, indefensos, sin nadie con quien simpatizar o socorrer, solo, no acostumbrado a las formas de quienes lo rodean, desolado de corazón y, a menudo, en todo lo demás. Por lo tanto, tú que has mandado a tu pueblo que muestren bondad a los extraños, ¿no lo harás por mí? No me ocultes tus mandamientos, porque son para mí como hogar y amigos y toda la ayuda necesaria. Illust .: la alegría de Robinson Crusoe al encontrar una copia de la Biblia cuando estaba en su isla desierta. La alegría del malgache perseguido en las Escrituras que habían logrado preservar.

IV. POR SU PROFUNDA DISTRACCIÓN CUANDO LA PALABRA DE DIOS SE RETIENE DE ÉL. (Salmo 119:20.) Pudo haber tenido la letra de las Escrituras, pero lo que quería era encontrar a Dios en esas Escrituras. Hasta que este anhelo fue satisfecho, "todos los tiempos" fueron igualmente tristes para él. Los que han conocido el gozo de las manifestaciones de Dios a través de su Palabra no conocerán el gozo hasta que sean bendecidos nuevamente.

V. POR SU DEPRECACIÓN DE LA MUERTE DE LOS QUE DESPIEREN LA PALABRA DE DIOS. (Salmo 119:21.) La miseria, la vergüenza y la ruina están en el camino que transitan, un camino que él siempre evitaría. Es bueno para nosotros mirar constantemente hacia el final del camino del pecador, el camino ancho, para que podamos adherirnos más firmemente a los caminos del Señor.

VI. POR SU CONVICCIÓN DE LA ENTREGA SEGURA HAY PARA ÉL EN LA PALABRA DE DIOS.

1. Del reproche y el desprecio. (Ver homilía en Salmo 119:6.) Había guardado los testimonios de Dios, y sabía que, por lo tanto, se le quitaría el reproche y el desprecio en todo su poder para angustiarlo o dañarlo.

2. De todo miedo al hombre. (Salmo 119:23.) Los príncipes pueden, y probablemente lo hicieron, esforzarse por intimidarlo y aterrorizarlo, como con Paul, Luther y muchos otros; pero el recuerdo de la Palabra de Dios meditado y meditado fortaleció su alma. ¡Cuán verdadero es el verso!

"Temedlo, santos; y entonces lo haréis

No tienes nada más que temer:

Haz de su servicio tu deleite,

Tus deseos serán su cuidado ".

VII. POR SU CONFESIÓN DE LO BUENO, LO HA SALIDO. (Salmo 119:24.)

1. Los testimonios de Dios habían sido su deleite. Vea cómo nuestro Salvador se deleitó en la Palabra de Dios.

2. Sus consejeros. Nadie encuentra la Palabra de Dios su deleite a menos que primero la convierta en su consejera. Pero si lo haremos, entonces, etc.—S.C.

Salmo 119:25-19

Aferrándose a Dios.

Tal parece ser el tono y el espíritu de esta sección. Se ha despertado a un gran peligro y, por lo tanto, se ha intensificado la comprensión de Dios, el aferrarse a él con mayor tenacidad debido al peligro visto y sentido.

I. LA CONFESIÓN PENITENTE Y LA ORACIÓN. (Salmo 119:1.) El salmista posee que el mundo está obteniendo demasiado y terrible poder sobre él; que su alma, en lugar de acercarse a Dios en santa aspiración y esfuerzo, se deshace en el polvo; y teme que no se caiga del todo, y por lo tanto reza: "Apúntame", etc.

II SE ALIENTA A Sí MISMO AL RECORDAR LAS RESPUESTAS DE DIOS A SUS ORACIONES EN EL PASADO. Cuando antes había hecho como confesión y súplica, no había sido en vano.

III. ORA DEFINITIVAMENTE por lo que siente que realmente lo ayudará.

1. Que Dios debe enseñarle sus estatutos. (Salmo 119:26.) Que Dios debe hacer esto; él no puede enseñarse a sí mismo, los demás no pueden enseñarle, pero Dios sí. Esto es lo que todos queremos.

2. Que Dios debe hacerle entender su Palabra. Lo había escuchado, leído, pero quería esa comprensión profunda que solo una verdadera comprensión podría proporcionar.

3. Y quería esto para poder dar un testimonio efectivo. "Entonces debo hablar", etc. (Salmo 119:27). Tal testimonio no solo bendeciría a los demás, sino que reaccionaría sobre sí mismo, como siempre, y sería una de las formas efectivas en que Dios lo animaría.

IV. LE DICE AL SEÑOR LO GRANDE QUE ES SU PROBLEMA, y ora y suplica ayuda.

1. Su problema fue que temía estar perdiendo el control de Dios. Le estaba rompiendo el corazón por eso, porque, para un hombre piadoso, no hay mayor problema que sentir que todo lo bueno en él, todo lo que Dios le había dado de su gracia, se estaba desvaneciendo. Eso es un problema de verdad.

2. Ora por ayuda. "Fortaleceme". Como si dijera que no podría aguantar mucho más; a menos que haya ayuda, debe ceder.

3. Él aboga por la Palabra de Dios. "Según tu palabra" (ver homilía en Salmo 119:25).

V. EL CONFESA Y ORA CONTRA EL MAL CAMINO AL QUE HABÍA CAÍDO: "la forma de mentir". No, como dicen los estudiosos, el hábito de la mentira y la mentira en el habla común, sino más bien la infidelidad, la falsedad a Dios. Pronunciando votos y nunca cumpliéndolos, haciendo santas resoluciones y olvidándolos y rompiéndolos. ¡Cuántos hacen esto! ¡Qué fácil es caer de esta manera! Utilizamos expresiones fuertes y apasionadas en himnos y oraciones, y cuando buscamos los actos correspondientes no se encuentran. Y esto, como el vicio más cierto, hace, como dice Burns:

"... endurece todo dentro, y petrifica el sentimiento".

Bueno, por lo tanto, puede orar, "Quítate de mí", etc. Él pide dos cosas:

1. La eliminación del viejo mal. En toda reforma espiritual esto debe ser lo primero. El arrepentimiento es solo esto. Luego:

2. La impartición de la Ley de Dios. La formación y el diseño del alma según esa Ley.

VI. HACE PROTESTACIÓN.

1. Que su voluntad esté siempre del lado de Dios. (Salmo 119:30.) "He elegido", etc. Su elección deliberada y preferencia no es la forma de mentir, sino la forma de la verdad y, por lo tanto, siempre tiene ante sí los juicios de Dios.

2. Que ha actuado de acuerdo con su resolución. Se ha pegado a los testimonios de Dios. Se había aferrado, aferrado con fuerza. Podía apelar al conocimiento del Señor sobre esto, y alegar que no debía ser avergonzado.

3. Que vivirá la vida vivificada si Dios ensancha su corazón al derramar en él su propio amor y el conocimiento de su voluntad.

Salmo 119:25

Avísame.

I. LA CONDICION DEPLORABLE QUE PIDIÓ LA RESPUESTA A ESTA ORACIÓN. Fue muy triste; para considerar:

1. Qué fue lo que el salmista confiesa que su alma se unió. "El polvo". Con esta frase despectiva se refiere a las cosas de este mundo en general. Y tiene razón al hablar así. No es que en sí las cosas de este mundo no sean mejores que el polvo. La salud, la riqueza, el éxito, la reputación, el poder, el placer, las cosas por las que los hombres se esfuerzan, tienen su valor, y eso es mucho más que el simple polvo. Pero es cuando estas cosas se ponen en oposición y, con demasiada frecuencia, se prefieren antes, como son, cosas que son espirituales y eternas, y que tienen que ver con el destino y el carácter del alma, que con razón se les llama " polvo." Y son como el polvo, no solo por su inutilidad comparativa, sino por otras razones: su poder para contaminar el alma. Sin embargo, incluso el creyente, por la sangre de Cristo, se limpia, pero necesita, por lo que Cristo nos dice, que se lave los pies (Juan 13:10). El contacto con el polvo del mundo, por inevitable que sea, implica la necesidad continua de lavar los pies, es decir, esa parte de nuestra naturaleza espiritual que está expuesta al poder contaminante del mundo. ¡Y qué cegador es este polvo! Los hombres no pueden ver nada como realmente es, cuando están cegados. ¡Y qué sugerente en cuanto al destino del alma que se aferra a él, para ser expulsado "como la paja que el viento aleja"! Su lugar apropiado está bajo nuestros pies; ¡Pero qué terrible que el alma se apegue a ella!

2. Y que el alma haga esto. Por pensar en lo que es el alma del hombre. Su naturaleza, formada a imagen de Dios. Su capacidad: poder comunicarse con Dios, llegar a ser como Dios. Su destino: bendición eterna o ay. El costo de su redención, nada menos que la preciosa sangre de Cristo. La lucha que siempre está en su poder, entre los poderes graciosos del cielo por un lado, y los terribles poderes del infierno por el otro. ¿Puede ser de poca importancia respecto a lo cual se puede decir todo esto? Y sin embargo, es esta alma la que, con demasiada frecuencia, se deshace del polvo.

3. Y que el alma se uniera a ella. Las atracciones de este mundo no podemos dejar de ver, y su fascinación no podemos dejar de sentir, y el diablo está siempre ocupado para hacer que esa atracción sea aún más fascinante. Pero que nosotros, los redimidos del Señor, los templos del Espíritu Santo, debamos ceder a esto, y no solo ceder, sino ser tan dominados como para adherirnos a él, mientras la lapa se escurre a la roca, a pesar de todos los esfuerzos por despegarse. ¡Qué lamentablemente triste es todo esto! Y sin embargo, nuestras conciencias deben reconocer cuán deplorablemente común es este hecho. Bendito sea Dios, si somos llevados a verlo, a llorar por él, a confesarlo, como aquí; y, lo mejor de todo, recurrir al remedio seguro. Para nota

II LA AYUDA QUE ES ANIMADA. "Avívame".

1. El salmista solía rezar esta oración muy a menudo. Ocurre siete veces en este salmo (Salmo 119:25, Salmo 119:37, Salmo 119:40, Salmo 119:88, Salmo 119:149, Salmo 119:150, Salmo 119:159).

2. ¿Qué quiere decir con eso? No el otorgamiento de la vida espiritual: ya lo tenía, o nunca habría hecho esta confesión y oración; pero "más vida y más plena", la vivificación y revitalización del alma, eso es lo que ansiaba.

3. Y se vuelve a Dios para esto. Es la obra de Dios. solo él puede responder esta oración. El hombre ni siquiera sabe qué es la vida en sus formas más malas, y mucho menos es capaz de crearla. ¿Cómo, entonces, debería ser competente cuando es la forma de vida más elevada que se necesita?

4. Pero esto no significa que seamos absolutamente pasivos en el asunto. No somos. Podemos y debemos orar por ello, como lo hace el salmista aquí.

5. Y Dios nunca rechaza tal oración cuando viene de un corazón sincero. Vea los milagros de nuestro Señor: cómo revivió la vida de la hija de Jairo; el joven hijo de la viuda; y Lázaro, a quien la corrupción ya se había aferrado. Nada puede impedir su poder.

III. EL PLEA QUE SE INSTA. "Según tu palabra". Esto responde a nuestro "por Jesucristo nuestro Señor"; porque él era la Palabra, el medio por el cual leemos el corazón de Dios. Él era la Palabra encarnada. Pero en los días previos a su advenimiento, la Palabra que aquí se menciona sirvió para el mismo fin; no tanto la Palabra escrita como el mensaje de Dios al alma que vino a través de la Palabra escrita o hablada. Ahora, de acuerdo con eso, en armonía con el amor, la verdad, la sabiduría, el poder, de eso, así se reza: "Avívame".

IV. Permítanos orar esta oración. Tal vez lo necesitamos, aunque no lo creemos. A diferencia de la oración y el servicio sagrado, el inquietud y la ansiedad, la preocupación y el cuidado continuo de las cosas terrenales para nosotros o para nuestros hijos, tales son algunos de los signos que necesitamos para orar. Y piense en el daño que tal corte en el polvo debe implicar alguna vez.

Salmo 119:31

Tenacidad.

I. TENEMOS AQUÍ UNA ILUSTRACIÓN DE LA MISMA. "Me he apegado a", etc. Si, como creemos, este salmo es la producción de alguien que en los días del exilio de Israel fue presionado por todo tipo de incentivos para renunciar a su fe en Dios, pero que, como Daniel y sus compañeros, apegados a los testimonios de Dios, entonces su historia justificaría la afirmación aquí hecha. Y ha habido muchos de esos.

II LA TENACIDAD SIEMPRE SERÁ INTENTADA.

1. No podría ser más conocido. Podría profesarse, pero nunca podría probarse. Por lo tanto:

2. Nuestro Señor solía probar la sinceridad de todos los que acudían a él. Y aún lo hace. Vea la historia de la mujer sirofenicia. ¡Cuán terrible fue la tensión y la prueba a la que fue sometida, pero que, como el Señor sabía que haría, soportó triunfalmente!

III. ES UN REGALO MUY BENDITO. Porque, como sugiere este versículo:

1. Se entrega de la vergüenza. La vergüenza de una conciencia de reprensión; del desprecio de los hombres; de que Dios se avergüence de nosotros; y de nuestro deshonrar a Dios. La falta de tal tenacidad implica toda esta vergüenza; y una cosa terrible es

2. Asegura una gran bendición. Paz interior y confianza hacia Dios; el respeto y la admiración de nuestros semejantes; no pueden ayudarse a sí mismos; deben admirar tal firmeza; siempre lo han hecho, y así la sangre de los mártires se ha convertido en la semilla de la Iglesia. También recibe la gran recompensa de Dios (Mateo 10:32), y ahora le da gloria.

IV. ES ALCANZABLE POR TODOS. Esto puede parecer una declaración exagerada, si no falsa, pero no lo es. Sin duda, hay hombres que, por su temperamento y constitución física, su buena salud y una organización nerviosa equilibrada y no demasiado susceptible, parecen incapaces de temer; pero hay otros, y estos la mayoría, que parecen constitucionalmente débiles. Pero, sin embargo, esta bendita dotación de fuerza que todos puedan tener. Vea a San Pedro cediendo y negando cobardemente a su Señor ante el desafío de una sirvienta; y ese mismo hombre, cuando se vació de su confianza en sí mismo y se bautizó con el Espíritu Santo, intrépido y firme como una roca. Por debilidad, él, como miles más, se hizo fuerte. Dios puede fortalecernos con toda su fuerza por medio de su Espíritu en el hombre interior. Deja ir la confianza en ti mismo, su amor entra y el Espíritu nos llena, y así este gran regalo será nuestro.

Salmo 119:32

Corriendo el camino de los mandamientos de Dios.

I. QUE ES ESTO

1. No es una cosa común. En los hombres comunes no lo ves en absoluto; corren muy a menudo y a gran velocidad, pero es al revés de lo que aquí se cuenta. E incluso cuando nos hemos convertido en cristianos, con demasiada frecuencia solo hay un avance lento, una caminata muy lenta, y eso se interrumpe por un alto, y a veces por un retroceso positivo; pero qué poco de esto corriendo!

2. Para correr significa mayor energía en el servicio de Dios. La misma palabra implica eso. Es todo lo contrario de la apatía, tranquilizándonos, y de toda indiferencia. Ir al lado de una corriente de molino país en los calurosos meses de verano. Cuando llegas al molino no escuchas ningún sonido. Falta el ritmo agradable de la rueda, el murmullo de la molienda y el chapuzón frío del agua al otro lado de la corriente. Te acercas y ves la causa. La corriente casi ha desaparecido; los bancos fangosos están humeando en el calor; solo hay una pequeña gota de agua en el fondo; La rueda de molino está inmóvil y abrasadora al sol. Pero venga de esa manera nuevamente después de las lluvias de primavera u otoño, o durante los meses húmedos de invierno. ¡Cómo corre el agua! ¡Cómo gira la rueda de molino! ¡cómo obliga al molinero a encontrar un desbordamiento, para que su fuerza no cause daños graves! Ahora, el contraste entre el miserable y escaso suministro de agua en los calurosos meses de verano, y ese otro flujo completo y apresurado, no es mayor que el que existe entre la vida común de demasiados cristianos y la que se interpone en el camino de los mandamientos de Dios. El salmo aquí dice.

3. Y cuidado dejando a un lado los obstáculos. Muchos de nuestros obstáculos permiten caminar tranquilamente, pero no correr (cf. Hebreos 12:1).

4. Más firme mirando hacia el final del camino. "Mirando a Jesús". Si miramos a un lado, nos demoramos, nos desviamos y disminuimos nuestro ritmo.

5. Mayor gozo en el servicio de Dios. Correr es un símbolo de alegría (Hechos 3:8).

II ES MUY DESEABLE.

1. Por sus efectos en nuestra propia vida espiritual.

2. Por su influencia en el mundo.

3. Y sobre la Iglesia.

4. Y, sobre todo, por el honor de Cristo. Nota-

III. SU CONDICIÓN "Cuando ensanches mi corazón". Es decir:

1. El entendimiento; para que podamos ver y saber la verdad.

2. Los afectos; para que podamos sentirlo.

3. La conciencia; para que podamos estar excitados.

4. La voluntad; para que podamos resolver. — S.C.

Salmo 119:33-19

Enséñame, oh Señor.

Los versos de esta sección contienen, aparentemente, una enumeración de varios hechos que hicieron esencial que el Señor le enseñara, si alguna vez fuera a aprender. Como se ha dicho, el hombre que escribió este salmo sabía dos cosas: primero, que había algo que debía aprender y aprendería, ya que todo su bienestar dependía de ello; y este algo era la Palabra de Dios, que él llama ahora por un nombre y ahora por otro. Pero él sabía una segunda cosa, y eso era: nunca podría enseñarse a sí mismo; Dios debe enseñarle. Esta es la carga de su oración, no solo en esta sección, sino en todo el salmo. Por las dificultades en la forma de adquirir este conocimiento fueron muchas y grandes. Sugiere algunos de ellos aquí.

I. FALTA DE PERSEVERANCIA. El conocimiento que ya había obtenido era suficiente para que se pusiera en camino; pero pronto estuvo listo para detenerse, y lo hizo. Dios debe instruirlo para que continúe hasta el final. "Corriste bien; ¿quién te obstaculizó?" Así lo dijo San Pablo a algunos de sus conversos: ¡y con qué frecuencia se debe decir algo así (cf. la semilla en el suelo pedregoso, Mateo 13:1)!

II MEDIO CORAZÓN. (Salmo 119:34.) Aquí había otra dificultad, como lo es hasta el día de hoy. Se puede lograr que la gente guarde parte de la Ley de Dios, pero no toda: harán algunas reservas. Y si no son conscientes de esto, saben que no es con "todo el corazón" que sirven a Dios. El salmista confiesa su fracaso aquí, y reza para que Dios le haga entender que puede observar la Ley de Dios con todo su corazón.

III. Incapacidad para hacer lo que haría. Se deleitó en el camino de los mandamientos de Dios (Salmo 119:35), pero no pudo "ir" allí. Sin duda, él podía hablar sobre eso, orar al respecto, sentir calidez, hablar fervientemente y desear sinceramente al respecto, pero luego vino esta miserable impotencia que le pide a Dios que supere y que lo haga "entrar", etc. (Romanos 7:14). Aquí hay otra razón para buscar la ayuda de Dios, y todavía existe.

IV. La codicia. (Salmo 119:36.) Si el Señor sí enseña el alma, entonces seguirá "entendimiento" (Salmo 119:34) - poder de voluntad (Salmo 119:35) e inclinación del corazón a los testimonios de Dios (Salmo 119:36), de modo que todas estas solicitudes no son más que formas diferentes de aquello con lo que comienza la sección: "Enséñame, oh Señor". Y aquí, en este verso trigésimo sexto, menciona otro obstáculo: la codicia. San Pablo habla de ello como "la raíz de todo mal", como lo es en realidad (cf. 1 Timoteo 6:9, 1 Timoteo 6:10; Colosenses 3:5; Mateo 13:22). Se aleja tanto el corazón de Dios, que solo él puede volverlo atrás.

V. AMOR A LA VANIDAD. (Salmo 119:37.) El corredor de la carrera que no mantiene la vista fija en la portería, sino que dirige la vista ahora hacia este lado y ahora hacia eso, siempre que se sienta atraído por alguna vanidad, de hecho, necesita avivarse en el camino de Dios. Esta mirada errante del alma, ¡por cuántas fallas en la raza cristiana es responsable!

VI. INESTABILIDAD. Aquí está de nuevo, como en Salmo 119:35 y Salmo 119:40 - deleitándose en el camino de los mandamientos de Dios, pero necesitando poder para ir; así que ahora aquí está el alma dedicada al temor de Dios, pero que aún necesita ser establecida. La Palabra de Dios no es insegura e inestable, pero el alma es muy respetuosa con ella. En cuanto a su verdad, en cuanto a su valor, en cuanto a su poder, Señor, ¡asegúrate de nosotros!

VII. MIEDO A LA REPROCHACIÓN. Esto, de hecho, trae una trampa. ¡Cuántos saben que los juicios de Dios son buenos, pero temen el "reproche"!

VIII FALTA DE ENERGÍA ESPIRITUAL. (Salmo 119:40.) Anhelo, pero incapaz de alcanzar. Anhelar sin la agitación de Dios no servirá. — S.C.

Salmo 119:41-19

Lo que la salvación de Dios hace por un hombre.

Esta sección comienza con una ferviente oración por la venida de la salvación de Dios al salmista. Quiere tener una realización personal de ello. Y procede a decir por qué reza así. Sus razones bien pueden ser las nuestras.

I. PERMITE A ÉL Y LE INSTA A RESPONDERLE QUE REPROTEQUE. (Salmo 119:42.) Si un hombre sabe que la salvación de Dios ha venido a él, tiene eso en su posesión consciente que lo hará despreciar, como simples historias ociosas, todos y cada uno de los reproches del burlador y el no creyente. También pueden negar o denunciar la luz del sol como hacer lo mismo por esa salvación en la que el alma se regocija. Su único temor es que no sea capaz de dar un testimonio claro, no sea que, aunque lo sienta en su corazón, no pueda declararlo con sus labios; por lo tanto, reza (Salmo 119:43), "No me quites ... de la boca". Dios no lo sacará de su corazón, pero puede salir de su boca, al rechazarle el poder u oportunidad de expresión. Anhela dar un valiente testimonio de Dios y su salvación.

II LO DUELE CON GRACIA PERSEVERANTE. (Versículo 44.) Nunca deseará abandonar la Ley de Dios, sino que continuará allí continuamente por siempre y para siempre. Sus formas son formas de placer (Proverbios 3:17).

III. LE CAUSA CAMINAR EN LA LIBERTAD. (Gálatas 5:1; Juan 8:36.) El yugo de Cristo dará descanso; pero entonces debemos tenerlo realmente encendido, no medio encendido y medio apagado, porque entonces se inquieta, irrita y irrita. ¿Cómo podría ser de otra manera? La libertad de los hijos de Dios es gloriosa.

IV. LE DA MIEDO. (Salmo 119:46; cf. Mateo 10:18.)

V. Y DELICIO PURO. (Salmo 119:47.) Hay tanta alegría como aquí se menciona (Salmo 119:16, Salmo 119:35; Salmo 37:4). Esta delicia era "la carne para comer que no sabías", de la cual habló nuestro Salvador (Juan 4:32). ¿Y qué siervo de Dios hay que no haya conocido este deleite? Es "la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento" (Filipenses 4:7).

VI. Y SANTA RESOLUCIÓN DE CONSAGRACIÓN A DIOS. (Salmo 119:48.) El levantamiento de las manos habla de votos solemnes hechos a Dios (cf. Génesis 14:22). Entonces, aquí el salmista hace su juramento solemne, su sacramento, de que será fiel a Dios. ¡Cuán a menudo, cuando el sentido del amor infinito de Dios ha entrado en el alma, se ha hecho el mismo voto!

VII. HACE QUE ESTÉ NUNCA MEDITANDO SOBRE DIOS. La corrida de sus pensamientos siempre persigue a Dios y sus caminos.

Salmo 119:49-19

Canciones en la noche.

El consuelo de Dios en tiempo de prueba es el tema de esta sección. En cuanto a estas canciones, se nos dice:

I. DIOS LOS DA. (Salmo 119:49.) La Palabra que se reza para que el Señor recuerde es la propia Palabra de Dios; y se dice lo que ha hecho esa Palabra: "me hizo tener esperanza". La Palabra de Dios siempre lo hace.

II SON NUESTRO CONFORT EN LA AFLICACIÓN. (Salmo 119:50.) ¡Y qué cantidad de estas preciosas palabras hay! No hay estrés concebible del alma que no sea pensado y provisto por alguna palabra adecuada y segura del consuelo de Dios.

III. Nos sostienen rápido de la manera correcta. (Salmo 119:51.) Ser sometido a desprecio y burla es más de lo que la mayoría puede soportar; ceden, ceden y se desvían bajo su poder despiadado; pero no así aquel a quien se conoce el consuelo de Dios. El sentido de su aprobación, el brillo de la corona de la vida, la anticipación de su "bien hecho". y del gozo del Señor, mantén firme el corazón y estabiliza la voluntad vacilante. Siempre ha sido así, y siempre será así.

IV. Traen a la memoria el veredicto de Dios. (Salmo 119:52.) Esto:

1. Cuando el veredicto del hombre ha sido dado clara y cruelmente contra nosotros. (Salmo 119:51.) Lo consideraron un tonto miserable

2. Al pensar en cómo Dios los juzgará a los que ahora lo están juzgando. Puede dejarlos a su tribunal, de donde saldrá un juicio justo.

3. Al contemplar la maldad prepotente de aquellos que abandonan la Ley de Dios. (Salmo 119:58.) Ardiente indignación y horror se apoderan de él al verlos, pero nuevamente el recuerdo de los juicios de Dios ha sido su consuelo. La historia de Israel había registrado muchos de esos juicios.

V. HABÍAN BRILLADO EL cansado viaje del día y las oscuras horas de la noche. (Salmo 119:54, Salmo 119:55.)

"Tales canciones tienen poder para callar

El pulso inquieto de la atención,

Y ven como bendición

Eso sigue después de la oración.

"Y la noche se llenará de música,

Y las preocupaciones que infestan el día

Doblarán sus tiendas como los árabes,

Y como silenciosamente huir ". (H. W. Longfellow.)

VI. PERO SOLO LOS FIELES PUEDEN TENER ESTAS CANCIONES. (Salmo 119:56.) ¡Qué cierto es esto! El gozo del Señor no llega a los desanimados, a los que se comprometen ni a los infieles. Pero para el que guarda los preceptos de Dios, ellos sí vienen.

Salmo 119:57-19

Dios, la porción de su pueblo.

Esto puede entenderse de cualquier manera: como la porción que Dios le da a su pueblo, él se otorga a ellos; o la porción que eligen y reclaman. Probablemente el último es el significado aquí. Han dado la espalda al mundo como una porción, y han resuelto que en cuanto a ellos serán del Señor, y él será de ellos. En consecuencia, hemos dado aquí diversas señales y efectos de que Dios es la porción de su pueblo.

I. APROPIACIÓN. La palabra "mi" denota eso. Hasta que nuestra fe en Dios avance a esta apropiación personal de él, no hará mucho por nosotros. Debemos creer en Dios, no solo como una porción para su pueblo, sino que cada uno de nosotros debe poder decir: "Él es mi porción" (cf. Salmo 91:2).

II CONSAGRACIÓN Y CONFESIÓN. "He dicho que lo haría", etc. (Salmo 119:57). No solo existe la resolución interior de vivir la vida de obediencia, sino la declaración abierta de la misma. Maravilloso es el aumento del poder de Dios que confesarlo le da al alma.

III. SÚPLICA. "Más de Dios" es el anhelo y el clamor del alma; con todo su corazón se le suplica su favor (Salmo 119:58). El hambre de Dios crece por lo que se alimenta. Dios es la única porción satisfactoria del alma (cf. Salmo 63:1, Salmo 63:2). Su bondad amorosa se considera mejor que la vida.

IV. CONSIDERACIÓN. Habrá el pensamiento en nuestros caminos. Los consideraremos, los examinaremos, los alzaremos a la luz, para ver si son lo que Dios quiere que sean. Y tal consideración será seguida por su consecuencia apropiada: no se detendrá por sí misma, sino que continuará, y eso rápidamente (Salmo 119:60), al resultado práctico de girar "nuestros pies hacia" etc. (Salmo 119:59). Hay mucha consideración que nunca avanza tanto como esto, mucho pensamiento que nunca lleva este fruto bendito. Entonces habrá—

V. CONSOLACIÓN. Esto sigue, nunca precede, una consideración práctica como la que acabamos de mencionar. Pero sí sigue. Habrá pruebas que enfrentar, cargas que soportar y muchas tentaciones; pero habrá abundante apoyo y consuelo (Salmo 119:61, Salmo 119:62).

VI. ASOCIACIÓN. El instinto del alma regenerada es encontrar a otros como él. Se asociarán, deje que el costo sea lo que sea.

VII. ASPIRACIÓN. El alma reconoce cuán llena está la tierra de la misericordia de Dios. Disfrutaría más por sí mismo. — S.C.

Salmo 119:65-19

Los benditos efectos de la aflicción.

I. ESTÁN CONFESADOS. (Salmo 119:65.) No nos dijeron los siguientes versículos, debemos dudar en decir que la franca confesión, "Has tratado bien con tu siervo", se refería a las aflicciones que había sufrido. Pero tal es la referencia. Muchos hijos de Dios han hecho la confesión aquí en la tierra; todo lo hará en el cielo.

II NECESITAMOS LA ENSEÑANZA DE DIOS ERE LOS VEMOS. (Salmo 119:66.) Esto es lo que está implícito; es como si hubiera dicho: "A menos que me enseñes, nunca podré ver que es bueno para mí haber sido afligido". Tendría la enseñanza, para poder ver aún más claramente qué tan bien Dios ha tratado con él. Pero es así; para-

III. La aflicción a menudo restaura y restringe el alma. (Salmo 119:67, Salmo 119:71. Ver historia de Manasés, 2 Crónicas 33:1.) El niño quemado teme el fuego. "Señor, ¡con qué cuidado nos has rogado!" Si el camino de los transgresores no fuera difícil, todos deberíamos ir por ese camino. El significado y la intención de la aflicción es mantenernos cerca y acercarnos a Dios. ¡Felices quienes, cuando la tormenta de la vida golpea fuertemente, se esconden más de cerca en el refugio seguro del amor de Dios! Y esto es lo que Dios quiere que hagamos. ¡Y qué restricción tan santa ejerce sobre nosotros el recuerdo de las aflicciones pasadas! El pecado que antes era muy atractivo tiene ahora, porque marcado con las terribles marcas del disgusto de Dios, perdió la mayor parte, si no toda, su atracción. Y este es otro fin que Dios diseña.

IV. LECTURA CORRECTA, PROPORCIONA LA BIENIDAD DE DIOS. (Salmo 119:68.) Debido a que a menudo se lee erróneamente, la incredulidad, el pesimismo y el ateísmo prevalecen en gran medida. Pero la sumisión, la oración, la confianza, siempre conducirán a la lectura correcta.

V. PRESTAN LAS PRÁCTICAS DEL ORGULLOSO ORGULLOSO PARA HACER DAÑO NOSOTROS. (Salmo 119:69, Salmo 119:70.) Se alejarían de la falsedad para dañar al piadoso, pero no pueden separarlo del Dios en quien confía y se deleita.

VI. HACEN QUE DIOS Y SU PALABRA SON MUY PRECIOSAS. (Salmo 119:72.) Decimos: "Un amigo necesitado es un amigo". Pero si, en una profunda aflicción, Dios vino en nuestra ayuda, y nos sostuvo debajo de ella, y nos santificó a través de ella, y nos consoló continuamente, ¿no debe ser Dios precioso para nuestra alma? ¡Seguro que sí!

Salmo 119:73-19

El poder sustentador de la Palabra de Dios.

El salmista acaba de salir de una fuerte aflicción; pero a través de ella la Palabra de Dios ha sido su estancia; y algunos de los resultados de tal aflicción sostenida por Dios se muestran en esta sección. Pueden clasificarse bajo las tres cabezas de:

I. CONVICCIÓN. Esto se relaciona:

1. Al hecho de que su vida ha sido ordenada por Dios. (Salmo 119:73.) "Tus manos tienen", etc. Él está hablando no solo de su cuerpo, que Dios creó eso, sino que habla de eso como prueba de que todo lo demás sobre él había sido hecho y hecho a la medida de Dios: su vida estaba de acuerdo con el propósito establecido y el plan de Dios. "Él sabe el camino que yo tomo". Bendito sea cuando lleguemos a reconocer esta verdad; porque entonces sabremos que no somos el deporte del mero capricho o del azar, sino que estamos bajo el control de Dios, que no puede equivocarse y que, "como un padre, compadece a sus hijos".

2. Que en justicia y fidelidad Dios lo había afligido. (Salmo 119:75.) A los hombres les resulta muy difícil decir esto ahora; nunca lo dicen de sí mismos; pero la gracia de Dios puede permitir que un hombre lo diga, como aquí y en el futuro en el cielo lo diremos. Pero es bueno poder decirlo ahora.

II GARANTÍA (Salmo 119:74) de que su confianza en Dios bajo su aflicción le ganaría la alegre bienvenida de aquellos que temían a Dios. La cálida bienvenida del pueblo de Dios es una de las muchas recompensas con las que se encontrarán aquellos que sufren por causa de Cristo (Mateo 19:29).

III. ORACIÓN Tenga en cuenta sus peticiones:

1. Para comprender, para que pueda aprender, etc. (Salmo 119:73.) Esta es una petición que ofrece perpetuamente (ver Salmo 119:34, Salmo 119:125, Salmo 119:144, Salmo 119:169, Salmo 119:27, Salmo 119:100, etc.). Implica que si los hombres entendieran, sus corazones se volverían hacia Dios (Salmo 14:2; Salmo 82:5; Isaías 6:10). Y, sin duda, sería así. El fracaso no está en el intelecto, sino en el corazón.

2. Para un mayor conocimiento de la misericordia prometida de Dios (Salmo 119:76, Salmo 119:77); para que así pueda ser consolado y pueda vivir (Salmo 119:77). La vida sin la realización de las tiernas misericordias de Dios no valdría la pena.

3. Por avergonzar a los orgullosos, si es así, que sea la voluntad de Dios; si no fuera así, no estaría sin ayuda, ya que meditaría, etc. (Salmo 119:78).

4. Por la amistad de los buenos. ¡Qué bendición tener esto (Salmo 119:79)!

5. Por solidez de corazón en los estatutos de Dios. El corazón es lo más importante. — S.C.

Salmo 119:81-19

Perseguido, pero no abandonado.

I. PERSEGUIDOS. Que él era así queda claro por los versículos que tenemos ante nosotros. Porque él dice:

1. "Tu alma se da cuenta", etc. (Salmo 119:81.) Estaba enfermo de corazón por la larga demora de la ayuda esperada. Año tras año, generación tras generación, ha sido a veces la suerte del pueblo de Dios sufrir persecución. Y luego se escucha la lamentable confesión de estos versículos.

2. "Mis ojos fallan", etc. (Salmo 119:82.) Como quien mira constantemente a la distancia, buscando ayuda prometida, esperada, pero no llega, al final sus ojos se cansan y tenue, y su dolor encuentra expresión en las quejas palabras, "¿Cuándo me consolarás?" Difícil, de hecho, es mucho de eso.

3. Su semblante y su cuerpo generalmente mostraban las marcas de su angustia. (Salmo 119:83.) Como si una botella de vino colgada en el humo del fuego se ennegreciera y se marchitara, se volviera seca, reseca, arrugada e inútil, por lo que las líneas profundas y el aspecto gastado y La forma encogida hablaba de la angustia interior del alma.

4. Estaba cerca del final de su vida, y su persecución, tan equivocada e injusta, aún continuaba. (Salmo 119:84-19.) Intentaron atraparlo como si fuera una bestia salvaje (Salmo 119:85). Lo mismo hicieron los impíos con él. Persistente, cruel, astuto, injusto, siempre buscando su vida, ¡qué lastimosa condición!

5. Estaba "casi consumido". (Salmo 119:87.) Como una marca ennegrecida y carbonizada, y quemada y reducida a cenizas. Es un emblema de extrema angustia. Si; fue perseguido y fue difícil de soportar.

II Pero no fue abandonado.

1. Porque las promesas de Dios fueron su permanencia. Todavía esperaba en ellos (Salmo 119:81). No olvidé los estatutos de Dios. No abandonó sus preceptos (Salmo 119:83, Salmo 119:87).

2. Estaba seguro de que Dios cumpliría su Palabra. (Salmo 119:84.) Era solo una cuestión de "¿cuándo?"

3. Su alma todavía se volvió hacia Dios. Orando por ayuda (Salmo 119:86). Para acelerar, para que él pueda mantener los testimonios de Dios. Creer absolutamente en la bondad amorosa de Dios (Salmo 119:88). Ahora, un hombre que puede hacer todo esto, perseguido puede ser, como lo fue este hombre, pero abandonado no lo es. ¡Oh, la bendición de la verdadera fe en Dios! La vida es a menudo terriblemente severa. Getsemaní y el Calvario están en el camino que el pueblo de Dios a menudo tiene que tomar, aunque nunca podrán ser tan terribles para nosotros como lo fueron para nuestro Señor. Pero como a él, así a nosotros, la luz surge de la oscuridad; porque tal es la bendición del pueblo de Dios.

Salmo 119:89-19

Una confesión agradecida de la ayuda divina.

¡Cuán bien esta sección sigue a la anterior! Había oscuridad, de hecho; Pero aquí hay luz. El salmista celebra, hagámoslo con él, la ayuda de Dios.

I. SE ESTABLECE EN EL CIELO PARA SIEMPRE QUE TAL AYUDA ESTARÁ PRÓXIMAMENTE. (Salmo 119:89.) Por lo tanto:

1. Ningún poder del hombre puede obstaculizarlo. Está "resuelto".

2. Ni ningún lapso de tiempo. Las generaciones pueden ir y venir, pero eso no importa. La promesa de Dios permanece, incluso como la tierra que él ha establecido.

3. Ni eventos o cambios de ningún tipo. (Salmo 119:91.) Los decretos divinos los han ordenado, y todos tienen que servir y ministrar a los mismos. Aquí hay un gran consuelo para el alma probada.

II SOSTENGA QUE EL SIERVO DE DIOS ES EL MAYOR PELIGRO. (Salmo 119:92.) Pero por el amor establecido de Dios, que estaba lleno de deleite para su siervo, no podría haber vivido. Dios tiene formas y medios por medio de su Espíritu Santo para escribir su Palabra en nuestros corazones, para que se llenen de deleite, y todo el poder del infierno no pueda destruirnos. Así fue aquí; así será con todos los hombres de ideas afines.

III. LA EXPERIENCIA DE SU PODER HACE IMPOSIBLE QUE LA MEMORIA LO DEJE IR. (Salmo 119:93.) Si hemos sido "acelerados" por él, como lo fue el salmista, la memoria y el corazón, y nos aferraremos a él con una tenacidad que nunca se relaja, pero que nunca se afianza. Nada más que la experiencia de la religión en el corazón hará esto. Credos y rituales y sacramentos, profesión religiosa y trabajo, todos han demostrado ser frágiles y débiles a este respecto; pero el que sabe por experiencia real cómo Dios puede avivar su alma simplemente nunca lo abandonará.

IV. Y LLEVA A ABSOLUTO AUTO ENTREGA Y CONFIANZA CONFIANZA. (Salmo 119:94.) "Soy tuyo". El hombre ya no es suyo. "Sálvame", sé que lo harás; tal es el significado implícito.

V. ES UN ANTIDOTO A TODO EL MIEDO. (Salmo 119:95.) ¿Qué importa que esperen los malvados, etc.? Considerará los testimonios de Dios, aquellos que le son transmitidos por almas redimidas, aquellos que les son transmitidos en el alma del salmista. Tal consideración elimina el miedo.

VI. NO HAY NADA COMO ESO. Todos los esquemas y enseñanzas humanas son nada comparados con tu mandamiento.-S.C.

Salmo 119:97-19

¡Oh, cuánto amo tu ley!

Luego sigue una serie de razones por las cuales.

I. LO AMUEBA CON FELIZ PENSAMIENTO TODO EL DÍA. (Salmo 119:97.) Es bueno cultivar el hábito de dirigir nuestros pensamientos a las cosas de Dios como se les dice en su Palabra. El hábito no es natural para nosotros, pero Dios, por su Espíritu, nos ayudará a cultivarlo. Y cuán lleno de ayuda y bendición es, nadie excepto aquellos que lo han adquirido pueden declarar; pero tales han declarado esto, como el salmista aquí, una y otra vez.

II CON SABIDURÍA PRÁCTICA, PARA QUE PUEDA ORDENAR SU MANERA CORRECTAMENTE. Esto es lo que se entiende aquí por "sabiduría" y "comprensión". Por medio de él puede:

1. Burla a sus enemigos (Salmo 119:98), no importa cuán astuto sea su política.

2. Sé más sabio que sus maestros. Pueden estar llenos de sana doctrina, pero el alma que participa de la gracia de Dios es más sabia que ellos.

3. Entiende más que los hombres de antaño. "La comprensión obtenida por los preceptos de la Palabra es mejor que la obtenida por una larga experiencia.

III. Lo sostiene de vuelta del pecado. (Salmo 119:101.) Ha llegado a amar la justicia y odiar la iniquidad; pero él sabe que si debe tener en cuenta esto, debe abstenerse, etc. El que entrará en pecado se entristecerá y desterrará de su alma al Espíritu de Dios. Muchas personas desean ser santas, pero desean muchas otras cosas junto con esto, esto, por ejemplo, que ocasionalmente pueden permitirse de alguna manera malvada. Y así nunca alcanzan la santidad; tales doble corazón nunca pueden. Dios debe enseñarnos esto (Salmo 119:102).

IV. Se convierte en su deleite. (Salmo 119:103.) Este es el significado de la metáfora de este versículo. El alma tiene tanto gusto como paladar. Y es algo bendecido cuando el alma tiene un verdadero gusto por las cosas de Dios. Cristo dijo: "Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío". Así se predijo de él (Salmo 40:1.). Y él mismo dijo: "Mi carne y mi bebida son para hacer la voluntad del que me envió". La religión del miedo, de la conciencia, del sentido, del deber, de la esperanza, de la recompensa, es débil, debe serlo, pero la religión que se deleita en Dios es fuerte para todas las cosas.

V. DA SAGRADO HATRADO DE TODO PECADO. (Salmo 119:104.) Aquel a quien Dios ha enseñado para comprender, odiará todo pecado. Bendito odio es esto.

Salmo 119:105-19

El camino iluminado.

Tenemos aqui-

I. UN HECHO BENDITO, TESTIGADO POR LA EXPERIENCIA DE MYRIADS DE LAS PERSONAS DE DIOS. (Salmo 119:105.) No ha habido edad en el mundo desde que se dio la revelación de Dios, ningún período de vida, ya sea en la juventud o en la edad, ningún rango de la sociedad de menor a mayor, sin condición de vida en la que los hombres han sido colocados, pero lo que han encontrado esta Palabra verdadera. La Palabra de Dios tiene consejo para cada dificultad, consuelo en cada problema, guía en toda perplejidad. Los hombres se equivocan, no por falta de conocimiento de lo correcto, sino por la falta de voluntad para seguir lo correcto.

II RESULTADOS NOTABLES TEAT SIGUE.

1. Una firme resolución de seguir este camino. (Salmo 119:106.) El alma ha visto lo bien que es permanecer en el camino de Dios, y aquí declara que lo que ha visto y resuelto también lo hará. Y este es el secreto de la perseverancia de los santos. Han sabido por experiencia cuán bendecidos son los caminos del Señor de que nada los inducirá a apartarse de ellos. Su único deseo es encontrarse caminando en los caminos de Dios de manera más firme y vigorosa.

2. El alma se volverá hacia ella en problemas. (Salmo 119:107.) Incluso los impíos, cuando están muy afectados, enviarán por el ministro, quitarán la Biblia hasta ahora descuidada y comenzarán a leerla, bajo la influencia de una convicción que nunca han tenido. ha sido capaz de sacudirse, que aquí, después de todo, se encuentran las palabras de vida eterna, que solo pueden ayudarlos. Pero el alma piadosa de inmediato se vuelve hacia ellos. Son sus canciones en la noche, la alegría de su corazón.

3. Gratitud ilimitada. (Salmo 119:108.) Por lo que, cuando miramos hacia atrás en nuestro camino, ¿podemos encontrar que más compensa nuestros agradecidos reconocimientos que el hecho de que Dios ha iluminado tanto nuestra fe por su Palabra que hemos sido guardados? en el camino correcto, y no han caído? ¡Oh, las alegrías de esto! ¡Que todos lo sepamos, como podemos, si lo deseamos! Por supuesto, lleva al deseo insaciable de saber más sobre los juicios de Dios.

4. El peligro perpetuo no puede expulsarlo. (Salmo 119:109.) Tal condición, "mi alma continuamente en mi mano", por su influencia distractora, alarmante y deprimente, es apta para desterrar todo pensamiento sagrado y todo recuerdo de la Palabra de Dios. Se sabe que los hombres se convierten en bestias en tales circunstancias: egoístas, sensuales, brutales; el tipo de espíritu que el sauve qui peut ha visto engendrar en la carrera ordinaria de los hombres. ¡Pero qué diferente es lo que se dice aquí! El recuerdo tranquilo, santo y sustentador del alma de la Palabra de Dios.

5. Las trampas y trampas que los malvados plantan para el alma fallan por completo. (Salmo 119:110.) Manténgase en ese camino iluminado, y puede reírse de estas trampas. Porque nunca se colocan donde la luz brilla sobre ellos, sino donde no hay luz.

6. Deseo de que sea la herencia de él y sus hijos después de él. (Salmo 119:111.) El que conoce la bendición de lo que se dice aquí lo anhela, no solo para sí mismo, sino para una herencia para aquellos que vendrán después de él.

7. Vigila constantemente el corazón inquieto que se desviaría de este camino. (Salmo 119:112.) Se debe tener mucho cuidado (vigilancia y oración) o, de lo contrario, el corazón engañoso se alejará. ¿Quién no sabe esto?

III. CÓMO SE PUEDE REALIZAR ESTA BENDICION Si la Palabra debe iluminar nuestro camino, debemos tomar la Palabra, guardarla continuamente y ponerla en práctica en el camino que debemos tomar. Muchos giran la luz de la Palabra hacia el cielo, hacia atrás, hacia la derecha o hacia la izquierda. Manténgalo presionado en su camino.

Salmo 119:113-19

Engaño denunciado y detestado.

Los pensamientos que se mencionan aquí no son simples pensamientos ociosos, sino engañosos y de doble ánimo. Aprendemos-

I. LAS ALMAS SANTAS LOS ODIAN. (Salmo 119:113.) Constituyen y crean esa tibieza que es tan nauseabunda en la estima de Cristo (Apocalipsis 3:16). Preferiría que los hombres fueran fríos por completo en lugar de esto (cf. también Elijah, 1 Reyes 18:21). Esta doble mentalidad, siempre buscando servir a Dios y a Mamón, comprometiéndose y manipulando la verdad, bien puede excitar el odio de las almas santas. Por:

1. Deshonra a Dios. El hombre hace profesión de religión, y los hombres juzgan por lo que ven en él, y, en lugar de que Dios sea glorificado, es deshonrado día a día.

2. La Iglesia de Dios está debilitada. Tales hombres propagaron un contagio horrible en una Iglesia; refrescan el ardor de las almas fervientes, alientan a los que son como ellos.

3. El hombre mismo está en peligro terrible. Él siempre dice: "Paz, paz", cuando no hay paz. Los publicanos y las rameras van al reino de los cielos delante de él. ¿Y quién debe despertarlo y despertarlo?

4. No disfruta de la gran bendición que acompaña a la religión real y al servicio único de Dios. Como la paz de conciencia: el Espíritu nunca da testimonio de que son salvos, y a menudo hay un terrible recelo, especialmente a la hora de la muerte. Pureza de corazón: eso no puede ser de ellos. Calma en medio de problemas. Poder para bendecir a otros, etc. Por todas estas y otras razones, esa doble mentalidad no puede sino ser odiosa para todas las almas santas.

II PERO ES UNA CONDICIÓN MUY PREVALENTE, SIN NINGUNO. A los hombres les gusta: evita los extremos; no estarían del todo sin religión, eso sería muy triste; pero, sin embargo, no quieren ser considerados entusiastas o fanáticos; les permite llevarse muy bien con el mundo y mantener una agradable reputación religiosa al mismo tiempo. No es de extrañar, por lo tanto, que sea común.

III. AQUÍ ESTAMOS ESPECTÁCULOS CÓMO GANAR LA ENTREGA DE ELLO.

1. Deje que Dios sea nuestro escondite y nuestro escudo. Cuando tales pensamientos nos asalten, como a menudo lo harán, recurramos a Dios. No es suficiente ahuyentar el mal; debemos traer a la derecha. Por lo tanto, "con pensamientos de Dios y cosas divinas", ocupemos nuestras mentes, y así vendrá la liberación. Y habitualmente debemos apreciar tales pensamientos, ya que servirán como un escudo para alejar los pensamientos de naturaleza opuesta.

2. Manténgase alejado de los malhechores. (Salmo 119:115.) Porque siempre nos están tentando a un servicio tan engañoso de Dios: inevitablemente, si hacemos compañía de ellos, bajarán el tono y minarán la fidelidad de nuestros pensamientos.

3. Comprométete con el Señor por seguridad, para que no te avergüences. Pídale día a día y hora a hora que lo defienda y lo mantenga fiel (Salmo 119:116, Salmo 119:117).

4. Recuerda el terrible final de tal doblez. (Salmo 119:118, Salmo 119:119.) Se pisotean, se rechazan como escoria.

5. Aprecie un temor sagrado para que no incurra en una fatalidad similar. (Salmo 119:120.) Por lo tanto, desnuda tu corazón ante él y reza para que te ayude siempre y en todas partes a odiar todos esos pensamientos engañosos y de doble ánimo. — S.C.

Salmo 119:121-19

Una apelación de los justos al justo Dios contra los injustos.

El salmista

I. PERMITE SU INOCENCIA E INTEGRIDAD. (Salmo 119:121.) "Si no voy a oprimir a otros, espero poder rezar para que otros no me opriman" (1 Juan 3:20). Era una gran cosa en aquellos días de antaño, cuando el poder representaba casi la estimación de todos los hombres, cuando:

"Deberían tomar quien tiene el poder,

Y deberían mantener quién puede "

—Se consideraba "la vieja y buena regla, el plan simple". En ese momento, que un hombre pudiera decir: "He hecho justicia y juicio", fue realmente algo raro y notable. Pero si, por la gracia de Dios, esto ha sido cierto para nosotros, y lo sabemos, no hay nada malo en afirmarlo cuando se declara ante Dios.

II IMPLICA LA PROTECCIÓN DE DIOS. (Salmo 119:122.) "Sea seguro;" es decir, "sé mi campeón, mi defensor". Sabe que el Señor justo ama la justicia y, por lo tanto, con confianza le apela. Nada asegura tanto la presentación del poder divino como la conciencia y la confesión de la pequeñez de los nuestros.

III. DEPRECE SU LARGO RETRASO. (Salmo 119:123.) "Lloró, esperó y observó" su llegada, hasta que, por el cansancio, su vista comenzó a ceder. Es bueno decirle al Señor nuestro problema, derramarlo ante él como lo hace aquí el salmista. El problema es como el agua; se reduce al ser vertido de un recipiente a otro.

IV. Confiesa su necesidad de misericordia. (Salmo 119:124.) Antes de que los hombres pudieran levantar la cabeza y declarar que no era culpable de ningún error, como en Salmo 119:121; pero delante de Dios es la misericordia que él implora, porque él, como todos los que se conocen a sí mismos, conocían muy bien su necesidad.

V. POR TERCERA VEZ AVENA QUE ES EL "SIERVO" DE DIOS. (Salmo 119:122, Salmo 119:124, Salmo 119:125.) ¿Por qué esta declaración repetida? Seguramente es:

1. Una confesión del derecho absoluto de Dios de tratar con él como le plazca. Él es la propiedad absoluta de Dios por creación, redención, preservación y elección personal. Pero:

2. Una profesión de confianza confiada en que el Señor será consciente de sí mismo, no lo entregará a la voluntad de sus enemigos.

3. Es una renovación de su auto devoción. No quiere renunciar a su servicio, recuperar nada, sino que, bajo la opresión de sus enemigos, se consagraría aún más a Dios. Donde Dios da un espíritu como este, es el heraldo seguro y el heraldo de la pronta llegada de la ayuda necesaria. Se aferra a Dios.

VI. LLAMA ATENCIÓN A LA CORRUPCIÓN PREVALENTE. (Salmo 119:126.) ¡Con qué frecuencia los siervos de Dios han dicho: "Es hora de que tú, Señor, trabajes"! y cuando se les ha hecho profundamente conscientes de los pecados y las penas de los hombres, para que sus corazones se aflijan por ellos (ver Salmo 119:136), entonces es una señal de que el momento de la interposición del Señor está cerca . "Donde está el cadáver, allí se juntarán los buitres".

VII. PROTEGE QUE, SIN EMBARGO, SEA CON LOS HOMBRES EN GENERAL, REGISTRA Y ESTIMA LOS MANDAMIENTOS DEL SEÑOR COMO JUSTO JUSTO Y PRECIOSO. (Cf. Juan 21:15.) Tales son las apelaciones y los apelantes que tienen el favor de Dios y prevalecen: justos, humildes, sinceros, devotos, afligidos por el pecado, verdaderos, creyentes.

Salmo 119:129-19

Tus testimonios son maravillosos.

El tono y el espíritu de esta sección son mucho más brillantes que los de la anterior. Algo había pasado. El atractivo lastimero y desgarrador de esos versículos es seguido por la gozosa confesión con la cual estos, en esta sección, comienzan. Creyendo que hay una conexión real en estas secciones, y que no son tantos dichos inconexos y desconectados, inferimos que la ayuda había llegado al salmista: había llegado a través de la Palabra de Dios, y había llegado de manera y poder maravillosos.

I. ESTAS PALABRAS DECLARAN UN HECHO.

1. En la propia experiencia del salmista. Había encontrado maravillosos los testimonios de Dios. Lo habían elevado de las profundidades del dolor a la bendita calma, confianza y deleite en Dios. No es que sus circunstancias externas parezcan haber cambiado mucho, pero el estado de ánimo de su mente al respecto y los pensamientos de su corazón habían cambiado mucho.

2. Y esto se debió al poder iluminador de la Palabra de Dios. (Salmo 119:130.) La luz revela lo que estaba oculto antes: verdades que habían permanecido en la oscuridad y que tenían una gran influencia en su condición, ahora podía ver. Su mente había sido iluminada, y él estaba como en un mundo nuevo. Y la luz alegra y alegra el corazón. Por medio de la Palabra de Dios, tal luz había llegado a él, y con tal poder, que solo pudo exclamar: "Tus testimonios son maravillosos".

3. Y la experiencia similar se ha reproducido en todos los hombres con ideas afines al salmista. Maravilloso es el libro de la Sagrada Escritura, por su edad, preservación, interés, adaptación a todos, por su inspiración, por su difusión, por su bendito y creciente poder, por la revelación de Dios dada en él, y por muchos más. y razones personales al lado.

II REVELAN LA INFLUENCIA Y EFECTO QUE NUNCA TIENEN.

1. Explican la tenacidad con la que el alma se aferra a la Palabra de Dios. (Salmo 119:129.) Por supuesto, el alma que ha tenido tal experiencia de su poder "los mantendrá". ¿Arrojamos oro lejos? Tampoco tal alma será el testimonio de Dios.

2. Producen una profunda humildad. Salmo 119:139 es una petición de piedad. El salmista sabía que lo necesitaba. Estos maravillosos testimonios lo habían dejado claro, como siempre lo hacen. Pero como una de las compañías que amaba el Nombre de Dios, suplica la misericordia que necesita.

3. Lo hizo añorar la rectitud completa a la vista de Dios. (Salmo 119:133.) Él tendría todos sus pasos, no solo su caminar general, ordenado en la Palabra de Dios, y lo haría sin ninguna iniquidad, etc. Esto es un resultado constante de tal realización. del poder de la Palabra de Dios. Nada menos que la obediencia completa gana el servicio.

4. Da fuerza renovada a sus oraciones para que la gracia obedezca. Por eso reza

(1) la opresión de ese hombre puede cesar (Salmo 119:134). ¡Con qué frecuencia tal opresión obstaculiza el mantenimiento de los preceptos de Dios! No del todo, sino en gran medida. ¡Cuántos servirían abiertamente a Dios, pero están cruelmente prohibidos o retenidos por el miedo! El pueblo de Dios tiene que esconderse; No pueden hacer las cosas que harían. También reza

(2) que el rostro de Dios brille sobre él; porque eso es como el cálido resplandor del sol sobre el mundo vegetal, haciendo que brote y crezca de otra manera.

5. Lo hizo llorar profundamente por el pecado de los hombres. (Salmo 119:136.) No nos lamentamos por lo que no valoramos. Si, por lo tanto, no valoramos la gracia de Dios, no lo haremos, etc.

III. LA CONDICIÓN DE REALIZAR TODO ESTO. Deseo ferviente (Salmo 119:131) .— S.C.

Salmo 119:137-19

El justo Señor y Palabra.

En esta sección tenemos, principalmente, un elogio adicional de la Palabra de Dios. La justicia es la nota clave de estos versículos, incluso cuando la letra inicial con la que todos comienzan es la primera y prominente letra de la palabra hebrea para "justicia". Pero el recuerdo de la justicia de la Palabra del Señor envía sus pensamientos a la justicia del Señor mismo. El nombre de Jehová no aparece con frecuencia en este salmo, pero aquí se lo da abierta y enfáticamente. En su mayor parte, el salmista ha estado alabando la riqueza, el volumen y la preciosidad de la corriente, lo que, por supuesto, no podría hacerse sin alabar implícitamente la fuente de donde salió la corriente. Pero aquí esa fuente, el justo Jehová, es explícitamente nombrado y glorificado. Es bueno levantarse de los regalos para el Dador de todos. Nota-

I. JEHOVÁ ES JUSTO. (Salmo 119:137.) Recibir, retener y entregar esta verdad fundamental fue la gran función de Israel. A ninguna otra nación se le había revelado Dios así. No fue meramente la unidad de Dios que Israel fue comisionado para enseñar, sino, lo que era aún más importante, la justicia de Dios. Pero ninguna otra nación conocía ni la verdad ni la otra. Cuando recordamos que los hombres se vuelven como los dioses que adoran, es evidente que la verdad de la justicia de Jehová no puede ser sobreestimada en su poder práctico. Y hoy, entre nosotros, es la base y la estabilidad de toda nuestra vida nacional. No podemos entender todo lo que vemos, pero podemos creer y creemos en un Dios justo.

II SU JUSTICIA ES ETERNA. (Salmo 119:142.) En los días en que la opresión de los hombres impíos era desenfrenada y furiosa contra los justos, ¿qué podía sostener su alma sino esta convicción inamovible de que la justicia del Señor era eterna? Podría estar oscurecido por un tiempo, pero seguramente debería brillar nuevamente dentro de mucho tiempo. Los hombres mueren, pero Dios vive (Salmo 90:1).

III. SE HA DADO A LOS TESTIMONIOS DE NOSOTROS MISMOS. (Salmo 119:138.) Las Escrituras en un sentido muy real son la Palabra de Dios. Contienen, encarnan y consagran para todas las generaciones. Afirmar que son de origen puramente humano, como lo son los poemas de Homero, las obras de Shakespeare o cualquier otro producto del genio humano, es ser insensible a su característica distintiva como revelación de Dios. El tesoro está a menudo en vasijas de tierra, pero está allí de todos modos, y siempre debe distinguirse del recipiente que lo contiene.

IV. ESTOS TESTIMONIOS SON MISMOS JUSTOS. (Salmo 119:138, Salmo 119:140.) Compárelos con cualquiera, incluso con las leyes, filosofías o literatura sagrada más puras, y deje que se dé un veredicto honesto: no será su justicia brillar como la luz? Hay pocos que ahora disputarán esto.

V. SU JUSTICIA, COMO EL QUE LOS DIO, ES ETERNA. El lapso de las edades, el aumento de la luz de la ciencia y la experiencia, las pruebas a las que han sido sometidos permanentemente, no han disminuido, sino que han aumentado la estimación de su justicia (Salmo 119:144).

VI. LOS RESULTADOS DE ESTAS CONVICCIONES SOBRE EL ALMA CREYENTE.

1. Intenso celo. (Salmo 119:139.)

2. Amor ardiente. (Salmo 119:140.)

3. Retención afectuosa de la Palabra de Dios en la memoria. (Salmo 119:141.)

4. Regocijándose en la tribulación. (Salmo 119:143.)

5. Anhelo de entender más. (Salmo 119:144.) - S.C.

Salmo 119:145-19

El llanto.

Se nos dice mucho de eso.

I. SU GANANCIAS. Fue "con todo el corazón" (Salmo 119:145). La misma palabra "grito", repetida en esta sección con tanta frecuencia, está llena de sugerencias sobre qué tipo de búsqueda de Dios es esta. Denota no solo seriedad, sino también sensación de impotencia: si un hombre pudiera hacer algo, no "lloraría". También indica humildad, simplicidad, confianza. Es el tipo de oración que tiene poder prevaleciente.

II SU PETICIÓN "Sálvame" (Salmo 119:146). No sabemos cuál era la naturaleza del peligro en el que se encontraba entonces, pero evidentemente fue muy grande. Esta petición, aunque muy concisa, es muy completa, directa y definitiva. Tenemos muchas de esas oraciones grabadas. ¡Bendito sea cuando el alma busca ser salva, busca con un grito como el que aquí se cuenta! Si supiéramos nuestra necesidad de salvación, habría más clamores al Señor.

III. SUS TEMPORADAS DE UTTERANCIA. (Salmo 119:147, Salmo 119:148.) Parecen muy inoportunos. Dormir, seguramente, debería haber reclamado tales estaciones. Muy temprano en la mañana, en el crepúsculo oscuro, y a través de las silenciosas vigilias de la noche. "El reino de los cielos sufre violencia", etc. (Mateo 11:12). Aquí estaba uno de estos violentos. ¡Bendito es el alma que se agita con tanta intensidad de búsqueda sincera como lo fue este hombre!

IV. SU CONFIANZA DE CONFIANZA. "Tu bondad amorosa". (Salmo 119:149.) Como suplicantes de la misericordia, no como demandantes de los derechos que se nos deben, debemos acudir a Dios. Como el publicano, no el fariseo.

V. SU MOTIVO PROMOTOR. (Salmo 119:150.) El acercamiento de los hombres impíos. Cuando vamos a la compañía de tales, como a menudo tenemos que hacer, debemos buscar especialmente la gracia para ser fieles y verdaderos. Aquí hay una preparación adecuada para tal peligro.

VI. Su aliento. (Salmo 119:151.) Es cierto que los que siguen después de la travesura se están acercando, pero tú, Señor, también estás cerca. Bendito recuerdo es esto. Ha ayudado al pueblo de Dios muchas veces, y siempre lo hará.

VII. SU CONVICCIÓN Y APOYO SUBYACENTES. (Salmo 119:152.) El que posee esto irá a Dios, no como alguien que cree que su oración posiblemente pueda hacer algo bueno, solo hay una posibilidad, ¡qué cantidad enorme de oración es de este tipo tan triste! ! Pero como quien sabe que no puede buscar al Señor en vano.

VIII SU OBJETIVO SUPREMO Y CONSTANTE DE SANTIDAD Y CORAZÓN. Vea en cada verso de la sección cómo se declara este objetivo directa o indirectamente. Estar bien con Dios era su deseo permanente.

Salmo 119:153-19

La gracia de Dios, la verdadera ayuda en la aflicción.

Es evidente a partir de estos versículos que:

I. LA AFLICACIÓN FUE ABUNDANTEMENTE PRESENTE. (Salmo 119:153, Salmo 119:154, Salmo 119:157.) Ora a Dios para que lo considere, para liberarlo de él, y le cuenta cómo fue causado por muchos perseguidores y enemigos. Por lo tanto, aquí, como en todo el salmo, nos hemos presentado el caso de un hombre muy turbado, pero también muy ayudado por Dios por medio de su Palabra; ¿y quién puede sobreestimar el valor de este retrato para los problemáticos hijos de Dios, que han necesitado su consuelo en todas las edades de la historia de la Iglesia (2 Corintios 1:4)?

II El recurso del alma afligida fue para Dios. Ora a Dios para que "considere", etc. es decir, desde la antigüedad consideró la aflicción de Israel cuando estaba en Egipto, y en muchas aflicciones desde entonces, porque tal consideración alguna vez lo llevó a liberarlos. El salmista no confía en ninguna estratagema, política inteligente o fuerza armada por su ayuda, sino solo en Dios.

III. AQUEL QUE ESPECIALMENTE DESEABA DIOS FUE SU AGRADABLE GRACIA. "Avívame" es la oración repetida de esta sección, como de hecho del salmo completo, donde ocurre nueve veces, tres de las cuales están en estos versículos antes que nosotros (Salmo 119:154, Salmo 119:156, Salmo 119:159).

1. No implica que no haya vida espiritual. Él no estaba muerto en delitos y pecados, por lo que necesitaba que lo avivaran; los hombres no convertidos y no regenerados sí lo necesitan, pero el salmista no era como ellos. Porque poseía una vida espiritual verdadera y profunda, como lo atestigua todo este salmo (ver aquí, Salmo 119:153, Salmo 119:157-19).

2. Pero lo que ansiaba era una vida renovada e intensificada. Más, mucho más de lo que ya tenía: esa "vida más abundante". que nuestro Señor dijo que vino a dar: ha estaría "lleno del Espíritu".

IV. ESTE DESEO MÁS RAZONABLE. Por si fuera otorgado:

1. Sería fuerte por su carga. No importaría cuán pesada sea esa carga, si tuviera, como lo hubiera hecho si le diera esta vida acelerada, la fuerza para sostenerla.

2. Sería capaz de elevarse por encima de su aflicción. Su alma se levantaría sobre alas como águilas, podría correr y no estar cansado, caminar y no desmayarse. Este es uno de los privilegios actuales de elección del alma que está llena del Espíritu de Dios. A menudo y con frecuencia se ha demostrado (cf. Romanos 8:1; al final).

3. Él podría disfrutar a Dios en medio de eso. Muchos como él lo habían hecho. Dios y su Palabra nunca habían sido tan preciosos, ni tan claramente vistos y entendidos.

4. Sería capaz de consolar a otros como no podría haberlo hecho antes. Entonces sus palabras vendrían con poder, porque él mismo sabría no solo qué profunda aflicción era, sino cómo Dios puede sostener el alma debajo de todo.

5. Esta misma aflicción demostraría ser un medio de ascenso hacia el cielo: una escalera que se extiende desde la tierra hasta el cielo, sobre la cual seguramente su alma subiría.

6. Y Dios sería glorificado. Sus perseguidores verían cuán sostenido por Dios era, y se verían obligados a confesar el poderoso poder de Dios. ¡Cuán razonable, por lo tanto, fue y fue esta oración! Que sea nuestro.

Salmo 119:161-19

La Palabra siempre bendecida.

Aquí, de nuevo, parece haber un reconocimiento alegre de la oración contestada. El anhelo de la primera sección fue por la gracia aceleradora de Dios; Aquí parece haber la prueba y la evidencia de que ese grito se había escuchado. Y la respuesta de Dios había venido a través de su Palabra, esa Palabra siempre bendecida que él aquí tan alaba y magnifica. Por-

I. POR ELLA SE HABÍA ENTREGADO DEL TEMOR DEL HOMBRE. (Salmo 119:161.) Los príncipes, con "el asombro y la majestad de los reyes", lo habían perseguido, aunque era inocente; pero en lugar de sentirse avergonzado y asustado, el temor más grande y santo, el temor de la Palabra de Dios, acudió en su ayuda y expulsó todos los demás miedos. Siempre es así; pero solo por el temor de Dios es así.

II SU ALEGRÍA EN ÉL FUE LA DE UNO QUE ENCUENTRA GRAN DESPLAZAMIENTO. A veces se encuentra un botín inesperado, como por los leprosos en el campo sirio (2 Reyes 7:1); o como por el hombre que encontró el tesoro escondido en el campo (Mateo 13:1.). Pero el hallazgo aquí mencionado parece ser el del guerrero que, después de una severa lucha y el duro conflicto de batalla, finalmente ha conquistado y es recompensado por el gran botín del que ahora toma posesión. Y es de tal manera que se gana el gran botín de las Escrituras. La duda, la indolencia, la distracción, el amor al pecado, el clamor del mundo y mucho más, deben ser superados y superados por la fe y la seriedad, el trabajo del cerebro y el corazón, y la oración perseverante. A aquellos que se esfuercen así, las Escrituras les abrirán su tesoro más real, y se regocijarán allí, como se dice aquí.

III. IMPARTA UNA DETESTACIÓN SANTA Y PROFUNDA DE TODO ENGAÑO. (Salmo 119:163.) El que ama la Ley de Dios debe odiar y aborrecer la mentira. Cuando uno entra, el otro sale y viceversa. ¡Y qué bendición es este santo odio a la mentira! Toda sociedad y comercio del hombre debe basarse en la verdad y la honestidad. Mentir es destructivo de todo bien tanto en el mentiroso como en los mentidos; pero la verdad, el producto seguro del amor de la Ley de Dios, es para la bendición de todos nosotros.

IV. SU ALABANZA NUNCA ES LES GUSTO PARA ÉL. (Salmo 119:164.) Quiere decir que siempre debe, en todas las ocasiones posibles, alabar a Dios por su Palabra, tan grande es su deleite en ella. Y la razón no está lejos de buscar. El sentido de la bondad amorosa de Dios es la alegría más alta y más pura del alma (Salmo 63:3). Pero eso se da solo a los puros de corazón y vida. Esta pureza, sin embargo, es el producto de la Ley de Dios amada y obedecida, y de esto solo. ¿Qué maravilla, entonces, que el instrumento de tal bendición sea tan apreciado por él?

V. IMPARTE UNA PAZ QUE NADA PUEDE DESTRUIR. (Salmo 119:165.) Porque tal paz tiene su ancla en Dios, y esa ancla se mantiene. La experiencia lo ha demostrado perpetuamente.

VI. SOSTENGA LA BUENA ESPERANZA DE SALVACIÓN. (Salmo 119:166; cf. Génesis 49:18.) Los mandamientos de Dios obedecidos crean luz del sol en el alma, parte de la cual es esta esperanza de salvación. Los infieles y desobedientes no lo tienen.

VII. Cuanto más se guarda, más se ama. (Salmo 119:167.) Cuando no está solo, hay obediencia externa; pero lo que es interior, del alma, el amor que condujo a esta obediencia, ahora se vuelve extremadamente grande. Pero toda esa observancia de la Palabra de Dios se debe a que él ha puesto al Señor siempre delante de él (Salmo 119:168; cf. Salmo 16:8) .— S.C.

Salmo 119:169-19

La humildad de la santidad.

Suponemos que nadie puede haber pasado por este salmo, pero debe haber llegado cada vez más a la convicción de que el escritor fue un verdadero santo de Dios. Los signos y signos de la verdadera santidad de carácter apenas podrían ser más manifiestos que en este salmo. Pero ahora que llega al final, en lugar de haber una nota de exultación o gloria debido a sus logros en santidad, existe la más profunda humildad. Podríamos haber esperado un tono de triunfo y euforia, pero es todo lo contrario que encontramos. Hay un fervor apasionado en la oración, pero no hay gloria; existe el mismo anhelo constante por una comprensión más profunda de la Palabra de Dios, con la que nos hemos encontrado en todo momento; pero no se felicita por haberlo ganado; existe la misma confesión de su necesidad y oración por la liberación, por la ayuda, por la vida; y todavía hay una confesión más baja; porque en el último verso del salmo habla no solo como un alma afligida, sino como alguien que se ha extraviado como una oveja perdida, y que por lo tanto anhela que Dios lo busque. Y las diferentes oraciones de esta oración están en armonía con esta humildad de corazón que caracteriza a este gran santo de Dios. Él habla de su oración como su "grito", como su "súplica", lo que un mendigo le presentaría a alguien que pudiera hacerse amigo de él. Él niega la posesión de la comprensión de la Palabra de Dios, pero ora para que le sea dada. Él toma la posición de alguien que no tiene derecho a presentarse ante Dios, y le pide que "se acerque", no hace ninguna declaración de mérito o bondad propia, pero su esperanza siempre está "de acuerdo con su Palabra". Se considera impotente para alabar a Dios hasta que se le enseñe. Es todo de una pieza, todo el enunciado de un alma profundamente humilde. Ahora, con respecto a esta humildad, tenga en cuenta:

I. DE DONDE PRIMAVERA.

1. Del efecto en la mente de sus aflicciones. Si queremos tener la gracia de la humildad, debemos contentarnos con ser humillados; y tan preciosa es esta gracia a los ojos de Dios, que envía aflicción por este mismo fin.

2. De su avance en el conocimiento de Dios. Ninguna alma humana puede buscar perseverantemente a Dios sin entrar en contacto muy cercano y conversar con él; pero el resultado de eso es siempre la postración del alma en adorar la humildad (cf. Isaías 6:1 .; Lucas 5:8; Apocalipsis 1:1.). La visión de la infinita santidad y gloria de Dios inclina el alma del espectador. Pero esa visión a menudo había estado ante la mente del salmista, parece haber sido especialmente así cuando se acercaba al final de este salmo.

3. Del anhelo de la salvación de Dios. El deseo sincero es siempre humilde.

II ¡Qué hermoso es!

1. Porque es justo y llegar a ser para el hombre en relación con Dios. Es lo que debería ser. Lo contrario es repugnante para la mente.

2. Porque estamos hechos instintivamente para admirarlo.

III. ¡Y qué deseable!

1. Siempre ha sido una marca distintiva de los santos de Dios.

2. Le agrada a Dios. Él se deleita en ello; Habitará con aquel en quien está.

3. Es una salvaguardia tan segura para todas las demás virtudes de carácter sagrado.

Salmo 119:176

El hombre indefenso como una oveja perdida.

Aunque en la homilía anterior hemos hablado de este versículo como una confesión de pecado, es muy cuestionable si el significado de la metáfora en este versículo, como en casi todos los otros lugares donde se encuentra, no es que de impotencia más que de pecado. Porque en todo este salmo no tenemos confesión de pecado, ni oración por su perdón, aunque no hay pocos para obtener más pureza y conocimiento de Dios. La oración de todo el salmo no es la de un penitente que regresa a Dios por los senderos del pecado, sino el de quien conoce a Dios desde hace mucho tiempo, pero anhela un conocimiento aún más profundo. Tenemos muchas declaraciones de la angustia del salmista, y de la persecución bajo la cual sufre, y de las extremidades a las que ha sido reducido; y tenemos protestas de muchos deseos de Dios, de unirnos a Dios, de deleitarnos en Dios; pero no confieses el pecado. Esto es muy notable. No pocos hombres piadosos consideran correcto, cada vez que se acercan a Dios, hacer una confesión de pecado y lamentar su maldad. Pero no hay nada de esto aquí en esta efusión prolongada de los pensamientos y deseos del gran santo que escribió este salmo. Antes de ser afectado, nos dice que se había extraviado (Salmo 119:67); "pero ahora", etc. Y todo el tono del salmo es de alguien que había perdido el camino y ahora caminaba fielmente en los caminos de Dios. En este mismo verso declara: "Olvidé tus mandamientos". Si hubiera sido consciente del pecado, seguramente lo habría confesado antes de llegar a esta última estrofa del salmo. Parece, por lo tanto, imposible poner sobre la expresión aquí el significado de Salmo 119:67, o el de la parábola del Señor de la oveja perdida en Lucas 15:1. Pero se entiende la idea de debilidad, indefensión, impotencia (cf. Jeremias 1:6; Mateo 9:36; Mateo 10:16). Y así, el salmista protesta que está perdido, como lo estaría una oveja perdida, a menos que el pastor vaya y lo busque. No hay fariseísmo en todo esto, no se puede condenar a 1 Juan 1:8, 1 Juan 1:10; pero hay, de lo que debería haber mucho más, una simple toma del Señor en su palabra. Había sido pecador (versículo 67), pero había sido llevado al arrepentimiento y a la fe; y ahora creía que, según la Palabra de Dios, fue perdonado, aun cuando sabía que era un hombre alterado. Dios lo había perdonado y renovado. ¿Por qué, entonces, debería pensar o hablar de sí mismo como si ninguno de estos hechos bendecidos fuera cierto? Y para nosotros mismos, si la sangre de Jesucristo me mantiene limpio de todo pecado, y si soy sincero y camino a la luz, estoy tan limpio, no de una vez por todas, sino hora por hora. Entonces, si afirmo esto y lo confieso, no soy, como el salmista, condenado como un siervo-engañador, y sin la verdad, a causa de tal confesión. Y este salmo es una protesta y afirmación perpetua y preciosa de liberación del pecado. Este último verso, entonces, habla de sus tristes circunstancias, y no del carácter pecaminoso. Pero implica estos tres hechos:

I. LA AYUDA DEL HOMBRE. No podemos hacer que un cabello sea blanco o Mack (Mateo 5:36). "Estamos aplastados ante la polilla".

II EL AMOR DE DIOS, EL CUIDADO DEL PASTOR DE NOSOTROS. Él se asegurará de venir tras nosotros cuando esté en peligro, y verá que no suframos ningún daño real. "Soy el buen pastor."

III. LA GARANTÍA INTERNA Y EL COMPROMISO DE QUE DIOS HARÁ ESTO POR NOSOTROS.

"No me olvido de tus mandamientos". Dios ha comenzado una buena obra en nosotros, o esto no sería cierto. Por lo tanto, etc. (Filipenses 1:6) -

"Su honor está comprometido para salvar al más malo de sus ovejas".

Carolina del Sur

HOMILIAS POR R. TUCK

Salmo 119:1

La sinceridad es perfección.

La palabra "sin mancha" en la versión autorizada se vuelve "perfecta" en la versión revisada; y los términos "sincero" y "derecho" son sugerencias marginales. El término "perfecto" incluye una variedad de significados, y el uso del Antiguo Testamento difiere materialmente del del Nuevo Testamento. Los apóstoles expresan la idea de totalidad, integridad; su palabra está bien representada por "todo", es decir, tener cada parte y facultad de acuerdo con el estándar, y cada parte y facultad en plena salud, vigor, desarrollo armonioso y actividad. Los escritores más antiguos tienen en mente más bien lo que entendemos por "simplicidad", "autenticidad", "sinceridad". Para la mente piadosa, el mal supremo era la duplicidad, el corazón dividido, temiendo a Dios y adorando a otros dioses, el hombre cuyo cuerpo estaba en el templo de Dios, pero cuya alma estaba absorta en sus propios intereses. Y por lo tanto, para la mente piadosa, lo perfecto se convirtió en lo sincero: el hombre que era lo que parecía ser. Esto se convierte fácilmente en el "incontaminado", el hombre que no está manchado por motivos egoístas o un espíritu de hipocresía; el hombre que profesa caminar en la Ley del Señor, y lo hace. El salmo afirma, en su verso inicial, la bendición de caminar genuinamente en el camino de la Palabra de Dios, y por lo tanto da la nota clave de todo el salmo, con el cual se puede comparar útilmente la composición del 'In Memoriam' de Tennyson. Al igual que ese poema, el salmo representa una variedad de estados de ánimo en los que un alma poética puede meditar sobre algún pensamiento o hecho principal. No se trata solo de que el tema se trate de manera integral; es que se aborda desde una variedad de puntos de vista; y los puntos son decididos por el ánimo mental y espiritual del poeta. Se ha dicho bien que en los primeros tres versículos hemos descrito los tres elementos de obediencia a la Ley.

(1) Pureza de intención;

(2) reverencia al atesorar;

(3) y, como resultado, liberarse del poder del pecado.

La perfección absoluta, es decir, la perfección probada en comparación con la idea sublime que tenemos de Dios, es necesariamente inalcanzable por la criatura. La perfección de una criatura debe estar en el rango de logro posible para la criatura. Podemos pensar en un hombre que alcanza el estándar o ideal de la virilidad. Sabemos que la masculinidad estándar nos ha sido presentada históricamente en la vida del Señor Jesucristo. Y esa vida nos ayuda a darnos cuenta del punto que tenemos ante nosotros ahora: que, para el ser creado, el hombre, que debe mantener relaciones dependientes con su Creador, la perfección es sinceridad. Podemos recordar el dicho de Shakespeare:

"Sé fiel a ti mismo, y seguirá ... No puedes ser falso a ningún hombre".

I. LA INSINCERIDAD LIMITA LA PERFECCIÓN A LA VISTA DE LOS HOMBRES. Se obtiene cierta ventaja al presentar la verdad ante nosotros en esta forma negativa, porque somos mucho más rápidos para discernir el mal que el bien, para condenar la falta de sinceridad que alabar la sinceridad. La única ofensa suprema para el hombre y para nuestro Divino Señor, el Hijo del hombre, es la hipocresía. La sospecha de eso mata la confianza. Dejemos que un hombre tenga un conjunto aparentemente completo de buenas cualidades, si sospechamos falta de sinceridad, todo está estropeado para nosotros, al igual que el buen escudo en el que se encuentra el "bar siniestro". Toda la bondad no será suficiente para ganar confianza. Y, por otro lado, si estamos convencidos de la sinceridad de un hombre, somos capaces de lidiar con sus enfermedades. Esto puede ilustrarse a partir de literatura imaginativa incluso más efectivamente que a partir de la experiencia real. Lo único que buscamos en los personajes que se nos presentan es la sinceridad; y las personas más fascinantes pierden todo el encanto para nosotros si nos hacen sospechar que no son genuinas o verdaderas. Nada limita tan convincentemente la perfección humana como la sensación de doble cara: la sensación de que un hombre no es, cuando está lejos de nosotros, lo que parece ser antes que nosotros.

II LA INSINCERIDAD LIMITA LA PERFECCIÓN A LA VISTA DE LOS HOMBRES. Distinga entre la idea de perfección de Dios para sí mismo y su idea de perfección para el hombre, su criatura. Dios no busca la perfección que no esté dentro del rango de posibilidades para el hombre criatura, y para el hombre particular cuyo carácter puede estar estimando. Pero, para usar un lenguaje familiar, Dios traza la línea en alguna parte. Lo dibuja con sinceridad. Un hombre debe ser verdad; él debe ser lo que parece ser. Ninguna profesión puede ocupar el lugar de los hechos. Ilustra por el vidrio cuidadosamente molido para el telescopio. Parece ser perfecto No, hay un defecto, y debe ser rechazado. La aceptación de Dios está absolutamente condicionada a esto: el hombre debe estar "sin mancha en el camino" por cualquier rastro o sospecha de falta de sinceridad.

Salmo 119:4

Cuidado en obediencia.

"Obsérvalos diligentemente". Hay posibles obediencias que no pueden ser aceptables para Dios. Las cosas requeridas están hechas, pero no hay corazón y, por lo tanto, ningún mérito en hacer. "Diligentemente" implica atento, cuidadoso, inteligente, persistente. Y cuando aprehendemos dignamente a Dios, descubrimos que lo que él acepta es el espíritu que hace, no el mero hecho. No es suficiente para Dios que obtenga lo que quiere que se haga; fija la atención en el espíritu que encuentra expresión en el hacer. Esto se hace bastante claro en las persuasiones mosaicas al cumplimiento de la Ley. "Solo presta atención a ti mismo, y guarda tu alma diligentemente". "Escucha, Israel, los estatutos y juicios, para que los aprendas, y los cumplas y los cumplas;" "Cuidadosamente guardaréis los mandamientos del Señor tu Dios, y sus testimonios, y sus estatutos, que él te ha mandado".

I. DILIGENCIA EN LA OBEDIENCIA COMO SIGNO DE CARÁCTER. Es más especialmente la indicación de que un hombre tiene su corazón en su trabajo, y esa es la condición de todo buen trabajo. Ninguno agrava tanto al hombre de negocios como los sirvientes que solo superan su trabajo. El carácter se revela por su falta de corazón, y no hay disposición para poner más confianza en las manos de tales personas. La diligencia es distinta de la habilidad. Y es muy posible confiar en la capacidad y descuidar la diligencia. Pero la habilidad no tiene nada que ver con el carácter, y la diligencia tiene mucho que ver con eso. La diligencia es un signo de

(1) autocontrol;

(2) de un preciado sentido del deber y la obligación;

(3) de reverencia por las cosas altas;

(4) de humildad;

(5) del deseo de ganar la aprobación.

"Si ves a un hombre diligente en sus asuntos, se presentará ante los reyes. La diligencia en las esferas de la obediencia divina es precisamente lo que es en las relaciones ordinarias.

II DILIGENCIA EN LA OBEDIENCIA COMO CONDICIÓN DE ACEPTACIÓN. ¿Es concebible que el favor de Dios pueda descansar sobre el mero hecho de lo que él requiere? Un padre aceptará tal obediencia, pero apenas le importa sonreír al niño que solo tiene eso para ofrecer. Un hombre de negocios acepta tal obediencia y no hace nada por el hombre que solo tiene eso para ofrecer. Dios lo acepta como un deber, pero no tiene favor, ni sonrisa, para el que tiene más que ofrecer. Debemos poner nuestros corazones en guardar la Ley de Dios. Entonces seremos diligentes y cumpliremos las condiciones de aceptación plena.

Salmo 119:5

Buenos hábitos que confirman la bondad.

"¡Oh, si mis caminos se establecieran para observar tus estatutos!" La importancia de establecer buenos hábitos en la vida religiosa rara vez se trata en la enseñanza pública y, sin embargo, hay pocas asignaturas de importancia práctica más directa. Es bastante cierto que los peligros se unen a la fijación de hábitos; son principalmente

(1) la disposición de juzgar a los demás por nuestros propios caminos; y

(2) la pérdida de fuerza espiritual a través del carácter rutinario de nuestras acciones. Pero nunca debemos despreciar las cosas buenas porque es posible hacer un mal uso de ellas y hacerles daño. En mil cosas de la vida diaria demostramos la utilidad de los buenos hábitos. Hacemos cosas una y otra vez, o hacemos las cosas al mismo tiempo y de la misma manera día tras día, hasta que no se vuelven tan fáciles de hacer como una alegría para el hacedor. Forman la vida y proporcionan el placer de la vida. Dejemos, entonces, cualquier propósito para vivir la vida santa, y él debe tener en cuenta la utilidad de los hábitos bien formados. El tema puede ilustrarse en relación tanto con la cultura como con la expresión de la vida religiosa.

I. BUENOS HABITOS EN RELACIÓN CON LA CULTURA DEL BIEN. El jardinero sabe bien la importancia de los hábitos regulares en el cuidado de las plantas. La vida santa es cultivada por la Palabra de Dios, la oración y la conversación piadosa; y en cada uno de estos, la formación de buenos hábitos temprano en la vida es singularmente útil. La costumbre de dedicar un tiempo diario a la lectura de la Biblia puede convertirse en una mera rutina, e incluso para el cristiano más animado es a veces una formalidad; pero su utilidad se ve claramente cuando las negligencias de aquellos que no han formado tal hábito están debidamente contrastadas. Los mejores de nosotros necesitan constantemente ser llevados por encima de nuestras intenciones e indisposiciones, ya que solo los buenos hábitos pueden llevarnos.

II BUENOS HABITOS EN RELACIÓN CON LA EXPRESIÓN DE BIEN. No tenemos derecho a permitir ningún divorcio entre el corazón culto y la vida devota. Si tenemos vida del alma, debe encontrar una expresión adecuada en el servicio diario. Estos pueden clasificarse en actos de adoración y actos de ministerio. Los hábitos ayudan materialmente a mantener el culto familiar y cumplir con las obligaciones de la casa de Dios; y ejercen una influencia importante en nuestros actos de caridad y ministerio. Todos necesitamos tener nuestras "formas establecidas", para que así podamos ayudarnos a "observar los estatutos de Dios".

Salmo 119:9

Limpiar el camino.

Este debería ser un texto familiar para todos nosotros, uno de los que están consagrados en la memoria y que tienen un poder permanente en la vida. Las ocasiones para su consideración y para sus consejos son siempre recurrentes, porque:

1. Entre nosotros siempre hay niños que asumen las responsabilidades de la juventud y la juventud.

2. Si bien las fases del pecado juvenil pueden variar para cada generación, los consejos bíblicos se ajustan a cada edad, ya que tratan con los principios.

I. LOS MOTIVOS EN LOS QUE SE BASA LA INVESTIGACIÓN DEL TEXTO. Los peligros morales a los que están expuestos los jóvenes. El texto no dice que el camino de los jóvenes es realmente impuro, pero ve a los jóvenes como si recién comenzaran a caminar de una manera que es brillante y peligrosa. Para comprender toda la verdad, debemos considerar:

1. La debilidad moral del joven mismo. En parte se encuentra en

(1) las reliquias que quedan de las malas influencias y los resultados imperfectos e incompletos del entrenamiento temprano;

(2) en una inexperiencia de la vida que los jóvenes nunca estiman dignamente;

(3) en susceptibilidad a influencias que son meramente atractivas, no profundamente ciertas;

(4) en la intensidad con la que entran en los placeres presentes, sin prestar atención a los problemas y resultados futuros. Estos hacen peligros del lado del joven mismo.

2. Los males en realidad están en el camino de los jóvenes.

(1) Las apelaciones del mal al lado sensual de la naturaleza humana. Vea las advertencias en el Libro de Proverbios.

(2) El orgullo de la independencia que afloja las restricciones morales de la educación y la influencia del hogar.

(3) Las máximas falsas que son atractivas para abrir facultades mentales, y que satisfacen fácilmente las disposiciones juveniles; como "La juventud es el momento del placer"; "Ganar riqueza es el verdadero fin de la vida". "La religión es un asunto sombrío y terriblemente aburrido". "No hay certeza: nada que pueda llamarse 'conocimiento' debe obtenerse sobre la moral o sobre cosas espirituales". Mostrar la influencia moral ejercida por tales sentimientos malvados prevalecientes.

II LOS RAZONES SOBRE LOS QUE PUEDE DESCANSAR UNA RESPUESTA SABIA A ESTA INVESTIGACIÓN.

1. Ninguna otra respuesta que la que se da en el texto puede satisfacer completamente el caso.

2. La Palabra de Dios puede convertirse en una liberación de las debilidades y peligros morales de los hombres jóvenes. Puede ser un poder de sabiduría práctica y autocontrol. Ilustra el uso de la Palabra por nuestro Señor, como arma, en el momento de su tentación como hombre joven.

3. La Palabra de Dios actúa como lo hacen las balizas, los faros y los postes de señalización: señala las partes peligrosas del camino e indica los caminos seguros y directos.

4. La Palabra de Dios nos libera de la influencia traviesa de las máximas falsas mediante su revelación de la verdad y el deber. Pero la Palabra no limpia, de una vez por todas, el camino de ningún hombre. A lo largo de la vida, la forma en que caminamos será asquerosa y llena de peligros, trampas y tentaciones. La Palabra nos permite elegir nuestro camino de manera segura en medio de la suciedad y las trampas y las trampas que pueden interponerse en nuestro camino. "No contaminó sus vestiduras"; "Impecable del mundo". Apelar así: en vista de la vida, ¿crees que puedes ir solo de forma segura? ¿Ciertamente puedes triunfar sobre toda la sutileza y toda la fuerza del mal en tu propia suficiencia? "El que piensa que está atento, tenga cuidado de no caer".

Salmo 119:9

Los peligros de la juventud.

Debido a que el salmista se refiere al "hombre joven", no necesitamos imaginar que, al momento de componer el salmo, él mismo era un hombre joven. Las estrofas representan una variedad de estados de ánimo; y para este el salmista estaba en un estado de retrospección; Estaba mirando hacia el pasado y viendo la ayuda que la Palabra de Dios había sido para él en medio de los peligros y las tentaciones de sus años de juventud. Se había "regido a sí mismo según la Palabra de Dios", y se regocija por haber atravesado su juventud de alma limpia y sin manchas del mundo. La versión del libro de oración sugiere que ninguna defensa externa será suficiente para mantener al joven alejado de "trampas y trampas urbanas". Será retenido si se mantiene a sí mismo; solo se mantendrá si le pide a Dios que lo mantenga; y Dios solo lo mantendrá mientras busca diligentemente dirección y consejo del libro de instrucciones y advertencias de Dios. "Incluso gobernándose a sí mismo según tu Palabra". Está implícito en la expresión "limpiar su camino" que hay cosas que rodean al joven que pueden contaminarlo fácilmente. Pero eso es cierto tanto para los viejos como para los jóvenes. Lo que es de especial importancia para los hombres jóvenes es que

(1) por constitución corporal,

(2) por disposición,

(3) y por inexperiencia, están inusualmente expuestos a influencias contaminantes.

I. EL JOVEN QUIERE UN ESTÁNDAR Y UNA GUÍA. El barco de una vida joven tiene que navegar sobre mares desconocidos, y debe haber cultura para manejar el barco y una carta para dirigir su curso. Esto los jóvenes no están listos para admitir. "¿Por qué no esperar y ganar poder con la experiencia?" La experiencia es una escuela querida, y sus lecciones solo se aprenden correctamente cuando la vida está en el orden de la guía infalible de Dios. La experiencia es para un hombre de acuerdo con lo que el hombre es.

II EL HOMBRE JOVEN NO PUEDE REPETIR CON SEGURIDAD UNA LEY PARA SI MISMO. ¿Puede cualquier hombre? "No es en el hombre que camina para dirigir sus pasos". Si algún hombre puede, es el cristiano experimentado y santificado. Pero él es el hombre que está seguro de que no puede. Si no puede, ¿cómo puede la juventud? ¿Qué sucede siempre cuando la juventud toma el orden de la vida en sus propias manos?

III. EL HOMBRE JOVEN PUEDE CORRER CON LA AYUDA DE LA PALABRA DE DIOS. Lo cual no es un mero conjunto de reglas, sino que el Dios Padre encuentra consejo, advertencia y ayuda para cada emergencia. Es un fortalecimiento del alma resistir, así como una limpieza de los ojos para evitar todo lo que sería inútil.

Salmo 119:11

Almacenes de Escrituras.

"Tu palabra he guardado en mi corazón". Otro salmista describe al hombre justo de esta manera: "La Ley de su Dios está en su corazón; ninguno de sus pasos se deslizará" (Salmo 37:31). El punto del texto radica en la afirmación de que la Palabra de Dios está en el corazón del hombre porque la había puesto y la había puesto cuidadosamente.

I. ALMACENAR LA MENTE CON LA ESCRITURA COMO EL DEBER DE LOS MAESTROS. Es un deber primario de todos los que tienen que ver con los niños. Almacenar la memoria con el material del pensamiento posterior viene antes del cultivo de la mente para usar su material. Y si quisiéramos tener una idea posterior de la vida que incluya las cosas más elevadas, debemos tener cuidado de que la mente se almacene temprano con la verdad, los hechos y el consejo de las Escrituras. No se sugiere que la mente del niño deba estar abarrotada incluso con lo que es bueno, ni se debería hacer que la Escritura sea una tarea. Pero ese niño está equipado de una manera especialmente efectiva para la vida que tiene la Palabra de Dios almacenada como un tesoro en su memoria. En los tiempos modernos, esta ocultación de la Escritura en el corazón es tristemente subestimada.

II ALMACENAR LA MENTE CON LAS ESCRITURAS COMO PROPIO DE UN HOMBRE. No será, en su caso, una mera memorización formal, como debe ser en gran medida en el caso del niño. Un hombre almacenará lo que la Escritura le dice, y no simplemente lo que dice la Escritura. Esto involucra:

1. Un interés personal en la Palabra de Dios revelada.

2. Hábitos bien formados en relación con su estudio.

3. Atención cuidadosa a las relaciones de la Palabra con la vida personal y las necesidades.

4. Los hábitos persistentes de meditación como presionar la Palabra y depositarla en los lugares secretos del alma. No es necesario decir cosas fuertes sobre la "crítica" de la Biblia, por eso el salmista no sabía nada. Para él, la Palabra de Dios era un libro de instrucciones prácticas para la vida santa. Y debemos tener su relación real con la vida y la conducta tan profundamente impresionada en nosotros, que deberíamos sentirnos impulsados ​​a almacenar sus verdades y consejos.

III. LA DISPONIBILIDAD DE LAS TIENDAS DE LAS ESCRITURAS PARA LAS EMERGENCIAS DE LA VIDA. De esas tiendas, nuestro Señor fácilmente trajo armas efectivas en el momento de sus tentaciones. A menudo hemos obtenido nuestras mejores comodidades en tiempos de problemas; nuestras mejores advertencias en tiempos de peligro; nuestras mejores respuestas cuando atacan los enemigos de la fe y la justicia. "El que se esconde puede encontrar"; y si la colocación se ha realizado con cuidado, la recuperación para su uso seguramente será rápida y fácil.—R.T.

Salmo 119:15

Los tesoros de la meditación.

"Meditaré en tus preceptos;" "En su ley medita día y noche". No habría necesidad de explicarle a un hombre oriental lo que se entiende por meditación y en qué consiste su placer. Puede quedarse quieto y pensar; Tanto la atmósfera física como la social de Oriente fomentan la tranquilidad, la lentitud, la melancolía y favorecen la meditación. Quizás la advertencia adecuada de las personas religiosas orientales se referiría a la exageración de la meditación, que tiende a dar a los hombres un sentimiento más que la verdad. Necesitan excitarse al ejercicio de los poderes intelectuales en el estudio de la Palabra de Dios. Pero en Occidente la meditación es casi despreciada. Parece que no hace nada, y eso es ofensivo para los occidentales activos y enérgicos, que están tan interesados ​​en los resultados. En consecuencia, la meditación en la Palabra de Dios se ha convertido casi en un arte perdido. Tiene poco o ningún lugar en la rutina ordinaria de una vida cristiana. Occidente tiene mucho que aprender de Oriente, pero no necesita copiar ninguna de sus exageraciones. Tal vez estamos haciendo un mal uso de la Biblia, al no lograr que en nuestras vidas sea lo que pretendía ser, porque no meditamos en los preceptos, nos detenemos en ellos durante mucho tiempo y con amor, para darnos cuenta de su ayuda.

I. LA MEDITACIÓN ES UN MÉTODO NECESARIO DE TRATAR CON LA PALABRA REVELADA. Es necesario que veamos esto claramente. Hay algunos estudios que solo requieren una aplicación mental activa. Pon toda tu mente en ellos mientras te preocupas por ellos, y ponlos completamente fuera de tu mente cuando lo hayas hecho. Pero estos yacen fuera del hombre mismo, y no son más que cuestiones de conocimiento. La Palabra revelada da la verdad en relación con los hombres: verdad por el bien de los hombres; y las relaciones solo aparecerán en respuesta a ese tipo de acción mental que llamamos "meditación".

II LA MEDITACIÓN DEPENDE MUCHO MÁS SOBRE EL AMOR DEL CORAZÓN QUE SOBRE EL PODER DEL CEREBRO. Es realmente una facultad moral usar el poder del cerebro como su agencia, y mantener cuidadosamente el poder del cerebro en sujeción. El interés en la meditación se encuentra en una relación precisa con la cultura espiritual; y es similar a la visión espiritual que llega al corazón de las cosas, y las relaciones más profundas de las cosas, y no puede ser pisoteado por las meras formas y entornos de las cosas.

III. LA MEDITACIÓN PROPORCIONA LOS PLACERES MÁS SATISFECHOS DE LA VIDA RELIGIOSA. Despliega las verdades más preciosas y les da relaciones personales e intereses personales. Y trae a un hombre el sentido más satisfactorio de la comunión divina; porque Dios habla sus mejores cosas al alma que está quieta y abierta para recibir el pensamiento Divino.

Salmo 119:17

La amplitud de los tratos divinos.

"Trata generosamente con tu siervo;" Versión del libro de oraciones, "Haz bien a tu siervo". El pensamiento se expresa en otro salmo (Salmo 116:7), "Vuelve a descansar, alma mía; porque el Señor te ha tratado generosamente". Reaparece en la seguridad del Nuevo Testamento: "Él da más gracia"; "Él es capaz de hacer que toda la gracia abunde". El salmista se sintió tenso en sus propias circunstancias, pero estaba bastante seguro de que no había tensión para la suficiencia de Dios. Su rigidez parecía exigir mucho a Dios; pero sentía que podía rezar por tratos grandes y generosos.

I. LA GRANDEZA DE LOS TRATAMIENTOS DIVINOS IMPLICA LA INTEGRIDAD, una gran cosa lo cubre todo. No se puede sentir satisfacción en Dios a menos que estemos seguros de que cada característica de nuestra vida se relaciona con él. El autor de Salmo 139:1 pone esto en una figura poética cuando presenta la desesperanza de salir de la presencia de Dios. En el cielo él es. En la tierra lo es. En el infierno lo es. Ve a donde podamos, la mano de Dios está sobre nosotros. Hagamos lo que podamos, la gracia y la fuerza de Dios están ahí para ayudarnos. No podríamos descansar en Dios si pudiéramos, incluso mentalmente, fijar algún límite a la esfera de su operación. Él no sería Dios para nosotros si hubiera una sola relación de vida con la que no estuviera tratando o no pudiera tratar.

II La amplitud de los tratos divinos implica la adaptación. El encanto de todas las relaciones humanas radica en la adaptación. Una cosa que nos sirve nos ayuda mucho más que una cosa mucho mejor que no encaja. Tenemos la noción de que la amplitud tiende a hacernos indiferentes a la adaptación. Si cubre, no necesita encajar. Pero lo mejor que poseemos no son cantidades, sino adaptaciones. Y la generosidad de Dios se capta principalmente en la sorpresa con la que encontramos que puede satisfacer todas las formas de necesidad recurrente.

III. La amplitud de los tratos divinos implica la generosidad. El hombre que apenas y exactamente hace por nosotros lo que necesitamos de inmediato no nos da la impresión de generosidad. Nos parece que no tiene mucho que dar, por lo que debe observar cuidadosamente su donación. Dios se muestra en la naturaleza, derramando una gran cantidad de flores y frutas, y yendo por completo más allá de nuestras necesidades. Él da gracia espiritual y ayuda generosamente, como si nos convencera de una suficiencia que debería inspirarnos a "confiar en él en todo momento".

Salmo 119:18

Ojos reveladores.

"Abre mis ojos". Esta figura retórica es familiar del este. Se basa en el hecho observado de que el ojo, como órgano, depende de la mente y la voluntad. Hay que ayudar a los hombres a ver todo lo que realmente vale la pena ver; y si van a aprehender cosas divinas y espirituales, solo puede ser con iluminaciones divinas. El que ve lo invisible debe haber entrado en el poder revelador de Dios. El sirviente de Eliseo, con los ojos parcialmente cerrados, no podía ver más que los carros y jinetes de Siria. Con los ojos abiertos vio alrededor de las colinas los carros y jinetes de Dios. Nuestro Señor abrió los ojos corporales ciegos de los hombres para ilustrar su graciosa obra en las almas. Y el Señor viviente aconseja a su Iglesia medio cegada en Laodicea: "Unge tus ojos con colirio para que puedas ver". La apertura de los ojos del alma es una forma de hablar para acelerar el discernimiento espiritual. Nada necesitamos más que una aguda sensibilidad a las cosas divinas y eternas; percepción de la voluntad divina; la agudeza de la visión que puede detectar al mismo tiempo la puntería del dedo divino. La oración del texto implica:

I. UNA CONCIENCIA DEL DIMNIMIENTO DE NUESTRA VISIÓN ESPIRITUAL. Nuestro Señor reprochó a los fariseos porque eran ciegos, pero pensaron que veían con una claridad inusual. "Decís, ya vemos, por lo tanto tu pecado permanece". No hay oración en el hombre que cree que ve. No hay deseo consciente de encontrar expresión. No es simplemente que la visión está distorsionada por el espíritu obstinado; es que en la vida santa las cosas vistas y temporales tienen el poder de oscurecer y oscurecer la visión de las cosas invisibles y eternas. Si la humildad resulta más poderosa que la autosatisfacción, la sensación de opacidad es una fuente constante de ansiedad; pero esa es una ansiedad que es completamente saludable.

II UNA CONCIENCIA DE NUESTRA DEPENDENCIA EN DIOS PARA LA LIMPIEZA DE NUESTRA VISIÓN ESPIRITUAL. Un hombre puede sentir la imperfección de su visión del alma, pero piensa en limpiarla él mismo. No siempre se considera debidamente que la idea de la autoayuda arruina la vida religiosa tan verdaderamente como impide que entremos en la vida religiosa. Puede que tenga que pasar por una experiencia de golpeador, pero debe llegar de alguna manera, para que podamos descubrir la impotencia de la autoayuda para despejar la visión del alma; y luego oramos a Dios, "Abre mis ojos" - R.T.

Salmo 119:20

El alma atravesando sus vigilantes forzosos.

"Mi alma se abre paso por el ferviente deseo que siempre tiene para tus juicios". Esta expresión nos recuerda la bienaventuranza de nuestro Señor: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia". "La verdadera piedad reside en los deseos. Como no somos lo que seremos, tampoco somos lo que podríamos ser. Los deseos de los hombres amables después de la santidad son intensos: causan un desgaste del corazón, un esfuerzo mental. , hasta que se sienta listo para romperse con la atracción celestial. Un alto valor del mandamiento del Señor lleva a un deseo apremiante de saber y hacerlo, y esto pesa tanto sobre el alma que está lista para partirse en pedazos bajo el aplastamiento de sus propios anhelos ". La idea parece ser que el salmista realmente está tratando de conocer la voluntad de Dios, y estricta y cuidadosamente observándose a sí mismo, y buscando que lo que él sabe que es la voluntad de Dios se ajuste a su conducta. Pero él está insatisfecho; quiere alcanzar un tipo de obediencia más libre y noble. Es demasiado formal para él. Quiere servir con un límite: volar a las órdenes del Señor. Su alma amorosa se inquieta contra todas las limitaciones y restricciones. Saldría de su jaula. Él entraría en la gran libertad del servicio sin trabas de Dios. El apóstol responde al estado de ánimo cristiano cuando, inquieto contra los lazos corporales, dice: "Oh, hombre miserable que soy, ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?"

I. ES BIEN TENER EL ALMA MÁS GRANDE QUE LAS CIRCUNSTANCIAS. Considere esto especialmente en relación con la obediencia a la Ley de Dios que las circunstancias lo permiten. Las condiciones corporales y las circunstancias terrenales ponen límites a nuestra obediencia. Es una mala señal si un hombre se mantiene satisfecho dentro de sus límites. Debemos querer una obediencia más alta, más plena y más digna de lo que jamás hemos logrado.

II ES BIEN TENER EL ALMA PRESIONANDO FUERA DE LOS LÍMITES DE SUS CIRCUNSTANCIAS. ¡Qué vida más aburrida sería si siempre tuviéramos que mantenernos dentro de lo que llamamos hechos! Presionamos más allá de los hechos en el glorioso mundo de la imaginación y las posibilidades. Y así, hay una obediencia imaginada a Dios, y alegría en su Palabra y voluntad, hacia la cual deberíamos estar presionando, rompiendo límites para entrar en ese mundo superior de servicio. Y una medida de triunfo sobre las circunstancias que limitan la obediencia es alcanzable ahora, y nos prepara para la plena libertad a la justicia que es la gloria de nuestro by-by-by.-R.T.

Salmo 119:25

Acelerando a los exhaustos.

En este verso hay una figura oriental extravagante característica, que es difícil de apreciar para la mente occidental más tranquila. Tales descripciones exageradas de las condiciones mentales nos parecen falsas. La presentación no concuerda con el hecho. Pero el Este instaría a que su modo de hablar sugiera el hecho, y no pretende afirmarlo. Y eso es estrictamente cierto, lo que sugiere. Podemos pensar en el gusano, que se arrastra laboriosamente sobre el suelo y anhela convertirse en una mariposa, y ser acelerado hacia la vida superior que le es posible. Es posible encontrar alusión a la costumbre de sentarse en cilicio y cenizas como una expresión de duelo. Sentarse en el polvo es la actitud de humillación, por lo que expresa adecuadamente el estado de ánimo espiritual deprimido y exhausto del salmista. Puede ser que en la vida cristiana nunca debamos estar deprimidos; Ciertamente es el hecho de la vida cristiana que a menudo somos. La depresión no siempre viene como respuesta a las circunstancias externas, pero a menudo lo hace; y podemos pensar en condiciones que lo alienten.

I. LA DEPRESIÓN SIGUE SOBRE LAS DIFICULTADES Y DECEPCIONES DE LA VIDA EMPRESARIAL. "Las almas se unen al polvo" del cuidado mundano. Cuando las cosas no salen bien, la mente y el corazón están muy llenos día y noche, y la melancolía siempre tiende a alentar los temores y a oscurecer las cosas oscuras. Cuando el alma está llena de cuidado, se sacan mejores cosas y la fe falla. En esos momentos necesitamos la oración, "Apúntame", dame vida, vida nueva, vida de energía para luchar con dificultad; vida de esperanza para mantenerme en buen ánimo.

II LA DEPRESIÓN SIGUE SOBRE EL DOLOR CORPORAL Y VARIAS CONDICIONES DE SALUD. Entonces el "alma se deshace del polvo", el yo y el sentimiento se hacen demasiado prominentes; se fuerzan fuera de lugar y proporción; y toda verdad parece decolorada y distorsionada. Ilustra el efecto de mirar a través de colores alegres. El yo del sentimiento nunca puede dar más que visiones distorsionadas de la vida. En esos momentos necesitamos la oración, "Apúntame", dame la vida de fortaleza para soportar; dame para estar seguro de la paternidad del castigo y para apreciar el espíritu confiado y paciente de un hijo.

III. LA DEPRESIÓN SIGUE A LAS AFLICACIONES QUE AFECTAN A LOS QUE AMAMOS. Nos aferramos al polvo de los afines, y somos afligidos en sus aflicciones. Algunos de nuestros peores momentos de depresión son tiempos de simpatía. Luego debemos orar: "Apúntame a la vida de confianza, que me permitirá entregar todo lo que amo a Dios". La verdadera vida cristiana es una serie de aceleraciones divinas hacia formas de vida superiores.

Salmo 119:32

Fuerza para correr.

Correr debe distinguirse de caminar, ya que implica determinación activa y energía persistente. Un hombre puede caminar en un hábito simple y rutinario; un hombre solo corre cuando quiere correr, y hace esfuerzos positivos. Entonces el salmista no está satisfecho con una especie de obediencia a la Ley de Dios, que es una especie de cosa regular en la que ha sido educado; no puede contentarse sin tener su corazón en ello, ponerle energía y hacer una obra de la vida; y esto lo expresa en la figura de correr. La versión revisada dice: "cuando agrandarás mi corazón". La versión del libro de oración dice: "cuando has puesto mi corazón en libertad". Al unirlos, aprendemos que la "ampliación del corazón" no es tanto una expansión de las facultades, sino la liberación de los miedos opresores que impiden el libre movimiento del alma. El corazón agrandado es el corazón ubicado en un lugar grande, donde hay espacio para correr; luego ejecutarlo lo hará. Muy a menudo, debido a condiciones corporales o circunstancias que obstaculizan, nuestros corazones son limitados y confinados: no pueden "volar ni irse". Es una buena señal si entonces el corazón se inquieta contra las ataduras, y está listo para correr cuando Dios se complace en liberarlo. La nota clave de todo el salmo puede expresarse en las palabras: "Lo haría si pudiera"; y toda la oración del salmo es: "Oh Dios, déjame".

I. ES BIEN QUE DEBEMOS CORRER EN LOS CAMINOS DE LA OBEDIENCIA Y LA DIOSIDAD. El peligro de la vida piadosa se está convirtiendo en tranquilidad e indiferencia; la realización de deberes religiosos como mera rutina; el cumplimiento de obligaciones religiosas desganadas y sin corazón. Puede ser que no podamos correr; siempre debe ser que queremos correr. No debemos descansar sin energía y actividad en la vida religiosa. Una obediencia formal debería ser tan angustiosa para nosotros como lo es para Dios.

II ES BIEN QUE EL QUERIDO QUERIDO DEBE MANTENERNOS ESPERANDO EN DIOS POR LA OPORTUNIDAD. El deseo pronto se extinguiría si confiamos en nosotros mismos para apreciarlo. Nunca se apaga si seguimos convirtiéndolo en la oración del paciente, pero persistente, esperando en Dios.

III. ES CIERTO QUE DIOS RESPONDE A LOS QUE EN ESTE ESPÍRITU ESPERAN EN ÉL. Las libertades y ampliaciones siempre vienen. Y Dios hace que la espera de ellos sea tan verdadera como una bendición como conseguirlos.

Salmo 119:33

El propósito del hombre y la ayuda de Dios.

En formas multiplicadas, la dificultad de reconciliar la soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre, la ayuda de Dios y la energía del hombre, se nos presenta en las Escrituras. Pero la dificultad siempre es solo intelectual. Es uno que el corazón resuelve con perfecta facilidad. Sabe bien cómo la inspiración de los invisibles ennoblece y fortalece nuestra actividad humana; y su aprehensión de Dios lo hace más cercano y más querido que cualquier amigo invisible de la comunidad humana. Pídale a la mente que explique cómo podemos estar "trabajando nuestra propia salvación" y que Dios puede estar "trabajando en nosotros", y esto se desconcierta. Pregúntele al corazón si esta doble existencia de la vida religiosa se ha hecho realidad alguna vez, y le dirá: "Es cierto, sé que es cierto en la experiencia de mi vida". El que dijo: "Yo vivo, pero no yo, Cristo vive en mí", estaba en el corazón mismo de la verdad más profunda. El salmista, a su manera, llega a la misma convicción. Deje que el Señor le enseñe su voluntad, y él hará todo lo posible para mantenerla. Deje que Dios le dé entendimiento, y se mantendrá la obediencia. "Puedo hacer todas las cosas en aquel que me fortalece"

I. El hombre debe apreciar los propósitos correctos. Dios no pone fuerza sobre ningún hombre; no anula a ningún hombre; él no hace nada por ningún hombre que el hombre pueda y deba hacer por sí mismo. A menos que resolvamos vivir la vida santa; a menos que nos empeñemos en buscar primero el reino y la justicia de Dios, no se puede hacer nada por nosotros. Dios nunca viene con ayuda hasta que se lo quiere.

II EL HOMBRE DEBE DESEAR AYUDA DIVINA PARA REALIZARLOS. Esta sensación de necesidad es a menudo una experiencia posterior, en la que un hombre solo se encuentra en el fracaso de su esfuerzo en llevar a cabo sus resoluciones y propósitos. Pero debe ocurrir antes de que la vida santa pueda tomar sus formas más elevadas y esperanzadoras. El hombre sincero llega por fin a decir: "Oh Señor, estoy oprimido; emprende por mí".

III. EL HOMBRE OBTIENE AYUDA DIVINA CUANDO SE HACE EVIDENTE QUE LO QUIERE. Sería desperdiciado en él antes; es completamente efectivo en él entonces. Es cierto que Dios "ayuda a los que se ayudan a sí mismos", pero el punto en el que debemos pensar es que el que trata de ayudarse a sí mismo en las cosas Divinas es el hombre que más siente la necesidad de la ayuda de Dios.

Salmo 119:35

Un camino para nuestras salidas.

"Hazme ir por el camino de tus mandamientos". Ir es seguir moviéndose, seguir avanzando. El hombre sincero quiere progresar en la vida divina. El apóstol pone el sello cristiano sobre esta verdad cuando dice: "No me considero haber aprehendido". "Presiono hacia la marca". El buen hombre quiere ...

I. PROGRESO EN LA APRENDIZAJE DE LOS MANDAMIENTOS DE DIOS. Todos los mandamientos de Dios no se pueden aclarar ni siquiera a la comprensión de un niño o de un joven cristiano. Se refieren a esferas y cosas que se conocen solo a través de la experiencia de la vida, y que no se pueden aclarar al niño o al joven cristiano. Y es un pensamiento más profundo que solo la formalidad y la externalidad de la Ley Divina pueden llegar a cualquier hombre al principio; él debe crecer en la espiritualidad de eso. Contrasta las esferas para las cuales el joven cristiano necesita reglas divinas, con las esferas para las cuales el cristiano avanzado y experimentado necesita la guía del ojo divino, y la progresión se manifestará de inmediato.

II PROGRESO EN FIJAR LA RELACIÓN DE LOS MANDAMIENTOS A LA VIDA. Al principio, los comandos parecen estar fuera de nosotros y son estudios interesantes. A medida que "vamos por el camino" de ellos, reconocemos gradualmente sus relaciones personales; nos conciernen directamente; se ajustan a las circunstancias y condiciones que se desarrollan. Hacer que la voluntad de Dios se aplique a los estados de ánimo más preciados, a hábitos de conducta fijos, a desarrollar relaciones y responsabilidades, a momentos inesperados de tensión, se convierte en el trabajo más real de la vida religiosa. La vida es el camino que la voluntad revelada de Dios nos marca, y es nuestro trabajo mantener el camino.

III. PROGRESO EN EL CARÁCTER Y ESPÍRITU DE LA OBEDIENCIA OFRECIDA. Al principio, el servicio a Dios y la obediencia a su santa Ley es una tensión. Tal vez no del todo al principio, porque las oleadas de impulso temprano llevan a las almas jóvenes por un tiempo a una obediencia fácil. Justo después del primer momento, se produce un rebote, un momento de aburrimiento, y luego la obediencia es la tensión del esfuerzo constante. La voluntad lucha con el sentimiento. Pero seguimos el camino, y poco a poco pasa la tensión, el amor domina la voluntad y la lleva a una obediencia que dice: "Me deleito en hacer tu voluntad, oh Dios".

Salmo 119:36

La obra de Dios en los corazones de los hombres.

"Inclina mi corazón;" "Avívame en tus caminos". Hay una marcada diferencia entre "ser hecho" para ir en el camino de la justicia y "querer" ir en el camino de la justicia. Y crear y mantener la necesidad es precisamente lo que aquí se llama la obra "inclinada" y "aceleradora" del Espíritu de Dios en los corazones de los hombres. Él pone las leyes en nuestros corazones, y en nuestras mentes las escribe. Cuando un niño quiere obedecer, deja de necesitar cualquier ley formal: es una "ley en sí mismo". Con el corazón inclinado, la vida de obediencia se vuelve fácil, se convierte incluso en una delicia.

I. LA CONDICIÓN DEL CORAZÓN DEL HOMBRE EN EL QUE DIOS TRABAJA. Por el corazón aquí se entiende el asiento de los motivos e impulsos por los cuales se mueve la voluntad, y la acción inspirada y dirigida. Se considera que el corazón está sujeto a influencias externas, y que en realidad está bajo el influjo de influencias tanto malas como buenas. Puede ser movido por el espíritu propio a cosas que son malvadas. Puede ser movido por el Espíritu Divino a cosas que son buenas. Puede ser inclinado. Si algo se mueve, la menor desviación de la línea recta implica una salida cada vez más amplia. En el hombre siempre hay una especie de tendencia centrífuga a volar, y la necesidad constante de una tendencia centrípeta para contenerlo y mantenerlo en la línea correcta. La "codicia" es nombrada como el representante de todas las inclinaciones extraterrestres, porque la esencia misma de la codicia es "hacerse uno mismo". Y eso es un estímulo perpetuo para el hombre natural, que solo la gracia de Dios puede permitirle vencer. El objetivo de esta oración es que el hombre bueno, en la experiencia de la vida, se asegurará de que las viejas inclinaciones malvadas vuelvan sobre él como tentaciones, especialmente cuando algo apela a la codicia. Entonces descubre que siempre necesita las inclinaciones preventivas y de reajuste de Dios.

II EL TIPO DE TRABAJO QUE DIOS HACE EN LOS CORAZONES DE LOS HOMBRES. Esto a menudo se representa como aceleración, la renovación de la vitalidad, la fuerza, el propósito correcto, la energía. Lo que aquí se expone es una forma más precisa y más inusualmente reconocida de trato Divino con los hombres. El Espíritu es el poder interno que influye en las decisiones, se inclina a los buenos juicios, al poner fuerza en los buenos motivos, razones y consideraciones. O, para expresarlo a la manera del salmista, se inclina a la justicia al hacer que los testimonios de Dios sean más atractivos y persuasivos que nuestra propia codicia.

Salmo 119:45

La libertad del derecho, la voluntad.

"Caminaré en libertad: porque he buscado tus preceptos". El apóstol Pablo afirma fervientemente que "estamos llamados a la libertad", pero distingue cuidadosamente la libertad de la voluntad propia. Un hombre nunca puede tener su libertad, salvo en el supuesto de que sabe qué hacer con él y que puede hacer lo que sabe. Y así, el hombre piadoso es un hombre libre, puede hacer lo que le gusta, pero la suposición es que sus gustos han llegado a la gracia renovadora y todavía están en la gracia santificante de Dios. Es libre porque tiene la voluntad correcta y se puede confiar en su libertad. La frase es significativa, "libertad en justicia". Nos ilustra la idea si observamos nuestra ansiedad de que nuestros hijos tengan principios correctos antes de que salgan a enfrentar las tentaciones de la vida. No tememos que tengan su libertad, solo si tienen la voluntad correcta. El salmista solo puede significar estar libre de circunstancias especiales de restricción e intimidación, pero podemos usar sus palabras en un sentido más amplio y más general.

I. JUSTICIA CORRECTA COMO CONDICIÓN PARA GANARSE Y MANTENERSE. Aquí está la disposición de buscar la guía y la ayuda de los preceptos de Dios en cada emergencia de la vida. Voluntad equivocada es una tendencia indebida a confiar en uno mismo para obtener sabiduría y orientación. El hombre dependiente nunca viene bien hasta que quiere a Dios; y él nunca mantiene la razón a menos que se apoye en Dios. La esencia misma del ejemplo del Señor Jesús reside en su buena voluntad. Nunca se le impuso ninguna restricción, porque siempre quiso lo que Dios quería para él. Solo obtenemos nuestras voluntades en armonía con las de Dios en la persuasión y el poder del Espíritu de Dios; pero podemos establecernos, y mantenernos, abiertos a sus graciosas direcciones e inspiraciones y obras.

II DERECHO DE DERECHO COMO CONDICIÓN EN LA QUE SE PUEDE DISFRUTAR LA LIBERTAD. Donde hay esa disposición y propósito, siempre hay sensibilidad al mal. Se detecta a la vez. No le gusta Para ello hay una resistencia natural. Está ilustrado en José, que "no podía hacer malvadamente"; y en los jóvenes hebreos, que no podían "contaminarse con la carne del rey". Se podía confiar en estos jóvenes en cualquier lugar, porque estaban decididos a hacer lo correcto. El único hombre en el mundo de Dios que es realmente libre, y se puede confiar con seguridad en la libertad, es el hombre que tiene la intención de hacer lo correcto, que está resuelto a hacer la voluntad de Dios como pueda llegar a conocerla.

Salmo 119:47

La alegría de la obediencia.

"Y me deleitaré en tus mandamientos". Se puede instar, y de hecho a veces se insiste, que "la obediencia es la obediencia de quienquiera que se haga, en cualquier circunstancia y en cualquier espíritu. Si un maestro o un rey emite una orden, obtiene todo lo que puede esperar obtener si lo que desea que se haga se hace. No le puede importar si se hace con un gruñido o con una sonrisa. Y debe ser lo mismo con Dios. Podemos esperar razonablemente que esté satisfecho si lo que desea haber hecho está hecho." Es fácil responder que la obediencia formal no implica una relación personal; pero tan pronto como se reconoce eso, la calidad moral de la obediencia se convierte en el verdadero fundamento de la aceptación. Lo que realmente se acepta es el hombre en la obediencia, y no el mero acto de obediencia. Las mejores figuras de las relaciones divinas con los hombres están tomadas de la vida familiar. Un maestro puede estar satisfecho con la obediencia formal, y también un rey (aunque la verdad más profunda es que ambos quieren encontrar un servicio de amor dispuesto en la obediencia), pero un padre nunca lo está. Él quiere que su hijo obedezca; pero él nunca puede descansar contento hasta que a su hijo le encanta obedecer, y es manifiestamente feliz en su obediencia.

I. UNA OBEDIENCIA QUE CAUSA ESTRÉS.

1. Existe la tensión que sigue al sentimiento de que debemos hacerlo. Un poder nos está obligando, un poder que tememos; un poder que puede castigar, "arrojar cuerpo y alma al infierno". Gran parte de la obediencia a la vida no tiene un rango más alto que este. Los hombres obedecen, pero no hay crédito ni alegría en su obediencia, porque en sus corazones dicen: "No lo haríamos si no nos atreviéramos". Ni Dios ni el hombre se preocupan por tal obediencia como esa.

2. Existe la tensión que sigue al sentimiento que debemos. Esto es completamente más alto y más noble. El deber es una de las inspiraciones más exaltadas. Y sin embargo, puede mantener la tensión, y un hombre puede obligarse a cumplir con su deber. Si el hombre puede estar satisfecho con eso, Dios no puede. La verdadera obediencia está fuera del alcance de la tensión. La aceptación de Dios espera hasta que el corazón y la mano vayan bien juntos, y amamos lo que hacemos.

II La obediencia que no conoce cepa. No es problema hacer lo que deseamos hacer. No hay sensación de tensión cuando amamos y elegimos y persistimos en encontrar nuestro placer en lo que hacemos. El alma se mueve libremente en sus delicias. Disfruta de tu obediencia, y el resultado es que la obediencia se convierte en tu alegría.

Salmo 119:49

El hombre confía en una súplica para asegurar la fidelidad de Dios.

"Porque me has hecho esperar". "Aquellos que hacen de las promesas de Dios su porción pueden con humilde valentía hacerlos su súplica". En la vida ordinaria, nada es tan seguro como un hombre de confianza. Ninguna persuasión actúa sobre nosotros con más fuerza que esto: "Debo hacerlo por él porque él confía en mí". Podemos en todo lo que es bueno, o que funciona bien, elevarnos del hombre a Dios, viendo que a la imagen de Dios el hombre está hecho. En otro salmo, el sentimiento de Dios hacia el hombre que confía en él se expresa con precisión (Salmo 91:14), "porque ha puesto su amor sobre mí, por lo tanto lo libraré".

I. LA BASE DE LA CONFIANZA DEL HOMBRE ES PROPIA PROPIA DE DIOS. Esto debe abrirse tanto en un sentido más ligero como en un sentido más profundo.

1. La confianza del hombre descansa sobre las promesas habladas de Dios. "Por el cual se nos dan grandes y preciosas promesas". La forma en que Dios hace que las palabras habladas sean la base de la confianza puede ilustrarse de manera muy precisa a partir de las promesas hechas a Adán (Génesis 3:15); Abraham (Génesis 12:2, Génesis 12:3); Moisés (Éxodo 3:7-2); Joshua (Josué 1:5, etc.). Más tarde, libros como Isaías contienen las más divinas promesas divinas. Y el maravilloso descubrimiento del avance de la experiencia religiosa, y del creciente conocimiento de la Palabra de Dios, es que las promesas en adaptación exacta a la disposición y las circunstancias siempre variables de los hombres piadosos se han dado; para que un hombre nunca pueda ser tan circunstanciado que no necesite encontrar una promesa escrita sobre la cual basar su confianza en Dios.

2. La confianza del hombre descansa en el que da las promesas. Y las promesas nunca cumplen su verdadero propósito a menos que conduzcan a un hombre a esta mayor confianza. Si parecemos esperar en la Palabra de Dios, realmente esperamos en aquel que habló la Palabra. Cuando esto se ve, se ve además que si Dios considera que es mejor cambiarnos su palabra, eso no afectaría nuestra confianza en él.

II LA CONFIANZA DEL HOMBRE SE CONVIERTE EN UNA PLEA EFICAZ CON DIOS. Porque el honor del Nombre de Dios está ligado en respuesta a la confianza. Ilustrar con la súplica de Joshua (Josué 7:9). Recordarle a un hombre su promesa es la mayor súplica que el hombre puede usar con el hombre. "Me dijiste que confiara en ti". Eso es exactamente lo que Dios ha hecho: decirnos que confiemos en él para la vida, para la redención. Él recordará su Palabra a sus siervos. — R.T.

Salmo 119:51

La bondad firme puede estar expuesta a malentendidos.

"Los orgullosos me han reído mucho". A lo largo de este salmo hay evidencia de que el escritor estaba en circunstancias de limitación y dificultad. Evidentemente, estaba tratando de vivir una vida santa en un entorno deprimente; nadie en él parecía simpatizar con él; y algunos incluso despreciaron la persistencia con la que ordenó su vida de acuerdo con los mandamientos de Dios. La condición puede ser representada por la de un príncipe piadoso en una corte impía; pero la cosa se nos acerca más si tomamos la posición de un joven piadoso en una casa de negocios impía. Sus compañeros, como decimos, "le llevarán una vida"; tergiversará sus acciones y dichos; llámalo nombres; apúntale el dedo del desprecio.

I. LA DERISIÓN ES UNA DE LAS FUERZAS MÁS POTENTES DEL TEMPADOR. Todos queremos estar bien con los demás. Todos amamos los elogios. Es cierto que deberíamos. Muchos hombres pueden cargar con la culpa, el reproche y la denuncia, que es dominado por el desprecio y la burla. Deje que un hombre se "burle" de él, y su amorío está herido. Desde este punto de vista, ¡qué triunfo sublime ganó nuestro Señor con su paciencia en la cruz cuando los burladores se ocuparon de ello! Pero el hombre piadoso más especialmente quiere estar bien con los demás, porque de esa manera les testifica de la gracia de Dios que está sobre él. Ser ridiculizado parece estropear a su testigo. Así que la burla hace dos cosas y sirve bien al propósito del tentador.

1. Hiere las sensibilidades del hombre bueno.

2. Daña, e incluso puede destruir, el testimonio del buen hombre. Los hombres jóvenes se han mantenido fuertes ante la tentación abierta que se han doblado como juncos ante la burla sutil, pero extrañamente poderosa. Y los que se burlan y malinterpretan son los orgullosos, un término que aquí no sugiere "alarde", sino más bien "confianza en sí mismo". El hombre que depende de sí mismo está siempre dispuesto a ridiculizar al que depende de Dios. Tal confianza no puede apreciarla.

II LA BIENESTAR INTEGRAL RESISTE ESPERANZAMENTE ESTA TENTACIÓN. La bondad firme es la bondad constante; y la estabilidad que está especialmente en mente en este salmo es lo que viene de la familiaridad con la Palabra de Dios, el amor por ella y la habilidad practicada en su uso. Y la instancia suprema de este poder estabilizador se encuentra en la escena de la tentación del Señor Jesús. — R.T.

Salmo 119:54

Las canciones de un buen hombre.

"Tus estatutos han sido mis canciones". "Cuando el viajero oriental se refugia del calor abrasador del mediodía, o se detiene a pasar la noche en alguna posada o caravana, que es por el momento la casa de su peregrinación, toma el saco o la lira, y calma su descanso con un canción, una canción, puede ser, de guerra, romance o amor. Pero el poeta de Israel encuentra su tema en los estatutos de Jehová. "Estos han sido mi pasatiempo, con estos he refrescado mis horas de descanso por cierto, y me animé a seguir adelante a través del agotador viaje y a través de los abrasadores desiertos de la vida. No me han apoyado canciones de la antigua tradición, ni baladas de guerra, ni vino, ni amor; pero he cantado los mandamientos de Dios, y estos han sido el consuelo de mis horas de cansancio, el consuelo de mi descanso ". Lo sorprendente de esta expresión del salmista es que hace que sus obligaciones aparezcan como si fueran, lo que sinceramente estima que son su privilegio. Seguramente esto es algo inusual: el hombre se alegra de ser puesto bajo restricción, solo debe verse claramente que es restricción Divina ". Déjame caer en las manos de Dios, y no en las manos del hombre ".

I. LAS CANCIONES DE UN BUEN HOMBRE LLEVAN SU PROPIO SELLO PECULIAR. La canción es el alivio de la vida; pero es una de las expresiones más genuinas de la vida. Se puede decir que un hombre puede ser juzgado por las canciones que le encanta cantar o escuchar cantadas.

1. El buen hombre siempre quiere cantar. La alegría es uno de los componentes necesarios de la bondad.

2. El buen hombre quiere que el canto coincida. Y como su alegría está en Dios, su canto debe ser sobre Dios.

3. La preocupación suprema del buen hombre es la lealtad y el deber, y, por lo tanto, sus canciones tratan sobre los estatutos por los cuales se controla el deber.

II LAS CANCIONES DE UN BUEN HOMBRE SON LA EVIDENCIA DE SU BIENESTAR. Sorprenden a sus semejantes, que se preguntan cómo puede encontrar descanso y placer en lo que les parece tan aburrido. No pudo sino por ese cambio vital por el que ha pasado, que reconocemos al llamarlo "un buen hombre".

"Tengo sed, pero no como antes, las vanas delicias de la tierra para compartir".

1. El deleite en las canciones vulgares y cómicas evidencia al hombre bajo y sin cultura.

2. El deleite en la música de clase alta evidencia el gusto educado.

3. El deleite en las canciones cuyo interés reside en su tono religioso y sugerencia más que en su música, evidencia al hombre renovado. El deleite en las canciones que alientan e inspiran la obediencia evidencia un sentido noble de las obligaciones y responsabilidades divinas que descansan en la vida humana.

Salmo 119:59

Autoexamen

"Pensé en mis caminos;" "Que un hombre se examine a sí mismo"; "Llamé a mis propios modos de recordar" (Versión del libro de oración). Hay dos direcciones en las que se abusa del importante deber del autoexamen y se hace travieso.

1. Puede convertirse en introspección, que se refiere solo a estados de ánimo y sentimientos.

2. Puede llevarse a cabo a la luz de los estándares humanos de bondad ficticios. El primero es el error de la religión sentimental; el segundo es el error de la religión ceremonial. Ambos son traviesos de la misma manera. Alimentan la falsedad. Uno fuerza el sentimiento, el otro exagera las debilidades en pecados. Es necesario presentar la verdadera esfera y el verdadero estándar de autoexamen.

I. LA VERDADERA ESFERA DEL AUTO EXAMEN. Es la conducta de un hombre en sus relaciones; no el de los pensamientos y sentimientos de un hombre. Es lo que un hombre tiene más allá de sí mismo, lo que, sin embargo, lleva la impresión de sí mismo, sobre lo que puede mirar, que puede evaluar. Un hombre no puede examinar sus propios pensamientos y sentimientos; pero deje que el pensamiento encuentre expresión en el acto, y el sentimiento ponga tono y carácter en el acto, entonces el hombre puede ejercer el juicio. El pensamiento y el sentimiento son demasiado variables para ser arrestados para su examen. Son las "cosas secretas que pertenecen solo a Dios". Illust .: ¡qué debilidad trae a la vida cristiana la introspección! Realiza un tipo particular de vida religiosa, y lleva a una forma sutil de confiar en uno mismo en lugar de confiar en Dios. El verdadero autoexamen es "considerar nuestros caminos". Podemos estimar la conducta de otros; podemos estimar el nuestro. No podemos estimar los sentimientos de los demás; No podemos estimar el nuestro.

II El verdadero estándar de autoexamen. Hay tres posibles estándares que son manifiestamente indignos.

1. La norma sacerdotal, prevista para el confesionario.

2. El estándar sectario, que fabrica una experiencia por la cual todos deben pasar.

3. El estándar personal, que un hombre forma de acuerdo con su disposición y temperamento particular. El verdadero estándar es doble.

(1) La idea revelada de conducta correcta en las relaciones de la vida. Ese era el estándar totalmente para el salmista, y en parte para nosotros.

(2) El modelo revelado de conducta correcta en las relaciones: el Señor Jesús. Ese es el estándar especialmente provisto para nosotros; y fue la obediencia plena de la voluntad de Dios.

Salmo 119:63

Los buenos amigos del hombre.

"Soy un compañero de todos los que te temen". El hombre que recurre más completamente a Dios como su Ayudante es el hombre que busca con mayor ansiedad y utiliza con la mayor sabiduría la ayuda de asociaciones y amistades piadosas. La ayuda de los hombres entre sí en la vida santa se nos presenta en este versículo. "¡Cuán débil es la naturaleza humana! Ciertamente hay momentos en que la presencia de alguien tan grande como el Todopoderoso se vuelve opresiva, y sentimos nuestra necesidad de que alguien como nosotros simpatice con nosotros. Y, por cierto, nos han sido provistos. muchos amigos amables y simpatizantes, como Jesús. A medida que avanzamos, obtenemos los apoyos humanos que el Señor nos ha proporcionado. También los conseguimos para la comunión "(Jno. Stephen).

I. EL BUEN HOMBRE ENCUENTRA AMIGOS. Todo ser vivo busca algo parecido a él y descubre que Dios siempre ha provisto lo que responde. Esto se caracteriza por el hecho de que Dios le proporcionó a Adán una "ayuda para él". Si un hombre es un buen hombre, descubrirá que no necesita, y no debe, vivir una vida solitaria. Él no es el único hombre bueno, y su buena vida solo crecerá correctamente, crecerá sanamente, cuando crezca en compañía. Las relaciones individuales y personales de los hombres convertidos a Dios a menudo se presentan de forma exagerada. Malachi presenta el verdadero ideal: "Entonces los que temían al Señor hablaban a menudo el uno al otro". Las leyes ordinarias de la amistad humana se aplican a la amistad religiosa. Para una relación cercana debe haber un parentesco; pero para las relaciones ordinarias será suficiente el objeto común y el interés común. Todos los que temen a Dios y lo obedecen pueden ser verdaderos ayudantes entre sí.

II EL USO QUE HACE EL BUEN HOMBRE DE AMIGOS DEPENDE DE SÍ MISMO. Depende del mantenimiento y la cultura de su propia vida santa. Entonces, uno de los primeros signos de marcar la vida cristiana es marcar la amistad cristiana. Afloje sus relaciones con Dios, y pronto mantendrá relaciones sueltas con su pueblo. La ley de la amistad es esta: "El que tenga amigos debe mostrarse amistoso"; y la amabilidad del hombre piadoso está ligada al mantenimiento de su piedad.

III. EL USO QUE PUEDE HACER UN BUEN HOMBRE DE SUS AMIGOS DIOSES DEPENDE DE ELLOS. Deben mantener su piedad. No pueden ser nada para él como ayudantes a menos que sigan temiendo a Dios y observando sus preceptos. El buen hombre pronto descubre que sus amigos dejan de ayudarlo cuando fallan en la vida santa. Que cada uno de ellos sea lo mejor posible, y luego la amistad piadosa se convierte en una de las mejores y más útiles ayudas en la vida piadosa.

Salmo 119:67

El servicio moral de la aflicción.

Estamos constantemente tratando con la misión de la aflicción a la vida espiritual. Puede venir con cierta frescura seguir el pensamiento del salmista aquí, y ver que la experiencia de la aflicción cuenta directamente sobre la vida práctica del deber y la relación. Domina esa creciente voluntad propia que lleva al buen hombre a tratar de tomar la vida en sus propias manos; y le trae la humildad y la desconfianza en sí mismo que se inclina a mantenerse dentro de los límites de la Palabra de Dios. "Si alguno de nosotros recuerda un momento en el que no tuvimos problemas, probablemente también recordamos que la gracia era baja y la tentación era fuerte". Como ilustración en una esfera más grande, se puede tomar la sugerencia del obispo Wordsworth: "Esto era eminentemente cierto para la nación hebrea. Antes del cautiverio, habían sido desgarrados por cismas: Israel contra Judá y Judá contra Israel, y corrompidos por la idolatría; pero fueron purificados de estos males por sus aflicciones ".

I. LAS AFLICACIONES PROPORCIONAN TIEMPOS DE MEDITACIÓN. Son para la vida moral lo que los sábados son para la vida corporal. Detienen la prisa; afirman que hay algo más importante que el interés propio; ellos obligan a la quietud; dan oportunidad para revisar. Cuando no podemos hacer nada, tenemos la posibilidad de pensar. Deje que la vida continúe sin cambios o pruebas, y la venta debe asumir una importancia exagerada. ¿Cómo puede un hombre mantenerse noblemente dependiente de Dios, quien encuentra que todo prospera bajo la mano de su energía? La aflicción llega, lo hace detenerse y pensar, y mirar hacia atrás y hacia arriba.

II AFFLICCIONES TONO TIEMPOS DE MEDITACIÓN. Distinga entre el tono de las meditaciones en nuestros tiempos de vacaciones y en nuestros tiempos de aflicción. En un caso tenemos salud corporal; en el otro, debilidad corporal. Es un elemento importante que el sufrimiento y el dolor den tono a la meditación; pero es necesario tener en cuenta que la aflicción puede hacer que la meditación sea exagerada, unilateral o indigna. La meditación de tales tiempos necesita guía divina y santificación.

III. Las aflicciones pasan a una nueva oportunidad. Cuando un hombre vuelve a la vida de un lecho de enfermo, es como si hubiera comenzado de nuevo; con esta diferencia, tuvo que convertirse en experiencia, ahora tiene la oportunidad de usar la experiencia. Los hábitos están rotos. Puede hacer un nuevo camino, ordenado y moldeado por las nuevas resoluciones basadas en las meditaciones de su aflicción.

Salmo 119:75

La fidelidad del Divino Castigador.

"En fidelidad me has afligido". "Tú, de mucha fidelidad, me has turbado" (Versión del libro de oración) -

"Quien guía a los mortales hacia la sabiduría, los hace comprender la sabiduría con firmeza a través de su dolor".

La marcada peculiaridad de los israelitas fue que reconocieron a Dios en la historia. Es la marcada peculiaridad del hombre renovado que reconoce a Dios en la historia personal. Los mismos eventos ocurren por igual para todos los hombres, y son el resultado de las leyes naturales, pero lo que los eventos son para cada hombre depende de su punto de vista. Hay un significado moral en los eventos cuando un hombre puede ver que Dios está trabajando en ellos y a través de ellos sus propósitos de gracia.

I. DIOS HA REALIZADO UNA OBRA DE GRACIA EN EL HOMBRE RENOVADO. Ha "comenzado un buen trabajo" en la aceleración de una vida nueva y divina en el hombre. Comenzar una obra es que Dios se comprometa a llevarla a la perfección. El trabajo realizado es dar al hombre una participación plena en la regeneración del mundo, y completar la liberación personal de la forma particular en que el mal moral lo afecta. La liberación de los males físicos se produce después de la liberación de los males morales, y es de interés solo en la medida en que está relacionada y sigue en el trabajo superior. El mal físico para el hombre solo sería lo que el mal físico es para los animales, si el hombre no fuera un ser moral. La obra de Dios en el hombre es su liberación del mal moral, y luego de todos los desastres físicos y discapacidades que han surgido del mal moral, o que han seguido en su camino.

II ESE TRABAJO DE GRACIA SOLO PUEDE SER REALIZADO A TRAVÉS DE LA AFLICACIÓN. Vemos claramente que cuando el hombre trabaja en el carácter del niño, debe usar la disciplina, que implica disciplina, corrección, limitación, dolor. De hecho, es imposible concebir una formación moral, en condiciones humanas, que no requiera la agencia del dolor y el sufrimiento. Un padre no puede ser fiel a su hijo a menos que pueda ser un castigador. Mucho más podemos decir que, dado que Dios está comprometido con la cultura del carácter moral más elevado, y que sin duda debe requerir disciplina y aflicción, es solo ser fiel a sí mismo y fiel a su promesa, que se convierte en cada individuo. la vida el castigador para nuestro beneficio.

Salmo 119:79

La experiencia puede enseñar.

Se dice que "la experiencia es una escuela querida, pero los tontos no aprenderán en ninguna otra". El proverbio es en gran medida cierto, pero lo queremos ahora solo para arreglar el punto de que la experiencia es una escuela; la experiencia puede enseñar, enseña. Con un espíritu satírico, Froude dice: "La experiencia es como las luces de popa de un barco, proyecta sus rayos sobre un camino que se ha tomado". Pero eso no es, en ningún sentido amplio o práctico, cierto; la experiencia real debe ser cosa del pasado, pero las lecciones aprendidas por la experiencia son fuerzas disponibles para ordenar la vida que tenemos que vivir. La distinción entre animal y hombre, instinto e inteligencia, es que el hombre puede sacar provecho de la experiencia, el animal no.

I. LA EXPERIENCIA QUE ENSEÑA EN LA VIDA RELIGIOSA ES LA EXPERIENCIA RELATIVA A LOS MANDAMIENTOS DIVINOS. Para lo que el hombre bueno quiere su vida pasada es para el estudio de la conducta a la luz de lo que se sabía que era la voluntad de Dios. Lo que ha sucedido en nuestras vidas no importa mucho, y de ellos los eventos enseñan muy poco. ¿Cómo se relacionó lo que sucedió con lo que sabíamos que era correcto? Esa es la pregunta suprema; y eso solo revela fracasos y fragilidades. Esa experiencia por sí sola enseña y proporciona fuerzas para el esfuerzo de vivir una vida mejor. En cierta medida hemos "conocido los testimonios de Dios"; pero, ¿cómo ha sido gobernada y tonificada nuestra vida real por lo que sabíamos?

II LO QUE ENSEÑA LA EXPERIENCIA ES NUESTRA NECESIDAD ABSOLUTA DE APOYO DIVINO. La única cosa que el pasado tiene que mostrar a cada hombre honesto y sincero es que siempre ha fallado cuando confió en su propio juicio y fortaleza, y se aventuró a descuidar o dejar de lado la voluntad revelada de Dios; y que siempre ha tenido éxito cuando, en un espíritu de verdadera humildad, se esforzó persistentemente por conocer la voluntad de Dios, y moldear la conducta y enfrentar las emergencias en sus gentiles direcciones. La experiencia cuando se consulta tiene siempre la misma enseñanza que dar. Puede resumirse de esta manera: "Siempre has necesitado a Dios como tu Ayudante y Guía; lo necesitas ahora tanto como siempre; siempre lo necesitarás".

Salmo 119:80

¿Qué es un corazón perfecto?

Es necesario ver que el término "perfecto" varía su connotación de acuerdo con la palabra sustantiva con la que está conectado. Hablamos de un animal perfecto, y nos referimos a una organización completa y saludable, de acuerdo con el estándar de ese animal en particular. Hablamos de una máquina perfecta, y queremos decir una que completa y eficientemente logra todo lo que debe hacer. Hablamos de conducta perfecta y queremos decir aquello que en cada detalle se ajusta a la regla. Hablamos de una estatua perfecta, y queremos decir una que en todos los puntos realiza y satisface nuestro ideal. Entonces, ¿qué queremos decir con un corazón perfecto, usando ese término como la voluntad inspirada por las emociones? Tanto la voluntad como las emociones son cosas tan fluctuantes que puede que no sea posible crear un ideal o encontrar un estándar por el cual cada corazón debe ser juzgado. Incluso aquí no podemos decir del Señor Jesús que él ha presentado un estándar absoluto. Él ha encontrado con su entorno particular una expresión modelo para los principios más elevados; pero la justicia para cada hombre debe ser la expresión de los principios de lo correcto en su propio entorno particular y con su propia disposición particular. Un corazón perfecto no puede significar una voluntad siempre sesgada a la decisión por consideraciones particulares; y obtener el sesgo por una condición particular de los sentimientos. La perfección cuando se aplica al corazón debe significar autenticidad, sinceridad. Pero significa que esto se hizo aún más distinto y preciso. Significa unidad, acuerdo absoluto; todo el ser traído y unido en un solo propósito. Y si se toma en su sugestión más completa, significa más un corazón instruido, no uno llevado a cabo por cualquier accidente, sino que se debe a una elección deliberada, basada en el conocimiento competente. El corazón perfecto puede ser aprehendido como sincero, sincero y opuesto a medio corazón. — R.T.

Salmo 119:83

La piel de vino en el humo.

Las botellas de vino del este eran pieles. Rosenmüller nos dice que era costumbre de los antiguos colgar pieles de vino en el humo de un fuego, por la misma razón que colocamos una botella de clarete en el hogar, para suavizar el vino de forma gradual y gradual. calor moderado y llevarlo a una perfección anterior. Y en esa costumbre, el salmista encuentra una ilustración del significado y la misericordia de las aflicciones a las que ha estado expuesto. Han sido enviados a actuar sobre él como el humo cálido del vino, para refinar, suavizar y madurar su carácter; y porque, bajo todos ellos, se ha negado a separarse de su fe en Dios y el deber; Debido a que ha sido fiel a Dios y a los estatutos de Dios, han tenido su efecto intencionado y apropiado sobre él (S. Cox). Esta explicación da una nueva sugerencia al texto, pero se puede dudar si el estado de ánimo del salmista está bastante representado por él. La visión más antigua parece estar más en armonía con el tono general de la estrofa. Sin embargo, bajo las severas presiones de la prueba y la aflicción, el buen hombre se encoge y desperdicia y se ennegrece como una piel de vino colgada en el humo de la chimenea, todavía recuerda los estatutos divinos y mantiene firme su fe en Dios y el deber. Lo que parece estar en mente es un largo tiempo de espera, que también fue un tiempo de sufrimiento y tensión. La vigilancia de Dios se prolongó; ninguna respuesta pareció llegar; había que soportar mucho mientras esperaba; parecía secarse, marchitarse y ennegrecerse, como la piel de vino en la chimenea que había esperado tanto tiempo (y parecía cansarse de esperar, al igual que él) la humedad y el refrescante uso, y volver a llenarse con vino Pero la pregunta de suprema importancia era esta: ¿qué estaba haciendo durante este duro tiempo de espera? Tiene el gozo de esta seguridad confiada: mantenía firme su integridad; mantenía su obediencia y confianza; él estaba ordenando persistentemente su vida de acuerdo con los estatutos divinos.

I. LOS TIEMPOS DE ESPERA SON UNA PARTE DE LAS DIVINAS DISPENSACIONES AFLICANTES. A veces parece que Dios haría más por un hombre al hacerlo esperar que al hacerlo sufrir.

II LOS TIEMPOS DE ESPERA TIENEN UNA INFLUENCIA PECULIAR EN EL ESPÍRITU DE UN HOMBRE. Puede estar representado por el efecto del humo en una piel de vino vacía.

III. LOS TIEMPOS DE ESPERA DEBEN LANZARNOS SOBRE EL CONFORT Y EL FORTALECIMIENTO DE LA DIVINA PALABRA. Todo para nosotros depende de los preciados estados de ánimo de nuestros tiempos de espera.

Salmo 119:85-19

Dejando a nuestros enemigos con Dios.

Las enseñanzas del Nuevo Testamento sobre el tratamiento de nuestros enemigos es un avance decidido sobre las enseñanzas del Antiguo Testamento, pero esto no debe impedir que veamos que los hombres piadosos del Antiguo Testamento estaban por delante de los sentimientos prevalecientes de su época.

I. SI UN HOMBRE CREE EN SÍ MISMO, SIEMPRE INTENTARÁ VENGARSE A SI MISMO. Entonces los enemigos de un hombre están completamente en la auto-esfera, y deben ser tratados en esa esfera. Esta idea esencial de humanidad no regenerada y auto circunscrita puede ilustrarse eficientemente en la misión del vengador familiar. Se esperaba que un hombre se vengara de sus enemigos. Pero si lo mataban, no podía vengarse, por lo que sus familiares tenían que cumplir con su deber. Las represalias parecen nobles y correctas siempre que un hombre sea egocéntrico y piense que el orden de la vida está bajo su propio control. El gobierno civil no hace sino hacer público este sistema de tratar con nuestros enemigos nosotros mismos. El estado se protege, proporciona sus propias sanciones y venganzas. Y el individuo y el estado están constantemente en peligro de actuar por impulso, o en el influjo irracional del sentimiento vengativo.

II SI UN HOMBRE CREE EN DIOS, DEJARÁ A SUS ENEMIGOS CON ÉL. Creer en Dios saca a un hombre de la esfera de sí mismo y, en consecuencia, le da otro punto de vista desde el cual mirar a sus enemigos. Creer en Dios es aprehender el interés personal de Dios en el mayor bienestar de un hombre; y esto debe incluir la preocupación por la influencia que los enemigos y las enemistades pueden tener sobre un hombre. Creer en Dios es estar absolutamente seguro de su capacidad para defenderse de nuestros enemigos y castigarlos por su enemistad. Creer en Dios es estar dispuesto a dejar que él se ocupe de nuestros enemigos y nos defienda mientras tenemos que sufrir su poder. El hombre piadoso reza: "Ayúdame".

III. SI UN HOMBRE CREE A DIOS EN CRISTO, EL, CON LA AYUDA DE CRISTO, GANARÁ A SUS ENEMIGOS. Esto lleva a temas familiares. "Si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo". "Ama a tus enemigos;" "Queridos, no se vengan de ustedes mismos". Deje que Dios en Cristo emprenda a nuestros enemigos, y él nos enseñará cómo salvarlos de su enemistad.

Salmo 119:88

Divina avivamiento nuestra necesidad suprema.

"Juzgado por sí mismo y, hasta donde sabemos, solo obra, el autor de este salmo fue un hombre totalmente dedicado a Dios y la Palabra de Dios. Su confianza en esa Palabra o Ley, como la verdadera regla de la vida humana , había estado expuesto a las pruebas más severas. Había visto a los malvados en autoridad, usando y forzando su poder para oprimir y destruir a los justos. Él mismo había sido llamado a sufrir una larga agonía de angustia y angustia, en la cual su alma se desmayó él, simplemente porque obedecería la regla más alta que conocía. En el momento de su tribulación había rogado al Juez de toda la tierra que lo hiciera bien, para reivindicar la Palabra en la que confiaba, para liberarlo de sus aflicciones Y aunque no hubo respuesta ni liberación, mantuvo firme su integridad; se negó a olvidar los estatutos por su obediencia a la que sufrió, o renunciar a su confianza en el Dios que no lo salvó "(S. Cox). Pero si se quiere mantener esa actitud, el buen hombre descubrirá que tiene una necesidad constante de una cosa: la aceleración divina. Al principio de una vida religiosa puede parecer que nuestra necesidad suprema era la ayuda Divina precisa en cada detalle de la vida y la relación; y entonces las oraciones de los jóvenes cristianos son a menudo exactas y diminutas; piden cosas particulares y esperan respuestas precisas. Luego, a menudo confunden las contingencias con respuestas de oración, y corren el riesgo de asumir que están en un favor divino especial. A medida que se amplía la experiencia, lo que más impresiona en el hombre renovado es la tendencia de la vida Divina a flaquear y fracasar. Siempre se está muriendo. Y siempre necesita un nuevo tratamiento. Poco a poco se nos ocurre que Dios preferiría dejarnos libres en los movimientos de la vida, y esperar hacer el mejor trabajo para nosotros "fortaleciéndonos con fuerza en nuestra alma". Y por fin vemos que esta constante aceleración, reanimación y revitalización del alma es precisamente nuestra necesidad suprema. Incluso la experiencia cristiana no puede alcanzar una oración más alta que esta: "Apúntame". De modo que la oración en la vida del hombre bueno pierde gradualmente su carácter detallado: se convierte simplemente en un corazón y una vida que se abre al despertar Divino; y se descubre que implica el suministro de todas nuestras necesidades reales. — R.T.

Salmo 119:92

La suprema tensión de la aflicción.

Este verso que Lutero seleccionó como el lema de su propia Biblia, que ahora se encuentra en el museo de Berlín. Mientras la aflicción se mantenga en la esfera de las circunstancias de un hombre, es soportable. Hacemos demasiadas aflicciones humanas cuando fijamos nuestra atención en ellas y no estimamos las formas en que los hombres se ven afectados por ellas. Qué aflicción es para un hombre, qué cantidad de tensión implica, depende de la naturaleza emocional del hombre, la condición y el carácter de su voluntad y afecto. A menudo observamos que las cosas son aflicciones para un hombre que no son aflicciones en absoluto para otro; y que las mismas aflicciones afectan a los hombres de manera diferente en diferentes momentos. Aquí el salmista reconoce que sus aflicciones lo habrían abrumado por completo, pero por la condición de su corazón, aplaudido por las garantías y promesas de la Palabra Divina.

I. La tensión de la aflicción depende de su relación con la condición interna de un hombre. Esto se puede mostrar ilustrando qué aflicción es para un hombre cuando se encuentra en una condición normal de salud corporal, mental y moral. Entonces nada parece ser abrumador; hay una actividad de resistencia y resistencia que impide que el hombre "perezca en su aflicción". Pero el hombre rara vez, si alguna vez, se encuentra en este estado normal. Podemos concebirlo; pero rara vez se realiza. El hombre generalmente está debajo de él y, por lo tanto, la aflicción se vuelve una tensión. A veces debajo de él a través de una disposición natural no entrenada; a través de estados temporales de salud corporal; o por negligencia de la vida espiritual. De modo que el hombre no es apto, y la aflicción abruma. El hombre puede estar por encima de lo normal; y esto es por la infusión de la vida divina a través de la Palabra. Entonces él es un ser más noble. Tiene una conciencia de poder que domina la tensión. El poder trae una alegría y un deleite que ponen al hombre por encima de sí mismo.

II LA GRACIA DE DIOS LLEVA LA RELACIÓN CON LA CONDICIÓN INTERIOR DEL HOMBRE. Por lo tanto, en él se encuentra tanto el alivio como la santificación de la aflicción. Dios hace y mantiene el corazón correcto, lo llena con la alegría de su Palabra y promesa, y luego el hombre se vuelve dueño de todas las circunstancias.

Salmo 119:96

La desilusión de las esperanzas humanas.

"He visto el final de toda perfección". "La verdadera relación de las dos partes de este verso entre sí parece ser la del contraste. Ninguna otra relación tiene un significado tan claro y completo. El significado del todo, por lo tanto, debe ser algo como esto: aquí hay algo llamado "perfección" que existe entre los hombres en una gran variedad de formas. "Pero", dice el salmista, "de acuerdo con mi experiencia y observación, estos son del todo demasiado superficiales, demasiado precarios y demasiado cortos para hacer felices a los hombres, y lo mejor de ellos, los idealismos de la vida humana, nunca se pueden alcanzar. Pero tu mandamiento es muy amplio, "y eso servirá, a menos que los hombres lo impidan, lo que nada más hará". Las esperanzas humanas mencionadas son los propósitos y ambiciones totalmente egocéntricos de un hombre. Que un hombre forje algo para sí mismo como un objetivo supremo de la vida; que sea algo que él considera "perfección"; que no guarde relación con la bendición de sus semejantes ni con la voluntad y el honor de Dios, y seguramente habrá un final para toda esa perfección. Que la perfección sea concebida humanamente, el éxito y la felicidad, y antes de que la vida se cierre, el hombre dirá con el "predicador", que tuvo una experiencia tan variada: "Vanidad de vanidades, todo es vanidad".

I. TODOS A NOSOTROS PODEMOS VER EL FINAL DE LAS PERFECCIONES. La historia de los siglos es la historia de ideales bien concebidos en la vida social y nacional que nunca se realizaron. La historia de vidas individuales que solo tenían objetivos egocéntricos es este lamento: "Mis propósitos están interrumpidos". Incluso es una gran verdad que nunca se vivió una vida que se dio cuenta de su ideal, alcanzó su perfección o cumplió sus propósitos. Y esto debe ser así porque la perfección es para la raza, no para el individuo, que nunca le ha confiado más que una parte del todo. Y porque, por la propia naturaleza del hombre, no puede descansar satisfecho con las cosas, solo con el carácter, que encuentra expresión en las cosas y siempre está por debajo de un posible logro, mientras que Dios es el carácter supremo.

II SI NO PODEMOS OBTENER LA PERFECCIÓN, PODEMOS TRABAJAR HACIA ELLA. Para hacer esto debemos salir de la esfera humana hacia la esfera Divina. El hombre no alcanza su propia perfección porque es muy pequeña. La Palabra de Dios es grande, amplia y hacia su perfección, el hombre puede moverse por toda la eternidad y ennoblecerse mientras se mueve.

Salmo 119:97

La inspiración de la obediencia.

"¡Oh, cuánto amo tu ley!" Hay tres posibles inspiraciones de la vida obediente; el salmista presenta el verdadero y eficiente.

I. PODEMOS OBEDECER PORQUE DEBEMOS: HAY LA OBEDIENCIA DEL TEMOR. Los predicadores buscan ayudar a los hombres con esta inspiración cuando declaran los "terrores del Señor", testifican de un juicio venidero y gritan: "Prepárense para encontrarse con su Dios". Y presumiblemente hay personas para quienes el miedo es una inspiración efectiva. Todo lo que necesitamos decir es que no son los miembros más nobles de nuestra raza. Una persona susceptible a la influencia del miedo no tiene educación, no está capacitada o no está capacitada. A medida que la ciencia destruye la superstición, el conocimiento y el autoconocimiento y el conocimiento Divino destruyen el miedo. Teme a Dios, y no necesitas temer nada más. Todavía no se ve dignamente que el cristianismo tiene algo con lo que pretende, absoluta y completamente, reemplazar el miedo.

II PODEMOS OBEDECER PORQUE NOSOTROS PODEMOS: HAY LA OBEDIENCIA DEL DEBER. Este es un tipo de inspiración totalmente superior. En él todavía reconocemos un poder sobre nosotros; pero ahora es un poder relacionado personalmente con nosotros e interesado en usar el poder con el que simpatizamos y cuya autoridad para gobernarnos reconocemos. Ningún hombre es su verdadero ser hasta que dice: "No soy independiente. Estoy bajo autoridad. Hay algo que debería ser. Es la voluntad de un Ser Divino Personal, en cuya imagen he sido creado". El sentido del deber ha sido la inspiración de las cosas más nobles en todas las esferas de la vida humana: en la familia, los negocios y la nación. El deber ha inspirado a menudo el heroísmo. Los poetas han elogiado tanto que difícilmente sería irrazonable considerarlo como la más alta inspiración del hombre. Y sin embargo, debemos ver que su poder se supera por completo.

III. PODEMOS OBEDECER PORQUE QUEREMOS: HAY LA OBEDIENCIA DEL AMOR. "¡Oh, cuánto amo tu ley!" A veces se dice que esta es la Ley "entrar en un hombre" y convertirse en sí mismo, de modo que cuando obedece, simplemente se expresa. Y esto es verdad. Incluso el deber mantiene la ley fuera de nosotros; sigue siendo algo a lo que debemos conformarnos. El amor introduce la ley, la hace una con nosotros, y se convierte en una fuerza real de obediencia en nosotros. La inspiración del amor es nuestro mejor ser llevando nuestra conducta a la justicia. — R.T.

Salmo 119:100

Maestros humanos y la Biblia misma.

"Entiendo más que los ancianos, porque he guardado tus preceptos". Esto no es una simple jactancia, no es una comparación inusual. Es el reconocimiento del hecho de que el hombre que es enseñado por Dios sabe lo que ningún maestro humano puede enseñar. El maestro humano tiene un rango limitado; el Divino Maestro lo trasciende. Pero la Palabra de Dios, las Escrituras de las revelaciones divinas, son las agencias que Dios usa para impartir el conocimiento superior. Es necesario decir que lo que Dios enseña no es un simple avance de lo que el hombre enseña. Es otra cosa que el hombre enseña. El hombre trata con la superficie de las cosas; Dios trata con lo más íntimo de las cosas. El hombre se mantiene dentro de la agencia del lenguaje humano limitado; Dios puede enseñar a través de la sensibilidad espiritual. Es cierto que él usa la Palabra escrita; pero no es cierto que se limite a la formalidad de la Palabra. Él enseña a través del sentimiento espiritual que excita la Palabra. Hay mucho de una educación integral y completa, pero no se insiste lo suficiente en que esto debe incluir la enseñanza divina.

I. LOS LÍMITES NECESARIOS DE LAS ENSEÑANZAS HUMANAS.

1. Están limitados por la capacidad mental de los que enseñan y los que enseñan.

2. Están limitados por la imperfección del vehículo por el cual se transmite el conocimiento humano. Ninguna palabra humana tiene la misma connotación para todos los que la usan, y pocas palabras mantienen la misma connotación para un hombre a lo largo de una larga vida.

3. Están limitados por la variabilidad del material a su disposición. Nuevos hechos están continuamente desplazando a los viejos, y nuevas teorías que condenan a los viejos. En ciencia, un libro de diez años es relativamente inútil.

4. Están limitados por el rango sobre el cual se extienden, lo cual está obligado a mantenerse alejado de todo conocimiento de Dios y de las cosas de Dios. "¿Quién buscando puede encontrar a Dios?" Y, sin embargo, es solo en ese rango más alto de conocimiento donde se puede desplegar la verdadera naturaleza del hombre. La reina de las ciencias es la teología.

II LAS DIVINAS ENSEÑANZAS MÁS ALLÁ DE LOS LÍMITES HUMANOS. ¿Es el hombre solo una mente? Muchos parecen pensar que no tiene más que una organización mental. Un hombre es un ser espiritual, pariente de Dios, que tiene para su agencia actual y usa un cuerpo y una mente. El rango Divino es el alma, que es el hombre mismo.

Salmo 119:101

Lidiar con los obstáculos a la obediencia.

"He abstenido mis pies de todo mal camino". El punto aquí es que el hombre se trató resueltamente consigo mismo; y, con el propósito absoluto de obedecer, persistió en eliminar todo lo que, en su disposición, inclinación, hábito o circunstancias, tendía a obstaculizar su obediencia. ¡Cuánto va junto con la obediencia! ¡Cuánto está involucrado en ello! "Refrained my feet" es una figura. El hombre reconoce la disposición constante de pasar por encima de la línea, o hacia la tentadora acera, y tiene, una y otra vez, por un esfuerzo de voluntad, hacer retroceder los pies y mantenerlos apretados. Compare la figura de poner un reloj en la puerta de los labios. "Me propongo que mi boca no transgreda".

I. LAS HINDRANCES A LA OBEDIENCIA PUEDEN SER EXTERNAS PARA UN HOMBRE.

1. Pueden mentir en las amistades de un hombre. Hay asociaciones de la vida que un hombre puede organizar para sí mismo, y puede asegurarse de que sean útiles. Pero hay asociaciones en la vida que están hechas para un hombre, y esto puede estar obstaculizando su obediencia intencional. Illust .: Joseph, Daniel.

2. Pueden mentir en las circunstancias de un hombre. El hombre estresado es sometido a planes engañosos y de autoconfianza para mejorar sus circunstancias, y por lo tanto se le impide obedecer. El hombre acomodado está en peligro de ser autosuficiente y excesivo de confianza, por lo que se vuelve indiferente a la obediencia. La virtud es el triunfo del hombre sobre los obstáculos externos. La inocencia solo se convierte en virtud a través de su lucha contra los obstáculos y el mal.

II LAS HINDRANCES A LA OBEDIENCIA PUEDEN ESTAR EN EL HOMBRE MISMO. Estos obstáculos están en la mente del salmista. Encontró algo mal con sus propios pies. No se mantuvieron firmes; se inclinaban a deslizarse; parecían tener un sesgo hacia afuera; si no tuvo cuidado, por sí mismos lo llevaron por la línea. De esta manera, representó esa tendencia carnal y egoísta con la que el hombre bueno tiene que lidiar continuamente. Puede querer obedecer; pero encontrará interés propio siempre dispuesto a resistir una buena resolución. Los obstáculos que se encuentran en el hombre mismo nunca se dominan por completo mientras un hombre vive, para que pueda estar a salvo. De hecho, "sentirse seguro" es estar en el peligro más grave. A lo largo de una larga vida, si un hombre realmente quiere vivir para Dios y obedecer, descubrirá que siempre debe estar trabajando en sus propios obstáculos, "refrenándose de los pies del mal".

Salmo 119:105

Luz celestial en el camino terrenal.

El Libro de Proverbios tiene la misma figura (Proverbios 6:23). Porque el "mandamiento es una lámpara, y la ley es la luz". Y Wordsworth llama al deber "una luz para guiar". La "lámpara" se enciende especialmente para las horas de oscuridad; La "luz" es la luz natural de todos los tiempos. La necesidad de la linterna en las noches oscuras es bien entendida por quienes viven en distritos rurales. Un ministro sin linterna, una noche oscura, superó un montante, con la intención de tomar una línea recta a través del campo más familiar; pero en poco tiempo descubrió que había vuelto al montante nuevamente. En Oriente, la figura del texto es aún más expresiva. Las calles de las ciudades son estrechas, sin luz, mal cuidadas y especialmente oscuras por la noche, debido a los altos muros de las casas a ambos lados. La calzada a menudo tiene agujeros peligrosos, lugares blandos y lodosos y grandes piedras sueltas; y si un hombre quiere seguir su camino con seguridad, no solo debe tener una linterna, sino también sostenerla hasta los pies, para que su luz pueda guiar su próximo paso. Eso da sentido al texto. La Palabra de Dios no es solo una luz general para guiar nuestra ruta; Es algo a lo que debemos aferrarnos, por la dirección de cada paso en la vida que damos.

I. LA VIDA ES DEMASIADO PELIGROSA PARA QUE UN HOMBRE CONFÍE EN SU PROPIA VISTA. ¿Qué puede hacer un hombre con su vista en una oscura calle oriental en la noche? Puede tener la mejor vista, pero no le servirá en ese momento. "No es en el hombre que camina para dirigir sus pasos". La vida humana es oscura en relación con la experiencia humana. "No has ido por aquí hasta ahora". La vida humana está llena de peligros. Tales como afectan a todos y afectan a disposiciones particulares. Todo hombre corre peligro de ser tomado por sorpresa; tropezado por alguna piedra de ofensa; dolorido herido al deslizarse en un agujero de abandono. Algunos pueden manejar la vida mejor que otros; pero a la larga cada hombre es golpeado por la vida, si lo emprende él mismo.

II LOS PELIGROS DE LA VIDA SE PUEDEN PASAR CON SEGURIDAD CON LA AYUDA DE LA LÁMPARA DE DIOS. La Palabra de Dios es relativa a todas las posibles experiencias y peligros humanos. Su luz actúa de dos maneras.

1. Le da al hombre principios generales y fortaleza moral, para que esté preparado para cada prueba.

2. Ofrece consejos precisos que guían la conducta real en cada emergencia. Es la linterna sostenida cerca de los pies, para dirigir la siguiente pisada. La adaptación de la Palabra Divina a cada circunstancia y necesidad de un hombre es la sorpresa de la experiencia religiosa.

Salmo 119:106

Confirmando nuestras promesas cumpliéndolas.

"He jurado y estoy firmemente decidido" (Versión del libro de oración); "lo he confirmado" (versión revisada). No es suficiente que la luz brille en nuestro camino; Es necesario que fijemos firmemente nuestra mirada en la parte que ilumina la luz. La lámpara brilla en vano a menos que su soporte mire intensamente su brillo. "Jurado" aquí solo significa una resolución solemne conmigo mismo y promesas solemnes con Dios. Hay momentos en la vida de todo hombre bueno cuando toma decisiones nuevas y solemnes: año nuevo, cumpleaños, o convalecencia, o de rescate de repente peligro. Pero todo buen hombre sabe que a menudo se hacen por impulso y necesitan confirmación. Hay dos formas de confirmar las resoluciones.

I. AL RENOVAR LA RESOLUCIÓN DESPUÉS DE "CONTAR EL COSTO". Para ilustrar esto, tenemos la enseñanza de nuestro Señor. En un impulso repentino y no probado, un movimiento apasionado de sentimientos, muchos tomaron la decisión de convertirse en sus discípulos, y con gran entusiasmo se ofrecieron a él. ¡Qué bien conocía la naturaleza humana! El fuego que también de repente arde pronto se desvanece. Nuestro Señor no mostró entusiasmo por recibirlos. Incluso los reprimió con cierta frialdad, haciéndolos pensar en silencio sobre lo que estaban haciendo. Los haría "sentarse y contar el costo". No tendría a nadie ante una exclamación. Tendría a cualquiera que hubiera resuelto de nuevo en silencio. Esto debe recordarse en vista de las emocionantes misiones de nuestros días, que trabajan hacia una determinación impulsiva de convertirse en discípulos de Cristo. Eso puede ser bueno; pero solo es bueno cuando es seguido por una segunda resolución, hecha en silencio a la vista de las estimaciones reflexivas de todo el discipulado implica.

II HACIENDO ESFUERZOS INMEDIATOS PARA MANTENER LA RESOLUCIÓN. Nunca es seguro dejar una brecha entre la resolución de hacer algo y el esfuerzo para hacerlo. Esa brecha da tiempo para que el impulso se calme y para que otros intereses entren y llenen la mente y el corazón. Un hombre rara vez mantiene su resolución si pospone comenzar a mantenerla. Lo está llevando a cabo que mantiene viva la resolución y le permite continuar una fuerza moral. La rectitud del corazón y la rectitud de la vida van juntas y se ayudan mutuamente. Hacer lo que nos proponemos renueva el propósito, y trabaja pasando la resolución al principio de control constante.

Salmo 119:107

Vida del alma para cuerpos que sufren.

"Estoy preocupado por encima de la medida; avívame, Señor, según tu Palabra" (Versión del libro de oración). El punto aquí se puede ver mejor en un contraste. El apóstol Pablo tenía una enfermedad corporal severa, que él llama una "espina en la carne". Le rezó a Dios al respecto y le pidió que perdiera sus problemas; han cambiado sus circunstancias; que le quiten la "espina en la carne". El apóstol en esto estaba en un nivel más bajo que el salmista. Él también tuvo alguna forma seria de prueba corporal, o problemas temporales, que casi lo abrumaron; y él también llevó el asunto a Dios en oración. Pero no pidió ningún cambio en sus circunstancias; pidió ser acelerado, acelerado por el alma; estar tan lleno de vida Divina, y tan fuerte para el alma, que podría superar sus circunstancias, por muy angustiosas que sean. Y Dios tuvo que enseñarle al apóstol la lección que el salmista había aprendido siglos atrás. La respuesta de Dios a su oración fue: "Mi gracia es suficiente para ti. Mi fuerza se perfecciona en la debilidad". Poder para soportar es una mejor bendición divina que cualquier simple eliminación del sufrimiento de nuestros cuerpos. La maravilla de la influencia de nuestro Señor en los salones de juicio y el Calvario es la fuerza del alma que triunfó sobre las circunstancias.

I. LA VIDA DEL ALMA ES MEJOR QUE EL SUFRIMIENTO ALIVIO. Pero nos parece muy difícil de creer. Solo lo creemos cuando nos damos cuenta de que la idea de Dios para la vida de un hombre no es proporcionar un momento agradable, sino proporcionar una escena que se convertirá en una disciplina moral, a partir de la cual puede evolucionar el carácter espiritual. El sufrimiento tiene a la vista el carácter; y eliminar el sufrimiento puede ser lo peor que le puede pasar al hombre. El suspiro del uso Divino del sufrimiento para los fines más elevados se encuentra en la impartición de la fuerza del alma. Muestra que el sufrimiento es una bendición para nosotros.

II LA VIDA DEL ALMA REALMENTE COMBINA Y MAESTRA EL SUFRIMIENTO. Porque la medida real del sufrimiento es la medida del poder de soportar que tiene el que sufre. Algunos no pueden soportar nada; algunos pueden soportar cualquier cosa. En un momento podemos soportar lo que en otro abruma. Entonces, la fuerza para soportar, la vida del alma de plena confianza en Dios, en realidad nos eleva por encima de nuestros sufrimientos y los hace sentir, como el yugo de Cristo, es fácil y ligero.

Salmo 119:110

La Palabra de Dios es más segura para los tentados.

"Los impíos me han tendido una trampa; pero aun así no me desvié de tus mandamientos". Las tentaciones son a veces abiertas y manifiestas, y sabemos lo que estamos haciendo cuando nos resistimos a ellas. Pero a menudo son secretos y sutiles, y evidentemente no tenemos nada a lo que oponernos. Entonces nuestra seguridad depende de nuestra salud y vigor moral y espiritual, que de forma natural resiste la invasión de enfermedades espirituales. El secreto y el engaño de gran parte de nuestra tentación al mal lo indica el salmista que lo llama trampa. Se puede tomar una ilustración de nuestra relación física con las enfermedades infecciosas. Un hombre puede, en el camino de su deber, tener que ir donde hay enfermedades infecciosas. Luego, refuerza su voluntad a una resistencia positiva, por lo que está en gran medida protegido. Pero un hombre puede, en el curso normal de la vida, sin saberlo, estar sujeto a infección; entonces su seguridad depende absolutamente de la medida de su vitalidad. La fuerza vital es la resistencia a la enfermedad. El hongo crece en las partes de los árboles en los que la vida está decayendo. El salmista aquí declara que la voluntad resuelta y el esfuerzo persistente para guardar los mandamientos de Dios, habían demostrado ser un poder de salud moral y vida que lo había mantenido alejado de las tentaciones insidiosas que eran como trampas.

I. EL MAL NO PUEDE PONER SUS SNARES EN EL BUEN CAMINO DEL HOMBRE. En realidad no en el camino. La carretera de la santidad que Dios guarda, y hace un camino llano. Es un camino bien cuidado; él no permite obstrucciones y elimina todos los peligros. Si un hombre solo se mantiene en el camino de la justicia, su camino será claro, su vida será como la luz que "brilla más y más hasta el día perfecto". Es el camino angosto de Dios, y nadie ni nada puede poner obstáculos o trampas en él.

II EL MAL PUEDE PONER SUS ARMAS SOLO EN UN LADO DEL BUEN CAMINO DEL HOMBRE. Hay una línea que no puede pasar, pero coloca sus trampas tan cerca de la línea como sea posible. Están bien a la vista del hombre bueno, y siempre se disfrazan de la forma más atractiva. Pero el buen hombre debe desviarse un poco desde la derecha y pasar por encima de la línea, antes de que pueda caer en la trampa. El hombre está equivocado antes de cometer el error.

III. LA SEGURIDAD DEL BUEN HOMBRE MIENTE EN DIRECTO. Swerving es el peligro; mirar alrededor es el error. Conocemos la voluntad de Dios; entonces sigamos haciéndolo. "Deja que tus ojos miren directamente".

Salmo 119:112

Nuestro poder sobre nuestros propios corazones.

"He inclinado mi corazón". "El corazón pecaminoso correrá de cualquier manera: sobre las cosas terrenales, sobre las cosas malvadas, o sobre las cosas impertinentes e irrazonables; pero no llegará ni mantendrá lo que debería importarle; por lo tanto, debe ser tomado como por una mano fuerte, y se dedicó a las cosas espirituales, reflexionó y meditó sobre las cosas celestiales. El salmista tomó e inclinó su corazón, como una cosa que se inclina demasiado a otras cosas; se concentró en reflexionar sobre ello. Encontró su corazón y la Ley de Dios demasiado lejos, y así continuaría, a menos que los juntara y los hiciera uno. Si no hubiera llevado su corazón a la Palabra, nunca habría meditado; el objeto no puede aplicarse a la mente, pero la mente debe traerse a sí misma. para el objeto. Ningún deber sagrado vendrá a nosotros; debemos acudir a ellos ".

I. RECONOCEMOS NUESTRO PODER SOBRE NUESTRAS PROPIAS VIDAS. Decimos que un hombre puede hacer de su vida lo que le plazca. Puede establecer ante él normas y reglas de conducta, y obligar a sus acciones a cumplirlas. Su poder está dentro de las limitaciones, por lo que no siempre puede hacer las cosas que haría. Existen limitaciones derivadas de

(1) carácter natural, debilidad de la voluntad, etc .;

(2) entrenamiento mental y moral imperfecto;

(3) circunstancias obstaculizadoras;

(4) resistencia de otras voluntades.

Y, sin embargo, todo hombre sabe que el dominio que se le da al hombre en este mundo incluye, y de hecho alcanza, sus formas superiores en el dominio de su propia conducta y relaciones.

II NECESITAMOS RECONOCER NUESTRO PODER SOBRE NUESTROS PROPIOS CORAZONES. Debido a que un sentimiento vago crece fácilmente sobre nosotros de que nuestros corazones son la esfera solo de las operaciones Divinas, y que no podemos hacer nada con ellos, sino que debemos dejarlos completamente al Espíritu que mora en nosotros. Esto, sin embargo, es exagerar y tergiversar la verdad más vital y preciosa. Lo que no podemos hacer al inclinar y dar forma a nuestros corazones o afectos debería traer a la vista cuánto podemos hacer. Podemos ponernos en el camino de alimentar todos los buenos afectos y emociones. Podemos mantenernos fuera del camino de cosas que dignamente sesgarían u ocuparían nuestros corazones. Y podemos mantenernos siempre frescos en nuestras convicciones de que el poder que tenemos para inclinar nuestros propios corazones es el poder en el que descansa el poder de Dios, y a través del cual funciona su poder. — R.T.

Salmo 119:113

La ofensa del insincero.

"Los odio porque son de doble mente", hombres que "se detienen entre dos opiniones" (1 Reyes 18:2). "Quizás debemos pensar en aquellos entre los judíos que, por razones políticas, se inclinaban favorablemente hacia las costumbres e ideas extranjeras, y que no se unirían franca y valientemente con el partido nacional". Compare el "hombre de doble ánimo" de St. James (Santiago 1:8). El buen hombre tiene una repugnancia natural hacia el hombre de "dos caras". Se rebela de él. No puede confiar en él. Se aleja de él como de la serpiente, que es el tipo de sutileza en un sentido malo y peligroso. Cuando el Hombre ideal se movía de un lado a otro entre los hombres, esta característica del hombre bueno estaba más marcada en él. Era muy sensible a la falta de sinceridad; denunció enérgicamente al hipócrita; el hombre de dos caras siempre fue una ofensa insoportable para él.

I. LOS INSINCEROS SON UNA OFENSA PARA CADA HOMBRE. La autenticidad es la base de toda confianza humana. El intrigante socava la sociedad. Solo podemos tratar con nuestros semejantes suponiendo que son lo que parecen ser. El hogar, la amistad, los negocios, la sociedad, las naciones, las iglesias, todos están tan gravemente heridos por la influencia de los insinceros, que siempre están atentos a ellos. Para mantener una relación en este mundo, un hombre debe ser fiel a sí mismo.

II LOS INSINCEROS SON UNA OFENSA PARA EL BUEN HOMBRE. Todo lo que es característico del hombre se afila y se pule (se revuelve) al convertirse en un buen hombre. Y esto puede observarse especialmente en relación con la verdad y la veracidad. Aprehender y conocer a Dios es obtener una estimación de sinceridad más alta; porque "desea la verdad en las partes internas". Y esforzarse por vivir una vida santa es establecer y confirmar la verdad como la base del carácter y las relaciones; y el hombre de verdad requiere verdad en los demás. Y está ansioso por detectar y renunciar a esa falta de sinceridad casi inconsciente en la que caen los hombres cuyas vidas no se rigen por principios altos y nobles. Sus "permisos" son un delito para él.

III. LOS INSINCEROS SON UNA OFENSA PARA DIOS. Esto puede ilustrarse a partir de estudios de personajes del Antiguo Testamento, de Salmos, Proverbios y Profetas; pero más plenamente de las relaciones del Dios-Hombre, el Señor Jesús, con el hipócrita y el insincero (Mateo 23:1.). R.T.

Salmo 119:115

La influencia traviesa del desobediente.

"¡Fuera de mí, malvados!" (Versión del libro de oración). Si consideramos que el salmista representa a la nación que Israel se estableció nuevamente después del cautiverio, entonces el versículo expresa su determinación de purificarse de la levadura de la influencia del mal; del poder de todo aquel que, y todo lo que pueda ser, un obstáculo para el restablecimiento pleno y digno de la religión de Jehová. Podemos ampliar un poco esto para obtener un punto que nos brinde aplicaciones prácticas y útiles. Aquí hay una clara aprensión de la influencia maligna ejercida por los malvados, que despierta indignación e impulsa al salmista a decir vigorosamente: "¡Lejos de mí, malvados!" El hombre malvado, en opinión del salmista, es el hombre obstinado, que se niega a dar forma a su conducta por el gobierno, la ley y la voluntad de Dios. Y ese tipo de hombre se encuentra en todas las esferas de la asociación humana: en el hogar, el negocio, el círculo social, el Senado. Y donde quiera que esté el hombre, debe ser, un tramposo. ¿Cuál es la influencia traviesa que ejerce?

I. PRESENTA UN EJEMPLO MAL. Esto es familiar, pero se puede obtener un punto al demostrar que en cada esfera de la vida están los inmaduros, que son especialmente susceptibles a la influencia y que no pueden resistir el atractivo del malvado ejemplo. Por ejemplo, las dudas y cuestionamientos insidiosos de los malvados no tienen poder sobre los maduros, sino que afectan seriamente a los inmaduros.

II ROMPE LA UNIDAD DE LA EMPRESA. Él es siempre el otro, el objetor, el que tira hacia otro lado, quien quiere algo más. Él es el lastre de todo buen esfuerzo. Esto puede ilustrarse en relación con la oración unida. Ora en contra de la oración, y así evita la bendición que se promete a la unidad.

III. ÉL ESTÁ SOBRE LOS JUICIOS DE DIOS QUE AFECTAN A OTROS ADEMÁS DE ÉL. "Los impíos no quedarán impunes", pero no es posible, bajo las condiciones de la existencia humana, aislar el castigo al malhechor. Aquellos en asociación con él deben compartir los efectos del juicio (ver los casos de Acán, Coré, etc.). Las personas malvadas en la nueva nación judía podrían emitir juicios sobre la nación por sus acciones voluntarias. Por lo tanto, el salmista está ansioso por una separación clara y completa de ellos.

Salmo 119:116

Desconfianza de uno mismo.

"No me avergüences de mi esperanza". "Un hombre se avergonzaría de su esperanza si resultara que esto no se basa en una base segura". Pero aquí el salmista evidentemente expresa una especie de miedo a sí mismo. Tiene miedo de no avergonzarse de su esperanza, y por eso clama sinceramente a Dios para salvarlo de sí mismo.

I. AUTODISTRUS COMO UN SECRETO DEL PODER MORAL. Pertenece a la condición normal del hombre como criatura dependiente. Debería desconfiar de sí mismo; si no lo hace, no puede depender de un Poder más allá de sí mismo. Un hombre seguro de sí mismo está intentando ser algo que no es. Él está tratando de trascender su condición normal; y en la medida de su éxito se convierte en un ser antinatural. Él es una "ley en sí mismo", y que un ser creado nunca puede ser. Más allá de esto, una desconfianza en sí mismo dentro de los límites debidos es un elemento de poder moral, porque lo lleva a

(1) nunca actuar sin la debida consideración y cuidado;

(2) nunca actuar sin mirar y buscar la gracia y la ayuda de un poder superior.

Y el hombre es solo el ser moral que puede ser, y estaba destinado a ser, cuando es guiado internamente, movido, restringido, inspirado por el Dios que mora en el interior. El hombre normal dice: "No puedo, pero Dios puede a través de mí".

II La desconfianza como un debilitamiento del poder moral. Y esto es cuando es solo en un pequeño grado intelectual, y en un muy alto grado emocional. La desconfianza en uno mismo se convierte en un sentimentalismo peligroso en algunas formas de vida religiosa sectaria. Es exagerado el sentimiento de asumir que, en el asunto de la redención, o en el orden de la vida santa, Dios debe hacer todo y el hombre no puede hacer nada. Mientras la desconfianza en sí mismo esté lista para responder a lo que viene de su confianza en Dios, es saludable. Cuando la desconfianza se fomenta por la introspección, por el examen de sentimientos variables, o al intentar unir sentimientos con estándares humanos imposibles, no es saludable y se debilita por completo la fibra moral. La autoconfianza que hace a un hombre miserable e inactivo es, por su influencia, estampada como mala. La desconfianza en uno mismo que inspira confianza, la desconfianza en uno mismo que persiste en seguir cumpliendo con su deber activo, es saludable y bueno, honra a Dios y es esperanzador para el hombre.

Salmo 119:119, Salmo 119:120

Confianza en los juicios de Dios mezclados con miedos.

"Alejaste a todos los impíos de la tierra como escoria ... Mi carne tiembla por temor a ti". El buen hombre se ve afectado de diversas maneras por los juicios de Dios. No siempre está de humor para verlos correctamente. Se pretende que él sea influenciado por ellos. Es bueno recordar que los juicios divinos nunca agotan su misión de castigar la maldad, están diseñados para advertir a los incautos, y para asegurar la perplejidad del funcionamiento vivo del gran Vindicador. Pero la gente buena a veces hace mal uso de los juicios divinos. Lo hacen cuando exageran el juicio como una característica de la administración Divina. Lo hacen cuando se detienen en el sufrimiento físico que puede implicar el juicio, y prestan poca atención al propósito moral que está en el corazón de todo juicio Divino. Lo hacen cuando aprecian el temor de que los juicios divinos sean indiscriminados, al menos prácticamente, y barren a los justos con los malvados. Y cuando parece que, en un sentido corporal y temporal, el juicio de los impíos afecta a los justos, el hombre bueno está lleno de temores por temor a que sus calamidades corporales destruyan la confianza de su corazón en Dios. Hay calamidades humanas, como la enfermedad epidémica; calamidades naturales, como tormentas y hambrunas; y las calamidades nacionales, como la guerra y el pánico comercial, que el bien y el mal comparten, y todo depende de que el hombre bueno mantenga la actitud mental correcta en relación con tales cosas.

I. LO QUE VE EL BUEN HOMBRE. En algunos estados de ánimo, como el de Asaf, todo lo que puede ver es la prosperidad del malvado, y luego se siente tentado a cuestionar la justicia de los tratos divinos. En otros estados de ánimo, puede ver cuán corta es la atadura de los malvados y cuán ciertos y abrumadores son los juicios divinos. La dificultad es que la visión generalmente es tan descalificada; Es exclusivo y exagerado por un lado o por el otro.

II LO QUE SIENTE EL BUEN HOMBRE. Basado en lo que ve. Rara vez puede confiar en sus sentimientos, porque responden a las condiciones sensoriales y están tonificados de manera ineficiente por la voluntad santificada. Entonces, o siente que Dios lo estaba descuidando, o como si las circunstancias lo hubieran llevado. Entonces necesita la alegría de la Palabra de Dios.

Salmo 119:125

El clamor por discernimiento espiritual.

"Oh concédeme comprensión". Por este término se entiende a menudo ese discernimiento espiritual particular que es un poder especial del hombre espiritual, del hombre que mira "no a las cosas que se ven, sino a las cosas que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales; pero las cosas que no se ven son eternas ". Apenas es posible describir al hombre espiritual de manera más aguda o más sugestiva que lo que hace el apóstol Pablo en estas oraciones (2 Corintios 4:18). Al" comprender " se dice que significa "un conocimiento más profundo de la Ley y la dispensación de Dios", pero esto nos mantiene afuera, en la superficie de las cosas, y lo que el buen hombre quiere es el discernimiento interno de la relatividad de los consejos, advertencias, revelaciones y promesas divinas. , para sí mismo. Solo entendemos las cosas morales al discernir su relatividad. La conexión inmediata del versículo puede ser la demora del juicio de Dios sobre los malvados. El buen hombre a menudo se encuentra desconcertado para explicar los caminos de Dios con los malvados ". el corazón falla en su anhelo de una retribución rápida, "es nuestra propia enfermedad"; una concepción más completa de la mente de Dios eliminaría la perplejidad y la impaciencia ".

I. DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL COMO UNO DE LOS PODERES DE LA VIDA ESPIRITUAL. La vida divina en el hombre involucra dos cosas:

1. Un avivamiento de los poderes del alma que se han atenuado y amortiguado por el servicio al yo y al pecado.

2. Un otorgamiento de nuevos poderes, como fideicomisos (dones) para el ministerio al que está llamado el hombre renovado. El discernimiento espiritual es uno de los poderes naturales que se aceleran, se liberan de enredos y se ejercen. Pero es un poder cuyo vigor depende de la cultura general de la vida espiritual. Se desvanece y revive con la variación de nuestro estado de ánimo del alma. Entonces su renovación es un tema de oración.

II DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL COMO TRABAJO DEL ESPÍRITU INTERMEDIO. Esto nos lleva a la aprehensión cristiana del asunto. En el hombre renovado permanece el Espíritu Santo. Él hace su obra de gracia en nosotros a través de nuestras facultades. Estos y especialmente nuestro discernimiento espiritual, él se acelera en el poder.

Salmo 119:126

Anulando la Palabra de Dios.

"Porque han anulado tu ley". Lo hizo ineficaz. Ponlo a un lado, como si fuera una piedra imposible, cosa ineficaz. eso estaba muy bien como adorno, pero no tenía ningún uso real en este mundo laboral cotidiano. Hay muchos que todavía tratan la Palabra de Dios de esta manera. No se toman la molestia de negar sus afirmaciones, oponerse a sus demandas o dudar de sus enseñanzas; simplemente "lo desvían en una línea lateral", y a lo largo de la vía principal sus trenes van y vienen, sin prestar atención a la Palabra de Dios en el revestimiento, puede permanecer allí para siempre por todo lo que les importa, y al menos es seguro fuera del camino. Ellos "anulan la Ley de Dios". ¿Podemos exponer algunas de las formas en que esto se hace? Primero, sin embargo, es necesario presentar los reclamos de la Palabra de Dios para dirigir y controlar la vida del hombre. No es un simple almacén de excelentes sentimientos; Es un cuadro real, guía, asesor, de la conducta de un buen hombre. Debe tener una relación más cercana con la vida y la conducta. Y es precisamente esta demanda en su nombre a la que se resiste el hombre que viviría de acuerdo con los "dispositivos y deseos de su propio corazón". Quiere ser efectivo, él quiere que sea ineficaz.

I. LOS HOMBRES HACEN ANULAR LA LEY DE DIOS AL SIMPLEMENTE DESCONECTARLA. Y esta es la forma más exitosa. Se gana el final con el menor problema y no implica conflicto con la conciencia. La Biblia en el estante, solo espolvoreada, es lo suficientemente vacía. A nadie le hace bien ni mal.

II Los hombres anulan la ley de Dios al confundirla. Y esto lo hacen cuando lo emplean para reforzar sus opiniones sectarias; considérelo como un depósito de material para conflictos doctrinales y no como una guía para la vida práctica.

III. Los hombres anulan la ley de Dios arrojando dudas sobre ella. Tales dudas han surgido en todas las épocas, y solo adquieren una nueva forma para cada nueva era. La travesura de las dudas es que nos quitan el sentido de autoridad en la Palabra. Es el susurro perpetuo de la serpiente: "Sí, Dios ha dicho", a lo que la respuesta correcta es: "Sí, lo ha hecho".

IV. LOS HOMBRES ANULAN LA LEY DE DIOS AL NO HACER LO QUE SE ENCUENTRA. La prueba del tratamiento correcto de la Palabra de Dios es la obediencia. "Seguramente en vano lo hizo, la pluma de los escribas es en vano", si los hombres escuchan y no escuchan; saber y no obedecer. Para ellos, la Ley es nula.

Salmo 119:128

El tratamiento voluntario de la Palabra de Dios.

"Por lo tanto, sostengo todos tus mandamientos" (versión del libro de oración). "En la palabra 'por lo tanto' hay una belleza peculiar. La violación de la Ley de Dios por parte de los malvados solo pone de manifiesto más intensamente en sus siervos el sentido de su preciosidad y el entusiasmo de la devoción a ella". No es tanto la maldad de los malvados lo que está en la mente del salmista, sino las formas incorrectas e indignas en las que tuercen y cambian la Palabra de Dios, de modo que excusen su maldad o parezcan no tener nada que ver con eso. Él "odia cada camino falso", cada forma de tratar con el camino de Dios que no es genuino y directo; y por sí mismo persistirá en "retener" todos los comandos de fusión, tratando honesta y sinceramente con ellos.

I. LA AUTO-VOLUNTAD SELECCIONA DE LA PALABRA DE DIOS LO QUE SE ADAPTA. Es cierto que cada uno hace y debe seleccionar de la Palabra de Dios lo que es más útil; y que todos los lectores de la Biblia encuentran útiles diferentes partes y porciones en diferentes estados de ánimo y circunstancias. La Biblia de cada individuo es un libro mucho más pequeño que la Biblia que Dios ha provisto para el mundo. Pero el buen hombre

(1) reconoce el valor y la autoridad de todos;

(2) busca la relatividad a sus necesidades espirituales pasajeras; y

(3) depende de la iluminación Divina y la guía de las partes que encuentra; dándoles la debida atención, les guste o no.

El hombre obstinado saca solo lo que le gusta o lo que servirá para sus fines, y en consecuencia su Biblia es suya; No es de Dios.

II La voluntad propia se distorsiona incluso lo que obtiene. Solo la mente sincera que honra a Dios ve en la Palabra lo que Dios puso allí. Si un hombre aporta sus propias ideas a la Palabra, buscando en ella lo que quiere encontrar, el simple lenguaje tomará forma fácilmente para satisfacerlo. Él afirmará en voz alta lo que dice, en total indiferencia a lo que significa. Esta distorsión obstinada de la Palabra de Dios para apoyar ideas doctrinales preconcebidas es la base traicionera sobre la que descansa todo sectarismo. Pero es más importante reprender la distorsión de la Palabra de Dios que se hace para apoyar la injusticia práctica. Incluso se hizo ministro y excusador del pecado del hombre.

Salmo 119:129

Altas estimaciones de la Palabra de Dios.

"Tus testimonios son maravillosos". El resumen del Dr. Barry de esta sección es sugerente. "La nota clave de esta sección meditativa se encuentra en las primeras palabras. La dispensación de Dios es maravillosa: 'Como el cielo es más alto que la tierra, así son sus caminos más altos que los nuestros'. Su Palabra da luz solo a la fe simple (Salmo 119:130); satisface solo a quienes la anhelan y la aman (Salmo 119:131, Salmo 119:132); salva de la opresión solo a aquellos que descansan en su promesa y están dispuestos a ser enseñados (Salmo 119:133-19); para aquellos que no cederán sus corazones a eso, no hay salvación; sobre ellos solo podemos llorar (Salmo 119:136) ". S T. Coleridge dice: "Todo conocimiento comienza y termina con asombro; la primera maravilla es hija de la ignorancia; la última maravilla, el padre de la adoración". Las Escrituras son "maravillosas" con respecto a

(1) la materia que contienen;

(2) la manera en que están escritos; y

(3) los efectos que producen.

El siguiente esbozo es de T. Manton: maravilloso

(1) en su majestad y compostura; que reverencia los corazones de aquellos que lo consideran.

(2) Son maravillosos por la cuestión y la profundidad del misterio, que no se puede encontrar en ningún otro lugar, en relación con Dios y Cristo, la creación del mundo, las almas de los hombres y su condición inmortal y eterna, la caída del hombre, etc. .

(3) Son maravillosos por su pureza y perfección. El Decálogo en diez palabras comprende todo el deber del hombre, y alcanza al alma misma, y ​​todos los movimientos del corazón.

(4) Son maravillosos para la armonía y el consentimiento de todas las partes. Toda religión es de una pieza, y una parte no interfiere con otra, sino que conspira para promover el gran fin de la sujeción de la criatura a Dios.

(5) Son maravillosos por el poder de ellos. Hay un poder poderoso que va junto con la Palabra de Dios, y asombra los corazones de aquellos que lo consideran y lo sienten. Maravilloso, como término, hace mucho más que expresar admiración y aprecio. Implica lo inusual; Lo que se aplica es diferente de lo que esperábamos. Y lo contrario sugiere una fuente más elevada y Divina. Lo maravilloso es lo sobrenatural. — R.T.

Salmo 119:133

Dios prácticamente aplica su propia Palabra.

"Ordena mis pasos en tu Palabra". Parecería como si el salmista le pidiera a Dios que haga lo que debe hacer por sí mismo. Ordenar pasos, dar forma a la conducta, es asunto de un hombre. Pero eso es perder el punto del salmista. Sabía bastante bien que Dios solo trabaja con un hombre; y que Dios no ordenará los pasos de nadie a menos que el hombre esté ordenando los suyos. No es extravagante ver en la súplica del salmista una anticipación de la verdad más elevada del cristianismo, que Dios, como Dios viviente, está realmente en su Palabra y está trabajando en su obra. Dios estaba en Cristo, usando para la redención del hombre su manifestación humana. Cristo, resucitado, vivo, espiritual, está realmente en su evangelio, como se proclama a los hombres, usándolo para llevar a cabo su misión redentora. En esto no tenemos sino el desarrollo, el desarrollo de lo que ha sido la verdad acerca de la Palabra de Dios a lo largo de los siglos. De cualquier forma que haya llegado a los hombres, ha sido inseparable de Dios. Dios ha estado en eso. Siempre nos equivocamos cuando tratamos de hacer dos cosas: la Palabra de Dios y Dios. La Palabra es un ser vivo, y su vida es Dios. Luego, cuando el salmista busca ansiosamente los consejos de la Palabra para guiar su conducta, con la intención más decidida de moldear su conducta por lo que descubre que es la voluntad de Dios, puede rezar sinceramente la oración de este texto, por Dios está en la Palabra, preparado para hacer todas las aplicaciones debidas de ella, en la vida que se le abre libre y completamente. Cuando el hombre genuino toma la Palabra de Dios en su mente y corazón, acepta a Dios, y por lo tanto no solo tiene conocimiento, sino conocimiento y poder. Él sabe lo que debe hacer; siente lo que quiere hacer; pero más allá de esto, se da cuenta de lo que puede hacer. Dios no es un ser distante que comunica una regla para su guía. Dios está con él, y en él, preparado para ordenar sus pasos, para ayudarlo a ordenar sus pasos según la regla.

Salmo 119:134

Libertad para ser justos.

El tono de todo este salmo es el de un hombre que está en algún tipo de esclavitud a su prójimo, ya sea material, mental o moral. Puede reflejar el sentimiento del exilio en Babilonia; pero tal vez refleja mejor el sentimiento del exilio restaurado, cuyos esfuerzos por resucitar a la nación y la religión israelitas fueron tan diversamente opuestos por los reinos vecinos y los partidos políticos. El exilio restaurado, debido a su alegría en su libertad recién descubierta, sintió aún más profundamente la forma en que fue controlado y obstaculizado por nuevas formas de "opresión del hombre". Y fiel a los instintos judíos, vio la opresión principalmente como un obstáculo para su esperanza de restaurar la adoración a Jehová.

I. EL VALOR DE LA LIBERTAD DEPENDE DEL USO QUE HACEMOS DE ELLA. Es mejor que un niño no sea libre, porque no sabe qué hacer con la libertad. Gradualmente gana la libertad a medida que gana el control de sí mismo y el control de sus circunstancias. Algunos hombres nunca pueden ser libres. No son dueños de sí mismos lo suficiente como para tener una confianza tan seria. La libertad es un deseo apasionado de la humanidad en todas partes y en todas sus etapas. Es un regalo de Dios para el hombre, y su derecho inalienable. Y sin embargo, con esta pasión por su propia libertad, existe otra pasión por mantener a su hermano atado. El hombre usaría su libertad para quitarle la de su hermano; o para satisfacer su naturaleza animal inferior. Hay dignidad y peligro en la libertad mental y en la libertad moral. Dependen del uso que hagamos de la confianza.

II UTILIZAMOS NUESTRA LIBERTAD CORRECTAMENTE SOLO CUANDO PONEMOS NOSOTROS MISMOS EN BONOS. El salmista quiere su libertad para poder mantener los preceptos de Dios. La libertad para el hombre no es más que una licencia cuando es simple libertad de restricción. Es una cosa noble anti inteligente solo cuando un hombre la usa para fijar reglas para sí mismo o para ponerse en la regla Divina. Los hombres piensan que la libertad es deshacerse de las restricciones de la justicia, para que puedan hacer lo que quieran. Pero la verdadera libertad, la única libertad que un hombre puede desear y que considera correctamente la vida, es deshacerse de las restricciones del mal, la voluntad propia y el placer propio, para que pueda ser libre de hacer lo que Dios le gusta. Quiere que la libertad sea justa.-R.T.

Salmo 119:135

La cara brillante.

La expresión es claramente figurativa, y la idea es sugerida por la vida en la corte. Los cortesanos observan la expresión en el semblante de su rey. El signo de su favor y aceptación se da en su rostro brillante, sonriente y "brillante". Si no están a favor, lo saben por la mirada oscura en su rostro. Es una peculiaridad de la vida oriental que un maestro le diga lo menos posible a su sirviente, y espera que ese sirviente observe todos sus movimientos, interprete cada cambio en su rostro y haga todo por él sin decir una palabra. Y los sirvientes orientales adquieren una habilidad maravillosa para comprender así los deseos de sus amos.

I. LA CARA BRILLANTE DE DIOS ES LA SEÑAL DEL FAVOR DIVINO. El rostro de Dios se menciona constantemente en el Antiguo Testamento. Darle la espalda a una persona es mostrarse enojado con él. Girar la cara hacia una persona es mostrarse favorable a sí mismo. "Tú escondiste tu rostro, y yo estaba preocupado". "Señor, levanta la luz de tu rostro sobre nosotros". "Ningún hombre ha visto a Dios en ningún momento". Todo lo que el hombre ha tenido, o puede tener, es una presencia espiritualmente realizada. Y si nuestros sentidos espirituales están debidamente cultivados, no necesitamos la ayuda de las apariencias corporales. Las aprensiones del alma se vuelven reales y satisfactorias. Y se trata de esto con nosotros: Dios nos da el sentimiento interno, la seguridad de su divino favor y aceptación, y queremos expresar lo que sentimos, y el lenguaje simple y prosaico no nos satisface, por eso lo llamamos "el resplandor de su rostro sobre nosotros ". Pero, ¿qué debemos ser para que el rostro de Dios brille sobre nosotros?

II LA CARA BRILLANTE DE DIOS ES LA INSPIRACIÓN AL NOBLE ENDEAVOR. Puede haber algunos que nunca puedan hacer lo correcto y lo bueno a menos que los amenacen y los azoten. Pero los hombres de mejor naturaleza responden a la aprobación y aliento. Su inspiración es la sonrisa de su maestro. La alabanza amable, la palabra alegre, una aprobación amorosa, sacará lo mejor de un hombre. El buen hombre hará cualquier cosa por el que lo trata con amabilidad y confianza. Deje que la brillante cara de Dios esté sobre nosotros, y es nuestra alegría hacer su voluntad.

Salmo 119:137

Descansa en la justicia de Dios.

"El alma se refugia en el sentido de la eternidad de la justicia, tanto contra todo olvido transitorio y negación de ella, como contra todo desprecio y persecución de los que la aman. La Ley es 'correcta para siempre'; su justicia debe brillar al final ". "La letra inicial con la que comienza cada versículo (de esta sección) es el hebreo tz, y la palabra clave es" pureza ". La expresión" Justo eres tú, oh Jehová ", debemos expresar diciendo:" Ideal , o la justicia estándar o absoluta eres tú ".

I. LA JUSTICIA ES CONCEBIBLE. El hombre puede crear en su mente la idea del derecho absoluto: la línea recta moral. Pero esto sugiere una dificultad filosófica. ¿Es una idea innata o depende del conocimiento adquirido? ¿Puede el hombre saber bien sin saber mal? ¿Puede el hombre concebir el derecho perfecto sin un estándar revelado? El hombre tiene el poder mental de concebir la realización. No importa con lo que trate, puede pensarlo en un estado perfecto. Y este poder se puede aplicar a las cosas morales; él puede concebir completa rectitud. Pero el hecho debe ser notado, que el hombre no puede pensar sin usar los materiales provistos por la revelación de Dios en la naturaleza y en su propia naturaleza. El hombre no sabe nada de sí mismo, del mundo o de Dios, salvo a través de las revelaciones hechas a él, que son los materiales necesarios de su pensamiento. Dios lo ayuda a concebir la justicia.

II LA JUSTICIA SE CONCEBE COMO PERSONAL. Un filósofo puede concebir tal perfección de la moral como puede llamar "justicia", pero su concepción es absolutamente ineficaz para él. Se encuentra totalmente fuera del hombre mismo. La idea debe estar asociada con una persona, y la persona debe ser parecida a la persona que tiene la idea, o no puede ser poder. La perfección absoluta en la moral, o la justicia, asociada con una persona que tiene parentesco con el hombre, es Dios. "Justo eres tú, oh Jehová".

III. UNA PERSONA JUSTA PUEDE SER EL RESTO DEL ALMA. Porque la justicia deja de ser algo abstracto. Se vuelve relativo. La persona puede tener un interés personal en hacernos lo que es. "El Eterno, que hace justicia" - R.T.

Salmo 119:141

Autoestimaciones.

"Soy pequeño y no tengo reputación". Se señala que estas palabras son muy adecuadas para la lucha del Israel del Retorno, que tanto despreciaron los reinos circundantes, y tuvieron que mantener una lucha tan prolongada con las potencias orientales. Pero podemos tomarlo como una revelación notable de una de las debilidades de la naturaleza humana. Precisamente, lo que los hombres nunca pueden hacer sabia y dignamente es "estimarse a sí mismos", evaluar su propia condición moral. La imperfección o exageración se adhiere a todas las autoestimaciones.

I. LOS AUTOESTIMADOS DEL HOMBRE MUNDIAL. Excepto con la hipocresía de un Pecksniff o un Uriah Heep, el hombre mundano nunca habla como nuestro texto. Si se siente pequeño, nunca le dice a nadie lo que siente. Se aprovecha al máximo de sí mismo y está demasiado listo para ver una fuerza y ​​una bondad que realmente no existen. Pero es, quizás, más cierto decir que una autoestima completa que un hombre nunca hace, porque no tiene en cuenta su condición moral y espiritual. Y un hombre es, antes que nada, un ser moral. Y también porque no tiene un estándar adecuado para juzgarse a sí mismo. No puede sino hacerse una ley, juzgarse a sí mismo; y él no puede llegar a ninguna conclusión sabia o digna de esa manera. "Si un emmet puede entrometerse en sí mismo, podría maravillarse de su propia anatomía. Pero déjelo mirar en las águilas para discernir qué tan malo es una cosa" (Tapper).

II LOS AUTOESTIMADOS DEL HOMBRE DIOSO. Siempre existe el grave peligro de que se equivoque por el lado de la depreciación indebida. El buen hombre suele temer a medias su bondad. Su vida religiosa comienza con una profunda sensación de pecado e impotencia. Se considera a sí mismo como un monumento de la gracia. Quiere mantener una dependencia absoluta de Dios y, por lo tanto, teme gravemente a toda forma de confianza en sí mismo. No se atreve a "pensar en sí mismo más de lo que debería pensar", por lo que su pensamiento es incompleto, exagerado por un lado. Y existe un peligro adicional asociado con secciones particulares de profesiones religiosas. Se asume que Dios es honrado y complacido por la auto-degradación del hombre, e incluso la auto-degradación; y los hombres piensan que es piadoso "escribir cosas amargas contra ellos mismos". Pero Dios siempre quiere verdad y sinceridad. Y no es verdad ni sinceridad decir que somos "pequeños y sin reputación" cuando, de hecho, no lo somos.

Salmo 119:142

Justicia integral.

"Tu justicia es una justicia eterna". El salmista usa la palabra "eterno" de manera figurativa. Nunca se tomaría la molestia de decir algo tan pequeño, y de hecho tan innecesario, que la justicia de Dios duraría para siempre. Eso es un truismo. Toda justicia, de Dios y del hombre, dura para siempre: no puede hacer nada más. No hay fuerzas que puedan detenerlo o matarlo. La bondad es eterna en su propia naturaleza. Y la eternidad es solo una de las cualidades o atributos de la justicia; pero en vista de las limitaciones del lenguaje humano, puede usarse para representar todas las cualidades del lenguaje; o, como lo hemos expresado, la justicia eterna puede representar la justicia completa y completa.

I. LA JUSTICIA GLOBAL ES LA JUSTICIA DE DIOS. Esto es cierto no solo de esa idea abstracta de justicia que conectamos con Dios, sino también de esa idea práctica de justicia que concierne a sus relaciones con los hombres y su trato con ellos. "¿No hará bien el juez de toda la tierra?" Encuentra a Dios donde puedas, él siempre está haciendo lo correcto. Nunca lo tomas desprevenido; nunca lo encuentras debajo de sí mismo. Su justicia es siempre una justicia, y "siempre" incluye "eterno", pero sugiere mucho más que "eterno". Pensamos en el hombre como un ser dual, que tiene una vida interna de pensamiento y sentimiento, y una vida externa de acción y relación. Como el hombre está hecho a imagen de Dios, podemos pensar que la justicia de Dios se incluye a sí mismo y a sus acciones. No hay ningún tipo de armonía descendente, sino justicia en todos los sentidos. Una justicia que nunca falla.

II LA JUSTICIA GLOBAL ES LA JUSTICIA DEL HOMBRE. ¿Puede el hombre estar satisfecho con la seguridad de que la justicia que obtendrá durará para siempre? ¿No debe decir: "Estoy: bastante dispuesto a dejar eso, si solo puedo estar seguro de la calidad de la justicia"? El hombre que quiere una justicia presente y debe tener una completa, solo gana lo que digno de recibir el sello eterno. La justicia general es la concepción más sublime que un hombre puede formar. Incluye el pensamiento correcto, la buena voluntad, el sentimiento correcto, la actuación correcta. La justicia interna. Las relaciones correctas. maravilloso y hermoso como el que se encuentra en las frutas de otoño. — RT

Salmo 119:147

La súplica de los orantes.

El salmista estaba tan concentrado en la meditación y la oración devotas que se levantó antes del amanecer con ese propósito. Y en su oración suplicó su confianza. "Esperaba tu Palabra". Es como si hubiera dicho: "Confié en ti, seguramente responderás a mi confianza". Hay dos grandes súplicas que el hombre puede usar cuando se acerca a Dios en oración: la promesa de Dios, su propia confianza. Y ambos son súplicas poderosas y prevalecientes con Dios.

I. LA CONFIANZA SORTEA EL RESTO DE CADA HOMBRE. Es quizás la más poderosa de todas las fuerzas morales. El padre obtiene lo mejor del niño al confiar en él; y el niño obtiene lo mejor de los padres confiando en ellos. En las relaciones comerciales comunes, el hombre entusiasta, que no confía en nadie, está mal atendido; el hombre que confía en sus compañeros es engañado ocasionalmente, pero generalmente recibe la mejor atención, los mejores bienes y los mejores servicios. El maestro que confía en sus sirvientes y empleados los pone en su temple y asegura lo mejor de su energía y devoción. Muestra poca o ninguna confianza en tus semejantes, y todo lo que puedes obtener de ellos es trabajo pesado. A menudo se observa cómo las posiciones de confianza desarrollan rápidamente los poderes de un hombre. Sería un mundo lleno de personajes pobres si no fuera por el poder ennoblecedor de la confianza mutua. La sociedad se basa en la confianza mutua.

II LA CONFIANZA SACA LAS RESPUESTAS MÁS GRACIOSAS DE DIOS. "Porque él ha puesto su amor sobre mí, por lo tanto, lo libraré".

1. Dios debe ser considerado como un Padre, y sus relaciones con nosotros deben entenderse a través de nuestra paternidad; y hemos sugerido qué maravillas funciona la confianza infantil en la vida familiar.

2. Dios debe ser considerado como un Maestro; y hemos visto qué respuesta da el trabajador a la confianza del maestro, y el maestro a la confianza del trabajador.

3. Dios debe ser considerado como un Rey; y sabemos cómo se conmueve cuando alguien confía en su Palabra de gracia. No es más que usar un lenguaje humano imperfecto, basado en analogías humanas, si decimos: "¿Tomaríamos a Dios en su mejor momento?" Entonces debemos confiar plenamente en él, confiar absolutamente en él, aceptar su palabra, comprometernos con él. Esta es nuestra súplica predominante: "He esperado en tu Palabra".

Salmo 119:148

La utilidad de la meditación.

"Mis ojos impiden las vigilias nocturnas". "Prevenir" se usa aquí en el sentido de "anticipar". Cuando llegan las vigilias nocturnas, está completamente despierto; no deja que interrumpan sus meditaciones por su demanda de sueño. No es tomado desprevenido. Según el pensamiento del salmista, la mañana es el momento adecuado para las resoluciones serias, y la tarde es el momento para la meditación tranquila. La meditación se puede entender cuando se compara con el estudio. El estudio trata de algo fuera de la mente y se le presenta. La meditación se ocupa de los contenidos de la mente misma y de lo que puede sugerir el Espíritu interior. Un panorama de los contenidos de nuestra mente se mueve continuamente ante nosotros. Por lo general, seleccionamos rápidamente para satisfacer la necesidad del momento, de acuerdo con las leyes mentales de asociación. En la meditación, dejamos que el panorama se mueva más lentamente, preste más atención a sus variados contenidos, finalice, descubra y disfrute mucho de lo que generalmente escapa a la atención. Aplica esto al panorama de nuestro conocimiento de la Palabra de Dios, y tenemos meditación religiosa.

I. LA MEDITACIÓN NOS AYUDA AL HACERNOS SABER MÁS. Ilustra la diferencia entre el turista que se apresura a través de paisajes encantadores, obteniendo no más que impresiones generales, y el turista que se demora un tiempo en un lugar, descubriendo encantos cada vez más frescos y viendo todo hermoso en nuevos ambientes y ambientes. El hombre que solo lee la Palabra de Dios puede saber mucho, pero el hombre que medita en silencio en él sabe más.

II La meditación nos ayuda al hacernos conocer mejor. Ilustrar por el alcance estéreo. Solo míralo y no podrás ver nada inusual. Mire fijamente, en silencio, y todo en la imagen parece tener lugar y relación. Te das cuenta de vistas y distancias, y se revela todo el encanto. La Palabra de Dios tiene poco que dar en respuesta a una simple mirada; todas sus mejores cosas se ven cuando el alma está lo suficientemente callada como para fijar su mirada y mirar larga y amorosamente.

Salmo 119:149

El grito por más.

La versión revisada tiene una nota marginal que sugiere: "Apúntame, oh Señor, como eres habitualmente"; pero esto también se da en la versión del libro de oración, y para Per. 156. El punto sugerido es que cuando un alma ha recibido la bendición espiritual de Dios, nunca puede ser satisfecha a menos que esa bendición se renueve. O, para decirlo de otra manera, el buen hombre puede regocijarse de corazón en el pasado amable, pero no puede estar satisfecho con lo que ha sido o con lo que ha tenido: siempre quiere que el pasado se convierta en el presente.

I. UN HOMBRE PUEDE SALVAR UNA SOLA BENDICIÓN DE DIOS. Estamos acostumbrados a pensar que la "aceleración" es un acto divino único y decir: "Debéis nacer de lo alto". Y si por acelerar nos referimos a la impartición de una nueva vida, esa debe ser una sola bendición. Pero una vida existente puede necesitar reactivarse; y en ese sentido la bendición puede ser renovada. La vida está llena de bendiciones individuales de Dios, y estas pueden ocupar indebidamente nuestra atención. Realmente son las únicas indicaciones de las bendiciones que nos acompañan todos los días en la vida. Son como los milagros de Jesús, que muestran lo que el Padre Dios está haciendo por nosotros, en sanidad y provisión, todos los días.

II UN HOMBRE PUEDE TENER BENDICIONES CONTINUAS DE DIOS. Si podemos usar un lenguaje que se aplique correctamente solo al hombre, podemos decir que Dios se acostumbra a bendecirnos con sus aptitudes diarias. Él nos bendice como solía hacer. Hay una base de confianza en esto. Dios en la vida del alma es como Dios en la naturaleza. Él está haciendo que su sol salga día a día de tal manera que hemos llegado a depender de él. Pero hay un lado de peligro en esto para nosotros. La regularidad de Dios en la bendición nos hace establecer un reclamo o perder el reconocimiento de la mano de Dios. A veces tiene que romper la continuidad para llamar nuestra atención.

III. UN HOMBRE PUEDE TENER PRESENTE BENDICIONES DE DIOS. Es decir, bendiciones reconocidas como presentes; el alma despierta para observar que están presentes y, por lo tanto, responde directamente a ellos. Cuando el alma quiere más, está preparada para reconocer la gracia vivificante de Dios con ella hoy. Lo que Dios ha hecho, y lo que Dios generalmente hace, no es suficiente. El alma no puede descansar a menos que sepa y sienta lo que Dios está haciendo.

Salmo 119:153

Condiciones más allá de la autoayuda.

"Oh, considera mi adversidad y líbrame". Claramente, la adversidad es tal que el salmista siente que no puede liberarse. Por lo tanto, le suplica a Dios que lo libere. Algunas de las pruebas y aflicciones de la vida están al alcance y control del hombre, si tiene la ayuda de Dios. Pero hay algunas formas de adversidad que le dan al hombre una abrumadora sensación de impotencia. Luego, si es un buen hombre, se compromete absolutamente con su caso ante Dios y busca la intervención divina en su nombre. Ilustrar por la impotencia de Israel a orillas del Mar Rojo. Luego se les ordenó "Quédense quietos y vean la salvación de Jehová". Sin embargo, los hombres a menudo confunden seriamente si piden intervención Divina cuando lo que realmente necesitan es ayuda Divina; no es que Dios deba hacer por ellos, sino que les permita hacerlo. Aplica esto a la liberación del alma del pecado. Aquí el hombre está indefenso. "Dios debe salvar, y solo Dios". Pero, por lo general, el hombre salvado debe unir su trabajo y su dependencia de Dios en todo esfuerzo por vivir la vida santa. Solo ocasionalmente tiene que dejar sus herramientas y esperar absolutamente mientras Dios trabaja para él. El peregrino de Bunyan solo una vez en su viaje tuvo que dejar sus armas y lanzarse a "Oración total". Es un sentimiento sectario débil que exagera la impotencia y piensa así en honrar a Dios. Aquí el salmista muestra su ansiedad mediante dos peticiones.

I. "CONSIDERA MI AFLICCIÓN". Él quiere que Dios lo considere, lo calcule, vea lo que realmente es, lo que implica y lo que necesita, porque siente la facilidad con la que podría malinterpretarlo. Puede que en realidad no sea tan grave como él pensaba. Podría leerlo tan fácilmente a través de su sentimiento en lugar de a través de su juicio. Entonces, quiere que Dios lo tome en consideración y descubra qué se puede hacer mejor con él. ¿No era esto lo que San Pablo quería cuando oraba por su "espina"?

II "LÍBRAME." Si Dios considerara el asunto, estaba seguro de que inventaría la forma más sabia de liberación. Se contentaría con cualquier forma de liberación que Dios considerara mejor. "Ayúdame a hacerlo, Señor, o hazlo tú mismo".

Salmo 119:155

Salvación para los dispuestos obedientemente.

"La salvación está lejos de los impíos". ¿Por qué Dios no puede salvar al hombre malo contra su voluntad? Porque

(1) tal salvación no le haría bien al malvado; y

(2) porque cuando Dios salva a un hombre, lo que salva es su mala voluntad. Por lo tanto, la primera condición absoluta de la salvación debe ser necesariamente el "arrepentimiento". Y esta verdad tiene su aplicación adicional en la vida del hombre salvado, que siempre necesita la salvación de Dios. No puede tenerlos si es obstinado y rebelde. Solo pueden venir si él mantiene el espíritu de filiación y está "dispuesto obedientemente".

I. LA SALVACIÓN ESTÁ LEJOS DE LOS VOLUNTARIOS. Es, y debe ser necesariamente. Ilustrar con el papel que recibirá la fotografía: debe estar en un estado preparado. El hombre voluntario no quiere la salvación. No tiene intención de responder a eso. La salvación de Dios es siempre una obra en el hombre mismo, no en sus circunstancias. El padre, en la parábola del hijo pródigo, no podía hacer nada por su hijo, siempre y cuando mantuviera su mente obstinada. La esperanza para él amaneció cuando "volvió en sí". Entonces la penitencia es la puerta de la salvación. Ningún hombre puede tener la salvación del alma de Dios hasta que sienta que la necesita y la quiere. No puede haber desperdicio en los tratos espirituales de Dios; y sería un desperdicio dar la salvación a un hombre al que no le importó el regalo y no lo devolvería.

II LA SALVACIÓN ESTÁ CERCA DE LA DISPUESTA Y OBEDIENTE. Estos representan la actitud y el estado de ánimo con los que Dios puede trabajar. Que un hombre quiera obedecer, Dios lo ayudará a obedecer. Deje que un hombre quiera liberarse del pecado, y Dios lo librará y lo salvará del pecado. Que un hombre esté en cualquier tipo de discapacidad y angustia, si es un hijo de Dios y aprecia el espíritu de filiación, puede estar seguro de la liberación del Padre. Entonces, la preservación de actitudes y estados de ánimo correctos del alma guarda una relación directa con el funcionamiento del Divine Libertador en nuestras vidas. — R.T.

Salmo 119:159

La obediencia inspirada en el amor.

El salmista "amaba los preceptos de Dios. Hay muchos que tienen un lado cálido hacia las promesas, pero en cuanto a los preceptos no pueden soportarlas. El salmista amaba tanto todo lo que era bueno y excelente, que amaba todo lo que Dios había ordenado. Los preceptos son todos sabios y santos, por lo tanto, el hombre de Dios los amaba extremadamente, amaba conocerlos, pensar en ellos, proclamarlos y principalmente practicarlos ". De hecho, ¿qué puede, y qué hace realmente, inspirar obediencia en las relaciones de la vida?

I. EL PATRIOTISMO PUEDE INSPIRAR LA OBEDIENCIA. Hay un sentimiento que posee a los soldados de un ejército, que llamamos "patriotismo", aunque representa mal ese término, y que hace del soldado un modelo estricto, exacto, incuestionable, pero, en gran medida, poco inteligente, obediencia. Hay sentimientos de respuesta, en la esfera religiosa, que tienen poderes similares y no superiores de obediencia inspiradora. Nos llevan a la obediencia como una gran ola lleva un bote sobre la barra.

II EL MIEDO PUEDE INSPIRAR LA OBEDIENCIA. De este principio, los animales son, en su mayor parte, entrenados para obedecer. Y el miedo es efectivo en los hombres solo en la medida en que el animal en ellos es entrenado y el espiritual no desarrollado. El miedo tiene su influencia moral, al menos en sus formas más groseras, en aquellos que ocupan posiciones bajas y serviles en la sociedad. Cultivar a un hombre, y una cosa que haces es liberarlo del miedo.

III. EL DERECHO PUEDE INSPIRAR LA OBEDIENCIA. La relación implica deber; y la obligación crea deber. Y el hombre es un ser superior a medida que el sentido del deber crece en él. Pero cierta dureza, autocontrol, caracteriza toda obediencia inspirada solo por el deber. El hombre hace lo que debe hacer.

IV. EL AMOR PUEDE INSPIRAR LA OBEDIENCIA. Entonces el hombre está en la obediencia. Su sentimiento corre tan bien como su voluntad. Todo el hombre es llevado al servicio. No hay resistencias para ocasionar angustia. Al obedecer, el hombre tiene la alegría de hacer exactamente lo que desea hacer.

Salmo 119:162

Encontrar botín.

El contraste sugerido es entre los posibles objetivos que un hombre puede establecer ante él. Es posible que desee obtener éxito material, riqueza, fama, posición, cosas que el salmista satiriza hábilmente llamándolas "botín". Tal vez quiera ganarse esa cultura personal, ese perfeccionamiento del carácter, que es el verdadero fin de la vida, y que la Palabra de Dios es la agencia suprema para alcanzar. "Las ganancias obtenidas al buscar las Escrituras son mucho mayores que los trofeos o botines de guerra".

I. LA ALEGRÍA DE ENCONTRAR EL TESORO DE ESTE MUNDO. Esto se indica en la parábola de nuestro Señor. "El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo; el que cuando un hombre ha encontrado, se esconde, y por gozo de él va y vende todo lo que tiene, y compra ese campo". El tesoro mundano se obtiene de dos maneras: por el trabajo persistente de una vida y por el accidente de circunstancias fortuitas. Pero la alegría se siente principalmente cuando se encuentra el tesoro, encendido, inesperadamente ganado; como cuando el éxito repentinamente asiste a una empresa comercial, se golpea una veta de metal precioso o un resorte de aceite mineral, o nos queda una fortuna. Entonces se piensa que debemos ser especialmente felicitados, y nos felicitamos sinceramente a nosotros mismos. Se debe encontrar una mayor alegría en obtener tesoros como resultado de un trabajo de por vida; pero luego la capacidad de disfrute con demasiada frecuencia se desgasta con el trabajo. El tesoro ganado accidentalmente con demasiada frecuencia desmoraliza. El tesoro obtenido por la fuerza de la voluntad con demasiada frecuencia se convierte en tentación y trampa. El tesoro ganado dignamente no satisface el alma.

II LA ALEGRÍA DE ENCONTRAR EL TESORO DE LA PALABRA DE DIOS. Si pensamos correctamente y nos liberamos del poder esclavizador de lo físico y lo temporal, deberíamos ver que los tesoros del carácter, de la vida interior, del alma, que es el yo, son los tesoros que deben aportar alegría para nosotros Y las verdades, consejos, promesas, de la Palabra de Dios son los tesoros que enriquecen el alma, que solo satisfacen, solo satisfacen las necesidades del hombre, que es esencialmente un ser espiritual, y solo guardan relación con esa continuidad de la vida que es el hombre. prerrogativa — RT

Salmo 119:163

Autoservicio y servicio al tiempo.

Por el término "mentiroso" se entiende especialmente "falsas creencias", desviaciones o tergiversaciones de la verdadera religión, que es "la verdad". Compara el anticristo del cristianismo.

I. FALSIFICACIÓN EN RELIGIÓN RELACIONADA CON EL AUTOSERVICIO. Es necesario tener en cuenta que para el israelita la esencia misma de la mentira era la idolatría. Represente al invisible y espiritual Jehová mediante cualquier forma o figura terrenal, y para él la representación era una mentira. Ninguna forma o figura podría representar a todo Dios, ni nada sobre Dios a la perfección. Pero era una mentira de otra manera, ya que ocultaba el hecho de que el hombre que hizo la imagen realmente se adoraba a sí mismo, su propia idea, y eso era una mentira. De cualquier manera, el hombre construye su propia religión y crea su propia deidad, en pensamiento e imaginación no solo es falso a la revelación, sino que es falso a sí mismo; porque se engaña a sí mismo con la idea de que está adorando a Dios, cuando todo el tiempo solo se está proyectando fuera de sí mismo, para adorarse a sí mismo. Tanto la idolatría formal como la mental son fases de la idolatría; y en ambos, el hombre es falso consigo mismo y falso con Dios.

II LA FALSIFICACIÓN EN RELIGIÓN SE REFIERE COMO UN SERVICIO DE TIEMPO. El hombre más fuerte piensa por sí mismo y hace su propia religión; el hombre más débil simplemente es llevado a lo largo de la corriente de su edad, y hace lo que hace su generación. Pero él es falso a la responsabilidad bajo la cual reside su virilidad, y está obligado a decidir por sí mismo a quién o a qué servirá. En la forma de estar de acuerdo con lo que existe a su alrededor, la opinión común y la adoración común, con la facilidad y comodidad de la vida. Resistir a la edad por el bien de la verdad significa discapacidad. Entonces el hombre está dispuesto a ser falso. Y pasar el tiempo en la religión es realmente lo mismo que adorarse a sí mismo. Como sea que se haga, siempre es falso para Dios decir que lo estamos adorando cuando, de hecho, solo nos inclinamos en el templo de uno mismo.

Salmo 119:165

La influencia constante de la Palabra de Dios.

"No están escalonados ni perplejos por nada con lo que se encuentran, ni en las Escrituras ni en la naturaleza". "Cuando se ama la Ley de Dios, en lugar de luchar contra ella, la conciencia está en paz y el ojo interno está despejado; un hombre ve su deber, y lo hace, libre de esos obstáculos que alguna vez ocasionan caer ante otros ". La lectura marginal es: "No tendrán escollos". Compare la denuncia de nuestro Señor de aquellos que "ofenden" - "ponen un obstáculo en el camino de" - "uno de sus pequeños". El punto es que aquellos que se mantienen firmes al mantenerse firmes en la Palabra de Dios tienen un apoyo seguro en todo momento de tentación o peligro. Hay dos formas en que el conocimiento y uso de la Palabra de Dios nos estabiliza. Nos prepara. Nos da algo seguro en lo que apoyarnos.

I. LA PALABRA DE DIOS SE ESTABLECE AL ARRANCARNOS. Esto puede ser ilustrado por las carreras de dos jóvenes, que abandonan sus casas de campo para vivir en la ciudad de negocios, y el peligro de las trampas de la ciudad y las trampas de la ciudad. deshacerse de la enfermedad que infecta moralmente. Los principios del otro cuelgan completamente flojo y suelto sobre él, y él no tiene fuerza de resistencia cuando el enemigo "entra como una inundación". Lo que hace la familiaridad con la Palabra de Dios es reforzar nuestros principios , refuerza nuestra naturaleza moral, mantennos unidos; nutre la vitalidad en cada parte de nosotros, de modo que nos mantengamos en salud y energía. Mente reforzada con conocimiento; corazón reforzado con sentimiento correcto; reforzado con motivo. "Deja que tus lomos estén ceñidos"

II LA PALABRA DE DIOS SE MANTIENE AL DARNOS ALGO SEGURO DE INCLINARSE. Ilustrar por el capitán del barco que siempre puede fortalecer su propio juicio apelando a su carta. Es de suma importancia que mantengamos nuestro sentido de la autoridad de la Palabra de Dios, como un llamado absoluto y final; Un personal de confianza en el que podemos apoyarnos. Esta forma del poder estabilizador de la Palabra de Dios fue efectivamente ilustrada en el tiempo de la tentación de nuestro Señor. — R.T.

Salmo 119:171

Alegría en la respuesta de Dios.

La metáfora en hebreo es "derramar una corriente de alabanza". "Te has parado en la fuente de una corriente de agua, y admiraste mientras burbujeaba y corría en un pequeño riachuelo, inclinado por fin se hinchó en el poderoso río. Tal es la alusión aquí. El corazón enseñó de Dios no puede contenerse, pero estalla en alabanza y canto. Esto sería el efecto de la iluminación Divina, y esto se sentiría como un privilegio, sí, un gran deber "(John Stephen).

I. ALEGRÍA ENCUENTRA LA EXPRESIÓN ES ALABANZA. "Es alegre, que cante salmos". Hay expresiones naturales, por el cuerpo y las facultades corporales, de todas las diversas emociones. Deje que un hombre sea poco sofisticado y libre de restricciones externas, y su cuerpo responderá a su estado de ánimo. Rasgará las cosas si está molesto. Bajará la cabeza si es declarado culpable de hacer algo malo. Se sonrojará si la mentira es tomada por sorpresa; y así. Si un hombre se alegra, quiere cantar. Envía una fiesta de jóvenes para un día de placer, y ellos deben cantar. El hombre religioso genuino, que encuentra gozo en Dios en contra de la Palabra de Dios, debe alabar; No puede evitarlo. Él debe volverse poco genuino para mantener la alabanza. Nuestros servicios públicos tienen mucho del elemento de alabanza, porque se espera que el pueblo de Dios esté siempre lleno del "gozo del Señor".

II ELOGIO ENCUENTRA LA RENOVACIÓN DE LA ALEGRÍA. Muchas cosas viven y crecen a través de la expresión, y la alegría del alma en Dios es una de ellas. Silencie la alegría, y se desvanecerá y se extinguirá. Déjalo hablar, déjalo cantar, y siempre crecerá más fuerte, más fuerte, más digno. Nos encantará cantar, deleitarnos con el canto, y así la alegría de nuestros corazones crecerá más y más. La alabanza tiene su aspecto como un deber que le debemos a Dios. "El que ofrece alabanzas me glorifica". Pero no debemos perder de vista lo mucho que hace por nosotros, en la renovación de la alegría de nuestra alma en Dios.—R.T.

Salmo 119:176

Las fragilidades de lo sincero.

"Me he extraviado como una oveja perdida". Perowne dice: "Según los acentos, la interpretación preferiría ser: 'Me he extraviado, busca a tu sirviente como una oveja perdida'. ¿En qué sentido puede alguien que ha declarado repetidamente su amor por la Palabra de Dios, que ha afirmado que ha mantenido los preceptos de Dios, hacer esta confesión? La figura no puede emplearse aquí en el mismo sentido, por ejemplo, en el que se emplea en La parábola de nuestro Señor. El que es la oveja perdida aquí es uno que no olvida los mandamientos de Dios. La figura, por lo tanto, parece en este lugar denotar la condición impotente del salmista, sin protectores, expuesto a enemigos, en medio de los cuales él deambula, sin saber dónde encontrar descanso y refugio. Pero en el 'Me he extraviado', sin duda existe la sensación de pecado y de debilidad ". La exclamación del salmista se aclara de inmediato cuando nos damos cuenta de la distinción que hace el buen hombre entre "fragilidades" y "pecados".

I. LOS PECADOS, COMO ABERRACIONES DE LA VOLUNTAD, NO DISTRUYAN AL HOMBRE SINCERO. "No puede pecar, porque nació de Dios". El hombre sincero del Antiguo Testamento está representado por el hombre nuevo, el hombre nacido de Dios, el hombre en quien está la vida Divina, del Nuevo Testamento. Deja que ese hombre exprese genuinamente su vida, y no cometerá pecado. El pecado es el acto y el propósito o 'la voluntad de un hombre; pero su voluntad se regenera y se ajusta a la voluntad de Dios. El hombre bueno es "limpio todo"; No peca con su voluntad.

II Las fragilidades, como las aberraciones debidas a la enfermedad, distorsionan al hombre sincero. Él sabe cómo necesita "lavarse los pies". No puede evitar ensuciarlos. El hombre con la voluntad renovada tiene que hacer que funcione a través de un cuerpo sesgado, debilitado y físicamente débil; y por ese cuerpo se ve conducido a errores, enfermedades, negligencias e incluso a cosas que parecen ser de maldad. Este es el sentido en el que un hombre sincero puede llorar sobre sí mismo como "propenso a extraviarse".

HOMILIAS DE C. CORTA

Salmo 119:11

La alabanza de la Ley de Dios.

"Tu palabra he escondido en mi corazón, para no pecar contra ti".

I. EL OBJETIVO MÁS GRANDE. "Para que no pueda pecar contra ti".

1. Este es el objeto más elevado de la búsqueda del hombre. Intrínsecamente, el mayor objeto de la vida, como invocar las mayores facultades, en la dirección del mayor objeto, para el mayor logro. La asimilación de lo humano a la mente Divina. Y estamos obligados a ello por la mayor obligación.

2. Sin embargo, es un objeto practicable. Esto se demostró a partir de tres consideraciones.

(1) Que somos responsables de ello. Es decir, podemos alcanzar los principios fundamentales de toda obediencia. Fe y amor. Y somos capaces de continuar el esfuerzo y el logro en relación con él.

(2) Y que el amor de Dios le proporciona motivos suficientes y adecuados. Estos motivos son las fuerzas espirituales más fuertes que pueden actuar sobre el alma del hombre.

(3) Y que Dios ayuda al hombre en sus esfuerzos por su Espíritu.

3. Es el objeto más rentable de la búsqueda humana. En dos maneras. en el puro y creciente deleite que ofrece su búsqueda. Y en el presente y en el futuro, recompensas de todo tipo que están graciosamente conectadas con él.

II Los medios de su logro. La ocultación de la Palabra de Dios en el corazón.

1. La Palabra de Dios debe ser la luz y la guía de nuestras vidas. En oposición a todos los estándares de conducta convencionales y a los razonamientos casuísticos de nuestras propias mentes.

2. Que se debe apreciar una pasión sagrada hacia la Ley Divina. La Palabra de Dios debe ser entronizada en el asiento de los afectos. "¡Oh, cómo amo tu Ley!" Lo escondería en su corazón como el tesoro más valioso.

3. La Palabra de Dios es el alimento de nuestra naturaleza espiritual. Lo escondería en su corazón como el principio vivificador de su naturaleza, debido a sus propiedades iluminadoras, fortalecedoras y que dan esperanza. "He inclinado mi corazón a cumplir tus estatutos siempre, incluso hasta el final".

Salmo 119:18

Cosas maravillosas

"Abre mis ojos, para que pueda ver cosas maravillosas de tu ley". La "ley" es la voluntad de Dios expresada en el hombre, en la naturaleza y en la historia.

I. LA VOLUNTAD DE DIOS ES LA LEY DE LA VIDA DEL HOMBRE.

1. Una ley que llega a cada parte de la naturaleza del hombre. A la vida interior y exterior. Una ley que pretende gobernar sobre la razón, el afecto y la conciencia.

2. Una ley que guía apuntando a la renovación de nuestra naturaleza. A este respecto, ¡cuán diferente de toda la ley humana! "La Ley del Señor es perfecta, que convierte el alma". Esta Ley no solo nos ordena que obedezcamos, sino que nos exhorta con grandes argumentos de amor y obligación. Y nos ayuda con la energía del Espíritu Santo, que promete y da.

II ESTA "LEY" CONTIENE COSAS MARAVILLOSAS.

1. Maravillas de la doctrina. Perdón por medio de Cristo. Exige la perfección de nuestra naturaleza. Una vida inmortal y bendecida.

2. Maravillas de precepto. Amor supremo a Dios y al hombre. Nadie puede amar a Dios con toda su alma, mente y fuerza sin amar a su prójimo como a sí mismo, como tampoco la tierra puede gravitar hacia el sol sin atraer hacia sí la luna por la misma fuerza de gravedad.

3. Maravillas de la promesa. En la unión personal con Cristo encontramos el cumplimiento de toda promesa divina.

III. EL ESPÍRITU SANTO DEBE DARNOS PARA DISCERNIR ESTAS MARAVILLAS. Los mejores cristianos sienten que nuestras percepciones de la verdad espiritual son débiles y oscuras; pero las cosas son más grandes de lo que las vemos, más maravillosas de lo que parecen ahora. De ahí esta oración, para abrir los ojos del corazón y el alma. Para ser filósofo, artista u orador, debe haber dos cosas: un genio para ello o capacidad natural; y entrenamiento, o instrucción y disciplina. Para ser cristiano debe haber una visión espiritual: el don del Espíritu de Dios. "Abre mis ojos". Y una visión entrenada y disciplinada, el trabajo también del Espíritu, nuestro Maestro.

Salmo 119:32

Libertad.

La expresión de un hombre consciente de la obediencia imperfecta a la voluntad de Dios; y uno que deplora su debilidad. También la expresión de esperanza y confianza. Llegará un momento en que Dios agrandará su corazón. También el hambre de un propósito alegre: "correré", etc. Dos pensamientos principales.

I. LA LIBERTAD ESPIRITUAL ES NECESARIA PARA HACER LA VOLUNTAD DE DIOS.

1. Es liberarse de la esclavitud de las pasiones y apetitos mundanos. No puede haber obediencia espiritual activa a la voluntad de Dios mientras estemos bajo el dominio de los principios y afectos mundanos.

2. La libertad espiritual es liberarse del miedo que surge de un sentimiento de culpa. Debemos estar libres del terror de la culpa antes de poder servir a Dios con alegría y libertad. Quitemos a Jesucristo y su doctrina de entre Dios y nosotros mismos, y estamos ante la aterradora ley; y tiene la sensación de debilidad indefensa. La fe es el instrumento de nuestra libertad: lo que podemos percibir y confiar en Cristo por las facultades de la mente.

3. La mayor libertad se encuentra en el amor. Amor a Dios y amor al hombre. Aquí ascendemos más allá de la fe al campo más elevado que somos capaces, al desarrollo de la libertad más perfecta, y corremos en los caminos de Dios. El aforismo más profundo de la Escritura es que "el amor es el cumplimiento de la Ley".

II LA PRODUCCIÓN DE ESTA LIBERTAD ES UN TRABAJO DIVINO. "Cuando te ensanches", etc. Si Dios nos ha impuesto leyes que su poder debe permitirnos obedecer, ¿cómo se explica nuestro deber, y dónde radica nuestro pecado, si fallamos en la obediencia?

1. Dios es la primera causa de toda la vida; Pero el hombre es una segunda causa. Él "trabaja en nosotros para querer y hacer de acuerdo a su buen gusto". Es su voluntad y obra que nuestra voluntad coincida con la suya y trabaje hacia los mismos fines sagrados.

2. Pero lo hace por métodos que nos imponen deberes y responsabilidades. El principio sobre el cual Dios enriquece a los hombres con crecientes dones de poder y gracia es el uso que hacemos de ellos. La enseñanza divina nos atribuye el poder de aumentar los talentos que se nos confían, de modo que las futuras donaciones dependan de nuestra apropiación de los que se han ido antes.

Salmo 119:59

Religión bajo dos aspectos.

I. COMO EJERCICIO MENTAL. "Pensé en mis caminos". La religión revive el pasado, despierta la memoria moral.

1. El interés supremo del pasado es de naturaleza religiosa. Lo que hemos sido intelectual o socialmente es de gran interés. Pero, ¿cuáles han sido nuestras convicciones y conductas religiosas? Nos emocionamos de alegría o temblamos de miseria de acuerdo con la respuesta que damos a esta pregunta: ¿Cuáles son nuestras "formas"? ¿que somos?

2. Pero pensar en nuestros "caminos" es difícil y repulsivo. Pensar en la buena fortuna en la especulación mundana, el éxito en los negocios, la formación de conexiones y amistades estimadas, nos llena de satisfacción complaciente. Pero al pensar en un joven desperdiciado en la frivolidad irreflexiva o en placeres impuros, en la virilidad endureciéndose contra toda impresión religiosa, en un pasado cuyo rastro ha sido ensuciado con el limo de la serpiente, nos alejamos de esto como de locura, pérdida , culpa, vergüenza y miseria.

3. Pensar en nuestros "caminos" es necesario y saludable. Necesario para realizar nuestro pecado, para un cambio de vida y renovación del alma. La conexión que hay entre pensamiento y práctica.

II LA RELIGIÓN COMO PRINCIPIO PRÁCTICO "Y volví mis pies a tus testimonios".

1. Las resoluciones prácticas deben ser el resultado de un pensamiento serio. Los ajustes y los impulsos con demasiada frecuencia preceden a nuestras resoluciones y esfuerzos. Pero el pensamiento, deliberado y sincero, convoca los grandes motivos, examina las dificultades que hay que conquistar, cuenta el costo y reza por la ayuda Divina, y debe ir antes de cada esfuerzo después de un cambio de vida.

2. El gran fin de la religión es la obediencia activa a la voluntad de Dios. La verdadera comprensión de nuestros caminos trae la gran conclusión: el "camino del hombre debe ser el" camino de Dios ". Se nos perdona para esto.

3. Si no somos conducidos a esto, perdemos el fin para el cual se dio la inteligencia Divina. La razón está bajo un eclipse si no nos ilumina a este fin. La conciencia es un juez corrupto, sobornado para traicionarnos, si no pronuncia este veredicto. Toda la naturaleza del hombre sufre pérdida y ruina si no volvemos nuestros pies a los testimonios Divinos.

Salmo 119:60

Todo el deber del hombre.

"Me apresuré y tardé en no observar tus mandamientos".

I. UNA GRAN PARTE DE LA IRRELIGIÓN DEL HOMBRE ES EL RETRASO DEL PRESENTE DERECHO.

1. La mayoría de los hombres se proponen volverse a Cristo en algún momento.

2. Este propósito es uno de los más grandes engañadores del hombre. Es la excusa para descuidar el deber presente.

3. Este propósito no cumplido, aumenta progresivamente la dificultad de volverse a Cristo.

II LA OBEDIENCIA A CRISTO ES NUESTRO SERVICIO INMEDIATO IMPERATIVO.

1. La maldad de jugar con nuestras convicciones es muy grande.

2. Los reclamos de Cristo sobre nosotros están por encima de todos los demás, tanto en tiempo como en importancia.

3. Dios a veces envía influencias especiales para convertirnos a Cristo. Descuidar esto es apagar el Espíritu.

Salmo 119:75

El uso de la adversidad.

"Sé, oh Señor, que tus juicios son correctos, y que en fidelidad me has afligido".

I. Un reconocimiento de la aflicción como uno de los juicios de Dios. Los juicios de Dios son:

1. Castigos notables que Dios inflige por los pecados. "Los juicios se preparan para escarnecedores y rayas para la espalda de los tontos" (Proverbios 19:29).

2. El castigo que Dios trae sobre sus hijos para su prueba e instrucción. En un sentido modificado, pero verdadero y profundo, la salud y la riqueza son juicios, pruebas y pruebas de nuestra fe y carácter.

II UNA GARANTÍA DE LA JUSTICIA DE DIOS EN SUS JUICIOS. Sus juicios son un gran abismo, y su justicia como las grandes montañas.

1. Just. Aunque no podemos comprenderlos.

2. Beneficioso. Aunque infligen sufrimiento. Él no aflige ni aflige voluntariamente a los hijos de los hombres.

III. UNA GARANTÍA DE LA FE DE DIOS EN SUS JUICIOS. La fidelidad aquí significa:

1. Que siempre se propone nuestro bien.

2. Que siempre cumple sus promesas.

IV. LA BASE DE ESTA GARANTÍA.

1. Nuestra experiencia pasada. Historia personal.

2. Nuestro conocimiento de lo que ha hecho por nosotros en Cristo.

Salmo 119:96

La amplitud de la Ley de Dios.

I. CAUSA QUE GARANTIZA NUESTROS PENSAMIENTOS DE LA LEY DIVINA.

1. Indulgencia de hábitos pecaminosos.

2. Tendencia a justificarnos en lo que hacemos, o amor propio.

3. Deferencia a las máximas mundanas.

4. Falsas visiones de su relación con nuestra salvación.

II ILUSTRACIONES DE SU PAN.

1. Se aplica a todas las relaciones que tenemos con Dios y el hombre.

2. Tiene que ver con deberes omitidos, así como con transgresiones positivas.

3. Es espiritual — ensanchándose a nuestra vista cuanto más alto nos elevamos.

III. LECCIONES SUGERIDAS.

1. Se reprende la autocomplacencia.

2. Muestra cuán imposible es que podamos ser justificados por él.

Salmo 119:116

Mi esperanza.

La oración aquí puede tener su más alta referencia a nuestras esperanzas religiosas.

I. ¿CUÁL ES LA NATURALEZA DE LA MAYOR ESPERANZA QUE ALEGRAN LOS BUENOS HOMBRES?

1. Lo que se relaciona con nuestro estado eterno.

2. Lo que se basa en la revelación de Dios en Cristo.

II ¿CÓMO PUEDE TANTO ESPERAR UNA VERDADERA VERGÜENZA? Lo que trae desgracia a los hombres en relación con sus esperanzas es que aprecian objetos irreales; que esperan demasiado; que fracasan en el logro por falta de cálculo racional, indolencia, autocomplacencia, etc. No es de la naturaleza de los objetos que nuestra decepción puede venir, si estamos construyendo sobre las esperanzas del evangelio. No podemos esperar demasiado, ni recurrir demasiado a nuestra imaginación, en cuanto al bien que está por venir. Pero podemos fallar, y existe la vergüenza, y fallar por varias causas.

1. Podemos fallar en percibir las cosas esenciales, confundiendo el ritual con lo espiritual, lo ceremonial con lo sustancial.

2. A través de la satisfacción descuidada con nuestro estado espiritual. Sin estar seguros de que la devoción a Cristo, la actividad y la abnegación son indispensables.

III. ALGUNAS RAZONES PARA QUE CADA UNO SEA APRECIENTE EN CUANTO AL DESTINO DE SU ESPERANZA.

1. Las cosas presentes pueden ser absorbentes para poner en peligro el problema.

2. Tendencia de nuestra naturaleza a opiniones halagadoras de nosotros mismos.

IV. ¿QUÉ MEDIDAS NECESARIAS PARA ASEGURAR EL ÉXITO DE NUESTRA ESPERANZA?

1. El mantenimiento del interés constante en el mismo.

2. Fidelidad hacia nosotros mismos al exigir la influencia práctica de la piedad.

3. La dependencia habitual de Dios para obtener ayuda y dirección.

Salmo 119:136

Una gran pena

"Ríos de aguas corren por mis ojos, porque no guardan tu Ley".

I. CARACTERÍSTICAS DE ESTE DOLOR.

1. Es la tristeza de solo los hombres buenos. (Filipenses 3:18, "Muchos andan de los que te he dicho a menudo, y ahora te digo", etc.) Solo pueden sentirlo aquellos que han llorado sobre el pecado en sus propios corazones. Tres formas de sentir hacia los pecados de los demás por parte de los hombres del mundo: apatía, orgullo, burla.

2. Es un dolor desinteresado. La mayoría de nuestros dolores son personales y egoístas. Cuando lo son, a menudo debilitan y degradan la mente. Pero esta es una tristeza desinteresada, similar a la tristeza de Cristo sobre Jerusalén; proviene de las más nobles simpatías y prepara la mente para el mayor esfuerzo.

3. Es una pena inexpresable.

II La razón de ello. La transgresión de la Ley de Dios es un tema de dolor bajo dos aspectos.

1. Como esa transgresión tiene referencia a Dios. Pecados de la Iglesia y los pecados del mundo.

2. Como tiene referencia al hombre. Una pena razonable. Este dolor debería conducir al esfuerzo. Los pecadores deben llorar por sí mismos.

Continúa después de la publicidad