2 Crónicas 33:10-17
10 El SEÑOR habló a Manasés y a su pueblo, pero no escucharon.
11 Por ello el SEÑOR trajo contra ellos a los jefes del ejército del rey de Asiria, quienes aprisionaron con ganchos a Manasés, y lo llevaron a Babilonia atado con cadenas de bronce.
12 Sin embargo, cuando fue puesto en angustia, imploró el favor del SEÑOR su Dios y se humilló mucho delante del Dios de sus padres.
13 Él oró a Dios, quien aceptó su oración y escuchó su súplica, y lo hizo volver a Jerusalén y a su reino. Entonces Manasés reconoció que el SEÑOR es Dios.
14 Después de esto edificó la muralla exterior de la Ciudad de David, al oeste de Guijón, en el valle, hasta la entrada de la puerta del Pescado, y cercó el Ofel, elevándola mucho. También puso oficiales del ejército en todas las ciudades fortificadas de Judá.
15 Quitó de la casa del SEÑOR los dioses extraños y el ídolo, asimismo todos los altares que había edificado en el monte de la casa del SEÑOR y en Jerusalén; y los echó fuera de la ciudad.
16 Luego restauró el altar del SEÑOR, y sobre él ofreció sacrificios de paz y de acción de gracias, y mandó a los de Judá que sirvieran al SEÑOR Dios de Israel.
17 Sin embargo, el pueblo seguía ofreciendo sacrificios en los lugares altos, aunque solo al SEÑOR su Dios.
¿Por qué se registra aquí el arrepentimiento de Manasés, pero no se menciona en 2 Reyes?
PROBLEMA: Según este texto, a su regreso, Manasés se arrepintió de su pecado anterior y restableció la adoración del Señor en Judá. Sin embargo, el registro de la carrera de Manasés que se encuentra en 2 Reyes 21 no menciona este glorioso arrepentimiento. ¿Por qué?
SOLUCIÓN: Aparentemente, el autor de 2 Reyes no registró el arrepentimiento de Manasés debido a la falta de influencia que tuvo sobre el constante declive de la nación. El Libro de 2 Reyes se concentra principalmente en las acciones del pueblo del pacto de Dios como un todo. El arrepentimiento y las reformas de Manasés hicieron relativamente poco para cambiar a la nación de su camino al juicio, mientras que su liderazgo pecaminoso al principio de su reinado hizo mucho más daño a la nación.
Incluso en el pasaje de 2 Crónicas encontramos esta declaración: “Sin embargo, el pueblo todavía sacrificaba en los lugares altos, pero solamente al Señor su Dios” ( 2 Crónicas 33:17 ). Aunque el pueblo dedicaba sus sacrificios al Señor, seguían cometiendo pecado, porque los sacrificios debían hacerse en el templo, no en lugares altos que originalmente eran altares para dioses falsos. A pesar de los esfuerzos de Manasés, el pueblo no se dedicaría totalmente al Señor.