Está claro por el presente capítulo que los corintios midieron el valor de los diversos dones espirituales no tanto por su poder para edificar a la iglesia, sino por su capacidad para asombrar a los espectadores. Por eso estaban dispuestos a anteponer el don de hablar en lenguas al de profecía. Este juicio erróneo el apóstol ahora procede a corregir.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento