nos selló ; marcada como propia. El agente de este sellamiento es el Espíritu Santo, como se afirma inmediatamente.

Las arras del Espíritu en nuestros corazones ; el Espíritu Santo morando en nuestros corazones, y dándonos un anticipo de los gozos del cielo, que es la prenda de nuestra plena introducción a ellos. La posesión y el ejercicio de las gracias del Espíritu son evidencias seguras de regeneración y prenda de vida eterna.

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Antiguo Testamento