Sin respeto a las personas ; siervos y amos estarán juntos ante Dios, serán juzgados por la misma ley, y serán recompensados ​​o castigados según su carácter y conducta. Es la voluntad de Dios que haya gobierno, ley y orden, que unos manden y otros obedezcan; pero ningún grado de poder o autoridad da a nadie el derecho de exigir de los demás lo que está mal, o si lo exigen, hace que sea el deber de los demás obedecer. Cada uno está obligado supremamente a considerar a Dios, y cualesquiera que sean las consecuencias, hacer de él el gran objeto de todas las cosas para agradarle.

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Antiguo Testamento