sometiéndoos ; dando alegre obediencia a la debida autoridad, por consideración a Dios, quien la estableció. Luego procede a ampliar este precepto general con la mención de casos particulares. La única seguridad contra los crímenes más degradantes es estar habitualmente bajo la influencia del Espíritu Santo, estar activamente ocupados en el servicio de Dios y en el cumplimiento consciente del deber.

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Antiguo Testamento